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☆•𝐄𝐏Í𝐋𝐎𝐆𝐎 (𝑷𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆)•✩

Nota: Holis, antes de empezar, quiero aclarar que lo que leerán no es con intención de plagio, copias etc. Hace MUCHO una amiga (ESTREABI982211) me pidió que agregara la escena de una serie en una de mis historias, yo le prometí que lo haría en esta de Marginado porque es su historia favorita. Ok, la escena no será exactamente igual porque no quiero copiarla, más bien, recrearla (o al menos una cierta parte de ella). No les diré de qué serie es, para no matar el suspenso 🤭. Así que, no quiero que me vayan a decir que es plagio y bla bla bla, porfis. Solo disfruten la lectura mis Feeniks. ♡

Ahora sí, empecemos.


2 meses después

Su curvilínea cintura era detallada perfectamente por aquellas sábanas color crema, adornando el canela de su piel con unos cuantos rayos de sol, aquellos mismos que se filtraban por la ventana del lujoso hotel. Se removió un poco debido a la comezón que sintió en su nariz, con los movimientos de inmediato se percató de lo que junto a él estaba.

Abrió con lentitud sus ojos, la matutina pesadez en esos párpados se hizo presente. Una pequeña, tierna y linda sonrisa hizo acto de presencia en aquella acorazonada boca. Estiró su cuello para poder depositar un suave beso en la mejilla pálida que rozaba con su nariz minutos antes. Dedicó unos segundos para observar la belleza de su pareja, su fina piel pálida, su respingada nariz americana, lo extenso de sus pestañas y el peculiar diseño de sus labios.

Como si sintiera la intensidad de aquellas miradas, el observado despertó también, con parpadeos lentos y sus labios curvados en una sonrisa bonita.

—Buenos días, cariño —siseó el mayor. Dando otro beso en aquellos labios que eran su perdición.

—Buenos días, cielo —respondió. Estirando sus brazos para atrapar aquel canela cuerpo entre ellos, besando la coronilla de la cabeza ajena.

Ambos estaban demasiado cansados, exhaustos y perezosos. La noche anterior Mew realmente había sentido que por un poco no le daba abasto a su novio. Desde hace un tiempo Gulf no se saciaba con una sola ronda entre ellos, mientras más tenía, más quería, más deseaba tener a Mew para él.

Entendible, convivieron tan poco y se distanciaron durante mucho, ambos querían recuperar el tiempo perdido. Por eso, al escuchar que sus vacaciones de la universidad habían iniciado, Mew tuvo la brillante idea de llevar a su bello novio de paseo, alejarse de todos por un tiempo y estar simplemente el uno para el otro.

Siendo realistas, ellos realmente no habían tenido mucho tiempo para compartir a solas. Mew quería disfrutar a Gulf, disfrutar su compañía, deleitarse en sus sonrisas, danzar con el tono de su voz, la cual era la favorita de sus melodías. Recordando el dinero que había ahorrado gracias a muchos ensayos que hizo para sus compañeros de la universidad (entre los cuales estaban Jin y Jimin) y que este le alcanzaba para los gastos necesarios, se terminó de convencer de llevar a su novio a distraerse.

Ambos tenían muchas cosas que hacer, Gulf había empezado a trabajar en un taller mecánico, mientras que Mew continuaba su universidad y al mismo tiempo trabajaba en una cafetería. Las noches eran las únicas que quedaban para su compañía, pero de lo exhaustos que ambos acababan solo podían dormir. Claro que dormían plácidamente gracias a que se tenían el uno al otro, si no era abrazando a Gulf con fuerza, Mew no podría dormir nada. Y si no se encontraba descansando en el regazo de su nerd favorito, Gulf tampoco podría dormir ni un solo segundo.

Al llegar al hotel ambos habían visitado los alrededores, habían tenido una maravillosa cena romántica. No con rosas y velas, más bien con charlas triviales mientras veían una película a la cual no le prestaban tanta atención debido a que a cada segundo compartían miradas o un beso.

Lo romántico era estar junto al otro.

