—Llegamos. —dijo Jungkook frenando la moto delante de su casa. Yongmin de inmediato se soltó de él y se bajó de la moto quitándose el casco.

—No lo hiciste mal, aunque manejas muy lento para lo que acostumbro — bromeó.

Jungkook le extendió las llaves y ella las aceptó.

—Eso es porque te vi tan cómoda que no quise asustarte — se defendió.

—¿Cómoda? Pero si lo único que quería era que llegáramos pronto para deshacerme de ti — atacó subiéndose a la moto para irse.

—Claro... tanto querías deshacerte de mí, que me traías asfixiado con tu abrazo...

—¡Venía durmiendo!

Jungkook la miro severo. Esta chica era pésima mintiendo,

—Y yo soy idiota —dijo sarcástico.

—Que bueno que te diste cuenta.

—Imposible — levantó los brazos —eres imposible Yongmin...

—Que malhumorado eres, solo era una broma — le dijo rodando los ojos.

—Se me olvidaba que tu humor era mucho mejor. —se rió Jungkook.

—¡Imposible! Me voy...

—¡Adiós!

—¡Adiós!

Jungkook entró a su casa y la castaña hizo andar su moto a toda velocidad rumbo a su hogar, no podía ser cierto. Siempre que salían y se encontraban en un momento bonito y que ella comenzaba a aceptar los sentimientos que el chico le provocaba, terminaban discutiendo. Era imposible avanzar así.

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—Anda Hyemin, deja de llorar — le decía a su mejor amiga dándole leves palmadas en su espalda.

Estaban en el auto de Hye, estacionadas fuera de la casa de los padres de ella. Su amiga apoyaba su cabeza en el volante del auto y no dejaba de llorar.

—¿Cómo me pides eso? ¿Qué no ves que mis padres van a matarme? — estaba asustada.

Iba a decirle a sus padres que tenía dos meses de embarazo, y como no quería ir sola, Yongmin se ofreció a acompañarla. Se sentía lo suficientemente fuerte como para afrontar una situación así.

—Hyemin... — alargó la castaña — Yo estoy aquí para recoger tus restos cariño — dijo sonriendo. Estaba tratando de darle ánimos a su amiga, pero ella la miró mal.

—¡Estúpida! —dijo severa para luego terminar dando una risotada — uff... gracias por venir conmigo, vas a ser como el padre de mi hijo.

—No gracias... Me conformo con ser la madrina.

—¡Hecho! — sonrió la rubia y dio una gran suspiro — pero dime algo antes de morir —se secó las lágrimas y respiró hondo — ¿Cómo vas con Jungkook? — preguntó haciendo que Yongmin la mirara extraño.

—Creo que tus padres nos esperan — dijo evadiendo el tema bajándose del auto dejando a Hye con la duda.

—Vamooos — alargó la rubia mientras caminaban hacia su casa — soy tu amiga... necesito saberlo. No, no, merezco saberlo.

—Que no ha pasado nada Hye... solo que ya estoy feliz porque dejara de molestarme en un par de días — explicó mirando hacía el lado, evitando la mirada inquisitiva de la rubia sobre ella.

Yongmin tocó el timbre y salió la madre de Hyemin a abrir.

—Hija tanto tiempo — la mujer se acercó a la rubia y la abrazó fuerte. Hye dio un suspiro y se animó. Sabía que tarde o temprano debía decirle a sus padres y aunque sonara extraño, tenía a Yongmin a su lado. A su mejor amiga. — Que bueno verte también Yongmin, pero pasen, pasen. No se queden ahí paradas, justo íbamos a cenar...

Entraron a la casa y la castaña no pudo evitar sentirse triste. El hecho de estar en un ambiente tan familiar, ver como su amiga era atendida por sus padres y lo cariñosos que eran con ella, le hacia recordar su infancia, cuando aún sus padres vivian. Hubo un minuto en que estando todos riendo en el living de la casa, a Hye no le quedó otra más que hablar.

Era el momento indicado.

Se puso seria y sus padres notaron de inmediato su cambio de actitud.

—¿Pasa algo? — preguntó la mujer cuando notó la cara de angustia de su hija.

—Mamá, papá... — tenía las manos aferradas a sus rodillas y no les sacaba la vista. Yongmin solo escuchaba atenta, estaba ahí para apoyar a su amiga así que no era necesario hablar. — Yo... — respiró profundo, mantuvo el aire en sus pulmones y luego levantó el rostro — estoy embarazada — y botó el aire acumulado. Sus padres la miraron impactados, sus rostros lo decían todo.

Estaban desconcertados.

—¿Qué? — preguntó su padre casi en un susurro.

