Capitulo 33
Capítulo largo porque los quiero mucho mis Makis, y porque siento que ya se los debía jeje 😅, tengan un excelente fin de semana 😚💜
— Hola hyung.
Agitó su mano para saludar al pelirrojo omega sentado en la banca de aquel parque, este contestó con una de sus grandes sonrisas.
Tomó asiento a un lado del mayor que lo había llamado para que pudieran reunirse. Su hora de comida aún no había sido tomada y un paseo por el parque al lado del aroma dulce que tranquilizaba a su lobo había sonado como una muy buena idea después de estar tantos días en la oficina con tanto papeleo por hacer.
Estar a un lado de Hoseok se sentía bien, reconfortande de algún modo, pero realmente no se comparaba a lo que sentía cuando podía envolver entre sus brazos el cuerpo más pequeño y delgado de Yoongi.
— Gracias por venir Kookie. Y perdón por pedirte así de repente que nos reunieramos.
— Para mí no es ningún problema venir hyung, Además es más divertido pasar mi hora de descanso en compañía, ahora que no está Minjae me toca tener mis comidas solo.
El mayor volvió a sonreírle en respuesta, nuevamente proporcionándole ese estado de calma y familiaridad que a su lobo tanto lo relajaba. Su caminata por el parque estuvo acompañada de intercambios de historias un tanto graciosas del pasado de cada uno y también de la comida y golosinas que encontraron en una tienda de conveniencia.
Le gusto saber un poquito más del pasado de Hoseok y poder reír con él tal y como lo hacía con su mejor amigo Taehyung. En sus veintitrés años de vida, sólo podía recordar un verdadero amigo además de su inseparable y sonriente beta, la sensación de estar formando más amistades se sentía bien en su pecho.
Ni siquiera se dieron cuenta del tiempo que había pasado hasta que su alarma le recordó que tenía que volver a su trabajo.
—Lo siento Hobi-hyung, pero solo t-tenía libre mi hora de comida.
— No te preocupes Kookie, entiendo. Y eh... si mañana no tienes planes nuevamente en tu hora de comida, ¿podemos encontrarnos de nuevo? La verdad es que divagué mucho y al final no pude decirte para lo que te llamé en un principio.
Por alguna razón su lobo se sintió triste al ver la sonrisa que el mayor le estaba dirigiendo. A pesar de su olfato mejorado no pudo oler tristeza en el omega pelirrojo, pero al parecer su lobo no se convenció con el gesto que el mayor le estaba dirigiendo. Quizás tenía que ver con que estaban destinados y su lobo ya conocía a la perfección al lobo contrario.
— Claro que podemos encontrarnos mañana Hobi-hyung, ¿pe-pero está todo bien? Puedo quedarme un p-poco más si tienes que contarme algo.
— No, lo que te iba a decir no es muy importante, puede esperar a mañana. Solo quiero pedirte un favor Kookie.
— Claro dime hyung.
— Necesito... Quiero que mantengamos este encuentro entre nosotros... Solo hasta mañana, lo prometo.
No le costaba mantener en secreto ese encuentro, después de todo no se podía sentir culpable o cauteloso por haberse reunido con un amigo, pero aun así había algo extraño en esa petición.
— ¿Realmente está to-todo bien hyung?
— Si, solo que hay algo que tengo que saber mañana, se que ahora parece extraño pero te contaré todo mañana, ¿sí?
— Claro, está b-bien.
Se alejó con su lobo aun indicándole que algo andaba mal con el omega, se movía un poco inquieto de un lado al otro y esa sensación se mantuvo ahí por el resto de la bulliciosa tarde que pasó en su trabajo.
— Mingyu-ssi, Wendy-ssi. Por favor solo terminen con su área y se pueden retirar, Yoongi y yo vamos a la oficina de Nam. Dejen todo lo demás, nosotros nos encargamos mañana.
Vio como el alto alfa y la beta asentía con una sonrisa a Jin. Él ya estaba retirando parte de su uniforme y caminando por el pasillo que lo llevaba con su castaño amigo beta.