—¿Dormiste bien? —preguntó Gulf. Mew estiró su cuerpo, removiendo un poco a Gulf, pero con cuidado de no lastimarlo.

—De maravilla —respondió —. ¿Y tú? — Gulf únicamente asintió con una sonrisa.

Comenzó a deslizar su índice desde el pecho de Mew hacia su abdomen, recorriendo lentamente cada centímetro de su piel. Haciendo al otro cerrar sus ojos complacido.

—¿Mew?

—¿Mmh?

—¿Por qué me preguntaste aquella noche en la colina si mi padre había sufrido de bullying? — Mew sonrió, giró su cuerpo hacia Gulf y lo hundió más en su pecho.

—Bueno, hace mucho, en un sueño recordé la ocasión en que San me hizo algo horrible... — La expresión de Gulf se transformó al instante de escuchar el nombre del que aunque no quisiera, era su cuñado —recuerdo que estaba cubierto de basura y nadie quería acercarse a mí por tal de no ensuciarse, pero... hubo alguien que sí lo hizo... —Miró a Gulf y le sonrió

—... — El mayor le observaba desde abajo, con sus ojitos bien expandidos, sus labios en un tierno puchero mientras escuchaba atentamente a su amado.

—Se acercó a mí y me ayudó a recoger mis libros, me dió su suéter y un pantalón, a cambio, se llevó mi gorro... — El mayor frunció el ceño.

—¿A cambio?

—Mmm. — Mew se sentó en la cama, Gulf lo imitó segundos después —Él dijo que estábamos a mano si se llevaba mi gorro y yo me quedaba con su suéter y sus pantalones deportivos. — Gulf sonrió. —Él también dijo: “La suciedad física siempre puede ser removida y eliminada con un poco de agua y jabón, más, la suciedad y putriedad del corazón o del interior de alguien, no se quita con agua y con jabón.” — Aquellas palabras causaron sorpresa en el mayor.

Su padre le había dicho esa frase incontables veces durante su niñez.

Sus ojos se cristalizaron y sintió una punzada en su corazón, ¿él realmente conoció a Mew desde antes?

—Mew...

—Eras tú, cariño. — El menor llevó ambas manos a acariciar sus mejillas —Lo sé, tú me salvaste, Gulf. Me salvaste desde hace mucho, perdón por no recordarte antes... — El moreno negó sonriente y también llevó sus manos a las mejillas de Mew. —Gracias por salvarme, amor, gracias...

Juntando sus frentes empezaron un nuevo beso, con sus sentimientos al límite. Sus pechos vibraban en su interior, sus corazones sumergidos en un mar de emociones, deseos y pasiones.

A medida que el beso subió de intensidad, Mew llevó sus manos a la cintura de Gulf y lo atrajo hacia él, el moreno hizo el próximo movimiento subiendo al regazo de Mew con ambas piernas a los costados. Recostando poco a poco todo su peso sobre el menor, haciendo que este comenzara a dejarse caer en la cama.

En un santiamén la camisa blanca fue retirada del cuerpo de Gulf, seguido de su pantalón y su prenda interior. Mew se encontraba únicamente con sus bóxers, su cuerpo siendo cubierto por las sábanas. Gulf comenzó a mover sus caderas de arriba hacia abajo, encendiendo los bajos instintos del ahora peliceleste.

Mew llevó la mano al erecto miembro de su chico, y, al momento en que iba a hacer el primer movimiento hacia abajo, un toque en la puerta de la habitación retumbó en sus oidos, esta fue tocada levemente pero bastó para alertar y detener a ambos.

—Servicio al cuarto, ¿puedo pasar? — Ambos se observaron mutuamente horrorizados.

—A-Ah s-sí, ahora v-voy... — Gulf se lanzó de la cama y comenzó a buscar su pantalón de pijama junto con su camisa.

Mew se sostuvo sobre sus codos, riendo al observar la desesperación de Gulf.