—S-sé que los decepcioné, y que van a querer matarme, p-pero soy tan estúpida que me enamoré perdidamente de un imbecil que a la primera oportunidad que tuvo me abandonó y ahora necesito su apoyo mas que nunca, no quiero vivir este proceso sola, los necesito — les explicó como pudo debido a sus sollozos — p-perdón, lo siento mucho...

—No nos pidas perdón Hyemin — dijo al fin su madre luego de secarse las lágrimas — eres nuestra única hija... y sabes que te vamos a apoyar en las buenas y mucho más en las malas. Eres mi todo hija mía, saldremos adelante juntos. — Hye la miró haciendo pucheros.

—Si hija... —su padre habló — has sido una inmadura y mataré al tipo que te abandonó si algún día intenta acercarse a ti o a mi nieto. Pero sea como sea, saldremos adelante, juntos.

—D-de verdad no sé qué haría sin ustedes y sin Yongmin, no sería nada. Gracias... —dijo y se lanzó a los brazos de ellos. La castaña miraba enternecida la escena. Su amiga lloraba y se abrazaba a sus padres.

No había sido tan difícil después de todo. Ahora Yeong había pasado a segundo plano. Sabía que su amiga iba a salir adelante y podría cuidar bien de su bebé sin la necesidad de tener un hombre a su lado.

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La noche estaba fría, demasiado a decir verdad.

Yongmin se encontraba en el pub junto a Sunmi, Taeyang y Kai. Hyemin abandonó el barco, pues ya no asistía a las juntas debido a su estado en donde se cuidaba lo máximo posible el primer trimestre, según lo que le había explicado, eran los meses mas importantes.

Estaban todos sentados en una mesa, bebiendo cerveza, fumando y riendo. Hubo un momento en que Kai y Sunmi se olvidaron del mundo, o mejor dicho de nosotros, tenían un mundo aparte, y como ella bien sabia de los sentimientos de su querido amigo hacia Sun, decidió conversar con Taeyang ignorando o intentando no interferir entre el par antes mencionado.

—La verdad no se por que nunca he querido beber algo mas que cerveza — le explicaba la castaña a Tae quien le había hecho la pregunta (por milésima vez) — supongo que es porque la cerveza tiene menos alcohol y realmente vengo a pasar un buen rato, no a emborracharme...

—De todas maneras es preferible que bebas solo cerveza, a que te metas al cuerpo mas alcohol. Ya sabes... engorda y además te arrugas mas pronto, es terrible — decía el muchacho con la mano en su pecho. Yongmin rio divertida con su gesto.

—ay, pero si tú estás estupendo, regio, divino Tae.

—¿Enserio? Por eso eres mi amiga, siempre subiéndome el autoestima. Que eres linda. —Taeyang se abalanzó y la abrazó dandole una serie de besos en la mejilla.

—Ya, ya, que me asfixias — reclamaba la chica. A su amigo algunas veces le entraban esos ataques de amor inesperados. Y la verdad es que nunca se ha quejado, le gustaba esas demostraciones de sus amigos.

No se dio cuenta que desde un punto cercano Jungkook la observaba con los ojos fijos y una mirada impresionada por la situación. Solo se dio cuenta cuando abrió bien los ojos y se encontró con los del pelinegro que la miraba con cara de decepción.

—Jeon... — susurró. Tae la soltó y la miró sin entender.

—¿Me dijiste Jeon? ¿Quién es Jeon? — preguntó confundido.

Kai escuchó la pregunta y miró a Yongmin, siguió la dirección de su mirada y se dio cuenta que Jungkook estaba en el lugar.

—Oh oh... o vas y le explicas a Romeo la situación, o lo pierdes porque de seguro se hizo una idea equivocada — comentó Kai al darse cuenta que el idol se dio la media vuelta listo dispuesto a irse del pub.

—¿Y por qué tengo que darle explicaciones de mi vida? Que se vaya al demonio, a mi que me importa. — se defendió la castaña sin darle mayor importancia al asunto.

—Yongmin — alargó Kai. Su amiga era tan testaruda.

—Basta, ¿si? — la chica le dio una mirada fulminante a su amigo quien sin mas ganas de discutir, negó con la cabeza para luego volver con la conversación que mantenía con Sunmi.

Le molestaba el hecho que tuviera que explicar cosas cuando claramente no eran nada. Ella no le debía explicaciones y él tampoco. Hay mucho camino por recorrer, pero discutiendo en cada ocasión que se le presentaba, era imposible avanzar.

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Jungkook no podía creerlo. Yongmin tenía novio y ni siquiera se lo había dicho o al menos mencionado. Claro, ¿para que se lo diría si ella no sabia de los sentimientos que él tenía? Lo que a ella le importaba era solo los malditos álbumes y la entrada que le había prometido. Al ver a la chica tan cariñosa con aquel tipo, simplemente decidió irse del pub, no se iba a quedar viendo la escena tan romántica que la castaña protagonizada.

