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»III«

"El sentido del amor es bendito, bendice al que lo produce y bendice al que lo recibe

-william shakespeare"



Mirando su reflejó en el lago de sangre, Inspecciónaba cada parte de su rostro y especialmente sus ojos los cuáles transmitían los sentimientos de irá, tristeza y agonía

Eran sentimientos que pensó que no volvería a experimentar ahora que había vuelto a la nueva era. Nunca pensó que el recuerdo de ella volvería atormentarlo de esa manera, aún podía recordar su voz llamándole, su aroma su tacto, su risa, su calor.

Todo.

Todo de ella aún puede recordarlo y el sentimiento de la tristeza que experimentó el día que perdió para siempre a su amada. Ese día fue desgarrador para el, si tan solo no se hubiera ido, sí tan solo se hubiera quedado como ella se lo pidió.

Tal vez, solo tal vez ella no estaría muerta estaría con el, como lo habían prometido unos días antes de su muerte.

Pero como dicen, el hubiera no existe.

Ni existirá.

Aun puede recordar muy claramente ese día, aquél día que desea olvidar, quiere olvidar. Olvidarla a ella, a la única mujer a quién amó a quién le entendió y no lo juzgó por su apariencia. Lo comprendió lo hizo sentir humano, lo hizo sentir amado.

________

Era el nombre de su amada.

Era esa mujer que lo volvía loco con tan solo su presencia la mujer con una presencia tan tranquila, esa mujer que tenía una personalidad tan extrovertida, todo lo contrario a el. Ella que le agradaba a los humanos y el que le desagradan. Solo los miraba como bichos.

Siendo tan opuestos...¿Porque terminaron juntos?

¿Porque ella lo eligió?

No lo entendia, por más que lo pensará no podía encontrar una respuesta. Ella tenía todas las de perder por estar con el y al final su decisión la llevaron hacia la muerte el la llevo hacía su muerte.










































































































































Con sus ojos miraba a la mujer delante de suyo, ella bailaba tan felizmente que sus movimientos eran tan elegantes y tenía un toqué sensual una buena combinación. Sukuna le encantaba verla hacer lo que ella amaba ya que cuando ella bailaba se veía tan radiante, viva.

Libre.

El sonrió cuándo ella lo vió y le guiñó el ojo para seguir danzando con una brillante sonrisa. Recargó su cabeza en su mano a su lado se encontraba alguien más que miraba también a la mujer, esa persona se veía tan pacíficamente.

A esa persona también le agradaba aquella mujer.

El viento sopló levemente haciendo que el cabello de la femenina volará. Paro de bailar y con ayuda de su mano acomodo sus rebeldes cabellos se sentía algo sedienta. Así que decidió tomar un pequeña descanso.

——Tienes tantas energías, en serió mujer ¿como no te cansas?—— hablaba Sukuna, al verla acercarse hacía ellos.

Uraume al verla le ofreció un vaso de agua y ella le agradeció.

——Bueno es una técnica de mi familia que solo nosotros podemos hacer.

——¿Y esa cuál es?——le preguntó curioso.

——Alma perpetua, es una técnica pura pero a la vez peligrosa es un arma de doblé filo Si nos equivocamos nos puede costar la vida o mejor dicho nuestra alma.

——Que tecnica tan extraña se escucha complicado y molestó.

——Es que lo es cuando lo intente por primera vez. Fue tan doloroso porque creí por un momento ver a mi bisabuela saludando desde el rio Sanzu ——se abrazo así misma, mientras que hacia una expresión de miedo.

——¿Y porque no cruzasteis?——una sonrisa burlona se instaló en los labios de Sukuna.

——Porqué en ese entonces yo no sabía nadar——confesó con vergüenza.

Silenció total.

——¿En serio?——le preguntó con incredulidad.

——En serio——miro hacía cualquier lugar que no sea ver el rostro de sukuna.

Ya podía imaginar la sonrisa que estaría haciendo.