—Puede pasar —dijo, con una enorme sonrisa. Gulf lo incineró con la mirada, tiró del pantalón de pijama para hacerlo llegar a su cintura y como si tuviese magia colocó en segundos su camisa. Por último llevó sus manos a cubrir la erección que a pesar de que ya estaba bajando debido al susto recibido, aún era notoria.

La chica ingresó a la habitación sonriéndole a ambos huéspedes, uno se encontraba en la cama y el otro de pie al final de esta, sonriendo demasiado nervioso. Le observó con detenimiento y un poco de burla al percatarse de como la etiqueta de la parte "trasera" de la camisa, estaba por rozarle el mentón al chico.

—Jóvenes, disculpen, pero ustedes ayer indicaron que querían el servicio al cuarto justamente, por ello ingresé a la habitación y vine directamente hacia acá.

—A-Ahh... ¿nosotros dijimos eso? —susurró Gulf.

—Sí, ustedes —confirmó la empleada. —No fue mi intención interrump--

—¡NO! NO INTERRUMPIÓ NADA HAHA — El tono exageradamente alto en la voz de Gulf hizo sobresaltar a la dama, Mew comenzó a reír en notoria burla hacia su novio.

—Está bien, puede dejar la comida ahí —Señaló la mesa que se encontraba a un costado de Gulf —, muchas gracias.

—S-Sí, claro. Tengan un buen provecho, jóvenes. Me retiro, permiso. — La empleada giró sobre sus zapatos y, con alta vergüenza, mejillas sonrojadas y pasos rápidos, se retiró de la habitación.

Gulf soltó la respiración contenida y de inmediato verificó lo de su etiqueta, haciendo a Mew sonreír desde la cama.

—Muy sexy, señor etiqueta al revés.

—Mmmm —Miró la bandeja plateada en la mesa, esta contenía cuatro porciones de pan integral, dos platos con huevo revuelto y tocino. Tomó una porción de pan, ocultandola detrás de su espalda, comenzó a caminar hacia la cama y sin decir nada se sumergió bajo las sábanas. Con movimientos como los de un depredador previo a devorar a su presa, llegó hasta la cintura de Mew, arrebatándole entrecortados suspiros al chico. —Oh vaya, no pensé que fuera a ponerse blando tan pronto.

—¿Q-Qué? — Mew se alarmó, pues él aún sentía lo erecto de su pene, aún más después de ver a Gulf completamente desnudo y saltando en un pie.

—Esto — El mayor salió de las cobijas a la altura de su pecho, con la rebanada de pan entre sus dientes, sonriendo maliciosamente y así mismo haciendo sonreír a Mew.

Acercó la rebanada de pan a la boca del contrario para que este la mordiera, y por supuesto que así lo hizo. Gulf comenzó a mover sus caderas sin tener piedad de Mew, impidiendo que este pudiera digerir con tranquilidad el bocado del pan. Él también hizo mucho esfuerzo tragando el bocado que había dado.

Nuevamente bajó hacia la pelvis de Mew, retirando sus bóxers y llevando sin perder más tiempo aquel grueso miembro que saltó erecto saludandolo, a su boca. El pobre palpitaba en su interior, liberando el presemen, lo recibió hasta lo más profundo de su garganta haciendo que Mew por poco se atragantara con el pan.

Era su venganza por burlarse de él.

Comenzó a subir y a bajar su cabeza, recibiendo por completo la longitud y grosor en su boca. Las palpitaciones constantes y el agarre fuerte de Mew en las sábanas, le hacían saber que su trabajo lo estaba realizando más que excelente y estaba llevando al menor al borde de la locura.

—Agnm G-Gulf aaahhh —Arqueó su espalda y sin poder evitarlo descargó todo su fluido en la boca de Gulf.

El mayor tragó cuanto pudo y sonrió orgulloso, al momento en que levantó su rostro Mew tiró de ambas mejillas y lo atrajo a un beso feroz y caliente, con los chasquidos de sus lenguas vueltas una sola. Haciendo un recorrido rápido con su mano, desde el pezón hasta los glúteos, apretó con fuerza la nalga derecha y al mismo tiempo mordió el hueco en el cuello de Gulf.

