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Un gran padre

----- ¡Oh santo Dios! ----- Mew dejó caer de sus manos la toalla con la que estaba secando su cabello, cuando el gritó horrorizado de Gulf retumbó en toda la casa, y corriendo subió lo más rápido que pudo las escaleras, abriendo la puerta de golpe al llegar.

Se había imaginado un sinfín de maneras en la que encontraría a Gulf. Pero ninguna como la que tenía frente a sus ojos en este momento. Con tan sólo una pequeña toalla cubriendo su miembro, y frente al espejo Gulf se miraba horrorizado. Mew dió un suspiro tranquilo al ver que no se trataba de nada malo, pero tan pronto el miedo pasó, su mirada molesta se posó en sus ojos, y cruzándose de brazos camino hasta Gulf. Cuando el chico reparó en su presencia, dió un fuerte gritó y corriendo se metió tras el armario, escondiéndose de su mirada.

----- ¿Gulf? ----- Dentro del enorme closet, y entre toda la ropa, el menor se mordia el labio con algo de vergüenza.

¡Y como no hacerlo! Si Mew lo había encontrado completamente en pelotas frente al espejo. Pero es que por más que trato que su curiosidad no lo traicionara, al final había terminado por desnudarse y escrutarse con ojo crítico frente al espejo. Al principio le gustó lo que vio, pero cuando la pequeña vascula que Up le había comprado para controlar su peso, le había dicho que estaba gordo, todo se había desplomado. Soltando un gemido de frustración, se dejó caer contra las puertas de madera, negándose a salir a cada una de las peticiones de parte de Mew.

----- Gulf, amor ¿Estás bien? ----- Mew negó ----- Sal de ahí y dime que pasa ----- Con paso lento, Mew logró llegar hasta la puerta del armario, abrirla y tomar de la mano a Gulf, aún reacio a salir de su escondite.

----- ¡No! ¡No quiero que me mires! ----- Mew se preocupó.

----- ¿Por qué? ¿Te sientes mal? ----- Dejándose guiar, por fin, Gulf salió del escondite, formando un puchero cuando Mew lo envolvió en sus brazos y  cubrió su desnudez con el albornoz que había estado sobre el suelo ----- Dime ¿Qué es lo que te pasa bebé? ----- Mirándolo por fin a los ojos, Gulf gimió lastimeramente, señalando al condenado aparato.

----- ¡Subí de peso! ----- Mew no respondió por miedo a decir algo equivocado ----- ¡Y se me fue todo el trasero! ----- Está vez, Mew no pudo evitar soltar una escandalosa carcajada, ganándose un golpe por parte de Gulf ----- ¡No te rías idiota! ¡Mi culo desapareció! ----- Intentando calmarse, Mew negó.

Le parecía realmente cómico y no entendía de dónde diablos había sacado su Kana esa idea. Para él, el mocoso estaba realmente hermoso, y tenía un jodido trasero de envidia. Acariciando sus mejillas con ternura, Mew negó ante cada palabra que salía de la boca de su pequeño, dejando pequeños besitos conforme su voz se iba apagando.

----- ¿Terminaste? ----- Con un puchero, Gulf asintió ----- Pues bien. Ahora muñequito, vas a decirme ¿De dónde has sacado todas esas tonterías? Tu trasero está muy bien ----- Para enfatizar sus palabras, las manos de Mew bajaron hacia el esponjoso trasero escondido tras la tela de albornoz, apretandolas con rudeza ----- ¡Muy bien! ----- Gulf no pudo evitar reír, sintiendo como sus ánimos comenzaban a subir ----- Tienes un trasero muy bonito ----- Sonriendo, Mew le guiñó el ojo, continuando su camino através de la satinada piel ----- Y no es que estés gordo. Es solo que nuestros hermosos bebés están cada día más grandes y fuertes. Y eso te hace cada vez más hermoso ----- Gulf soltó una risa cantarina, envolviendo sus brazos en torno al cuello de Mew, cuando esté busco sus labios para un beso apetecible, un beso sexy, una sonrisa preciosa.

----- ¿Siempre tienes las palabras correctas para decir? ----- Encogiéndose de hombros, Mew sonrío.

----- ¿Qué hacer? Soy un padre excepcional.