——Hahahahahy sukuna se empezó a reír, burlándose de ella.

La femenina se sonrojo hasta las orejas, no debió haber dicho nada sabiendo la personalidad de Sukuna y a sabiendo que la molestará con eso.

——"Acabó haciendo su propia tumba"—— pensó Uraume mirandola con lástima.

——¡No te rías! ——pidió con vergüenza y se dirigió hacia el hombre de cabellos bicolor——¡Uraume, dile algo!

——Sabes eres buena en todo, pero no sabes nadar, ¿Que puedo decir? ¿Lo siento?

——¡QUE MALO ERES!

Mientras que un Sukuna reía una ¿humana? Se quejaba y una maldición conteniendo las ganas de reir eran observados por un par de ojos. El cual sonrió con diversión aquella escena le era muy interesante, aún que ya le esperaba verlo en con sus propios ojos le era mas entretenido que nada.

——¡YA EN SERIO PARA DE REÍR! ¡ES VERGON---!!! —— rápidamente saltó hacía atrás, esquivando aquel ataque que iba a su dirección.

Ambas maldiciones se pararon del suelo, y se pusieron alertas el ataque al tocar el suelo hizo una explosión haciendo un agujero enorme.

——¿Pero que...? —la de cabellos rubios miró hacia donde había venido aquél ataque——"¿Quién ha sido? No, más bien...¿desde cuando ha estado observando? ¡nisiquiera yo lo sentí "——pensaba con sorpresa y miedo——"Y esa flecha....¡No, no no puede ser posible!"——empezo a entrar en pánico.

En su hombro derecho sintió una mano masculina que sabía de quien era. Sukuna se encontraba atrás de ella mirando hacia la dirección de dónde provino el ataque. Mataría aquél que se había atrevido dañar a su pertenencia.

¿Quien desea morir?

——Uraume ——con tan solo decir el nombre del mencionado se fue a investigar.

Con cuidado le dio la vuelta a la femenina y la empezó a examinar. Asegurándose que no tuviera alguna herida, sintió una pequeña y cálida mano en su rostro la miró a los ojos y se encontró con una sonrisa.

——Estoy bien, soy fuerte.

——Lo se, pero no sabés nadar.

——¡Maldita sea! ¡no debí decirte nada!

El sin previo aviso la abrazó. Estaba aliviado de que nada le hubiera pasado nada. Sukuna nisiquiera había sentido aquél ataque eso quiere decir que el enemigo era alguien muy fuerte y bueno.

Miró hacia al frente y se encontró con la mirada de Uraume, quien al sentir la mirada de Sukuna negó con la cabeza, aquél ser desconocido se había escapado y eso le molestó. No sabía si volvería a atacar y a el no le importaba podía eliminarlo sin problemas. El único problema aquí era que su objetivo fuera _____. Eso si que le molestaba así que si lo encontraba no le daría compasión.

——T-tal parece que el oponente es alguien fuerte, nisiquiera sentí su presencia "lo cuál me molesta muchísimo ¿Ellos ya se están moviendo? No, habíamos hecho un trato y ¿Por qué ellos? ¿tan débil me ven?"

Sukuna la miró.

——No me importa si es fuerte cuándo lo encuentre lo destrozare.

——Eso no lo dudó——eso era lo que le preocupaba——cómo sea me tengo que ir, mí padre ya está sospechando últimamente sobre mis escapaditas.

Sukuna la miró y murmurando por lo bajó.

——Tu padre hace bien.

La jóven lo miró confundida no había alcanzado a escuchar lo que el había dicho.

——Mmm ¿Dijiste algo?

El simplemente negó con la cabeza a la vez que miraba hacía otro lado con una sonrisa traviesa.

——No nada, no dije nada.

Ella entré cerró los ojos con sospecha.

——No pues no te creó.

Se encogió de hombros sin importancia.

——Bueno, no me importa sí me creés o no.