Jin no tardó más de dos segundos en alcanzarlo y abrir la puerta, para adentrarse en la cuadrada habitación. Namjoon ya estaba terminando de cerrar su portátil cuando ellos se acomodaron en las sillas frente al escritorio de madera.
Sus labios se movieron para hablar con él menor de los tres, pero él rubio alfa a su lado Interrumpió y adelantó la platica que él quería retrasar, pero solo porque hablar de ello le dejaba una mala sensación en su ser.
— Dinos Yoongi-ah que es lo que querías hablar con nosotros. Por favor dime que es lo que estoy pensando y seré tío de un cachorro pálido y de ojos grandes como Casper el fantasmita.
El calor se acumuló rápidamente en sus mejillas ante la insinuación del mayor.
Un cachorro...
No. Tenía que dejar de hacerse ideas.
— N-no empieces a-a decir... tonterías. Solo les tengo que avisar que Geumjae-hyung está aquí en Seúl.
— Espera... ¡¿qué?! — El semblante divertido y despreocupado que siempre mantenía Jin había cambiado en una fracción de segundo, ahora su rostro y su aroma envolviendo la habitación para transmitirle calma eran sin duda de el maduro alfa realmente era y que el mayor siempre ocultaba de los demás. — ¿Desde cuándo está aquí? ¿A qué vino?
— Él no te quiere llevar a Daegu o ¿si Yoongi-hyung?
— Eso es exactamente lo que quiere Nam. Al parecer se encontró con Minjae en Daegu y él le contó lo de mi marca, no sé en qué momento la vio y al parecer no sabe con quien estoy enlazado, pero eso fue un motivo mayor para que mi hyung decidiera venir. Hace dos días fue a la casa poco antes de que llegara Jungkook y... u-uso su vo-voz de mando... quería o-obligarme a regresar con él.
Su voz y pensamientos se entrecortaba al pensar en los aplastantes sentimientos que lo envolvieron cuando puso resistencia a la voz de alfa de su hermano, su piel también se erizaba al recordar ese momento.
— ¡¿Usó su voz de mando contigo?! ¡Maldito sea! Me enoja demasiado cuando él lo hace, ¡no soporto que te hable de esa manera Yoongi! Tu no te lo mereces. — Sabía que la voz potente de Jin no iba dirigida a su persona, pero el alfa de alto linaje viviendo en el interior de su rubio amigo definitivamente lo asustó un poco, no con intención claro, pero su asustadizo omega no lo quiso entender. — Lo siento, no quería gritar, pero tu hermano es un verdadero idiota y siempre logra hacerme enojar por la forma en que te trata.
— Nunca me tratara diferente, él asegura que soy como mamá y ahora que pasó el repentino enlace con Jungkook...
— Yoongi-hyung ya hablamos de eso, lo que hacía tu madre y lo que tienes con Kookie son dos cosas totalmente diferentes — intervino Namjoon con la mirada seria.
— Yoongi tu no eres como tu madre, tu quieres a Jungkook y él te quiere a ti.
— Geum-hyung dijo que Jungkook rompería nuestro enlace y que yo regresaría por mí mismo a Daegu, pero... Kook se enfrentó a él y le dijo que se fuera, y también dijo que no dejaría que nadie me llevara y que él me defendería.
Aún seguía sonriendo cuando recordaba las palabras de su alfa pelinegro.
— No solo él te defenderá Yoongi, nosotros nunca permitiremos que regreses con él sabiendo que el maldito tiene como pasatiempo humillar a la gente, se cree por encima de todo el mundo.
— Hyung jamás permitiríamos que vuelvas a un lugar en el que prácticamente te tendrán encerrado cuidando de tu madre y donde te querrán degradar con cada palabra que salga de su boca.
