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¿Cambios en mi?

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Maratón 5/6

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Es increíble como los sentimientos pueden convertir una simple plática en todo un caos emocional. Sin saber contenerlos y actuar impulsivamente, sin importar el perjudicar a los demás, o a quién podrías destruir en el acto. El sentimiento de egoísmo y de posesión puede llegar a ser tan fuerte, que lo único importante es la persona misma, nadie más. El largo silencio que precedió a la plática cada vez se volvía más tenso. Ninguna de las dos mujeres en la habitación se atrevía a decir palabra alguna. Una por rabia, y otra por negación.

----- Estás queriendo decir ¿Qué mi hijo piensa adoptar un hijo con ese mocoso? ----- La mirada de Ploy brilló ante la rabia que le provocaba la idea, y poniéndose de pie de un salto se giró hacía a Amanda.

----- Ellos mismos me lo confirmaron en el viaje. Incluso llevaron a la bastarda con ellos ----- Conteniendo la furia que las palabras le provocaban, Amanda apretó los puños ----- Todo el día corriendo y gritando sin parar. Atreviéndose a decir que son felices ----- Ploy se giró hacia la chica ante la furia en su voz, y acomodándose a su lado tomó una de sus manos entre las suyas.

----- No importa ¿Cómo?, ni ¿Qué? tenga que hacer para separarlos. Pero tú y yo, jamás dejaremos que siga al lado de ese chico ----- Y mirando hacía la fotografía del hombre que colgaba en la pared, la mirada de Ploy Suppasit no vaciló ----- No importa lo que haga.

Empujando la palanquilla del excusado, Gulf observó desaparecer el vómito a través del agua, y poniéndose de pie se paró frente al espejo de cuerpo completo que había colocado en el baño. Se quitó la camiseta de dormir y aplanándose el estómago comenzó a hacer poses, frunció el ceño cuando sus caderas ahora más prominentes sobresalían a través de su anatomía. Sin saber ¿Por qué? y mucho menos ¿Cómo? Unas inmensas ganas por usar algo más ajustado y femenino se le vino en gana.

No era que se había hecho más maricon, no. Porqué por más que amara que Mew lo fallara sin Control, eso no quería decir nada. Simplemente eran unas extrañas ganas por querer verse más femenino, y sin duda sexy. Formando un puchero con los labios fingió mandar un beso a su reflejo en el espejo, riendo como loco cuando su imagen también le regresó el beso. Estaba haciendo el ridículo, pero no le importaba.

Sí analizaba bien las cosas. En las últimas semanas su actitud se había vuelto completamente diferente y había dado un giro de 180 grados. Empezando por el hecho de que ahora todo le daba igual. Siempre había sido así, pero no al extremo. Había comenzado a usar ropa más... como decirlo ¿Llamativa? Incitadora. Sí, definitivamente esa era la palabra. Tanto que Mew podría confirmarlo todas las noches al llegar a casa. Incluso sus compañeros habían comenzado a verlo más atractivo, y cada mañana se encontraba con miles de piropos e invitaciones a más de un revolcón, lo que alimentaba más su ego. Si eso era posible.

Restándole importancia término por desnudarse y meterse a la ducha, soltando un gemido de pura sastifacción cuando el agua mojó su cuerpo. Le hubiera gustado más el hecho de que Mew hubiera estado a su lado, o preferentemente a su espalda, pero era relajante. Masajeando su cabello la imagen y el extraño deseo por comer mariscos regresó, y su estómago gruñó. Parpadeó un tanto confundido durante unos instantes y luego comenzó a enjuagarse rápidamente. Definitivamente iría en busca de esos deliciosos mariscos, y de paso una buena porción de pastel de chocolate. Pero antes llamaría a Up.

El olor a mariscos inundaba las fosas nasales de todos los que entraban al lugar. Y ante el solo aroma las pupilas gustativas de Gulf salivaron de pura anticipación ante el festín que se le avecinaba. Muy por el contrario a Up, que al momento en que sus pies pisaron ese jodido lugar las inmensas ganas por marcharse le invadieron. No podía entender como su amigo podía sonreír abiertamente ante el olor y la idea de engullir un asqueroso platillo de esos. Era completamente asqueroso.