——Ugh, Uraume, ¿Cómo puedes soportarlo?

——Con mucha paciencia.

Sukuna al escuchar la respuesta del cabello blanco, reprochó como niño pequeño.

——¡Hey!

——Hahaha tienes razón, hay que tener mucha paciencia.

La miró reírse, el sonrió levemente para su desgracia le gustaba verla sonreír.

——"Esto de estar enamorado es... extrañó y escalofriante"

Pensó el, se sentía como un estúpido enamorado.
























——¿Y bien? ¿Me podrás dar una buena explicación..._____?

——"De esta no me salvo"——pensó la jóven mujer arrodillada.

Apretando las manos sintió todo su cuerpo temblar por la presión que su padre estaba emitiendo de su cuerpo. Aquella aura dorada rodeaba a su padre demostrando su poder, autoridad y molestia.

——Se te encomendó eliminar a la maldición Ryōmen Sukuna ¿Y que haces? Si, solamente te la pasas tonteando a su alrededor...¡Ignorando todas las vidas humanas que el arrebató por su capricho!——cada vez elevaba su voz, haciendo temblar a la femenina——¡¿En que estabas pensando?! ¡Recuerda todo el dolor que a causado a todos esos humanos inocentes!

——¡Lo se, lo se!——gritó ella, sin despegar su frente del suelo——¡Ya se mi pecado!

——¿Por que...?——temblando de la rabia oculto su rostro con la palma de su mano——¿Porque el...?

——N-no lo se—admitió—Al principio pensaba evaluarlo era la primera vez que veía ese tipo de maldición. Pero mientras más pasaba a su lado más me sentía atraída hacia el, era la primera vez que alguien me veía por lo que era y no como... alguien que todos quieren que sea una deidad.

Lo odiaba, ella en verdad odiaba ser comparada por una deidad. Ella no podía hacer milagros no podía revivir a los muertos ser alguien que lo perdona todo. Ella no era una deidad que podía hacer todo lo anterior. Tenía sus limitaciones, tenía sentimientos negativos, tenía la sensación de perder a alguien querido y no poder hacer algo.

——Yo...sin darme cuenta me había enamorado de él——levantó la cabeza y con lagrimas en sus ojos miró a su padre——¡Yo amo a la maldición Ryōmen Sukuna! ¡Y sin importar su pasado, no me detendrá en protegerlo!

——....¿eso significa que no te importaría matarnos a nosotros por quererlo proteger?

Oh, la pregunta que jamás pensó que le dirían. Pero miren ahora en esos momentos su amado padre le había hecho la pregunta con pesar en su voz.

Inhalando profundamente lo miró a los ojos, en esos momentos los ojos de su padre eran de un color amarillento como un dorado mezclado con rojo, era como un hermoso atardecer. Ella siempre amó y respeto a su padre, para _____, el y sus dos hermanos lo eran todo para ella, pero al conocer a sukuna el se había vuelto su mundo.

Así que sonriendo con tristeza, le respondió.

el cae yo....


























































































Caminando con toda la calma del mundo miraba los grandes árboles a su alrededor, era muy próspero y relajante en el lugar en el que se encontraba en esos momentos tal vez a ella le guste ese tipo de lugar sabiendo su personalidad pacífica.

——"Sin importar que siempre pienso en ella"

Cerró sus ojos por unos momentos y la imagen de ella riendo pasó por su mente el sin saber también sonrió, tenerla en sus memorias le era agradable.

El poco a poco estaba abriéndose al sentimiento del amor aunque era extrañó, ya que el jamás había experimentado ese tipo de sentimiento.

Esto era nuevo para el.

Siempre había pensado que era un sentimiento inútil. Ha como estaba tan equivocado. Ese sentimiento era extrañó, pero le gustaba.

——"Me siento... relajado"

Su mente y cuerpo los sentía tan bien que se sentía tanta calma que jamás pensó tenerla. En esos momentos tenía la necesidad de verla una vez más y sí era posible, darle un abrazó.