— Lo sé, créanme que lo sé y confío tanto en su palabra como en la de Jungkook, pero les avise de la visita de mi hyung porque se que no se quedará de brazos cruzados. — Realmente deseaba que con solo la advertencia de Jungkook, su hermano regresara a Daegu, pero conocía a Geumjae mucho mejor, por ello había esperado dos días para contarles a sus amigos pues quería confirmar sus sospechas. — No es alguien a quien le guste que lo reten y ya lo hice cuando me traté de negar ante una de sus órdenes, también lo hizo Jungkook cuando lo amenazó con su placa. Estaba enojado como nunca antes. Hoy hable con mamá y me aseguro que él sigue aquí, por eso se que intentara algo. Solo quiero que estén al tanto y alertas, siendo sincero no se que pueda intentar.
— Seremos cuidadosos Yoongi, pero lo mejor sería que no estés solo en ningún momento, se que es capaz de llevarte a la fuerza.
El estaba de acuerdo con las palabras de Jin, Min Gaeumjae era alguien bastante capaz de llevárselo por la fuerza y aunque odiaba ser una molestia para sus amigos o para Jungkook, eran más sus ganas de quedarse en el lugar en donde estaba construyendo una vida que realmente le pertenecía a él, donde no tenía que estar cuidando cada uno de sus movimientos solo para no provocar insultos no merecidos de parte de su hermano mayor.
Además, a su lobo y a él no les gustaba para nada la idea de alejarse de Jungkook, la sola idea provocaba que lagrimas se acumularan en sus ojos.
— Adelante — La voz de Namjoon lo sacó de sus pensamientos, el menor observaba la puerta y la cara de Joohyun que se asomaba por la abertura, él ni siquiera había escuchado cuando golpearon para llamar — ¿Qué sucede noona?
— Namjoon, te busca Jungkook-ssi.
— Está bien déjalo pasar noona.
Sus latidos incrementaron cuando el nombre de su alfa pelinegro fue pronunciado y su piel se erizo cuando la omega en la puerta se hizo a un lado y la alta figura de Jungkook se adentro en la habitación, luciendo su pantalón de vestir y camisa formal que usaba para su trabajo.
Si hubieran estado solos ya estaría acercándose discretamente para que el pelinegro lo tomara entre sus brazos y le diera su beso de bienvenida, siempre hacía eso en cuanto llegaba del trabajo.
— También les vengo a avisar que la limpieza ya está terminada, así que nosotros ya nos retiramos.
— Gracias por avisarnos y por supervisar noona, nos vemos mañana y por favor deja cerrada la puerta principal. — Su amigo correspondió a la despedida de la mayor, también Jin y Jungkook, juzguenlo a él de maleducado, pero no podía concentrarse con el aroma de su menor llenando rápidamente la habitación.
— Hola hyungs.
¿Ya había dicho que le gustaba mucho la voz de su alfa pelinegro?
Desvió su vista hacia sus dedos entrelazándose en su regazo, si no lo hacía seguiría viendo los labios de Jungkook y termina levantándose para su esperado beso.
— Hola Kookie. — Namjoon saludo felizmente al menor, ambos habían comenzado a llevarse realmente bien.
Pero quien seguía buscando maneras de molestarlo estaba sentado a su lado y tenía el cabello rubio, en su opinión de amigo molesto por cómo se metía con él, mal teñido.
— Jungkook amigo mío, dime que hoy si iremos por unos lindos omegas.
Rápidamente giro para conectar su mirada con los grandes ojos del menor. Parecía tener cara de susto.
— N-no Jin-hyung, no puedo...
— No seas aburrido Kookie con esta van tres veces que me dices que no, será mejor que mañana si puedas, porque te llevaré a un lugar lleno de bonitos omegas.
— No p-p-podré mañana porque...
¿Por qué no hablaba con más seguridad? Si lo hacía de esa manera, Jin solo seguiría insistiendo.
— Porque no puede y ya, tampoco puede los días siguientes, ya deja de molestar Jin.
Su mirada tenía que ser poco más que asesina en cuanto se encontró con la del alfa rubio, pero a este no le importo y solo sonrió de esa manera en que prometía sin palabras que continuaría si él no decía lo que quería escuchar.
