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21.

La noche fue demasiado agradable en la compañía de Jungkook.

Su hermano no paró de reír gracias a él y estaba muy agradecida por eso, lo hizo olvidar un poco y alejarse de la tristeza.

Luego de cenar y que el chico no parara de elogiar el platillo, juntos lavaron los trastes entre risas.

Sentía que por fin podía ser ella misma y no había nada más maravilloso que eso.

Al pasar el rato, Seung nuevamente se llevó a Jungkook a la sala para seguir en los videojuegos, ya que el pelinegro era realmente bueno en eso. Estaba terminando de ordenar el comedor y se les quedó observando un momento.

—Dicen que cuando algo se va, otra te llega a alegrar, ¿no? — se dijo a si misma sonriendo embobada, viendo la imagen de su hermano reír y jugar con Jungkook.

Movió su cabeza varias veces. Se sentía feliz dentro de todo, pues a veces tenía esa extraña sensación como que no fuera real lo que estaba sucediendo.

—Definitivamente me tendrás que enseñar a jugar Jungkook, eres extraordinario.

—Esto enano, son años de práctica. Siempre he sido muy bueno en los videojuegos. ¿Ves esta cicatriz en mi mejilla? —apuntó su mejilla izquierda. El niño asintió. — me la hice por discutir con mi hermano por quien ocupaba antes la computadora, ¿para qué quería la computadora? Para jugar. — explicó para terminar dando un risotada contagiando al pequeño.

—Aquí nana me limita para ocupar las consolas. Siempre tengo que hacer mis deberes antes y después puedo jugar solo un rato. — le dijo haciendo un puchero. — solo porque estás tú me ha dejado jugar un poco más.

—Y está muy bien lo que hace tu hermana. Cuando seas mayor le agradecerás. — terminó por decirle despeinando su cabello.

—¿De que hablaban? — Yongmin se unió y se sentó en el sofá junto a ellos.

—De lo magnífica y genial hermana que eres, ¿verdad Seung? — se acercó más a ella y le dio un pequeño beso en la mejilla.

—Así es. Tengo a la mejor hermana del mundo mundial.

—Sé que no estaban hablando de eso. — entrecerró sus ojos. — pero bueno, Seung, has jugado bastante ya y además es tarde...

—Está bien. — respondió dando un largo suspiro. — Gracias por visitarnos Jungkook, fue muy agradable estar contigo.

—De nada, lo hago feliz. — le dijo dándole una gran sonrisa. — descansa, duerme bien.

—¡No olvides cepillarte tus dientes! — Yongmin le gritó viendo que su hermano ya había subido las escaleras.

—¡Lo sé nana! — le devolvió el grito haciendo que la castaña diera un gran suspiro.

—Es difícil transar con niños, ¿no crees?

—Por lo que veo, si. Soy el menor en mi familia y en la banda también, no sabría responderte con seguridad. — respondió riendo. — eres una persona dedicada con su hermano, te admiro, ¿sabes? Has sabido sobrellevar tantas cosas jodidas que te han pasado, y aquí estás, de pie...

Yongmin guardó silencio ante las palabras del pelinegro, sintiendo como sus ojos se aguaban. Con todo lo acontecido estaba muy sensible.

—Intento que Seung vea siempre el lado positivo de las cosas. Si estoy hundida, si estoy mal, ¿como estará él? No puedo decaer y más aún cuando me necesita más que nunca ahora. Volvimos a estar los dos solos... — terminó de decir sintiendo como las gotas saladas caían por su mejilla, secandolas rápidamente.

—Ey... — Jungkook le quitó las manos de la cara para posar las suyas. — no quiero que te limites a mostrar tus emociones. Aquí nadie te juzgará Yongmin, si quieres llorar, hazlo. Deja tu escudo de lado, por favor. — le pidió acariciando sus mejillas con total sutileza, como si su piel fuera una obra de arte que no puede ser dañada.

Y en sí lo era. Yongmin era una obra de arte.