Deteniendo una arcada de asco, Up lo observó horrorizado como Gulf engulló una buena porción de los mejillones en crema que había minutos antes. Y todo sin parar ni un solo segundo. Por más que lo viera parecía no tener fin a la infinidad de comida que tragaba. Mirándolo de reojo, Gulf acercó uno de los platos hasta él, haciendo que retrocediera rápidamente.

----- Aleja esa cosa de mi nariz ----- Tomando un camarón, Gulf lo metió a su boca en un solo bocado.

----- ¿No quieres? ¡Están deliciosos! ----- Negando efusivamente, Up los alejó ----- De acuerdo. Más para mí ----- Terminando de limpiar el segundo plato, Gulf continuó con el que su amigo había rechazado, sorprendiéndolo aún más.

----- En serio ¿Estás bien? Es el tercer plato de camarones que llevas ¡Y en la mañana! No comprendo como puedes comer eso ----- Gulf se encogió de hombros.

----- Simplemente se me antojó ----- Abriendo la boca con sorpresa, Up bufó.

----- ¿Se te antojó? En serio estás mal. Creó que tanto sexo te fundió el cerebro ----- Frunciendo el ceño, Gulf lo fulminó con la mirada mordiendo con fuerza el trozo de pescado.

----- ¡Eres una perra! ----- Up negó, moviendo su dedo índice de un lado a otro, haciendo que Gulf lo mirará atentamente al punto de marearse.

----- Lo que sea. Pero todo lejos de esas mierdas ----- Y poniéndose de pie se alejó de la mesa ----- Te espero en el auto. Realmente no sé como accedí a acompañarte ----- Y lo dejó solo.

Gulf lo observó irse, y tras terminar con sus platos por fin se levantó, pagó la cuenta y salió en busca de su amigo. Lo encontró jugando con su móvil en una de las esquinas del estacionamiento, y corriendo llegó hasta él, colgándose de su brazo infantilmente. Up lo miró completamente estupefacto, parpadeando asustado cuando formó un puchero y batió sus pestañas coquetamente ¿Algo no andaba bien?

----- ¿Qué rayos estás tramando? ----- Fingiéndose ofendido, Gulf lo miró.

----- ¿No puedo actuar lindo ni por un segundo? ----- Pensándolo muy bien durante unos instantes, Up decidió hablar.

----- Bueno, al menos que yo sea tú marido, en pelotas y en busca de follar. No, creo que no ----- Dándole un golpe en el brazo, Gulf se alejó de él, subiendo rápidamente al auto. Up rió ante la molestia del chico, y tras unos segundos lo siguió, poniendo en marcha el auto y preparándose para quitarle el enojo a su amigo.

El resto de la mañana Gulf se la pasó de compras junto a Up. Compraron infinidad de accesorios, de los cuales estaba completamente satisfecho. Un par de poleras de moda que le sentaron de maravilla, varios pantalones de mezclilla, jeans y de licra que estaban en oferta, y alguna que otra chaquetilla para hacer juego con las camisas. Luego habían ido a la universidad a inscribirse en las materias para el nuevo trimestre. Y por último a un restaurante de comida rápida.

Metiéndose una buena porción de papas fritas, Gulf deslizo el dedo por la pantalla de su celular. Comenzando a reír cuando la página por fin terminó de cargar y le mostró lo que tanto había buscado. Up lo miró con curiosidad mientras bebía de su vaso, y arrebatándole el celular abrió los ojos con sorpresa.

----- ¡¿Sigues viendo ese chat gay?! ----- Recuperando su móvil, Gulf le puso la mano en la boca para callarlo, mirando un tanto avergonzado a la gente que lo miraba con curiosidad.

----- ¡Cállate! ----- Up se quejó ----- Y es muy interesante. La última vez había un chico que no sabía cómo follarze a su pareja ----- Comentó divertido, mientras volvía a atacar sus papas.

----- Sí tú lo dices ----- Mordiendo uno de los nuggets de pollo, Up lo miró detenidamente.