— Mi amargado amigo, no importa que tu te sientas viejo, pero deja que dos almas jóvenes se diviertan.
— Ya basta hyungs. — Namjoon detuvo su pequeño y asesino intercambio de miradas, con su habitual calma que no admitía objeciones. — Jungkookie, Jin-hyung ya sabe que tu eres quien marcó a Yoongi-hyung solo esta haciendo esto para molestar. No tienes por qué ponerte nervioso.
Había estado tan concentrado en mirar mal a Jin, que no se había percatado del nerviosismo que estaba llenando su unión. Cuando sus ojos se enfocaron en la alta figura de su pelinegro una tímida sonrisa y un ligero sonrojo en las mejillas conformaban su rostro en agradecimiento a su castaño amigo beta.
— Eres un aburrido Namie, se supone que Yoongi-ah tenía que hacer toda una escena de celos y reclamar a Jungkook como suyo, lo arruinaste.
Nuevamente su memoria muscular se hizo cargo, sus dedos se aferraron al primer objeto que lograron alcanzar del desordenado escritorio de Namjoon y lo lanzaron con fuerza hacia un no muy sorprendido alfa que logró esquivarlo.
Su noche en el restaurante terminó con más comentarios ácidos de su parte hacia Jin, con respuestas burlonas como respuesta y al final con un muy acostumbrado beta dirigiéndonos a su casa y un confuso Jungkook siguiéndolo de cerca sin saber si debía de protegerlo del mayor o si proteger al mayor de cualquier otra cosa que él decidiera lanzar.
— 𝓐𝓵𝓯𝓪 —
— Yoongi,creo que tendrás que contarle a Jungkook para que entienda por qué tu hermano te quiere llevar.
Su antebrazo estaba siendo detenido por Jin antes de que avanzara un paso más lejos de su auto. Jungkook estaba apagando su propio coche y Namjoon ya estaba abriendo la puerta, eso le dio tiempo al mayor para acercarse y decirle en voz alta el pensamiento que lo había invadido por dos días y que siempre terminaba reprimiendo.
— Lo sé, pero... no sé por dónde empezar.
— ¿Jungkookie nunca te ha contado nada de su familia? — Asintió con su vista fija en su pelinegro, quien ahora se estaba acercando con una de esas bonitas sonrisas que aceleraban su corazón. — Entonces solo haz lo mismo, no permitas que tu cabeza se llene de ideas cuando ni siquiera lo has intentado.
El mayor se alejó después de dejar una leve palmada en su hombro.
— ¿No entraras hyung?
— S-Sí.
Sus dedos fueron entrelazados con los contrarios y su camino fue dirigido por el menor, pues su concentración había quedado fuera después de las palabras de su amigo rubio. No pudo participar en la corta charla que mantuvieron los otros tres, apenas y se enteró cuando Namjoon le dijo a Jungkook que era bienvenido a quedarse en su casa, más específicamente en su habitación.
Se había duchado y colocado la ropa correctamente por lo que él consideraba algún tipo de milagro y había logrado entrar en la cama solo porque Jungkook hizo casi todo el trabajo por él antes de ir a ducharse. Su mente estaba algo ocupada reviviendo algunos de sus recuerdos pasados y estremeciéndose con varios de ellos.
— ¿Estás bien mi Gatito- hyung?
El menor estaba cerrando la puerta de su habitacion y caminaba en su direccion con un pantalon de chandal negro y el pecho descubierto. sus grandes ojos lo estaban observando con su habitual brillo lleno de un poco de preocupación.
— Si... Solo... estoy pensando en muchas cosas.
Jungkook no contestó de inmediato, solo lo observó por dos segundos más antes de meterse debajo de las cobijas y abrazarlo como siempre. Su nariz quedó enterrada entre la almohada y la curva del cuello de su alfa, inhalo el aroma a playa que tanto le gustaba y se relajo tanto que parecía que podía caer en un profundo sueño de un segundo a otro.
— ¿Es por lo que dijo Jin-hyung?