El resto de esa mañana de sábado Mew, Gulf y sus hijas habían pasado un día de mucha diversión en la casa. Mientras que Gulf y Love se habían dedicado al lavado, Sammy y Mew se la habían pasado decorando la habitación que iba a ser de los bebés. Gulf no podía evitar el sonreír. Tenía una vida completamente hermosa y envidiable, un guapo y deseable esposo, dos hermosas hijas que lo llenaban de alegría, y un par de bebés que parecían crecer a cada segundo que pasaba.

Terminando por sacar la ropa de la lavadora, Gulf se detuvo abruptamente al sentir como una parte de su estómago se tensaba, y luego de un segundo un fuerte y claro golpe se hacía sentir en la piel. Sus ojos se abrieron asombrados, y sus manos corrieron instintivamente hasta esa parte, presionando fuertemente, para volver a sentir minutos después, dos golpecitos más. Está vez más claros y más largos.

----- ¡Mew! ----- El gritó que escapó de sus labios salió un tanto histérico, haciendo que el hombre apareciera corriendo a través de la sala, seguido de las dos pequeñas.

----- ¿Qué pasa? ¿Estás bien? ----- El hombre lo miró completamente preocupado, escaneándolo ante cualquier problema. Gulf asintió, todavía ido en los movimientos de su estómago.

----- Se mueven ----- Mew estrechó sus ojos ¿De qué rayos estaba hablando Gulf?

----- ¿Eh? ----- Moviendo su cabeza en afirmación, Gulf señaló su panza.

Mew miró detenidamente el dedo, sin comprender lo que Gulf quería decirle. El mocoso rodó los ojos con exasperación, y cruzando los pocos pasos que los separaban, tomó la mano del hombre y la colocó sobre su vientre, a unos pocos centímetros de su ombligo.

Mew parpadeó confundido. No lograba comprender porque su esposo estaba actuando de esa forma. Podía sentir la redonda y grande panza sobre su palma a la perfección, además del pequeño bultito prominente que ahora saltaba de su ombligo, y un pequeño empujoncito que golpeó sobre su palma.

----- Bebé, no entiendo que... ----- ¡Un golpe!

Los ojos del hombre se abrieron al punto de querer salirse de sus órbitas, y apretando más su palma volvió a sentirlo. Uno, dos, tres golpecitos fuertes y seguros. Su mirada conecto con la de Gulf, y la sonrisa creció en su rostro al darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Sus bebés se habían movido.

----- ¡Se mueven! ¡Se están moviendo, joder! ----- Completamente emocionado, Mew se arrodilló frente a Gulf, subiendo la enorme camiseta del mocoso hasta un poco arriba de su vientre y pegando su rostro sobre él, atento ante cada movimiento. La enorme panza remarcaba perfectamente una pequeña línea desde el comienzo del estómago, hasta el final del ombligo, una que otra vena remarcada por la elasticidad de la piel, y dos pequeños bultos que saltaron cuando la voz de Mew salió de sus labios.

Los pequeños golpecitos vibraron a través de toda la piel, dejando a la imaginación que parte de los bebés era la que sobresalía al moverse. Mew soltó una risa, tomando las manos de las niñas y poniéndolas al otro extremo. Las pequeñas miraron maravilladas cuando los bebés volvieron a patear, está vez más duro y seguido, haciéndolas reír en compañía de sus padres.

----- ¡Esto es increíble! ----- Sacando su móvil del bolsillo de su pantalón, Mew se apresuró a capturar una foto del momento, terminando por estampar un sonoro y juguetón beso sobre los labios de Gulf, quien se mordió los labios, completamente emocionado ----- ¡Te amo tanto!

Semana 23

Estoy entrando en el sexto mes de gestación. Y cada vez se notan más los movimientos de los bebés ¡Increíble! Desde aquella vez hace tres semanas, en los que se movieron por primera vez, no han parado ni por un segundo. Mew está completamente loco, y habla a cada segundo que puede con ellos. Por las noches, cuando más se mueven antes de dormir, siempre les toma una foto o guarda un video de recuerdo. Todo es completamente fascinante. Mí cuerpo ahora ha cambiado drásticamente. Mis caderas más prominentes de lo que normalmente eran, mi barriga el doble de lo normal y de lo que era hace unas pocas semanas. También está el hecho de que ahora tengo que ir al baño cada quince minutos, pues mi vejiga esta tan presionada que creo que explotará en cualquier momento. Los antojós desaparecieron hace ya varios meses, y ahora que estamos entrando al mes de Mayo, lo único a lo que me he vuelto adicto es a pasar horas dentro de la alberca, nadando o simplemente tomando el sol.

