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10열한.


La fiesta no iba absolutamente nada bien.  Deseaba ir a cualquier lugar menos aquí.
Estaba tan aburrida que incluso la idea de escapar por la ventana había cruzado por su cabeza un par de veces ya.
Nadie le agradaba en este lugar. Definitivamente no encajaba en esa multitud de inmaduros adolescentes, había chicos de 19 años actuando como si tuvieran 25, caminando con mucho orgullo, pero tambaleándose de un lado a otro... y entre ellos, su "amable" compañía.

—¿Bailamos? —gritó para que pudiera escucharlo, el olor a alcohol inundó sus fosas nasales al instante, era asqueroso.

—Es tarde, debería volver a casa —le contestó sintiendo una molestia creciendo dentro suyo.

—Vamos Jojo, no seas aguafiestas —sonrió mientras le miraba negando.

Pero cuando ella correspondió su mirar, cuando lo miró a los ojos, pensó en los suyos.
Cuando miró su sonrisa, la de él pasó por su mente.

Se supone que él amor mueve montañas, pero este chico, el cual creía que le gustaba desde el jardín de niños, no queria mover ni un solo dedo.

—Lo siento, debo irme —le dijo mientras comenzaba a caminar entre la multitud.

Todo pasó por su cabeza antes de venir excepto la idea de terminar decepcionada.
Estaba completamente oscuro y al salir una fuerte corriente de aire le recibió, estaba helando ahí afuera y su vestido no era suficiente para este clima, ahí pensó que debió hacerle caso a Taehyung y traer algo con que taparse.

Tae, ¿Por qué tuvo que dejarlo solo en casa? Quedarse con el hubiese sido una mejor idea que esta desagradable fiesta.
Miro su reloj en la muñeca derecha el cual marcaba las: 3:30 de la madrugada.

«¿Seguirá despierto?» se preguntó.

Apresuro sus pasos emocionada, tan ansiosa de verle, una emoción que ni ella misma se podía explicar, pero que sin duda era algo agradable.
Cuando llego al edificio, entro rápido al elevador, hasta llegar a apartamento 302, con prontitud marco la clave y entró lo más rápido que se permitía.

—¡Estoy de vuelta!—grito mientras se terminaba de quitar los zapatos.

Pero no recibió respuesta alguna.
¿Estará durmiendo? Se preguntó .

Caminó hacia la habitación que el ocupaba, pero la cama simplemente estaba vacía, automáticamente fue a revisar la segunda habitación, pero nada.
El baño, vacío. El no estaba.
Y el miedo comenzó a apoderarse de su ser.

—¡V! —gritó—¡Kim Taehyung! —volvió a gritar sin recibir respuesta.

Su respiración se volvió acelerada, casi imposible de controlar.

—¡Tae! —su tono de voz disminuía con cada palabra que pronunciaba —¡Tae! ¿Dónde estas?

Colocó sus zapatos de vuelta con rapidez y salió del departamento como un rayo.
Comenzó a recorrer las calles, observando cada rincón en ellas, a éste punto las lágrimas amenazaban con salir y su mente era un completo desastre. Estaba sola. Se había quedado completamente sola. Otra vez.

—¡Taehyung! —gritó ya completamente con la desesperación a flor de piel.

A estás altas horas de la madrugada la gente seguía transitando con normalidad, algunas pasaban de largo a su lado sin prestarle atención suficiente o importancia, otros chocaban con su hombro, mientras que la mayoría le miraba como si fuera una loca maniática en la calle.
Sin importarle en lo más mínimo, siguió caminando hasta terminar en un parque solitario.
La temperatura disminuyo aún más, estaba congelándose.

—¡Tae! —susurro tendiéndose al suelo derrotada, dejando salir las lágrimas retenidas —¿Dónde estás?

En realidad no sabía cuántos minutos estuvo ahí abrazándose a si misma, no podía levantarse, su cuerpo no reaccionaba, no acataba ninguna orden

Repentinamente, un toque sutil sobre su hombro se presentó espantándola completamente.

Levantó la mirada miedosa con lentitud. Encontrándose justo con la persona que estaba buscando hace unos minutos. Se levanto lentamente quedando al frente suyo.
Y no pudo evitarlo, sus sollozos aumentaron.

—¡¿Dónde demonios te metiste?! —gritó totalmente enojada —¡Tienes alguna idea de lo asustada que estaba!

El seguía mirándola sin decir ni una sola palabra, y ella no podía decifrar lo que su mirada significaba, o lo que quería transmitir.

—¡Eres un tonto! —exclamó golpeando su pecho —¡Me dejaste! ¡Me abandonaste cuando prometiste no hacerlo! —volvió a golpear repetidas veces —¡¿Cómo pudiste hacerme eso?!

El tomó sus muñecas impidiendo otro movimiento.

—Lo siento —susurró.

—¿Es todo lo que dirás? Mejor dime...¿Por qué lo hiciste? —habló en voz baja.