En las últimas horas, se la había pasado comiendo infinidad de cosas que se le ponían enfrente, y parecía no tener fin. También había actuado demasiado raro, su gestos se habían vuelto más finos y delicados, y acada tanto se revisaba en un pequeño espejo de manos que llevaba en su para rematar cartera. Se lamía los labios con continuidad, se alisaba el cabello cada 5 segundos, movía las caderas al caminar, y levantaba más el culo, mucho más que antes. Definitivamente ese no era el Gulf que conocía. Cruzándose de brazos, clavó sus azules ojos en el chiquillo, haciendo que éste lo mirará un tanto cohibido mientras le daba una mordida su hamburguesa con queso.

----- ¿Sabes? ----- Comenzó casualmente ----- Últimamente actúas demasiado extraño. Incluso tú cuerpo ha cambiado ----- Lamiendose los labios, Gulf lo miró sin entender a que quería llegar.

----- ¿A qué te refieres? ----- Cruzó la pierna, y mirando a la salsa de la comida de su amigo, hundió el dedo hasta llenarlo completamente y luego lo metió a su boca, saboreando el dulce sabor.

----- ¡A esto! ----- Dijo alterado ----- Comes sin parar, te miras en el espejo cada cinco minutos, ¡Te pintas las uñas! ----- Reiteró, clavando su mirada en las ahora negras uñas del mocoso. Gulf se encogió de hombros.

----- ¿Y qué? Realmente no le veo lo malo. Quise verme sexy. Y a Mew le gusta. Y con respecto a la comida, solo se me antojó ----- Bufando, Up siguió sin comprender.

----- ¿Se te antojó? Ese es el problema Gulf. Estás comiendo cosas que nunca comerías. ¡Como por ejemplo los jodidos mariscos! ¡Odias los mariscos! Decías que era asqueroso comer con el dedo ----- Gulf le resto importancia.

----- Tal vez solo cambie de opinión ----- Y continuó atacando el líquido rojo ----- Aunque si lo dices de esa manera ¿Tal vez si he estado un poco raro? ----- Acercándose al chiquillo, Up asintió ----- Los últimos días eh estado durmiendo más de lo normal, aunque creó que por eso puedo culpar al sexo ----- Up rió ----- Aunque está mañana que me levanté me sentí extraño. Me miró en el espejo y me miró sexy, me dan ganas de vestirme con ropa más extravagante, me dan ganas de maquillarme, y follar en cada rincón de la casa. ¡Incluso Mew se sorprendió de que follaramos en la azotea!

----- ¡¿Follaste en la azotea?! ----- La soda que había estado en la boca de Up, salió disparada ante su asombro. Gulf solo se rió.

----- Es extraño... es como si yo me sintiera como una mujer ----- Up no dijo nada durante unos minutos, y cuando Gulf creyó que no diría nada más el chico estalló en risas, consiguiendo que las personas los miraran con molestia.

----- ¡Ah! Fue una broma. En serio ----- Molesto, Gulf le arrebató uno de los nuggets y se lo metió a la boca. ¿Y qué si sentía como mujer?

Mew término de revisar la carta que le había llevado su secretaria, y tras marcar las secciones que necesitaban arreglo, despidió a la chica con una sonrisa. Los últimos restos de nieve todavía mojaban las ventanas, y el clima era perfecto para estar en casa, bajo las sábanas calientes de su cama y con Gulf entre sus brazos. Las últimas semanas habían sido de lo más maravilloso.

Contando las últimas noches que habían pasado haciendo el amor como conejos, la llegada de Sammy a sus vidas les había iluminado su existencia, aunque se reusara a aceptarlo por completo. Incluso Gulf parecía sonreír más. La idea de ser padre le hacía levantarse con una radiante sonrisa todos los días por la mañana.

Silbando distraídamente observó el reloj. Esa tarde tendrían una visita al hogar de niños para completar el papeleo de la adopción. A pesar de que la señorita García les había advertido sobre la renuencia de algunos jueces a ceder la custodia a padres homosexuales, no había sido muy difícil. La chiquilla iba a vivir permanentemente con ellos dentro de unos meses. Les había explicado que los primeros dos meses recibirían las visitas de la trabajadora social dos veces por semana, y hasta que ella diera su aprobación por fin completarían la adopción. Por el momento solo quedaba esperar.

Terminando por guardar los últimos balances del mes se preparó para salir. Tomó su abrigo y tras despedirse de los empleados bajo al estacionamiento. Le envío un mensaje a Gulf indicándole que ya iba de salida, y tras abrocharse el cinturón de seguridad puso en marcha el auto. Sonriendo ante la idea de ver por fin a su coqueto esposo.