El deseo sexual tampoco se ha aplacado, y ¡Gracias al cielo! Pues cada noche Mew me hace ver las estrellas. También he dejado de ir a clases por un tiempo, y en los ratos libres me dedico a practicar ejercicio. Desde que mi ombligo se salió de su lugar procuro no pasarme con las porciones de los alimentos.

Esperó que este mes sea tan divertido como el anterior. Bebés ¡Crezcan! Y no me peguen por las noches...

Con una sonrisa, Gulf terminó de escribir las últimas palabras en el diario, y mirando la hora sonrío para sus adentros. Ese día tendría su visita mensual con la doctora Scott, y por fin le daría una fecha aproximada para el parto. Respirando profundamente, tomó su cartera y bajo las escaleras. Había pasado la mayor parte de la semana mentalizandosé que en cuanto supiera las posibles fechas, no se alertaria y se tensaria porque el tiempo llegaría en cualquier momento.

Había leído que muchas de las madres primerizas, al tener las primeras fechas aproximadas para el alumbramiento tendían a ponerse tensas, y eso perjudicaba a los bebés. Él no quería eso. Subiéndose al coche se puso en marcha, enviándole un mensaje a Mew de que ya iba de camino.

Siendo los primeros días del mes de Mayo, las chiquillas habían salido por fin de vacaciones, y se pasaban la mayor parte de su tiempo libre, con Up o haciéndole visitas a su padre. Ese día no había sido la excepción y tras ayudarle con los quehaceres de la casa, habían salido con Up al cine. Por otro lado, su tía Jennie había ido de viaje a una de sus propiedades en Boston, dejándolos durante un tiempo.

Su vida había mejorado mucho. A tan solo unos meses de cumplir un año de estar junto a Mew ya tenían a dos lindas niñas, y a dos bebés en camino. y acerca de las opciones de Sammy y Love, tan solo faltaban unos pocos días para que las certificaciones de paternidad les fueran otorgadas. Las visitas de la trabajadora social habían terminado un mes atrás, sin embargo, los papeleos se habían tardado un poco más.

Tras unos minutos más de camino, por fin se estaba estacionado frente a las empresas. Se aseguró de que la alarma del auto quedará puesta, y con una sonrisa plantada en sus labios se apresuró a salir en busca de Mew. Varios de los empleados le saludaron con una hermosa sonrisa, otros felicitándolo por su pronta paternidad, y unos cuantos mirándolo con desdén como si fuera un fenómeno.

Con el tiempo se había acostumbrado, así que le restó importancia continuando con su camino. Mientras avanzaba por los pasillos, su atención a los mensajes de Messenger que caían en su celular le impidió el ver como alguien se acercaba, y chocaba con él, haciéndole trastabillar hacia atrás. Varios papeles salieron volando alrededor, y levantando su mirada un tanto avergonzado, se encontró con unos oscuros ojos conocidos, que sonrieron al verlo.

----- Joss ----- La imagen le hizo sonreír y viajar al pasado. A aquel dia en que había conocido al hombre, y soltó una risa, ayudándole al hombre a recoger los papeles. Joss sonrió ayudándolo a ponerse de pie.

----- Lo siento ¿Vienes a ver a Mew? ----- Gulf asintió, todavía riendo.

----- Sí. Tenemos una cita con la doctora está tarde ----- Los ojos de Joss se clavaron en el estómago de Gulf, sonriendo con melancolía.

----- Está terminando de firmar unos papeles, no tardará en bajar ----- No pasaron muchos minutos en los que se dedicó a platicar con Joss, cuando Mew bajó corriendo las escaleras eléctricas, y llegó hasta su lado con una enorme sonrisa marcando su rostro. Se despidieron del otro hombre, y mientras caminaban tomados de la mano por los pasillos hacía la salida, Amanda Obdam, alcanzó a ver como Mew desaparecía tras las puertas de cristal. A pesar de que solo le pudo ver la espalda a la otra persona, logró identificar perfectamente de quién se trataba. Obligándola a cerrar sus puños fuertemente y con rabia.

