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5.

—Ey, hola... — Jungkook saludó detrás de Yongmin. Hyemin y Kai lo miraron y le devolvieron el saludo, para luego mirar a chica y mirarse entre ellos. Era algo extraño que Jungkook volviera a estar en este lugar.

—Eh... Kai, acompáñame a pedir un trago a la barra — le pidió Hyemin a su amigo, el chico de cabello ondulado sonrió y se puso de pie, ambos le dieron una mirada divertida a Yongmin y fueron a la barra, dejándolos solos.

—¿Se puede saber que demonios quieres? — preguntó un tanto ofuscada viendo que el chico se sentaba frente a ella.

—Nada, solo quiero...

—Entonces te puedes ir — le interrumpió dándole un trago a su cerveza. No quería verlo, menos con lo acontecido ayer.

—No es necesario que seas tan desagradable — Jungkook le respondió un tanto irritado por la hostilidad de la chica. Le chocaba que tuviera esa actitud, él venía con buena intención.

—Si no te gusta, puedes volver por donde viniste.

—Oye, solo venía a disculparme por lo ocurrido el día anterior. Iba un poco distraído y fue mi culpa. No quería lastimar ni a ti, ni a tu hijo...

Yongmin abrió los ojos y sus comisuras temblaron, hasta que no lo pudo evitar más. Lo observó para luego soltar unas carcajadas, casi escupe su cerveza ahí mismo. Jungkook la miraba extrañado, veía que comenzó a toser por reírse tanto.

—No es mi hijo, es mi hermano — le explicó luego de calmar su risa y mirando divertida a Jungkook.

—Vaya... Lo siento — le dijo avergonzado. Siempre afirmando cosas sin antes preguntar.

—No importa, veo que es normal en ti no usar la cabeza — le dijo sarcásticamente.

Jungkook la miró mal.

—Definitivamente contigo no se puede establar una conversación. Que estés bien — se levantó de golpe y se fue a la mesa en la que estaba antes.

Yongmin lo miró irse y puede que haya sentido algo de culpa, solo algo pequeño. Él sólo venía a disculparse y estaba siendo amable, pero lo trató mal. Movió su cabeza alejando esos pensamientos y sentimientos, bebió otro trago de su cerveza.

Al pasar el rato, Yongmin seguía en el pub hablando con sus amigos y restandole importancia que el chico de ojos redondos la miraba en cada oportunidad que tenía, pero ella sentía que era una mirada diferente. Dio un largo suspiro, se levantó y salió del pub. Sacó un cigarrillo y lo prendió para colocarlo en su boca e inhalar.

Definitivamente esto era dañino, pero no podía dejarlo, había caído en el maldito vicio de la nicotina.

Estando por la mitad de su cigarrillo, se apoyó en el capot de uno de los vehículos que estaba estacionado mientras terminaba de fumar mirando el cielo y expulsando el humo.

—Siento interrumpir tu momento de paz y tranquilidad, pero debo irme y estás sobre mi auto... — Yongmin bajó la vista y observó al chico que estaba con las manos en los bolsillos de sus pantalones rasgados.

Definitivamente es muy guapo pensó.

—¿Tú auto? — miró nuevamente donde se encontraba apoyada, un vehículo negro lujoso — tienes buen gusto... Está bonito.

—Gracias. Ahora si me permites tengo que irme — Jungkook avanzó a grandes pasos hacia la puerta del piloto para subirse ante la atenta mirada de la castaña.

—¡Oye! — lo llamó. Jungkook le dio una mirada confusa — Uhm, cuando te salvé el trasero de esos imbéciles, me dijiste que me debías una. ¿Lo recuerdas?

—Si... ¿Y?

—Pues, quiero que la pagues — le dijo Yongmin un tanto sonrojada. No quería estar pidiendo favores, pero no le quedaba de otra.

Jungkook por su parte explotó en carcajadas, no podía entender como podía cambiar de actitud así, tan repentinamente. Admitía que le descolocaba un poco. Pudo notar que la chica fruncia el ceño y su semblante se volvía serio.

—Ya, ¿y cómo quieres que te pague? — preguntó el chico en el momento que dejó de reír

—Dijiste que estabas en un grupo, eres un idol. Quiero un autógrafo de todos los integrantes o al menos los que puedas... — le pidió tímidamente. Defitivamente no le gustaba pedir favores.

—Vaya, no sabía que te gustaba la banda, te puedo hacer un concierto para ti sola — le propuso divertido.

—No es para mi, idiota. Es para mi hermano que estará de cumpleaños. Ama BTS, tiene todos sus albunes y le acabo de comprar el último y ese es el que quiero que firmen — le explicó rápidamente. Vio que enarcaba una ceja — podrás hacerlo o no...

—Solo si dejas esa actitud desagradable y arrogante — le pidió. Yongmin apretó los labios para no escupirle en la cara. Debía controlarse si quería un buen regalo para su hermano.

—No soy desagradable ni arrogante — afirmó negando con la cabeza.