Sujetándolo de las piernas los hizo girar hasta tumbar a Gulf en la cama y él quedar arriba. Comenzó a chupar aquella tetilla que ahora estaba hinchada y roja, con un tono marrón más oscuro del que normalmente era. Atendió también la estrecha entrada de su pelinegro, ingresando dos dedos al mismo tiempo, pues sabía que Gulf aún persistía con la dilatación de la noche anterior.

Con dos de sus zonas sensibles siendo estimuladas, Gulf se volvió un manojo de gemidos y quejidos altos, bajo de Mew. Solamente atinaba a estrujar las sábanas entre sus dedos, arquear su espalda y morder su labio inferior. Mew pasaba de un pezón a otro, devorándolo cual exquisito manjar.

En un movimiento brusco que hizo al pasar del pezón al cuello de Gulf, sintió como un mareo atacó su persona, desorientandolo un poco, al mismo instante las exageradas náuseas se acumularon en su garganta y tuvo que respirar lo más profundo posible para enviarlas de nuevo al fondo de su interior, para no echar a perder el momento.

Llevaba meses así, con náuseas, mareos, dolores de cabeza y demasiado repudio hacia algunas comidas, y demasiado deseo hacia algunas otras que jamás en su vida había siquiera soportado oler, ni siquiera podía ver las fresas y cabe aclarar que son su fruta favorita. La ocasión en que compró fresas y trató de comerlas, no pasó de la primera mordida cuando ya estaba devolviendo todo. Intentó ignorarlo las primeras semanas, pero luego esto se volvió más frecuente, en ocasiones estaba con los chicos en los recesos de la universidad y se le antojaba alguna comida rápida, pero al probarlo, exactamente en el primer bocado su estómago lo repelía y lo obligaba a vomitar.

Al terminar el viaje él iría con el doctor sí o sí.

—M-Mew, por favor, amor. Solo entra ya, ¿sí? —Asintió jadeante. Su pene aún estaba húmedo por su última corrida y un poco de la saliva de Gulf continuaba ahí, así que simplemente lo alineó y lo posicionó en la entrada del moreno.

De una sola embestida entró hasta el fondo, haciendo que la piel de Gulf se erizara por completo y un calor profundo e interno abrazó todo su cuerpo, su cabeza ardía como si se estuviera quemando.

Mew le retiró la camisa al revés, era la única prenda que no le había quitado, y terminó por sacarle el pantalón de pijama, lo giró a medias, quedando ambos "de cucharita" y dió la segunda embestida. Gulf llevó su mano a sujetar la parte trasera del cuello de su novio, tirando de su cabeza hacia él. Mew comenzó a morder el lóbulo de la oreja de Gulf, deleitándolo con los gruesos suspiros en cada embestida.

Sus cuerpos húmedos por el sudor se deslizaban al compás de cada intromisión, temblando levemente al sentir como Mew golpeaba la próstata de Gulf. Inconscientemente el mayor se giró hasta tocar su abdomen con la cama, abriendo más sus piernas y alzando su trasero, Mew no evitó lamer sus labios y no perdió tiempo para posicionarse de rodillas en la cama y entrar nuevamente, inclinado su cuerpo para besar, lamer y marcar el cuello de Gulf, el cual solamente hundía su rostro en la cama. Silenciando ahí sus gemidos.

Mientras con una de sus manos apoyaba su peso en la cama, llevó la otra al pezón de Gulf y comenzó a retorcerlo cual botoncito, tirando de el sin ser agresivo.

—¿Te gusta, cielo? ¿Te gusta c-como aahh... tu novio hace un desastre de tí?

En medio de sus gemidos, Gulf no evitó asentir. Era la gloria, era simplemente la gloria. Cada que hacía el amor con Mew era simplemente inexplicable la ola de emociones que se apoderaban de él. Nunca sentía que fuera suficiente.

—¡AHH, MEW! —Gritó con fuerza al sentir como el menor comenzó a embestir con más fuerza al mismo tiempo que tomó su erección y comenzó a masturbarlo.