Observó su mano y la cerró y la volvió abrir y nuevamente la volvió a cerrar pero está vez con más fuerza. El quería sostener la delicada mano de la jovencita, deseaba poseer su corazón y así poder protegerlo del mal del mundo.

Aunque era algo gracioso ya que el era la mayor amenaza existente.

——"Que hipócrita de mí parte pensar en eso"

Escuchó el crujido de unas ramas miró hacía arriba y miró como un ave se preparaba para volar se detuvo para verlo detrás de el venía Uraume quién al ver que su amo se había detenido el también lo hizo dirigió su mirada al lugar en el que rey de las maldiciónes observaba.

Abrió un poco sus ojos al ver como el ave prendió vuelo. Su vista se dirigió hacía Sukuna quién tenía una de sus manos elevada hacia el cielo dirigida al ave quién volaba tranquilamente.

Sukuna, al ver el ave volar había elevado su mano hacia al cielo como queriendo tomarla, pero era imposible, comparó el ave con la jovencita. Su amor por ella era inalcanzable e imposible. No importaba cuánto lo intentará, no la podrá alcanzar.

En sus ojos se reflejaba al ave cada vez más lejos lentamente dejó su mano caer.

Desde que fue más consciente de sus sentimientos hacia la bella jovencita, siempre tuvo el pensamiento de encerrarla en un solo lugar en dónde el solo pudiera protegerla, para así ser el único en que la vea.

Deseaba monopolizarla, deseaba poseerla y dejar sus marcas por todo su pequeño y delicado cuerpo, indicando que le pertenecía solamente a el y a nadie más.

Pero no podía hacerlo por más que lo deseara, no podía arrebatarle la dulce libertad que ella disfrutaba y amaba. Sí lo hacía, ella, lo odiará.

Él no le importaba ser odiado, siempre le dió poca importancia obviamente cuándo alguien lo miraba o hablaba mal de el, simplemente lo eliminaba como los insectos que eran los humanos.

Ahora, con tan solo la idea de que ella lo odiará, le daba un pesar sentimiento en tan solo pensarlo. El deseaba ver su sonrisa y aquella dulce mirada, deseaba que solamente le sonreía y mirase, solamente a el y nadie más.

El podía sentir la mirada de Uraume en el, ya sabía lo que su siervo pensaba.

Patético.

Abrió y cerró su boca, repetidamente. Hasta que habló, llamando la atención de Uraume.

——...Soy despreciable, ¿Cierto?

Silenció.

No hubo respuesta de parte de Uraume. Pero con su silenció, le dió la respuesta.

Sí, el era alguien despreciable un ser despreciable en el amor.

Pero, era normal, el apenas era nuevo con esos sentimientos. Sentimientos los cuales consideraba inservibles, para su nuevo mundo que estaba construyendo.









































































































































Si aun puede recordar esos momentos y también el día que conoció aquél infeliz que se había atrevido atacar lo suyo. Cuándo lo vio no dudó en golpearlo pero no podía matarlo cuando le reveló su identidad y su propósito aún que tenía un buen propósito las ganas de matarlo no faltaban.

Pero para su desgracia, aun puede recordar aquél escena de su mujer llorando.

"Sukuna, Yo...me tengo que casar"

E

se día, fue dónde empezó el verdadero infierno para ambos y mas para ella.

——La vida puede ser tan injusta y cruel——murmuró mirando a la infinita oscuridad en la que se encontraba.

Los recuerdos con ella iban y venía todo de ella, todavía se encontraba grabado en el en su cuerpo, alma y mente. No importaba lo que hiciera, no podía borrarla. De alguna manera siempre aparecía delante de él, sonriendo solamente para el. Con tan solo cerrar sus ojos podía verla delante de él sonriéndole podía escuchar su risa su melodiosa voz hablándole diciendo su nombre.