Sin embargo, al pensar en la fecha que se acercaba no pudo evitar el sonreír. Su vida cambiaría muy pronto, y esa sonrisa que pintaba en los labios del mocoso desaparecería gomo aquella arena que arrastraba el mar cuando subía la marea. Y de eso, se encargaría ella personalmente.

Cuando llegaron al consultorio, Gulf no pudo evitar el que los nervios volvieran a inundar su cuerpo. La mujer le indicó que se pusiera aquella bata que siempre usaba en cada una de sus citas, y que la esperara acostado sobre la camilla. Mew no se alejó ni un momento de su lado. La idea de volver a ver aquellos dos puntitos en la máquina, y escuchar sus rítmicos latidos lo mantenían emocionado y alerta. Así que cuando la doctora Scott entró de nuevo al consultorio, no esperaron ni un segundo más.

La mujer le colocó una generosa cantidad de aquel gel que ante la vista y los perversos pensamientos de Gulf, no era más que otro lubricante cualquiera sobre el vientre. Encendió la máquina y con sumo cuidado deslizo el ecógrafo a través de todo el contorno de su vientre. Tres pares de ojos se clavaron atentamente en la pantalla. La única mujer en esa habitación, se dedicó a trazar líneas imaginarias sobre la pantalla, como ya era costumbre para Gulf, y luego a anotar unas cuantas cosas en su libreta, para después girar a quel botón que les permitía el sonido del corazón de sus bebés.

----- Todo está en orden, no hay ningún problema con los fetos, y tampoco con la placenta. Lo que me lleva a decirte, que no debes preocuparte mucho los próximos meses ----- Gulf asintió aun nervioso, mirando de reojo a la pantalla ----- Los fetos han logrado el peso necesario, y tú ya no volviste a aumentar de peso, lo que te favorecerá apartir de las próximas dos semanas, en las que tú vientre crecerá unos centímetros más, e incluso podría llegar a incomodarte.

----- ¿Más todavía? ----- Gulf le dejó ir un codazo a Mew, ante el comentario que escapó de sus labios, haciendo reír a la mujer.

----- ¿Por qué lo dice señor Suppasit? ----- Suspirando con molestia, Mew le regaló una tajante mirada a su esposo, haciendo que el mocoso rodará los ojos desinteresado.

----- Porque acá señor "estoy embarazado" no hay noche en la que no se queje, y los últimos cinco días se la ha pasado empujándome hasta sacarme de la cama, y reemplazarme por un jodido muñeco que le regalo Up ----- Elevándose con los codos, Gulf lo miró amenazante.

----- ¡Stitch no es ningún jodido muñeco! ----- Alternando su mirada entre Mew y Gulf, la mujer los miró con clara interrogación.

----- Sí no es mucha indiscreción ¿Quién es Stich? ----- Mew se apresuró en contestar.

----- ¡Un jodido y extraño conejo de felpa!

----- ¡No le digas así! ----- Gulf lo miró amenazante, empuñando su dedo contra el rostro de Mew ----- Tus hijo están oyendo.

Tras unos segundos presenciando la escena, la mujer no pudo evitar el reírse escandalosamente, consiguiendo de esa manera la atención de los dos hombres. En los 10 años que llevaba ejerciendo su profesión como ginecóloga, nunca le había tocado una pareja tan poco inusual y divertida como esos dos. Sin embargo, desde su punto de vista crítico, eso era lo que los hacía especial, a ellos y a su relación. Y conforme se gritaban el uno al otro, era como si su relación avanzara a otro nivel y se reforzará aún más. Y los envidio.

Terminando la pelea, continuó con el chequeo, pasando por fin a la parte en dónde Gulf volvió a tensarse. Revisando las fechas en su calendario, la mujer espero a que Gulf se limpiara el gel y terminara de vestirse. Con más lentitud de lo normal, el chiquillo término por abotonarse el pantalón. Dio una respiración extremadamente profunda, y contando hasta 10 se preparó para salir. Trató de aparentar fluidez y un poco de tranquilidad, sin embargo, el subir y bajar de su pie indicó todo lo contrario.

