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≪•◦ Epílogo ◦•≫

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Hyori sonrió y luego suspiró para ponerse de pie y mirarse en el gran espejo de la habitación. Estaba tan nerviosa.

—Estás hermosa. —le dijo Suni.

—Eunyeong se va a desmayar cuando te vea aparecer. —aseguró Haneul sonriendo.

La alfa les sonrió y continuó mirándose en el espejo. El vestido le había quedado tal y como lo había imaginado. No era algo muy llamativo porque prefería las cosas sencillas. El vestido era blanco, con toda la espalda descubierta, largo y un poco pegado al cuerpo, no demasiado no quería tener que caminar supremamente despacio en toda la ceremonia. Suni y Ella se encargaron de peinarla y maquillarla, asegurándose de hacer las cosas justo como ella las quería, sin ser demasiado pero lo suficientemente bonito para que a los demás les llamara la atención.

—Gracias. —dijo luego de unos minutos— Me encanta lo que hicieron con mi cabello, mi rostro y todo. —se acercó a abrazarlas y Suni, como siempre, bufó porque seguía sin ser la fan número uno de los abrazos.

Hyori estaba demasiado nerviosa y le parecía estúpido estarlo. Eunyeong ella llevaban siete años siendo novias y en unos días completarían un año viviendo juntas, que se casaran no iba a cambiar mucho las cosas.

Para ponerlos y ponerlas al tanto de lo que pasó con Eunyeong y Hyori en estos seis años:

Durante todo el tiempo que estuvieron en la universidad, cada una vivió en su apartamento por separado y a veces, en los fines de semana, una iba al apartamento de la otra para pasar tiempo juntas. Eunyeong se fue de intercambio durante cinco meses en el exterior, no terminaron con su relación pero la distancia las hizo tener algunos problemas, que finalmente terminaban resolviendo. Cuando faltaban dos meses para la graduación de Hyori, investigaron sobre las marcas de unos alfas a otros y cuando fue el celo de una de ellas, se marcaron mutuamente para no afectar su género, por lo que ahora ambas seguían siendo alfas marcadas por su alfa. En su último semestre, Eunyeong consiguió un trabajo en una editorial y al graduarse siguió trabajando ahí. Luego de ambas graduaciones universitarias, que solo tuvieron un par de meses de diferencia, tomaron la decisión de vivir juntas, en la misma ciudad donde habían estado estudiando en esos cinco últimos años. Para Hyori fue un poco más difícil conseguir empleo pero finalmente logró conseguir algo en un colegio privado y estaba feliz ahí.

Eunyeong fue quién le propuso matrimonio a la alfa, una noche en la que ella llegó del trabajo.

La alfa de cabello cobrizo se encargó de preparar una cena para ambas, decoró su apartamento con velas, algunas fotos de ambas y con las flores favoritas de Hyori. Cuando tuvo todo listo, se arregló un poco, para que no se notara el cansancio acumulado por su trabajo y al terminar, cinco minutos después, su hermosa novia entró por la puerta y casi se desmaya al ver todo. Le hizo la pregunta antes de cenar y Hyori no dudó en decirle que sí y ponerse a llorar cuando el anillo se deslizó por su dedo.

Desde ese día habían pasado tres meses y ahora, se encontraban todos en la cabaña que tenía Namjoon a las afueras de su ciudad natal, para llevar a cabo la ceremonia y celebración de su matrimonio.

—¿Lograste conseguir el permiso para viajar? —preguntó Haneul mientras le acomodaba unos mechones de cabello.

—Fue muy complicado encontrar a alguien que me cubriera durante toda la semana, pero finalmente lo logré y firmaron mi permiso. —explicó— Estoy tan nerviosa por el viaje. No voy a París desde papá y mamá nos llevaron cuando éramos bebés.

—Bueno, es mejor. —dijo Suni sin mirarla, acomodando unas cosas de su cámara— Así será como si fuera la primera vez que vas y todo será nuevo.