—Claro que lo eres. Todo el tiempo que intento hablar contigo me atacas. Si prometes que dejarás de hacerlo y serás amable, te consigo los autógrafos que quieras y es más, pronto comenzaremos la gira, hasta la entrada a un concierto puede ser de tu hermano... — le propuso Jungkook, mirándola fijamente.

Eso es chantaje. Pensó la chica, dio un largo suspiro y se encogió de hombros

—Está bien. Pero solo quince días, no te emociones mucho, después no te atrevas a acercarte — amenazó Yongmin ante la mirada de satisfacción del chico famoso que tenía al frente.

—Trato hecho — Jungkook estiró su mano a través de la ventana de su auto y la chica la apretó con fuerza. Le sacó la lengua en un gesto infantil y volvió a encaminarse hacia el pub — ¡De nada! — le gritó. Yongmin sin darse vuelta, levantó su mano y le mostró el dedo de en medio. Jungkook rió ante eso. Esa chica era otra cosa definitivamente.

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La castaña hace días que no iba al pub a encontrarse con sus amigos. ¿El motivo? No quería encontrarse a Jungkook en muchos días más, quería que avanzaran los días rápidamente.

Por su parte, el pelinegro tampoco había ido al lugar, debía concentrarse en los ensayos y trabajar arduamente para que salga todo perfecto y sus fans amen el regreso que tendrán.

—Ey, Jimin...

—¿Qué pasa? — le pregunta el rubio mientras bebía agua de su botella. Los ensayos cada vez estaban más intensos.

—Firma aquí porfavor — le pide sonriente mostrándole el álbum de ellos en su mano derecha y un lápiz en la mano izquierda.

—¿Quieres mi autógrafo? No sabía que Jungkookie era mi fan — le dijo divertido  mientras le daba palmaditas en la mejilla.

—¡No! — chilló Jungkook — es un regalo para un amigo, tampoco te creas estrella Jimin — le dijo burlonamente. El rubio río. Le arrebató el lápiz, el álbum y lo firmó.

—Listo...

—Gracias. Eres un amor — el chico le volvió a sonreír y se dirigió hacia otro de los miembros —¡Namjoon!

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Bae había vuelto del médico. Estaba mal de salud.

Tenía cáncer sumamente agresivo, y en etapa 4, por lo que estaba desahuciada. El doctor le había dicho que no le quedaba mucho tiempo de vida y aunque el profesional insistió en que debía decirle a sus nietos, ella se negó. No podría soportar el hecho de hacer sufrir a sus casi hijos y decidió llevar el dolor sola. Cada día que pasa se siente sin energía, más cansada y sabía que su fin estaba cada vez más cerca, aunque ella no quisiera marcharse, era un hecho que sería así.

—Nana... — la llamó dejando de escribir — ¿Te acuerdas cuando casi nos atropellan?

—Por supuesto que si, como olvidar el susto de mi vida. ¿Qué pasó con eso?

—Es que el chico que casi nos mata, es Jeon Jungkook, tú sabes que mi banda favorita es BTS... Me preguntaba si lo conocías, porque el te llamó por tú nombre, ¿sabes?

—Bueno — dijo rascando su cabeza — lo he visto un par de veces en el pub donde voy con Hyemin y los demás chicos, pero nada más — le explicó restandole importancia — ¿Por qué lo preguntas?

—Pensé que eran amigos y pues quería... pedirte... algo — el niño jugaba con sus dedos y miraba para todos lados. Yongmin sonrió divertida por eso, el pequeño estaba nervioso.

—¿Y qué sería?

—Es que en el día de mi cumpleaños, BTS comienza su gira aquí, en Seúl y me encantaría que me llevaras — pidió Seung con los ojos brillosos de la emoción.

—Enano... — le dijo Yongmin con una mueca de molestia fingida — Sabes que... ¡haría cualquier cosa por ti! — le dijo riendo — vamos por esas entradas.  

Seung se lanzó a sus brazos emocionado. Sin dudas tenía a la mejor hermana de la vida.

—Gracias, gracias, gracias — Seung no paraba de agradecer, sin dejar de abrazarla y darle innumerables besos en la mejilla de su hermana.

Bae observaba la escena sentada en el sofá, definitivamente Yongmin era una chica increíble. A pesar de haber pasado por tantas desgracias en su vida, aún seguía siendo esa niña dulce que fue alguna vez.

Perdóname por tener que darte otro sufrimiento...

Sabia que la chica sufriría con su partida, pero era algo que ya no podía evitar. El cáncer ya estaba ramificado por su cuerpo y aunque comenzara con las quimioterapias, no serviría de nada. Decidió ir a la habitación a descansar, para luego hacer la cena.

Yongmin recibió una llamada de Hyemin, le pidió que fuera al pub ya que hace días que no iba y los chicos ya la extrañaban y la castaña aceptó. Se vistió con unos jeans negros rasgados, una poleras de tirantes blancas, la chaqueta de cuero negra y sus botas negras, tomó las llaves de su Honda y partió rumbo al pub.

—Pero miren quien ha llegado... — dijo en un tono burlesco Kev. Yongmin rodó los ojos, este imbécil le gustaba tener problemas. Al parecer una paliza no fue suficiente y quería más.





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