----- Bien Gulf, según las últimas fechas y cálculos, no estás muy lejos del alumbramiento ¿Estamos a siete de mayo verdad? ----- Preguntó mirando hacía los enormes números de la pared. Gulf asintió lentamente ----- Y estas en el sexto mes de gestación. El parto vendría siendo los primeros día de Agosto, entre el 10 o 12 de agosto, para ser un poco más exactos ----- Asintiendo, el mocoso entró en pánico.

¡Eso era tan cerca! Si estaban en mayo, los meses se pasarían volando. Y cuando menos se diera cuenta los dolores y la angustia del parto estarían con él. ¡Joder! Nunca se había sentido tan nervioso. Ni cuando Mew lo había fallado la primera vez 《Vamos Gulf cálmate ¿Qué podría salir mal》 Trató de convencerse dentro de su cabeza, y asintiendo sin realmente escuchar las últimas indicaciones que  la doctora le indicó.

《Solo espera, que todo estuviera bien.》

Semana 27.

Gulf dio un gruñido completamente molesto y pataleo con fuerzas entre las sábanas enredadas. 《Joder》 La manecilla del reloj mantenía un suave y constante sonido a cada segundo que avanzaba, indicando las 11:40 de la noche, y a pesar de todos los intentos, Gulf todavía no se había dormido. Gimiendo lastimeramente volvió a abrazarse a Stitch, sin embargo, cuando cerró los ojos, aquellas jodidas ganas de hacer pipí obligaron a sentarse sobre la cama.

Mew, quién había empezado a roncar tan pronto se fueron a la cama, ni siquiera se movió ante su insistente molestia, lo que lo llenó de furia, y a la vez envidia. El hombre se había deleitado dándole una rápida follada antes de dormir, y ahora ni siquiera se dignaba en prestarle atención. Gruñendo, y maldiciendo en voz baja decidió mejor salirse de la cama, dirigiéndose directamente al baño.

Se bajó el pantalón del pijama con todo y calzoncillos, agarro la base de su polla, y con un gemido de pura sastifacción vacío todo el contenido de su vejiga urinaria. Esta era la quinta vez que se levantaba a orinar ¡Y lo tenían de mierda! Sin contar con la jodida acidez que sentía a cada instante. Haciéndole bajar a la cocina y buscar algo que engullir.

Se terminó de lavar las manos, y corroborando que Sammy y Love estaban profundamente dormidas, bajo en busca de algo que comer en la alacena. Se encontró con un par de galletas, frituras de trigo, y una que otra tortilla de maíz. Echándo un puñado de cada una de las cosas en un tazón, cogió un jugo de cajita sabor durazno, y arrastrando los pies se encaminó hasta el sofá de la sala.

Prendió la televisión en el canal de los dramas coreanos, y estirando los pies en el sofá se dedicó a atacar su plato de fritura. Pasaron unas cuantas horas en las que se dedicó a ver atentamente los episodios que se había perdido de su drama favorito, y cuando se hubo terminado el jugo se dio cuenta de que también las frituras habían desaparecido en su estómago.

----- ¡Joder! ----- Dio un gruñido, girando alrededor del sofá para poder quedar más erguido, haciendo que el plato cayera sobre la alfombra cuando no pudo mantener el equilibrio y el peso de su panza lo impulso hacia atrás, haciendo que terminará el reposa brazo.

Gulf dio un par de miradas al plato en el suelo, y cuando se inclinó dispuesto a recogerlo, la fuerza sobre su estómago, hizo que todo lo que acababa de engullir se removiera, y con una fuerza inimaginable, un gas se disparará a través de su trasero, causando un sonoro ruido. El chico parpadeó un par de veces, para después comenzar a reír como loco, continuando con un par de escandalosos gases más.

Tan absorto estaba en sus tonterías, que no se percató de la presencia de alguien en la habitación hasta que las luces se encendieron. Los colores se le subieron al rostro, para después desaparecer hasta quedar completamente pálido ante la mirada escrutadora y atenta de Mew sobre su cuerpo.

----- ¿Qué se supone que haces? ----- Gulf miró al plato sobre el suelo, y luego al hombre, sin saber que responder. Pasaron unos minutos completamente en silencio, hasta que, por más que intento detenerlo, un gran gas se escapó de su trasero.