Hyori asintió y se sentó esperando a que Haneul le hiciera algunos arreglos a su peinado. Suni empezó a probar la luz, el lente y otras cosas de la cámara tomándole fotos a la habitación y a Hyori.

Después de unos cuantos minutos, ambas se despidieron de la alfa para dirigirse al salón donde todos esperaban.

—Estás… preciosa. —dijo Namjoon cuando entró en la habitación.

—Gracias, Pa’—respondió sonriendo— Oh no, ya tienes esa cara que haces cuando quieres llorar. No llores, se arruinará el trabajo de Suni y Haneul.

El alfa rió y se acercó a abrazarla. 

—Perdón es solo que… Has crecido tanto que no puedo creerlo aún. —susurró sin dejar de abrazarla— Estoy muy orgulloso de la mujer y la alfa que eres y también estoy muy feliz por ti, mereces lo mejor de esta vida y me alegra estar aquí para presenciarlo.

—Papá… 

—De todas maneras, quiero aclarar por milésima vez, que no me importa que ya tengas una marca en tu cuello y que estés a punto de casarte, sigues siendo mi bebé.

Hyori sonrió y abrazó aún más fuerte a su padre antes de bajar.

Mientras salía de la habitación, tomada de la mano de Namjoon, sus nervios aumentaron al mil porciento, Namjoon pareció notarlo así que apretó su mano y le sonrió para tranquilizarla un poco.

Cuando entraron en el pequeño y no tan pequeño salón que había en la cabaña para las celebraciones y esas cosas, Hyori sintió como su corazón empezaba a latir con más velocidad y fuerza, como si quisiera salirse del pecho y todo fue aún más intenso cuando vió lo hermosa que estaba Eunyeong esperándola en el altar con su suegro al lado.

La alfa llevaba un vestido blanco que le quedaba un poco más arriba de las rodillas y no era muy ajustado pero dejaba ver su bonita figura, su hermoso cabello cobrizo lo llevaba suelto con algunas ondas en las puntas y una corona de flores rosa claro adornaba su cabeza. 

Hyori sentía que en cualquier momento se desmayaría.

Mientras caminaba con Namjoon, pudo ver a algunos invitados. Vió a sus tíos, o sea los amigos de sus padres, con sus respectivas parejas, también a su madre en la primera fila con su abuela y uno de los hijos de Taehyung y Jungkook, al otro lado vió a Suni con la cámara colgada en su cuello y a Felix, Dakho y Eunji a su lado, detrás de ellos estaban Perrie, Jade y su otro hijo. Sus abuelos, los padres de Namjoon, Hyejin, su alfa y su hijo también estaban ahí y por finalmente, a los últimos que pudo ver antes de llegar a Eunyeong, fue a Dong y Hana.

Además de todos los nombrados, estaban sus amigas del colegio, Haneul con su omega, una pareja de dos alfas que conocieron en la universidad y se habían vuelto muy cercanos a ellas, unos amigos de Dakho, los dos amigos de Suni, JiSung y Lisa y la madre y el hermano de Eunyeong. 

Cuando se acercaron, Namjoon abrazó a Eunyeong y le dijo algo que Hyori no alcanzó a escuchar, pero se puso más nerviosa. Después de eso, el padre de Eunyeong y Namjoon bajaron a sentarse con sus parejas para que la ceremonia pudiera empezar.

—Estás hermosa. —le susurró Eunyeong antes de que la persona que oficiaría la boda hablara.

—Tú igual. —susurró de vuelta, sonriendo.

—Demasiado hermosa.

Ambas se sonrieron antes de escuchar a la persona hablar.

No fue una ceremonia muy larga, la persona encargada de hablar, no dijo mayor cosa y los votos de ambas fueron muy cortos ya que en todos esos años de relación se había dicho todo lo que querían decir y más.

—Te amo, esposa. —dijo Hyori una vez se separaron del beso y todos en la sala aplaudían.

—Y yo te amo a ti, bonita. 

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—Oye, Hyo. —Dakho la llamó, haciéndola girar— Suni dice que si puedes, por favor, ir a tomarte una foto con Eunyeong en el fondo que preparó en la sala. 