Inconscientemente había levantado su mano al cielo queriendo atrapar a la mujer a quién amó, la mujer quién le daría todo de el. La mujer quién se estaba volviendo humano, la mujer quién lo estaba haciendo cambiar.

Ella era su luz.

Ella lo era todo para el, el había prometido jamás caer en la tentación del amor pero la vida es caprichosa y le dió una debilidad.

Siempre intento poner un muro entré ellos pero de alguna manera, ella siempre lo derribaba por más que lo intentó, ella siempre destruía cualquier cosa que le impedía acercarse a el. Ella nunca se rendía y eso fue algo de lo que se enamoró ella era tan terca.

Sin saber, se encontraba sonriendo al tener otra memoria con ella.















































































































——Vamos vamos, rápido Sukuna, sí que eres lento.

La gran maldición la miró ofendido.

——Disculpa, ¿Lento yo? Ja, no me hagas reír.

Ella simplemente rodó los ojos con diversión, rápidamente se colocó la capa que traía en manos y para sorpresa de Sukuna, el color de cabello y ojos de ella cambiaron por completó su cabello ya no era rubios, si no, ahora un color castaño claro sus ojos que eran un misterioso color rosa brillante ahora eran un color plata profundos.

Ella al ver la mirada de sorpresa de Sukuna, no pudo evitar soltar una risa, la cuál retuvo.

——¿Sorpresa?——le habló de una manera burlona y juguetona.

Sukuna, al ver que se estaba riendo de el, le dió un pequeño golpe en la frente con el dedo para posteriormente cambiar su apariencia completamente, ahora se veía más humano.

Un humano atractivo.

——Oooh, así que eso es lo que ocultabas ——murmuro por lo bajó a la vez que discretamente lo miraba de arriba hacía abajo.

Nada mal, pensó para sus adentros.

——No eres la única con sorpresas—— le guiño un ojo y en sus labios se perfilo una sonrisa egocéntrica.

——Bien, ya entendí ahora ponte la condenada capa y sígueme.

Sukuna a regañadientes se la colocó. Sí, había tardado en convencer a la maldición para que se pusiera la capa del mismo color que la suya.

——¡Ahora si vámonos!——dijo felizmente.

Y lo tomó la mano con entusiasmo y se lo llevó a casi arrastras hacía el festival que se estaba llevando en el reino. Bajó la presencia de las estrellas y la radiante luna ambos empezaban a disfrutar del festival.

——"Mucho ruido"——pensó sukuna al ver a la gente reír o gritar.

Notó como algunas parejas se tomaban de la mano y entonces lo notó, el había notado la mirada que ambos enamorados se dedicaban, esa mirada de alguna manera le recordaba la forma en que ella lo miraba, miró como ambos se iban sin soltarse de las manos, miró la suya para posteriormente mirar la delicada mano de la jovencita la cuál se encontraba comprando a lo que su parecer unas brochetas.

El tenía la tentación de tomar su mano.

La vio acercarse hacía el con las brochetas en manos le entregó una con entusiasmo.

——Vamos, pruébalas se que te gustarán.

Sukuna, al ver la mirada ilusionada de ella, dejó salir un suspiro profundo, por más que quisiera, no podía negarse al ver la mirada ilusionada de la chica, al tomarla, lo observó y debe admitir que el olor que desprendía era agradable.

¿Hace cuánto que no come comida humana?

Han pasado tanto tiempo desde la última vez que probó una comida humana. Así que llevándosela a la boca, le dió una mordida.

La saboreó y debe admitir que no estaba tan mal tenía un agradable sabor. Su vista se dirigieron hacía _______, la cuál se encontraba esperando una buena reacción de el.

——¿Y bien?——le preguntó con curiosidad——¿Te gustó?

Una pequeña sonrisa apareció en sus labios, y colocó una de sus manos en la cabeza de la menor y le dió leves palmaditas.

——No están tan mal.