La dulce voz de su pelinegro fue casi un susurro que se escuchó perfectamente entre el silencio formado en esas cuatro paredes.
— ¿Escuchaste?
— Si, lo siento. Es mi-
— Es tu audición más desarrollada. No te disculpes... Y si, es por lo que dijo Jin.
— No tienes por qué contarme, n-no se las razones de porque tu hermano te quiere llevar a Daegu, pero sin importar cuales sean, nunca dejaría que te llevaran lejos de mi. A menos que tú mismo me pidas que te deje i-ir.
La tristeza que bordeó las últimas palabras no le gusto para nada. Aunque de todas maneras no permitiría que estas se hicieran realidad, él nunca le pediría eso a Jungkook.
— Quiero contarte... pero no sé por dónde empezar.
— Por donde te sientas cómodo.
De todos sus recuerdos, su infancia era la que más atesoraba, así que podía comenzar por ahí, después de todo su alfa pelinegro había compartido su historia con él.
— Mi papá... Él era muy grande cuando yo nací. Tenía cincuenta y un años cuando mamá apenas cumplía veintitrés. Mi papá era amigo de los padres de mi mamá, cuando ellos entraron en una crisis económica, él les ofreció mantenerlos si le permitían la oportunidad de cortejar a su hija. A pesar de todo papá no era mala persona, él realmente quería a mamá, siempre recuerdo que me decía que solo actuaba un poco fría pero que en realidad tenía un corazón cálido. Siempre la consentía con sus dulces favoritos o le llevaba arreglos de flores hermosos, recuerdo que uno fue tan alto como ella.
Una sonrisa se instaló en sus labios cuando ese difuso recuerdo volvió a su memoria en todo su esplendor, la sonrisa de su padre y los ojos sorprendidos y felices de su madre, fue muy bonito de mirar.
— Tu madre debió de estar muy feliz.
— Si, aunque intentaba ocultarlo, siempre sonreía cuando papá llegaba a casa. Mamá, hyung y yo siempre estábamos en la puerta en el momento en que papá bajaba del auto, todos queríamos su atención. Aunque no teníamos que pelear por ella, siempre repartía su tiempo con nosotros de manera perfecta. También por eso todos quedamos muy tristes cuando él murió por ese problema cardíaco, en especial mamá, estuvo semanas en cama, triste por su marca rota.
— ¿Qué edad tenías tu hyung?
— Seis años y hyung tenía nueve, él se hizo cargo de alimentarme, de despertarme para la escuela, llevarme e ir por mi a la salida. En ese tiempo, hyung y yo éramos muy unidos, por él fue que no me sentí solo después de que papá se fue y mamá se deprimió.
El silencio se instaló por algunos minutos. Las manos de Jungkook comenzaron a dejar caricias en su cabello y a lo largo de su espalda. El simplemente aceptó el gesto mientras algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos.
Tenía años sin hablar de su pasado, la última persona a quien se lo había contado había sido a Namjoon, un poco después de mudarse a su casa.
— Geumjae-hyung... él fue mi mejor amigo en ese momento.
Enterró su cara un poco más en la piel cálida de su silencioso menor. Jungkook no lo iba a presionar para que contara más, él simplemente escucharía hasta donde quisiera contarle. Y ahora estaba seguro de que quería contarle todo.
— Mi mamá se recuperó unos meses después, volvió a cocinar, a llevarme a la escuela y ayudarnos con las tareas, pero aún se veía triste. Incluso se metió a trabajar solo por ocupar su tiempo, el dinero que nos había dejado papá cubría nuestra educación y más gastos. Fue mesera en una cafetería, solo las horas que nos encontrábamos en la escuela, siempre estaba para llevarnos a casa cuando terminabamos nuestras clases y estuvo ahí en casa cuando me presenté como omega, dos años después de la muerte de papá.