No podía soportarlo, sentía que incluso se estaba quedando sordo ahora mismo. Solo podía sentir su cuerpo siendo mecido de arriba a abajo y su miembro siendo atendido, estaba por venirse, ya no podía más.

Ladeó su cabeza en busca de la boca de Mew, el menor entendió aquello y acercó su rostro hasta unir sus labios en otro beso más. Ambos no pudieron soportar más tiempo y llegaron juntos a un estupendo clímax, Mew en el interior de Gulf, y Gulf manchando la cama, su abdomen y la mano de Mew.

El menor lo sujetó de la cintura y los posicionó de lado, sonriendo cansado. Recostó la espalda de Gulf, en su pecho, y besó con dulzura su frente.

—Eres fantástico, cariño. —Dió otro beso.

Gulf acomodó su cabeza en el brazo de Mew y sin dejar que este saliera de él, buscó el otro brazo del menor y lo cruzó por su cintura para luego cerrar los ojos y dejarse llevar por Morfeo a un plácido y profundo sueño.

Mew sonrió enternecido, tiró de las sábanas para cubrirlos a ambos. El baño podría esperar hasta que Gulf despertara, pues últimamente su pelinegro sufría de un sueño profundo, sin contar que siempre era el primero en saludar a Morfeo. Besó su coronilla y sonrió nuevamente para apegarlo más a su pecho y decidió también dejarse llevar por Morfeo.





El viaje había acabado, ambos habían vuelto a casa después de cinco días de frecuentes encuentros sexuales, pero así mismo de compartir su tiempo con el otro, de disfrutar su presencia, cada minuto y cada segundo al lado de su amado.

—¡Ya llegué! —Tiró las llaves en la pequeña mesa de la entrada. Su casa parecía vacía, y él recordaba que su madre y su hermano debían estar ahí.

Su turno había acabado al mediodía, así que luego de salir de su trabajo se dirigió a la universidad para llevar a Mew a una consulta debido a esos constantes mareos y náuseas. El doctor le había recetado algunas pastillas y le había dejado algunos exámenes. Gulf planeaba traerlo a casa, pero terminó llevándolo con Bae porque Mew no soportó más ir en el autobús y casi vomita sobre una señora que iba comiendo frituras. Como su novio que es era normal que estuviera triste y preocupado, pero él se sentía deprimido, realmente deprimido.

—Hijo, que bien que ya llegaste. ¿Cómo está Mew? — Malaí bajó las escaleras con un rostro bastante emocionado.

—No tan bien, ma. Debe hacerse unos exámenes, ¿crees que sea alguna infección o algo? —Caminó hacia el refrigerador, últimamente su apetito era insaciable. Además, mientras más deprimido estaba, más comía.

—Podría ser, aunque esperemos que no. ¿Tú cómo te haz sentido?

—Bueno, he tenido náuseas también, más frecuentes desde hace dos semanas. —Tomó los tres galones de helado de chocolate que encontró en la nevera, un sándwich de atún, dos rebanadas de pizza y una hamburguesa. A como pudo se las arregló para llevar todo eso al sofá y sentarse a comer, todo bajo la atenta mirada de su madre, quien estaba sin poder creerlo por cierto.

—Hijo, ¿planeas comerte todo eso? —El moreno la observó indignado, como si lo que acababa de decir era lo más absurdo e ilógico del mundo.

—Por supuesto madre, tengo hambre. No he comido desde hace horas.

—¿Desde hace cuánto exactamente? —preguntó Kaownah, bajando de a saltos las escaleras.

—Mhn, bueno, creo que desde hace como media hora cuando salimos de la clínica con Mew. ¿Por qué? ¿Esta comida era tuya?

—Mmm no — Malaí entrecerró sus ojos, observándolo dubitativa, ahí había algo y ella no estaba loca. —No me importa si él glotón de mi hermano quiere comerse todas las sobras del refrigerador —Soltó Kaownah. Gulf ya se había devorado las rebanadas de pizza y la hamburguesa, justamente estaba comenzando a comer el sándwich de atún.