Hyori le sonrió y se despidió de una de sus amigas para ir con el alfa.

—Entonces, ¿de ser su novio pasaste a ser su mensajero? —preguntó riendo.

—Eso parece. —se encogió de hombros— Era peor cuando estaba en las prácticas de la universidad.

Ambos rieron y continuaron caminando hacia donde se encontraba la beta con Eunyeong. 

Como supongo que quieren saber qué fue lo que pasó con Subi y Felix luego de ese año de tiempo, aquí hay otro resumen: 

Durante todo ese año, no se vieron mucho pero hablaban con mucha frecuencia por teléfono para contarse prácticamente todo. Cuando Felix se presentó a la universidad y fue admitido, hablaron para saber si el plan que tenían seguía siendo el mismo y finalmente volvieron a ser novios y fue como si nada hubiese pasado, todo seguía igual. El primer año de Felix en la universidad, fue un poco estresante para ambos, porque al alfa no paraban de coquetearle y eso a Suni la enfurecía y Felix se enteró de que Suni era amiga muy cercana de un alfa de una de sus materias y solía discutir mucho cuando la beta se veía con él para hacer trabajos y cosas así. Después de ese año, las cosas se arreglaron un poco y empezaron a hablar cuando estuvieran enojados antes de hacer suposiciones o simplemente dejar de responderle las llamadas y mensajes al otro. Felix empezó a dormir muchas noches en el piso de Suni y Suni empezó a dormir muchas noches en el piso de Felix, en cada piso dejaban cosas suyas para no tener que llevar algo nuevo cada vez que quisieran dormir juntos. Duraron unos meses, bastantes meses, haciendo eso y aunque no quisieran admitirlo, prácticamente ya vivían juntos, así que después pensarlo mucho, Suni le propuso al alfa que vivieran juntos ya que estaba cansada de estar moviéndose de un lado al otro. Felix aceptó llevaban tres años y unos pocos meses viviendo en el mismo apartamento. 

Suni aún no tenía marca ya que sentía que no estaba preparada aún.

—¡Hyo!—gritó la beta una vez aparecieron—Ubícate al lado de Eunyeong y luce bonita para tomarles las mejores fotos que verás en tu vida.

Las dos alfas rieron y se ubicaron como su hermana les dijo y se dejaron tomar todas las fotos que ella les dijo.

—Perfecto. —dijo cuando terminó— Son las mejores modelos que he tenido en mis pocos años de experiencia laboral. —les sonrió antes de girarse hacia Felix— Vamos Lix, acompáñame a dejar estos fondos en la habitación.

Cuando ambos se fueron, las dos alfas suspiraron. Estaban cansadas de sonreír para tantas fotos.

—Es hora de darte uno de mis regalos. —le dijo Eunyeong— Debemos ir al salón.

—¿Harás el baile que te pedí frente a todos los invitados? —preguntó sonriendo coqueta. —Vaya, que atrevida Eunyeong.

—El baile te lo haré cuando estemos en algún hotel de Paris, deja de ser pervertida y ven conmigo. 

Hyori soltó una carcajada y tomó la mano de su esposa para dirigirse al salón.

—¡Silencio, por favor! —dijo Jungkook a través del micrófono— Como las novias ya están aquí, es hora del baile de la pareja. —explicó— Pero, no van a bailar la típica canción aburrida que bailan en las bodas. Eunyeong me pidió que les cantara una canción muy especial para ambas, así que, Hyo, este es un regalo de parte de tu esposa, espero que te guste la voz de tu tío.

Todos se quedaron en silencio y despejaron la pista de baile improvisada que había hecho Yoongi y Namjoon para que ellas pudieran estar en el centro.

—¿Me permites este baile, esposa bonita? —preguntó Eunyeong, extendiendo su mano hacia Hyori.

Asintió y tomó la mano de su pareja para dirigirse al centro de la pista de baile. Eunyeong puso una de sus manos en la cintura de la otra para atraerla y así poder bailar de cerca y observar cada una de sus hermosas y perfectas facciones. 