》Encontró la manera para sobrellevar su marca rota por un par de años, pero hyung y yo no sabíamos que realmente no la había superado. Un día después de la escuela no la encontramos en casa, apareció dos días después con un alfa acompañándola. — Su primer padrastro, aquel que creyó que sería igual a su verdadero padre y el comienzo de lo que se volvió algún tipo de adicción para su madre. — Ese alfa era tan joven para ella, él no había estado buscando ningún compromiso y mucho menos criar a dos niños. Obviamente la dejo a los pocos meses.
— ¿Solo... rompió el enlace? ¿No le importo que ya había sufrido de una marca rota?
— Aunque ese alfa tenía veinticinco años en ese entonces, era el ser más inmaduro y desinteresado que conocí en mi vida. Su enlace con mi madre lo rompió marcando por accidente a otra omega.
— ¿Cuánto tiempo duró con ustedes?
— Solo cuatro meses. Ambos siempre nos molestabamos porque solo llegaba a casa a querer repartir órdenes y mamá nunca lo contradijo. Yo no entendí muy bien lo que pasó en ese corto periodo de tiempo, pero si me alegré de que se fuera. Aunque también odie ver como mamá comenzaba a beber hasta el punto de no recordar ni su nombre. Nuevamente hyung se hizo cargo de mi, mis comidas y siempre estaba ahí para ayudar con mis tareas y cuidar de nuestra madre. Fue más de un año en el que vivimos de esa manera hasta que mi madre entró en razón y se dio cuenta de que estaba malgastando en alcohol el dinero que era nuestra única fuente de ingresos después de que ella dejara de trabajar. Por unos meses todo volvió un poco a la normalidad hasta que vio la oportunidad de tener una tercera marca y dinero que le aseguraría un buen futuro.
— ¿U-Una tercera marca?
— Si, con el hijo del dueño de donde trabajaba como recepcionista. Y ocurrió de la misma manera, ella averiguó sobre su celo y usó su aroma para obtener su enlace. En un principio creímos que esto lo hacía por dinero, pero nos dimos cuenta de que ella estaba entrando en algún tipo de dependencia a estar marcada. Para ella realmente no le importó que ese tipo la insultara todo el tiempo, ella simplemente estaba bien ante cualquier amenaza, excepto romper su lazo.
》Ese tipo lo usó a su favor, la trataba como a una sirvienta personal y se daba el lujo de llevar a omegas y betas a casa. Todo terminó menos de un año después y para ese entonces mi madre ya no estaba mentalmente estable y la relación de mejores amigos que tenía con hyung también cambió. No hasta el punto en el que nos encontramos ahora, pero definitivamente se volvió más distante.
— Tu madre tiene que tener una voluntad extremadamente fuerte, sobrevivir a tres marcas rotas siendo omega es... prácticamente imposible.
— Cinco.
— ¿Mmmh?
Inhalación un poco más del relajante aroma a playa y por fin dejó su escondite para enfrentar los ojos bonitos de su pelinegro.
— Mi madre tuvo otras dos marcas después de las que te conté.
La sorpresa le dio un aspecto bastante tierno al rostro joven de Jungkook, y creó una sonrisa pequeña en su rostro a pesar del contenido de su conversación.
— El cuarto alfa era de una edad cercana a la de ella, se conocieron en el supermercado cuando mi mamá se sintió lo suficientemente recuperada de su último lazo roto. Cada vez que se encontraban, ella sacaba un poco de información, como sus celos y, por supuesto, su situación económica. A pesar de lo mucho que creímos que podíamos evitar que volviera a pasar, un día lo llevó a casa y lucía una marca más. Al parecer hyung y yo no podíamos prevenir todos los escenarios posibles, aún desconocemos cómo conoció a quien fue el último alfa en formar un enlace con ella.
》Con su penúltima pareja todo parecía ir bien, hasta que él conoció a su pareja destinada y la dejó. El último fue el que más odie que formará parte de nuestras vidas. Cuando marcó a mamá rompió su enlace con su omega y está murió poco después, ese odio contra sí mismo lo descargo con mamá. La golpeó en más de una ocasión y llegué a creer que nunca podríamos salir de esa casa que comenzaba a odiar.