Es que con él nunca había sido tan afectiva, en el tiempo que llevaban conociéndose, ningún abrazo le había dado y ahora entendía el porqué. Menos mal no le había confesado nada porque el papel de idiota no se lo quitaba nadie.

Manejaba su auto, rumbo a casa. De todas maneras al día siguiente debía ensayar por la mañana, ya que se le acercaba un show importante, y decidió que de una vez era necesario dejar de pensar en esa testaruda y fría mujer, concentrarse en sus próximos eventos y shows, practicar duro y en descansar como es debido. Aparcó en el estacionamiento, le puso la alarma al auto y luego se metió a su casa. Eran mas de las once de la noche así que optó por acostarse. Se fue directo a su habitación abriéndose la camisa en el camino, se quitó sus zapatillas balenciaga y las dejó a un costado de la cama, desabrochó su cinturón y luego la cremallera de su pantalón. Se quito la camisa y la dejo tirada en la alfombra mientras caminaba hacia el baño. Pantalones abajo, calcetines y su boxer negro, para luego abrir la corrediza de la ducha y meterse debajo de la regadera. Caliente... agua caliente para relajarlo, eso era lo que necesitaba.

—¿Jungkook? — preguntó Jin golpeando la puerta del baño. Quería saber si estaba bien, ni siquiera lo sintieron al llegar.

—Si, ¿Qué pasa?

—¿Estás bien? Ninguno te vio pasar, si no hubiera sido porque oí ruidos en la habitación, ni siquiera me entero que llegaste — le dijo a través de la puerta.

—Solo estoy cansado. — le respondió saliendo del baño con una toalla envuelta en su cintura y secándose el cabello con otra.

—¿Pasó algo con la chica verdad? — Jin sabía acerca de ella, pues Jungkook en sus momentos de seriedad le confesó en dónde se escabullia por las noches, aún cuando los demás miembros le decían que no lo hiciera. Jungkook río ante la pregunta del mayor.

—En serio que me conoces muy bien — se sentó en la orilla de su cama y dio un suspiro — tiene novio hyung, y yo ni enterado estaba. ¿Te imaginas le confesaba un día que me gustaba? El ridículo hubiera hecho — lloriqueo mientras le contaba. Jin no pudo evitar reír por lo dramático que estaba siendo.

—Por favor. Es una chica, puedes encontrar a alguien que corresponda a tus sentimientos.

—Sé que hay más chicas, pero hasta ahora no he conocido a nadie como Yongmin. Ella es... No sé, diferente... Y realmente quería lograr conquistar su corazón.

—¿Que acaso te has enamorado? — le preguntó divertido. Jungkook había tenido aventuras con otras mujeres, y ellos lo sabían. Pero si se llegaba a terminar, él no le daba más vueltas al asunto, se acabó y ya. Pero ahora estaba actuando diferente, le había afectado.

—¿Q-qué? ¿No crees que eso es una palabra muy grande? Yo no sé si estoy enamorado, nunca lo he estado. Pero si puedo admitir que me gusta hyung, me gusta demasiado. Y sí, morí de celos al ver como el tipo besaba su mejilla con tanto ímpetu y ella estaba feliz. Ella se veía feliz. A mi me odia, ¿qué puedo hacer? — preguntó cabizbajo. Odiaba sentirse así. Sintió que fue rechazado sin siquiera hacer el intento. Como un golpe, no, una paliza a la realidad.

—Jungkook, a veces las cosas no salen como uno lo planea. Mi consejo profesional es que no le des tantas vueltas al asunto y te enfoques en nuestra agenda. Tenemos mucho por hacer... — Jungkook rodó los ojos ante las palabras del castaño. Ese era un consejo digno que Namjoon hyung le daría. — pero mi consejo como amigo, es que si realmente te gusta, lucha por ella. ¿Qué es eso de que te vas a rendir sin haber hecho nada al respecto mocoso? Si encuentras que ella vale la pena, intenta todo. Merecemos ser felices, ¿no lo crees? — le preguntó mientras caminaba hacia la puerta de la habitación. — este no es el Jungkook de siempre, él que yo conozco es muy competitivo y no le gusta perder, le gusta intentarlo todo con tal de triunfar, ¿estamos hablando del mismo? — finalizó, dándole una sonrisa, para salir del cuarto. Esperando que con eso, definitivamente reaccionara.

Jungkook meditó las palabras del mayor. Luchar por ella, ¿realmente debería hacerlo?. Dio un fuerte suspiro y se tiró hacia atrás, mirando el techo. Maldita frívola corazón de iceberg, ni con lo sucedido podía sacarla de su mente.

Realmente estaba perdido.