Mew lo miró para después soltar una pequeña risa, avergonzando más a su chico. El chiquillo se encogió en el sofá, escondiendo el rostro de los ojos del hombre. Serio, y sin decir una palabra más, Mew se encaminó hasta el mocoso, arrodillándose frente a él, y escondiendo uno de los mechones tras la oreja.

----- ¿Por qué te saliste de la cama? ¿No te sentías bien? ----- Gulf negó.

----- No es eso. Es solo que no podía dormir por las ganas de orinar y el ardor en el estómago. Así que baje por algo de comer ----- Sonriendo comprensiblemente, Mew acarició su mejilla.

----- Y ahora ¿Ya estás mejor? ----- Gulf se mordió el labio al recordar el pequeño incidente que acababa de ocurrir, asintiendo avergonzado.

----- Sí ----- Poniéndose de pie, Mew enrollo los brazos alrededor de las piernas del mocoso, elevándolo en brazos y comenzando a caminar de regreso a la habitación. En todo el camino, Gulf se dedicó a pasar sus delgados dedos por toda la extensión de aquella manzana de Adán que se contraía cada vez que Mew tragaba.

Dejándolo sobre la cama, Mew dio la vuelta a la habitación, se quitó sus zapatos y apagando las luces de la pequeña lámpara de la mesita, se metió en su lado de la cama, quedando frente al mocoso. Gulf lo miró a los ojos, y no pudo evitar morder su labio ante lo hermosos que eran. Nunca se cansaría de mirarlos. Cuidadosamente su dedo se posó sobre una de las cejas del hombre, jugando por todo el contorno de esta, y terminando sobre la mata de espesas pestañas que decoraban sus ojos ¡Como le gustaría que sus hijos tuvieran también esos ojos!

----- ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal? ----- Gulf se sorprendió por la pregunta, haciendo que su dedo se detuviera antes de contestar.

----- No quise despertarte ----- Tomando la mano delicadamente, Mew le dio un suave beso sobre la muñeca, para después colocarla sobre su pecho, haciéndole sentir el calmado latido de su corazón.

----- No importa ¿Qué?. Por más insignificante que parezca, dímelo. Porque siempre estaré ahí para ti. Para cumplir todo lo que necesites ----- Los ojos de Gulf se humedecieron ante la ternura con la que aquellas palabras se deslizaban de los labios del hombre, y con labios temblorosos asintió, uniendo su nariz con la del otro en una íntima y dulce caricia.

----- Eres un padre excepcional.

----- ¡Niñas, bajen en este instante! O llegarán tarde a la escuela.

Gulf escucho como las mocosas balbucearon algo antes de bajar corriendo por las escaleras y salir rumbo al auto, en una pequeña carrera por quién llegaría primero, haciéndolo reír. Revisó que todo fuera en las loncheras de las niñas, activó la alarma y salió de la casa. Las chicas ya estaban en el auto, haciéndole señas para que se apurara, cuando él iba bajando las gradas.

Al ser las 6 de la mañana las calles del condominio estaban un tanto alborotadas, con madres corriendo tras sus hijos, en busca de no llegar tarde a la escuela, padres despidiéndose de sus familias antes de irse al trabajo, y uno que otro deportista que hacía sus ejercicios matutinos. En una de las esquinas, cerca de la casa de la familia Suppasit, Davika salía de su casa rumbo a su tercera cita de trabajo de esa semana.

Tras haber pensado bien y claramente las cosas durante un par de días, decidió buscar una manera de alejarse de su pasado y comenzar una nueva vida. Y mientras echaba llave al cerrojo de la puerta, las risas cantarinas de un par de niñas le hicieron girarse, y mirar todo con los ojos completamente desorbitados.

Aquel chico estaba ahí. Con un enorme vientre, que en efecto evidenciaba aquello que tanto le había costado asimilar. Y dos niñas que felices le llamaban papi, mientras esté revisaba sus mochilas antes de subir al auto. La imagen le hizo retroceder y esconderse tras la pared contigua cuando el auto arrancó y pasó frente a su casa. Dejándole saber lo feliz que ahora era ese chico.

Miró por última vez la sonrisa pintada en los labios del chico, mientras desaparecida de su vista, y una lágrima se derramó de sus ojos. Tenía que hacer algo, antes de que fuera demasiado tarde, y toda esa felicidad se rompiera en mil pedazos...

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