Le dio un pequeño beso antes de empezar a bailar al ritmo de las primeras notas que tocaba Jungkook en la guitarra.

We could leave the Christmas lights up ‘til January —Jungkook cantó la primera frase y Hyori sonrió— This is our place, we make the rules. 

—Le dijiste a Jungkook que cantara nuestra canción. —dijo sonriendo y con unas pocas lágrimas en sus ojos. 

—Si, solo tuve que darle comida y aceptó encantado. 

Hyori sonrió y se acercó a besarla mientras seguían bailando al ritmo de la canción, de su canción.

—Me encanta este regalo, te amo.

—Te amo. —respondió dándole otro beso antes de seguir bailando.

Definitivamente haberse conocido había sido la mejor cosa que les había pasado a cada una y, como solía decir Namjoon, amarse la una a la otra era como estar en el cielo.

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Luego de un par de horas, toda la gente se estaba divirtiendo más de lo normal debido a que, probablemente, ya había bastante alcohol en su organismo o simplemente les alegraba estar comiendo todo tipo de comida gratis. 

Cada quién encontraba la felicidad a su manera.

Como Namjoon y el padre de Eunyeong ya se veían un poco ebrios y Hyori no quería esperar más para decirles lo que tenía que decirles, les dijo que subieran a una de las habitaciones, lo mismo hizo con Seokjin y la madre de su esposa, el hermano de Eunyeong y sus dos hermanos, Suni y Dakho.

—Amor. —llamó a la alfa que estaba con Haneul, su omega y otras dos amigas—¿Me acompañas? —Eunyeong asintió y se puso de pie para seguirla— Verás, —empezó a hablar antes de entrar a la habitación— voy a darte uno de mis regalos y lo haré con nuestras familias presentes porque no quiero tener que contar lo que les voy a decir muchas veces.

—¿Entonces es un regalo para todos?

—No, solo para ti pero ellos también se van a dar cuenta en algún momento así que quiero hacerlo antes del viaje.

Eunyeong asintió confundida y entraron juntas a la habitación donde sus familias ya las esperaban.

—¿Qué ocurre, preciosa? —preguntó Seokjin. —¿Qué es lo que vas a decirnos?

—Bueno, eh… Eunyeong y yo, hace un mes, hablamos sobre… sobre que queríamos adoptar porque ya saben, no podemos quedar en estado. —todos asintieron, aún sin comprender muy bien a donde quería llegar— El caso es, que cuando Eunyeong me dijo que le parecía bien, yo empecé a hacer los trámites y mientras ella trabajaba o simplemente salía a hacer algo, una trabajadora social visitó el apartamento y me hizo algunas preguntas… —se giró para sacar unos papeles del armario— Y justo esta semana, me llamaron para decirme que, éramos aptas para adoptar y me dijeron que cuando lleguemos de Paris, podremos recoger una pequeña omega de ocho meses que quedó sola luego de que su madre muriera y su padre la abandonara.

Todos la miraban impresionados, sin poder creer lo que les acababa de decir. Eunyeong y Namjoon en especial.

—Así que… Amor. —miró a la alfa— Sorpresa, en una semana seremos mamás.

La habitación quedó en silencio durante unos segundos y luego Eunyeong se paró para abrazarla y mirar los papeles que tenía su esposa.

Mientras ella miraba los papeles con los datos de su futura hija, los demás llenaron de preguntas y abrazos a Hyori.

—Así que… ¿en una semana tendrás una cachorrita en tu casa? —preguntó Namjoon sonriendo. 

—Así es, papá. 

—Estoy empezando a considerar ir a vivir en esa ciudad para poder visitarlas más seguido.

Hyori lo abrazó, sonriendo.

—¿Qué nombre tiene? —preguntó Seokjin.

—Aquí dice que su nombre es Amy. —respondió Eunyeong sonriendo y Hyori asintió.