Una gran sonrisa apareció en ella

——¡Me alegra! Ahora vamos ¡Hay muchas cosas que quiero enseñarte!

Sin darse cuenta, lo había tomado de la mano, Sukuna al sentir lo suave que era la mano de ella observó sus manos entrelazadas y no pudo evitar compararlas con la suyas, mientras que las de ella eran suaves, frágiles (a pasar de su buen manejo con las armas) y tan pequeña. Mientras que la suya era totalmente diferente a las de el las suyas eran ásperas, grandes y para nada frágiles el podía matar a alguien con mucha facilidad.

Esas eran una de las razones del porque no podía darse la libertad de sostener la mano de la chica, temía lastimar la.

En eso, escuchó una suave voz, quién lo llamaba por su nombre.

——¡Sukuna!

La miró y notó que sus ojos habían vuelto a la normalidad, le acomodó la capucha, impidiendo así que la mirase.

——Tonta, tus ojos volvieron a la normalidad——le regañó y notó como ella se sorprendía.

——¿Qué? ¿En serio? Ay no, eso quiere decir que me falta tener control de mis emociones. Ahhh——suspiro pesadamente——Si no controló mis emociones, mi padre me volverá a mandar a estudiar con la tía abuela todo menos eso.

Sukuna simplemente podía escuchar como ella se quejaba sobre sus emociones y su padre estricto y sobre su tía abuela. La escuchó por un pequeño cortó de tiempo, pero con eso bastó para entenderle.

——Entonces, tu habilidad de cambió, ¿Está ligada con tus emociones?——la miró asentir sin emoción eso no le gustó para nada, miró a sus alrededores y entonces miró algo que llamó su atención.

Ligeramente sonrió, definitivamente a ella le gustará.

——Mejor olvidemos sobre tus emociones por hoy y vayamos a ese lugar.

Señaló hacía una plaza, _______, volteó la mirada para ver a dónde señalaba Sukuna, abrió los ojos de la sorpresa, y sintió una gran ola de emociones positivas. En la plaza se encontraba un grupo de pequeños músicos además de que había unas que otras personas bailando.

Dirigió su mirada hacía sukuna y el pudo presenciar una gran sonrisa.

——Vamos, ¿Te gusta bailar, no es así?

——¡Gracias! Tu siempre sabes cómo animarme.

El quería decir algo pero no pudo ya que la jovencita se lo había llevado con ella, casi arrastras. Pero poco le importó el quería seguir presenciando la felicidad de ella.

Sintió un gran vacío, cuándo ella lo soltó de la mano para dirigirse al centro del lugar se puso en una posición cómoda y segura, para así poder vigilarla. No quería que algo malo sucediera aunque obviamente no le importaba las vidas de los demás, así que por si algo pasara el trataría de postergarlos porque sabía que ella se pondría triste.

Un momento...

No...eso no era posible.

Cubrió la mitad de su rostro al darse cuenta de sus pensamientos.

No podía creer el pensamiento que había tenido y la seguridad con la que había afirmado.

——"¡Demonios! lo que uno llega a hacer por amor" ——se sentía patético.

El amor sí que volví a las personas estúpidas.

Empezó a escuchar las voces de las personas las cuáles se escuchaban emocionadas, levantó la mirada y se encontró como ella bailaba con otras bailarinas, quiénes le sonreían al verla bailar con tanta gracia y elegancia.

Sukuna nunca apartó sus ojos en ella cada movimiento en que hacía la miró bailar con mucha emoción en su rostro, ella era como un libro abierto para el notó como el color de ojos volvió a cambiar y entendió que se encontraba felíz.

El sonrió cuándo ella lo miró y le mostró una encantadora sonrisa, solamente para el. El se quedó ahí sin hacer algún movimiento, el se quedó admirando la,

Quería que el tiempo se detuviera para hací poder seguir presenciando su belleza.

Su amor.

Su mundo.

Su vida.

Su perdición













/Continuará/

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¡GRACIAS!

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