Detuvo inmediatamente sus movimientos de llevarse el sándwich a la boca y observó fijamente a Kaownah, el menor de los Kanawut frunció su ceño al percatarse del visible brillo en los ojos de su hermano.

Él estaba... ¿a punto de llorar?

Malaí lo asesinó con la mirada.

—¿M-Me... acabas de decir... glo... glotón? — Y comenzó a llorar. —No soy un glotón, solamente tengo hambre, Nah, ¿por qué eres así? —Tanto madre como hijo menor, abrieron sus bocas en sorpresa, Gulf no lloraba por cosas así.

Si ese fuera el Gulf de siempre, probablemente él hubiera respondido con algo tan filoso que hubiera terminado por hacer llorar a Kaownah, no al contrario.

Aún en medio de su llanto tomó los tres galones de helado y sacó la cuchara más grande, y comenzó a comer mientras continuaba llorando y lanzaba resentidas maldiciones a su hermano menor.

—Gulf, y-yo... lo lamento, estaba bromeando y, no... no me importa si quieres comer hasta engordar y--

—¡¿ENGORDAR?! — El llanto de Gulf se incrementó al punto de que gruesas lágrimas caían por sus mejillas.

—¡Kaownah Kanawut!, mejor guarda silencio —regañó Malaí —, está bien, cielo, come. —Tomó asiento junto a su hijo. Observando su estómago.

—¡Ya no quiero nada, me voy!

—¿A dónde? —preguntaron al mismo tiempo.

—¡A mi cuarto! ¡Iré a engordar y englotonarme ahí adentro sin que nadie me moleste! — Con su sándwich, su helado y su llanto, comenzó a subir las escaleras hacia su habitación.

—¿“En... englotonarme”? ¿Esa palabra siquiera existe? —siseó Kaownah.

—Creo que no —respondió Malaí. Al instante escucharon como Gulf devolvía hasta sus más profundos pecados.

—¡Mama, ayúdame! —A duras penas logró gritar, pues otra harcada se hizo presente.

—Madre, me está asustando —dijo Kaownah. Malaí solo rió.

Ella ya lo había confirmado por sí misma, y sabía lo que estaba sucediendo.

—Tranquilo, hijo, solo prepárate para que la familia tenga un miembro más —dijo sonriente.

—¿Un miembro más? ¡¿Qué?! ¿Quién vendrá? — La fija mirada de su madre le asustó —O-Ooohh, ya sé, ya sé... — Malaí volvió a sonreír —estás embarazada, espera, ¿de quién es? ¡Madre, ¿tú crees que te mandas sola?! ¡¿Cómo puedes embarazarte sin pedirnos permiso, eh?! Estoy indignado, ¡Ja! — Malaí soltó un muy, muy, muy, pesado suspiro.

—Oh Kaownah, que Dios se apiade de tí. — Y sin más, se fue en busca de su pobre hijo.

—¡¿Qué?! Madre, ¿por qué? ¡Ven aquí, jovencita! ¡¿Quién es el padre? ¡Dime!

Kaownah continuó haciendo su berrinche hasta que la espalda de su madre desapareció al terminar de subir las escaleras, y su hermano terminaba de vomitar hasta su último órgano.

•×•×•×

Como si nada, una semana había transcurrido ya. El tiempo parecía avanzar en un pestañear. Gulf va bajando con lentitud las escaleras, sus náuseas han incrementado ahora, así que simplemente come y come, y come, pues si debe vomitar, que valga la pena. Y su estómago tenga algo que vomitar.

Va en busca de su helado de fresa, a él ni siquiera le gustan las fresas pero el día anterior mientras hacía las compras con Mew vio ese helado y él lo quiso. Tomó su cuchara y se dirigió nuevamente hacia el sofá y encendió la televisión, vería cualquier programa aburrido hasta que su bello Mew saliera de la universidad y fuera por él para llevarlo a casa de Bae. Este día era el cumpleaños de su otro adorado suegro: Zigor.

Minutos después su madre y su hermano bajaron, la dama justamente iba finalizando su llamada telefónica.

