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☆•𝐒𝐈𝐄𝐓𝐄•✩

La noche había llegado y el oscuro cielo era perfectamente hermoso a la vista, las estrellas daban pequeñas iluminaciones a la noche y la luna aportaba su tenue luz. En el interior de su cuarto, Mew se encontraba dando vueltas en su cama de un lado a otro, cual adolescente enamorado por primera vez. Abrazaba entre sus brazos a aquel pequeño peluche de astronauta y sonreía mientras observaba el techo.

La sed invadió su garganta así que sin tener muchas ganas de bajar pero siendo movido por la áspera resequedad de su garganta, se puso de pie y se dirigió a la primera planta de la casa, específicamente a la cocina. Fue hacia el refrigerador y sacando el recipiente que contenía los hielos, tomó tres y los dejó caer en el interior de su vaso para luego llenar este mismo de agua casi por completo.

Escuchó unos pasos afuera de la cocina, ni siquiera se molestó en girar para ver quién era, ya imaginaba que era San, puesto que su padre llegaba hasta muy tarde. No fué hasta que escuchó el golpe de un maletín ser puesto sobre la mesa que se encontraba en el centro de la cocina, que decidió darse la vuelta, encontrándose así frente a frente con su progenitor.

—H-hola, padre —saludó con temor, pues este no le había dirigido la palabra en toda esa semana. —¿Quieres un poco de agua? ¿O algo más que se te ofrezca?

—Nada —respondió cortante. Mew asintió comprensivo.

—¿Qué tal el trabajo? — Ahí va uno más de sus intentos por hablar con su padre.

—Bien — Volvió a responder de manera cortante.

“Sigue molesto.” Pensó el gemelo.

—Padre, ¿podríamos hablar, por favor?

—¡Oh, mira!, que bien. ¿Ahora sí quieres hablar? — Mew frunció el ceño —Bien, hablemos. Hablemos de lo que sucedió hoy en esta casa por tu culpa, hablemos del chico que encerraste en tu cuarto y con quien estuviste fumando y bebiendo. — Chai se cruzó de brazos, con su semblante dando a entender lo furioso que estaba. “Maldito San. ¿Es que jamás vas a dejarme en paz?” Pensó Mew —¡¿Te parece gracioso o adecuado meter a la casa a un chico que lo único que hace es enseñarte a fumar y a beber?!

—Por favor, padre. ¡No he traído absolutamente a nadie! —respondió.

—¿De nuevo gritándome? ¡¿Entonces no es verdad que estuvo un chico en esta casa hoy?! — Mew suavizó la expresión en su rostro y suspiró, inclinó la cabeza y Chai asintió furioso. —¡Lo sabía! —Golpeó su propia frente con su mano.

—¡Pero, padre, déjame explicarte! ¡Te juro que se presentó y nada más! ¡Fueron solamente unos minutos y no hubo ni cigarrillos, mucho menos bebidas! —Intentó explicar, aunque en el fondo sabía que era inútil.

—¡DEBISTE DECIRLE QUE SE FUERA DE AQUÍ!

“¿Qué caso tiene que intente explicar?. Nunca me cree nada.”

—¿Es en serio? —preguntó sarcástico. Chai enarcó una ceja y se cruzó de brazos —¿Cómo puedes pedirme algo como eso?  No te comprendo.

—¿Qué?

—Lo que escuchas, padre. ¡¡No te comprendo en absoluto!! Me dices que debo de tener amigos y una vida normal, pero cuando lo hago me culpas por intentarlo. Ni siquiera hicimos algo inapropiado. — Chai permaneció en su posición, la expresión de su rostro no cambió en absoluto —¿Es que no te das cuenta lo que San intenta hacer? ¡¡Quiere ponerte en mi contra, y por lo que veo, siempre funciona a la perfección!!

—¡¡Ay, por favor, Mew!! ¡¿De nuevo con lo de culpar al pobre de San?! Estoy muy decepcionado de tí. — Mew tragó grueso y retrocedió debido al impacto que causaron las palabras de su padre, sus ojos se cristalizaron, pero esta vez no planeaba llorar frente a él.

—Bien, no es algo que me sorprenda en verdad, me lo sigues repitiéndo con demasiada frecuencia que hasta ya me lo memoricé.  Lo que no entiendo es ¿por qué? ¡¿Por qué, padre?! ¡¿Por qué todo el mundo se lleva el beneficio de la duda, menos yo que soy tu hijo?! ¡¿Por qué nunca me permites explicarte lo que en realidad sucede antes de que vengas a atacarme?! —Sollozó.