—Es un nombre hermoso, busqué su significado. —habló sin poder contener la sonrisa— Amada por todos los demás, ese es su significado.

—Bueno, es seguro que en estas dos familias le sobrará amor. —dijo el padre de Eunyeong.

—Eso será lo único que tendrá desde el primer día que llegue a nuestro hogar. —aseguró Hyori abrazando a su alfa.

Todos las felicitaron una vez más, antes de irse y seguir hablando del tema en la fiesta.

—Me haces muy feliz, Hyo. —dijo Eunyeong una vez quedaron solas— Y que hayas hecho todos estos trámites tu sola, solo para sorprenderme es… No tengo palabras para describirlo. Te amo demasiado, alfa.

—Yo te amo a ti y estoy feliz de empezar a formar una familia y que sea contigo lo hace aún mejor.

Se besaron de nuevo, por milésima vez esa noche y se quedaron en esa habitación, abrazadas y en silencio, no necesitaban decir nada para demostrar lo felices que estaban y lo seguras que se sentían en los brazos de la otra. 

Eunyeong era el hogar de Hyori y Hyori era el hogar de Eunyeong.

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¿Qué pasó con los demás personajes en estos seis años? Aquí está el tercer y último resumen:

Luego de que Dakho fuera para la universidad, Namjoon y Seokjin empezaron a viajar mucho, casi siempre era a pueblos pequeños y cercanos que tenían una arquitectura hermosa y también consiguieron una mascota para tener alguien a quien cuidar, esa fue una idea de Namjoon y Seokjin, como buen esposo y omega, estuvo de acuerdo y lo apoyó.

Cuando Dakho cumplió los dieciocho años y Valerie tenía diecisiete, pasaron un celo del alfa juntos y la omega terminó con una hermosa y brillante marca en su cuello. Ambas familias enloquecieron al enterarse pero finalmente, al saber que los dos deseaban marcar y ser marcados, no les quedó de otra que aceptar lo sucedido a pesar de que ambos eran muy jóvenes.

Aún no había terminado la universidad pero estaban viviendo juntos y algunas veces discutían porque Dakho era muy celoso, pero su relación iba más que bien. 

El papá de Seokjin nunca volvió a hablarles y un día decidió irse de la casa porque no quería aceptar que su esposa estuviera apoyando esa “horrible relación de dos alfas”. Namjoon estuvo a punto de buscarlo para golpearlo pero finalmente Seokjin le aseguró que era un caso perdido y no valía la pena. 

Jungkook definitivamente no le volvió a dar “espermatokook” a Taehyung, así que se quedaron con sus dos hijos y ambos estaban felices con eso.

Yoongi un mes después de marcar a su omega, decidió que era hora de que vivieran juntos, así que consiguió un lugar más amplió y se mudó junto con su omega. Luego de vivir dos años juntos, el omega quedó en estado y tuvo a su pequeño y hermoso hijo alfa, Yun, quien ahora tenía cuatro años.

Hoseok no había tenido una pareja estable en esos últimos años y aseguraba que estaba bien y feliz con eso. En este momento, era profesor de guitarra y piano en uno de los cursos de la escuela y salía con una profesora de ahí desde hace seis meses.

Haneul conoció a su omega destinada en la universidad, la marcó luego de un año y medio de relación y llevaban viviendo juntas casi un año. 

Suni seguía odiando a su primo Hyunjin, pero ahora era un poco más llevadero cuando se encontraban. 

La familia de Eunyeong nunca volvió a hablarle después de ese día en el que sugirieron enviarla a un lugar para que se “curara” y le empezaran a gustar los omegas y sus padres y hermano le aseguraron que nunca serían bienvenidos en su casa de nuevo hasta que cambiaran su manera de pensar.

Namjoon, Yoongi y Jungkook seguían siendo los mejores amigos y “el trío maravilla” como solía llamarlos Jungkook la mayor parte del tiempo.

Seokjin y Hoseok seguían siendo los mejores amigos que venían siendo desde pequeños.

Todos son felices y están muy agradecidos por la vida que tienen.

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