—Me cuesta mucho hacerlo. No me gusta llorar en frente de nadie, no quiero que sientan lástima por mí. Creo que una de las razones por la que soy así, es porque lloré tanto por la muerte de mis padres hasta en la escuela, que llegaron a burlarse de mí. Lo niños pueden llegar a ser muy crueles. — explicó mientras se seguía limpiando las lágrimas. — por eso aprendí a boxear y les patee el trasero a todos quienes se burlaron de mí e hicieron de mi estadía en la escuela un infierno. — terminó de decir riendo.

Parecía loca por llorar y reír.

—Bueno, ellos se merecían eso. Yo hubiera hecho lo mismo.

—Tú no sabes pelear.

Jungkook la miró indignado.

—Claro que sé, solo esos imbéciles me pillaron con la guardia baja...

Yongmin soltó una carcajada. Era increíble que él la hiciera tener tantas emociones.

—Como tú digas Jeon, como tú digas...

Jungkook rodó los ojos. Él sabía boxear, aún no logra comprender como no pudo hacer nada ese día.

—Cambiando un poco el tema. ¿Te gustaría salir conmigo Kim Yongmin? — le pidió mientras le daba besos por toda su mejilla.

—¿Una cita?

—Así es. Creo que no hemos tenido una donde tú no me hayas mandado al demonio, ¿o sí?

La castaña rio un poco negando con la cabeza. Era verdad.

—Creo que no. Pero respondiendo a tu primera pregunta, claro que me gustaría tener una cita contigo, Jeon Jungkook. — le respondió para darle un tierno beso en los labios del pelinegro, quien sonreía embobado.

—Genial. El viernes, ¿te parece? Estos días estaré un poco ocupado, ya sabes, entrevistas y todo eso... — explicó.

—Me parece perfecto. El viernes estaría bien.

Jungkook arrugó su nariz mientras sonreía y ahora fue su turno de besarla.

Benditos labios de aquella mujer.

Podría besarla siempre y no tendría problema alguno. Sintió como Yongmin posicionó sus manos en su cabello, para profundizar el beso, él por su parte la tomó y la sentó a horcajadas encima de regazo, para seguir devorandose como si no existiera un mañana.

Sus lenguas se encontraron y no perdieron el tiempo. Un beso candente, lascivo, apasionado que solo demostró las ganas que ambos se tenían.

La castaña comenzó a mover su pelvis hacia arriba y abajo, provocandolo y al minuto ya sintió como un bulto se formaba en los pantalones de Jeon.

Sonrió victoriosa, separándose un poco para mirarlo.

Su cabello despeinado, sus labios medios hinchados, sus ojos brillaban con más intensidad, su pecho subiendo y bajando... Era realmente perfecto. No perdió más tiempo y volvió a unir sus labios. Esto ya estaba haciendo una adicción.

—Y-Yongmin... — Jungkook trató de separarse con un poco, sin éxito. — nena...

La castaña al escuchar el apodo se detuvo abruptamente.

—¿Cómo me llamaste?

—¿Qué? ¿Nena?

Al oírlo nuevamente mordió su labio y sonrió.

—Eso suena realmente sexy en tus labios cuando lo dices. Me encanta. — le dijo impartiendo besos en toda su cara para terminar en sus labios.

Jungkook soltó una carcajada. Amaba esta faceta de la chica.

—Me encantas, ¿Te lo dije? — preguntó colocando sus manos en las mejillas de la castaña, dándole suaves caricias.

—No, no lo habías dicho. Debo admitir que también me encantas, idiota. — Jungkook enarcó una ceja al oírla — mi lindo, sexy y encantador idiota.

—Eso me gustó mucho. Deberías ser así siempre.

Ambos sonrieron y volvieron a besarse.

Al parecer encontraron un nuevo pasatiempo favorito.

╰─►⸙͎ ➼➼➼✧;

La castaña comenzó a adaptarse a la ausencia de su abuela. La extrañaba bastante, pero intentaba alegrar la casa. Su abuela siempre escuchaba música, no le gustaba mucho el silencio. Entonces imitó eso, se sentía muy vacía al no escucharse nada, pues su hermano se encontraba en la escuela y al ritmo de la música hacia los quehaceres del hogar.