—¡Ah! ¡Mira! ¡¡PERFECTO!! ¡Ahora el malo soy yo! — Chai acomodó su saco —Ya no tengo las respuestas para tí, Mew. Es bastante obvio que necesitas ayuda, una ayuda que no puedo darte yo.

—Padre, ¿por qué nunca me crees?

—Pues empezaré a creerte nuevamente cuando me demuestres que puedo confiar en tí. — Chai sacó su celular.

—¡¡¿Y CÓMO VOY A HACER ESO SI NUNCA ME ESCUCHAS?!!

—¡BASTA DE GRITARME! ¡¡TE QUEDA UNA SOLA OPORTUNIDAD MEW SUPPASIT!! — Mew volvió a tragar grueso — ¡Una más antes de que aquí hayan graves consecuencias! —Tomó su maletín —Te aconsejo que seas responsable con ella. —Dicho esto, Chai se retiró de la cocina bufando insultos a la nada mientras subía las escaleras.

Mew parpadeó intentando alejar las lágrimas, sus manos estaban apretadas en un puño y su pecho subía y bajaba rítmicamente. La desesperación lo consumía poco a poco, sollozó, más no permitió que sus lágrimas salieran, escuchó los pasos de San y al levantar su rostro lo contempló sonriendo. Este vestía ropa de fiesta, con su chaqueta de cuero negra, la cual estaba adornada con pequeñas estrellas metálicas y su cabello peinado hacia atrás.

—¿Qué sucedió, hermanito?

—... — “No a la violencia, no a la violencia, no a la violencia” Mew se repitió a sí mismo una y otra vez.

—Me temo que sin querer he escuchado absolutamente todo... — Mew rodó los ojos —nunca había visto a padre tan furioso, me parece que va en serio y en realidad está considerando enviarte a algún lugar muy lejos de aquí. —Fingió tristeza —Bueno, por lo menos aún tiene a un hijo del cual sentirse orgulloso, ¿cierto?

—...— El menor apretó aún más sus puños, sintiendo la furia de no poder defenderse

—Ahora discúlpame, ¡una increíble fiesta espera por mí! — Le lanzó un beso en el aire —Eso es lo que hace una persona que tiene amigos, te lo aclaro porque tú ni siquiera tienes idea de ello. —Rió —Seguramente me encuentre con Gulf esta noche, ni siquiera tienes idea de lo difícil que fué para él resistirse a todo esto. — Aquello hizo que Mew lo mirase con furia, pero que a la vez la inseguridad golpeara su pecho. Su semblante decayó de inmediato —Ay, tranquilo, fracasado, le daré un beso como recuerdito de tu parte, eso es... si es que acaso te recuerda, lo cual dudo que suceda. —Golpeó la mejilla de Mew y sin más se retiró, dejando el hueco de sus carcajadas en el aire.

Mew suspiraba con enojo y con impotencia, sus ojos estaban cristalinos mientras que sus manos eran apretadas en un puño, con los nudillos de sus dedos ya emblanquecidos debido a la presión.

—Ya me lo has quitado todo en la vida, ¿y ahora intentas quitarme también a Gulf? Eso sí que no, San. ¿Quieres conocer cuan malo puedo ser? Bien, me aseguraré de que ni siquiera pongas un pie dentro de esa fiesta. —Sonrió, pareciendo una versión malvada, casi como su hermano. —¡Aish! ¡Aún debo de pensar en que forma haré eso! —Hizo un puchero, lanzando al vacío toda versión malvada que tuvo hace algunos segundos.

De pronto una notificación de su celular lo retiró de sus pensamientos por completo. Sacó su celular del bolsillo de sus jeans y atendió la notificación, era el chat grupal en el cual lo habían agregado únicamente gracias a Yoon Shi.

Los mensajes continuaron llegando uno tras otro, siempre era así, Mew sonrió para sí mismo al reconocer perfectamente la chaqueta de la cual San estaba hablando.

Su hermano se la había quitado a un chico en la tienda de ropa, a quien a base de golpes le obligó a dársela y, precisamente ese chico tenía que ser Bass, el hermano de Kimmon. Y por suerte, él lo había grabado todo.

“Seguramente si ven ese vídeo ni siquiera lo dejarán entrar” Sonrió al pensar aquello. “Me muero por ver tu cara, hermanito.”





San llegó al lugar de la fiesta, es decir que ya se encontraba en el vecindario de Kimmon. Justo como lo imaginó el lugar se encontraba rebosando de chicos, entre ellos sus amigos. Sonrió al observar a Kimmon en la puerta de su casa, San creía que estaba esperando por él.