—No podía quedarme —respondió.

—¿Prefieres quedarte en la calle? —pregunto desconcertada —¿Con este frío?

—Ni siquiera puedo sentirlo, no puedo sentir el frió que produce esta brisa, o la calidez que emiten tus manos, a duras penas puedo permitirme no traspasar las cosas, pero me costo mucho trabajo aprender —contestó alterado —¡Solo mírame!

—Lo hago —dijo la peli negro con obviedad.

—¡Mírame bien Hyun joo! —vociferó haciéndola sobresaltar —Así...—se señaló —Así es como se ve un monstruo.

Ella frunció su ceño y lo miró incrédula ante lo recién mencionado.

—No eres un monstruo—contestó con suavidad, dejando salir bao de su boca—No vuelvas a decir algo así.

Sus ojos comenzaron a cristalizarse y desvío la mirada.

—Debiste quedarte con el, debiste elegirlo a él, tú tienes que..

—¡No! —lo interrumpió—Elegirlo a él es algo estúpido cuando te tengo a ti.

—Pero no voy a estar aquí por siempre...

Guardó silencio. Bajó la mirada.

—Me gustas Hyun Joo —soltó de pronto.

Se volvió a mirarle.

—De verdad, me gustas —repitió seguro de si—No sabes la sensación que siento al verte, es como electricidad, me haces volver a sentir cuando ya me es imposible, no sabes cuanto tiempo te la pasas en mi cabeza, no sabes nada —continuó—Me haces sentir que vivo otra vez—sonrió ampliamente mientras ella lo admiraba con gran sorpresa —Y quiero estar ahí para ti, quiero abrazarte y sentir tu calidez desprenderse, ser el último al que veas por la noche y al primero por la mañana, pero todo esto es una asintota, por que...¡No puedo hacerlo!—dijo con desesperación —Y es que el amor no es fácil para nosotros,... Tal vez nunca debimos coincidir —susurró —Es que acaso tú... ¿Nos imaginas juntos? Solo piénsalo, es alg...

Sin dejarlo terminar, la chica lo tomó del cuello de su camisa. Apretó los ojos y estampó sus labios sobre los suyos en un movimiento rápido. Acarició sus labios suavemente.

Un instante sin conciencia.
Una imagen
"Un él y yo"
"Un nosotros"
"Ese beso"

Algo estallaba dentro de su pecho, y un hormigueo le recorría todo el cuerpo. Y cuando se separó de él, se sintió débil, tanto que se terminó apoyando en su pecho.

—Lo hago —respondió entre lágrimas —Lo he imaginado...Así que no vuelvas a desaparecer de esa manera. No vuelvas a decir que eres un monstruo. No te alejes de mi. Si te hago sentir con vida...entonces es lo único que vale la pena sentir.

Aún sorprendido. Guardo una de sus manos en su bolsillo, para después sacar algo.
Coloco su puño frente a ella y lentamente lo desenvolvió, dejándole ver una hermosa piedra cristalina.

—Es una piedra de luna —explicó al notar la confusión en el rostro de la contraria—Pertenece a los feldespatos.

Ella se mantuvo observándole.

—Hace poco leí sobre los pingüinos —continuó sonriéndole—Cuando un pingüino se enamora de otro, busca la piedra perfecta, y cuando finalmente la encuentra, se inclina y la coloca frente a ella, si la toma, significa que acepta la propuesta.

Miró de nuevo su mano.

—Busqué muchas piedras durante mucho tiempo, por todos lados, hasta que la encontré —sonrió ligeramente —Se cree que está piedra nacía de los rayos de la luna, tiene muchos significados profundos pero yo.. Simplemente la veo como la piedra perfecta.

Observó como el, con lentitud se inclinó y coloco esa sustancia mineral, dura y compacta frente a ella.
Algo que sólo significaba una cosa.

Y entonces lo supo, el también le gustaba, estaba tan ocupada con sus propios problemas, que no me daba cuenta de lo original y maravilloso que era. El amor, no son aquellas mariposas destrozandote el estómago, no son fuegos artificiales incendiados en tu cuerpo, no es Romeo y Julieta.
Y si, quizás estaba loca, Joder.

Porque el no era físicamente real. El estaba muerto.

Pero la realidad es que el amor no es algo que nace a base de apariencia, necesita substancia para ser real, y el era mucho más real que eso. Quizá lo físico o lo común sea solo el comienzo de sentimientos, pero jamás será suficiente, puesto que la conexión no se consigue con cualquiera.

Sonrió de oreja a oreja y tomó la piedra sin duda alguna.

—Acepto tu propuesta —respondió sonriéndole.

Y se sintió como si el tiempo se hubiese detenido.
El estaba para ella. Ella estaba para él.
Lo sabían.

Ahí vagando por la extraña madrugada.
Estaba al frente suyo. Como si se tratase de una coincidencia. Pero definitivamente no lo era.

Era a causa de un cruel destino.

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