—¡No puedo creerlo! ¡Seré tía por tercera vez! —Chilló emocionada al colgar. Kao y Gulf la observaron curiosos al mismo tiempo.

—Habla, señora. ¿No vez que aquí se vive del chisme? — Malaí rió.

—Bueno, Melissa dió a luz hace una semana.

—¡¿Melissa?! Wow, hace unas semanas hablé con ella por Instagram y no sabía que estaba embarazada. — Kaownah empieza a pelear con Gulf para que este le dé helado, pero el mayor se rehusaba.

—Realmente ella no lo sabía, no presentó ni un solo síntoma durante todo el embarazo, normalmente nos damos cuenta de ello gracias a la sensibilidad, náuseas, mareos, antojos y algunas otras cosas.

Kaownah detuvo su pelea por prestar atención a lo que dijo su madre, en cambio Gulf continuó con su helado de fresa.

—¿Dijiste náuseas? Eso quiere decir que si Gulf fuera una mujer, entonces lo que ha tenido últimamente podrían ser síntomas de embarazo jajaja. — Dio un leve golpe en el hombro de su hermano.

—Imposible... — Gulf se acomodó en el sofá, con su vista bien fija en el interior del galón de helado —soy un hombre. Además, eso solamente sería posible si nosotros tuviéramos una línea de donceles en la familia, lo cual no es así. —Encogió sus hombros y llevó otra cucharada de helado a su boca.

—Ugh... de hecho... — El tono en la voz de Malaí los inquietó a ambos. Al mismo tiempo los dos la volvieron a ver con el suspenso en su mirada —tienen un tío por parte de su padre, él es doncel, al igual que su abuelo y su primo lejano. Así que... — Gulf tragó grueso, Kaownah observaba a su hermano como si esa fuese la última ocasión en que lo vería con vida —sí, es posible, Gulf. Alguno de ustedes puede heredar la línea de doncel.

—Yo no puedo serlo, soy un activo —dijo Kaownah, aún en shock.

Luego de unos minutos de silencio, en los cuales Gulf se dedicó a revivir los recuerdos de todos los síntomas de Mew y los suyos, se puso de pie de un solo salto, con una mano en su estómago y la otra en su cabeza. Ojos bien expandidos y su boca en una visible "O", gritó asustado.

—¡¿Y HASTA AHORA ME LO DICES, MADRE?! ¡¿SABES TODO LO QUE HEMOS HECHO?! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¿Qué voy a hacer? ¿Qué voy a hacer? Buda apiadate de mí, por favor. ¿Qué haré? — Lentamente se dejó caer en el sofá, tirando el recipiente del helado, al suelo, y dándole una patada para alejarlo lo más posible de él.

Malaí solamente rió y se sentó al lado de su hijo para consolarlo por su llanto, el cual no sabía si era de shock, desesperación, emoción o todo combinado.

¿Era posible?

¿Realmente era posible que él tuviera ahí dentro una mini mezcla suya y de Mew?

¡Dios! ¿Reía o lloraba?

Él realmente no lo sabía.

____________________________________________

Gulf cuando le dijeron lo de la línea de donceles en su familia:

😂😂😂😂😂

Me estoy muriendo de la risa jajaja, casi me atraganto con ese "¿Sabes todo lo que hemos hecho?" Jajajaja, Malaí no sabe, pero nosotros sí jajaja.

¿Qué dicen? ¿Les gustó?

¡Oficialmente ya volví, ahre! Okno 🤭

Espero que les guste, que dejen su estrellita y un comentario al respecto de si les gustó, si extrañaban actus, la historia, lo que sea.❤️ Recuerden que ustedes son quienes me motivan a seguir, así que, denme mucho amor.

Tuve que dividir el epílogo ya que presentía que saldría largo y no quería hacer un testamento 🤭.

Nos vemos en la siguiente parte.
Los estaré leyendo 👀

Bye, Feeniks.

Trivia: ¿Creen que sea solo uno, o por Mew ser un gemelo pueden ser dos bendiciones?👀 Arriba el debate jajaja

Hoy sí ya me voy. ¡Besos, amistades!

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