—¡¡Hey!! ¡El rey de la noche ha llegado! ¡¿En dónde están las cervezas?! —Caminó hacia las gradas de la casa de Kimmon, observó a Perth en el inicio de la segunda grada —¡Quítate de enfrente!

—No lo creo — Respondió el moreno, de brazos cruzados.

—¡¿Qué?! ¡Que te quites del camino, maldito fracasado!

—¡Vaya! San, me sorprende verte aquí —dijo Kimmon, caminando hacia él.

—Tú me invitaste, no veo por qué te sorprende —respondió fastidiado.

—Error, invité a todo el grupo, pero me temo que a tí no te puedo dejar pasar —explicó, el pelinegro. Cruzando sus brazos. San frunció el ceño y rió sarcástico.

—¿A qué te refieres? — Su ceño se frunció en evidente confusión, todos los presentes se echaron a reír, aquello enfureció a San.

—No puedo creer que después de haber hecho algo como esto, hayas tenido valor de presentarte aquí. ¡En mi casa! — Kimmon le extendió el celular a San, en el cual se reproducía el vídeo de él golpeando a Bass por la chaqueta. El gemelo mayor parpadeó pero se reincorporó de inmediato.

—¿De qué diablos estás hablando, idiota? Obviamente ese no soy yo, tengo un hermano gemelo —Intentó expiarse las culpas.

—Bueno, ni pienses que vamos a creer que algo como eso lo hizo Mew, todos sabemos que él jamás sería capaz de golpear siquiera a una mosca y mucho menos someter a alguien a base de violencia. —Intervino Yoon Shi, quien había sido el que había enviado el vídeo a todos sus amigos, obviamente estando de acuerdo con el plan de Mew. San volvió a parpadear, esta vez un poco más furioso.

—¡Tú no te metas, imbécil!

—¡¡LÁRGATE!! —Le gritó Kimmon. —Eres un monstruo, un maldito monstruo, y nosotros no queremos amigos como tú.

—P-pero... — Yoon Shi sonrió victorioso al ser testigo de la impotencia en San.

—¡Lárgate!

—¡Sí, vete!

—¡Fuera!

Sucesivamente comenzaron a gritar la mayoría de los presentes, todos pidiendo por el mismo objetivo. San bufó furioso y completamente humillado aunque él no quisiera aceptarlo.

—¡No saben con quién se están metiendo, malditos! ¡¡ME LAS VAN A PAGAR!!

—Claro, claro, ya vete, ¿quieres? Queremos continuar la fiesta —dijo Yoon Shi. San pateó un basurero que encontró en su camino y se retiró de ahí, todos comenzaron a reír al verlo por primera vez vencido y humillado. —¿Lo viste? — Yoon Shi se dirigió con emoción a Mew, con quién se encontraba conectado en una videollamada.

—¡Sí! Fué bastante genial, con que así se siente conseguir un poco de justicia —Sonrió.

—Sí, pequeño sol, así se siente — Yoon Shi imitó su sonrisa.

Muchas gracias por ayudarme, Yoon. No habría podido hacer esto de no ser por tí —Agradeció con sinceridad.

—Todos para uno y uno para todos, en nuestro caso, dos —recordó sonriendo.

Sí, muchas gracias, por cierto... ¿puedo pedirte un favor?

—Sabes que siempre puedes hacerlo—respondió Yoon Shi.

¿Podrías decirme si Gulf?... ehm...

La sonrisa se borró de inmediato del rostro de Yoon Shi. Inclinó un poco su cabeza pero a la vez lo volvió a subir para ver al gemelo.

—¿Quieres saber si Gulf está con alguien esta noche, eh picaron? —Bromeó, con una amplia sonrisa. Mew sonrió tímidamente al otro lado, pero asintió —Yo lo vigilaré, capitán. —Llevó su mano a su frente.

¡No! ¡No! No se trata de eso, es solo que... me doy por bien servido con saber que alejé a San de él.

—Sí, comprendo entonces. Bueno, pequeño sol, creo que deberías dormir... y-yo... debo ayudar a Kimmon con las bebidas.

¡Oh!, bien... está bien, Yoon. Gracias de nuevo, espero verte pronto. — Yoon Shi asintió con una sonrisa, parpadeando para alejar sus lágrimas —Hoy dormiré como un angelito, el sabor de la victoria se siente muy bien.

—Sí, disfrútalo, solecito, adiós — Sin poder soportarlo más, Yoon Shi finalizó la llamada. Inmediatamente se dejó caer sobre la primera grada y suspiró.

—¿Es que aún no se lo dices? — Kimmon tomó asiento a un costado de Yoon y le ofreció una cerveza, este la tomó y negó.

—Ya ni siquiera tengo oportunidad... le gusta alguien —Dió el primer trago a su cerveza.