Quería buscar empleo. Quería mantener su mente lo mas ocupada posible y así no pensar tanto.

La mente es muy poderosa.

Estaba barriendo al ritmo de “The Feelscuando el timbre la interrumpe. Bufa molesta porque estaba en la mejor parte de la canción. A grandes pasos llegó hasta la entrada para abrir la puerta.

—Amiga, ¿de verdad estás escuchando Twice? ¿Tú escuchando Twice? Te desconozco...

Sonrió divertida y abrazó a su mejor amiga.

—¿Como estás? ¿Como está el bebé? — preguntó mientras la hacía pasar y depositaba un tierno beso en la panza de su amiga.

—Con un cansancio horrible y unas náuseas asquerosas. El embarazo no es lindo, no lo es. — respondió quitándose los zapatos. — en una semana más cumplo tres meses y ahí se supone que ya no tendré más esos síntomas...

—Quien te manda, eh — dijo riendo. Hyemin la miró mal — todo esto valdrá la pena. Serás la mejor mamá del mundo.

—Ay, eso espero. — dio un largo suspiro. —¿como estás tú? — le preguntó bajando el tono de su voz, como si la pregunta le fuera a afectar.

—Estoy mejor. No te niego que la extraño como no tienes idea, pero tengo que dejarla ir. Dicen que muere el que olvida y yo siempre recordaré a mi segunda madre. Sé que siempre nos estará cuidando a Seung y a mí... — terminó de decir dando una débil sonrisa.

—Así es cariño. Ella siempre los cuidará, igual como tus padres. — dijo mientras le daba caricias en su mano. — Y... ¿Que tal todo con Jungkook? — preguntó mientras caminaban hacia el sofá y sentarse en él.

—La verdad... — suspiró — va todo muy bien. El confesó lo que sentía por mí y no pude evitarlo Hyemin — dijo mientras mordía su labio inferior. — también le confesé que me gustaba.

La rubia dio un pequeño grito de felicidad mientras aplaudía.

—¡Me encanta! Mereces ser feliz, quierelo, amalo. Date esa oportunidad Kim, no lo trates mal. Lo único que puede salir mal es que sus fans te odien...

Yongmin al oír eso borró la sonrisa. No había pensando nada de aquello y por un momento olvidó que Jungkook era alguien mundialmente famoso.

—No puede ser... — dijo tapando su boca. —¡Es cierto! Me van a odiar, he oído de ellas y dan miedo. Harán de mi vida cuadros... — lloriqueo con dramatismo.

Hyemin soltó una sonora carcajada. Le divertía ver a su amiga así, era algo nuevo.

—Hay que ver el lado positivo de esto...

—¿Cuál sería?

—La verdad, no hay. — dijo encogiendose de hombros y ganándose un pequeño golpe en su hombro. — auch, agresiva. Solo ten fe que nada malo pasará, ¿ya son novios?

—N-no. Nos estamos conociendo aún más, de hecho hoy tengo una cita con él...

—Que envidia. Y yo embarazada, con mareos, náuseas y sin nadie que me dé ni la hora. — dijo haciendo un puchero. — bueno, pero estoy realmente feliz por ti cariño. Vamos, te ayudaré con tu oufit para que se muera al verte.

—Ay Hyemin, que haré contigo...

—Amarme. Soy tu mejor amiga. Anda vamos, elegiré algo de infarto. Ya sabes que nunca fallo con mi estilo. — dijo guiñandole un ojo.

—Lo tengo más que claro amiga.

Riendo subieron las escaleras a la habitación de Yongmin. Con ella no se podían pasar penas. Agradecía tener una amiga tan leal y buena como lo es Hye.

Dicen que la amistad verdadera es uno de los mejores regalos de la vida y no tenía duda de aquello.


Soy de poquitos amigos, pero los que tengo son leales. Calidad es mejor que cantidad chiquis, nada como la reciprocidad en todo ámbito.

Todo debe ser recíproco, en la amistad también vale esto 😊💜.

Y eso es lo que quiero demostrar, la amistad de Yongmin y Hyemin es maravillosa y así deberían ser todas las amistades ✨💜.

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