Llegó unos cuantos minutos después al restaurante donde Gulf lo estaba esperando. Lo observó a lo lejos mover sus manos de un lado a otro, y estacionándose abrió la puerta para que esté pudiera entrar. Cerrando la puerta, Gulf se lanzó a sus labios, dejando un sonoro y dulce beso sobre estos, que lo descolocó.

----- ¡Wow! ¿A qué se debe semejante recibimiento? ----- Sonriendo con coquetería, Gulf fingió inocencia.

----- Simplemente te extrañe ----- Poniendo en marcha el auto, Mew inicio la conversación.

----- ¿Qué tal tú día? ----- Jugando con su celular, Gulf contestó:

----- No mucho. Fui de compras con Up y luego pasamos a inscribirnos a las clases del nuevo trimestre ----- Girando en una curva, Mew alzó las cejas.

----- ¡Y encontraste algo bonito! ----- Mirando hacía las bolsas que yacían en el asiento trasero, Gulf asintió ----- Que bueno. Porque estoy esperando verlos ----- Y tras una risa continuó manejando.

En la reunión con la trabajadora social, Gulf comenzó a sentirse un tanto extraño. Un molesto cosquilleo en el estómago lo obligó a cerrar los ojos y respirar con fuerza. A decir verdad, no estaba escuchando nada de lo que la mujer decía. Removiéndose en el asiento, trató de que el malestar lo abandonará, pero luego de un instante éste regreso con más intensidad, logrando que esta vez sus manos se fueran rápidamente hacia su boca, evitando así las arcadas. Girándose hacía él, Mew lo miró con preocupación.

----- Gulf, amor ¿Estás bien? ----- Asintiendo, Gulf trató de restarle importancia.

----- Sí, no te preocupes ----- La mujer continuó hablando, pero Gulf no se sintió mejor.

El asco no dejaba de incomodarlo, y de pronto las molestas nauseas que había sentido en la mañana volvieron a invadirlo. Tanto, que su frente comenzó a brillar debido al sudor. Mirándolo detenidamente, la mujer detrás del escritorio se giró con claros signos de preocupación en su mirada, y con un tanto de cautela preguntó:

----- ¿Realmente se siente bien? Luce un poco pálido ----- Gulf negó con la mano, pero en ese momento todo se revolvió en su estómago y comenzó a subir por su garganta. Poniéndose de pie, miró con desesperación a los alrededores. Mew lo miró preocupado.

----- ¿Gulf?

----- ¡Necesito un baño! ----- Gulf logró hablar con dificultad, y tras recibir las indicaciones de la mujer salió corriendo por los pasillos del edificio, y cuando por fin llegó hasta los sanitarios los restos de comida fueron expulsados con violencia de su estómago, sin haberse arrodillado completamente.

Fueron unos cuantos minutos los que pasó de esa forma, expulsando todo hasta que su estómago se contrajo al sentirse vacío. Abriendo el grifo para poder lavarse, Gulf se observó en el espejo, y de pronto se observó horrorizado. Estaba fatal; su cabello se había desordenado debido a las arcadas, y dos oscuras manchas se habían formado bajo sus ojos dándole una imagen desaliñada, ¿Qué mierdas estaba pasando?

Las inmensas ganas de llorar lo invadieron, y apretando sus puños sobre su camisa soltó la primera lágrima. Hubiera caído completamente destrozado, si no hubiera sido por los fuertes brazos de Mew que se abrazaron posesivamente alrededor de su espalda. Con la preocupación bailando a través de sus ojos grises, Mew le besó la cabeza, tratando de calmar las gotas que ahora se deslizaban sin ningún control.

----- Shhh, tranquilo, estoy aquí ----- Girándose entre el abrazo, Gulf escondió el rostro en la curvatura de su cuello, sintiendo el miedo calarle hasta los huesos.

----- No sé qué es lo que me pasa ----- Limpiando las gruesas gotas, Mew beso su nariz.

----- Todo va a estar bien. Iremos al médico al salir de aquí ----- Tensándose como si fuera un pequeño conejo siendo acorralado, Gulf negó.