》Hyung fue quien nos sacó de ahí. Un día tomó unas mochilas y maletas, metió varias cosas nuestras en ellas y nos sacó de ahí hacia la casa de un amigo. La marca de mamá desapareció con el tiempo, pero fue la pérdida más dolorosa para ella. Terminó por perder la noción del tiempo, se lastimó varias veces con sus propias uñas y mezclaba sus recuerdos, hay días en que aún cree que yo soy un pequeño de ocho años, que papá está vivo o días en los que ni siquiera nos recuerda.
— Tu hyung... ¿por qué él... te trata de esa manera?
— Cuando lo descubra, serás de los primeros en enterarte — dijo con un suspiro —. Desde que ese último alfa llegó a nuestras vidas, hyung cambió demasiado su forma de ser, ya no lo reconocía después de eso. Muchas veces me ha insultado solo por ser omega y constantemente dice que soy como mamá y que terminaré de la misma manera. Jin fue quien estuvo para mí en esos momentos en que quería escapar de casa, él vivía frente a la casa que hyung compro con lo que quedaba del dinero que papá nos dejó. Era él quien trabajaba para mantenernos a mamá y a mí, continuó su carrera en la universidad de esa manera y aunque muchas veces me echó en cara que yo no aportaba a la casa, tampoco me dejó buscar algún trabajo de medio tiempo. Aunque después de todo, estar ahí en casa con mamá fue lo que me metió a la cocina en primer lugar, Jin me ayudó a mejorar cuando se enteró de que lo disfrutaba y al final hice de eso mi profesión.
— Y eres el mejor del mundo.
La opinión de su pelinegro fue acompañada de una enorme y bonita sonrisa.
— Solo has probado mi comida u-una vez.
— Y es la mejor que he comido en mi vida.
— Mentiroso...
Se volvió a esconder en la curva del cuello del menor, esperando a que su sonrojo bajara un poco.
Pero este solo aumentó cuando la lengua caliente de Jungkook dejó un rastro de saliva en la piel sensible de su hombro derecho para después comenzar su camino hacia el lugar donde se mostraba su marca y para finalizar detrás del lóbulo de su oreja. Lo que pensó que era una caricia de parte de su alfa, pronto se convirtió en más lamidas en cada centímetro de la piel de su cuello y cara.
— Ju-Jungkook... esper-ah... — Cuando las cicatrices en forma de media luna fueron lamidas con un poco más de entusiasmo, un estremecimiento recorrió su cuerpo entero y un gemido pequeño se escapó de entre sus labios. — ¿Qué... q-qué haces?
— Acicalarte... para que duermas mi Gatito-hyung.
— E-Eso solo se hace con los cachorros... yo-yo no soy un cachorro.
— Pero aun así quiero acicalarte.
El grueso muslo de Jungkook se hizo lugar entre los suyos y con su peso cerniéndose encima, él terminó con su espalda pegada a la superficie plana de su cama. Su alfa pelinegro no dejo de lamer sus mejillas, labios y detrás de su oreja y él no dejo de soltar pequeños gemiditos por lo bien que se sentían cada una de las caricias de la húmeda lengua.
Ese gesto que estaba teniendo Jungkook con él, era simplemente tierno a pesar de que dejó que unas pocas de sus feromonas escaparan, el menor siguió con la misma calma. Ser acariciado sin segundas intenciones era lo que realmente necesitaba en ese momento y su alfa lo había averiguado antes que él mismo.
El sueño comenzó a dominar su mente, a pesar de creer que esa noche le sería difícil dormir después de recordar su pasado. Sus ojos finalmente se cerraron y su cuerpo fue jalado hasta quedar sobre un costado, usando el brazo de Jungkook como almohada.
Un suspiro satisfecho salió de sus labios y un beso cariñoso fue dejado en el centro de su frente.
— Gracias por contarme sobre tu pasado mi lindo Gatito-hyung.
Con esas últimas palabras susurradas en su oído, dejó que el sueño se apodera de su cuerpo.
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