—¿Cómo lo sabes?

—Toda esta semana no ha parado de  hablarme de él, debe gustarle mucho. — Kimmon asintió e hizo un puchero, sintiendo pena por su amigo.

—Pero nunca es tarde, ¿sabes? “Más vale tarde, que nunca” ¿Lo has escuchado? — Yoon asintió, con el atisbo de una media sonrisa.

—Pero mi tren llegó bastante tarde, por más que lo intenté, él no ve que estoy aquí. Sin embargo... Gulf acaba de llegar y ya lo tiene todo.

—¿Gulf? ¿Gulf Kanawut? —preguntó Kimmon, Yoon asintió. —Pero ese chico es el bombón deseado de toda la escuela, el rompecorazones.

—Lo sé...

—¿Tienes idea de con cuántas chicas se ha acostado?

—Ni siquiera quiero saberlo.

—Pero él ni siquiera es gay. ¿Mew ya lo sabe? — Yoon negó —¡¿No se lo has dicho?! —Volvió a negar —¡¿Y qué esperas para hacerlo?! Eso podría favorecerte a tí, Yoon.

—¡No lo haré! ¡No me corresponde a mí hacerlo! Debe decírselo él... debe ser Gulf quien se lo diga, mientras tanto, yo seguiré aquí. Además, no puedo romper su felicidad tan solo por buscar la mía, Kimm.

—Te compadezco.

—Yo no lo he hecho ni una sola vez, amar a Mew es lo mejor que pudo haberme pasado en la vida. —Dió otro sorbo a su cerveza. —Y sin duda alguna... seguirá siendo así.

Gulf quedó en seco al escuchar aquello, se dirigía a saludar a su gran amigo Kimmon, pero al escuchar aquello todo su cuerpo se congeló de forma inmediata. Su corazón latió frenéticamente y tragó grueso, sintió una opresión en el pecho al escuchar aquello. Yoon Shi enamorado de Mew, ¿Pero cómo? ¿por qué?

—Vámonos — Le Susurró Yoongi. —¡Vámonos, Kanawut! —Volvió a Susurrar.

—Pero... le gusta Mew —dijo, casi en shock y al mismo tiempo señalando a Yoon Shi.

—¡Y no es problema tuyo! ¡Vuelve a la fiesta! —Regañó NamJoon. Ambos tomaron a Gulf de un brazo a cada lado y lo hicieron mover sus pies de forma obligatoria.

—Y aún así te atreves a negar que te gusta —Musitó Yoongi, burlesco.

NamJoon rió al observar la expresión en el rostro de Gulf, pero sin tomarle más importancia al asunto, simplemente decidieron volver a la fiesta.







San entró a su casa dando un portazo, se dirigió a su habitación y sacó su celular de forma apresurada.

—¡Krist! ¡No tienes idea de lo que acaba de suceder! ¡¿Sabes que Kimmon me corrió de su fiesta?! ¡¿Cómo pudo?! Estoy tan Furioso, ¡Voy a matarlo!

—Pues te lo mereces —respondió Krist al otro lado, de forma neutra y restandole importancia.

—¿Q-qué dijiste?

—¿Cómo puedes tener cara para llamarme luego de que intentaras ligar con Gulf, San? ¡Por favor! ¡No soy un idiota!

—Cariño, ¿por qué le crees a ese idiota? Es muy claro que miente.

—¡Te digo que no soy un idiota! ¿Cómo podría creerle a un chico con quién apenas llevo cinco minutos saliendo, antes que creerle a mi mejor amigo? ¡Además, detesto la forma en la que tratas a tu hermano, eso no es de un ser humano!

—¿Mejor amigo? —Bufó —Bien, me da igual, de todas formas ya me había cansado de tí, adiós Krist. Más ayuda el que no estorba y no puedo creer que en realidad me estés terminando por Mew. ¡Idiota! —Colgó. Gritó furioso y golpeó la pared —No creas que soy idiota, Mew, todo esto es por tu maldita culpa —Bufó — ¿Quieres jugar sucio? Bien, jugaremos sucio, maldito fracasado. Pero atente a las consecuencias. —Volvió a golpear la pared.








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Séptimo cap y cada vez soporto menos a San.

¿Qué creen que hará San para afectar a Mew?
¿Será que nuestro Gulfito ya cayó?😍

Bueno, lo descubriremos en el siguiente cap.

No se olviden de comentar lo que opinan y si le aplauden a Mew el que haya hecho algo en contra de San, siquiera una vez.🥺

Sin más que decir, nos leemos en el siguiente cap.

Besitoss

♡•Jeff Suppasit•♡

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