----- ¡No! Estoy bien. Seguro solo es una indigestión, o gripa ¡Si, eso es lo más seguro! ----- Mirándolo con seriedad, Mew observó como el mocoso escapaba ----- Deberíamos regresar ----- Y no se dijo nada más del asunto.

Cuando salieron del hogar, Gulf se encontraba completamente recuperado. El color había vuelto a sus mejillas y el hambre a su estómago. Mientras revisaban la carta del restaurante de pasta al que Mew lo había llevado, un extraño olor le hizo arrugar la nariz. Mew miró completamente estupefacto como la nariz del mocoso se movía como si fuera la de un roedor y terminaba por morderse el labio sugerentemente. Dejó el menú sobre la mesa, y sus ojos se enfocaron en el objeto que había conseguido la atención de su chiquillo.

----- ¿Gulf? ----- Sonriendo con emoción, Gulf tomó el enorme recipiente de cebollas encurtidas que yacía en su mesa, y tras levantar la tapa, la saliva se reunió en su boca.

----- ¡Mmm! Esto se ve delicioso ----- Buscando alrededor se encontró con uno de los cubiertos y tras tomar un buen trozo de la crujiente cebolla lo llevó a sus labios, sonriendo ante el sabor ácido y el crujir entre sus dientes, dejando completamente anonadado a Mew.

----- ¿Gulf? ----- Sirviéndose una buena cantidad en su plato, Gulf por fin lo miró.

----- ¿Quieres? ----- Y al no recibir respuesta, continuó comiendo.

Llegaron a casa unos cuantos minutos antes de las 9:00. Y Gulf estaba completamente agotado. Le dolían las piernas y las inmensas ganas de orinar lo estaban matando. Entró corriendo a la casa cuando Mew abrió la puerta y lanzando su bolso contra el sofá subió rápidamente las escaleras con destino al baño, se bajó los pantalones y tomando su pene entre las manos por fin liberó su carga, sonriendo al sentir la tranquilidad de la liberación.

Término y tras subirse al cierre se lavo las manos, pero cuando se disponía a salir de la habitación una fuerte jaqueca le hizo tambalearse y detenerse rápidamente del lavamanos para no caer.

----- ¡Mierda! ----- El dolor le impidió moverse de su lugar y cuando creyó que todo se volvería negro, los brazos de Mew impidieron que diera de bruces contra el suelo.

Terminando por subir los últimos escalones, alcanzó a ver cómo Gulf se tambaleaba y comenzaba a desvanecerse. No le importó nada más que correr hasta el mocoso, y afianzándolo entre sus brazos evitó su caída. El chico tardo unos minutos en adaptarse a la luz y reconocer todo a su alrededor, lo que preocupó aún más al hombre. Ayudándolo a incorporarse, Mew le tocó la frente, inspeccionándolo ante la posibilidad de encontrar algún problema.

----- ¿Estás bien? ¿No te duele nada? ----- Negando aún un tanto aturdido, Gulf trató de calmarlo.

----- Estoy bien. Solo fue un pequeño mareo ----- Negando, Mew no lo dejó caminar, y tomándolo entre sus brazos Mew lo llevó hasta la cama, y arrodillándose frente a él comenzó a quitarle los zapatos. Gulf se mordió el labio con nerviosismo ----- Mew, en serio estoy bien ----- Dejando el calzado a un lado, Mew suspiró.

----- No Kana, no lo estás. Algo malo está pasando contigo, y es necesario ver a un médico. Incluso vomitaste esta mañana ----- Sintiéndose amenazado, Gulf negó.

----- ¡Estoy perfectamente bien! Seguro que fueron los camarones que comí esta mañana que me sentaron mal. Nada más ----- Frunciendo el ceño, Mew lo miró recriminatoriamente.

----- Nada de eso. Mañana iremos a ver a un médico. ¡No importa lo que digas! ----- Gulf abrió la boca dispuesto a refutar, pero la mirada que el hombre le dedicó le obligó a cerrar los labios ----- Y no se diga más.

Término por quitarle la ropa y ponerle un pantalón cómodo para dormir, una polera de Mickey Mouse y arropándolo bien con las sábanas se acomodó a su alrededor, le dio un suave beso en los labios, y entrelazando sus piernas cerró los ojos fuertemente esperando dormir.

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