❛ 𝑷𝒖𝒏𝒊𝒔𝒉𝒎𝒆𝒏𝒕 ❜
❛ 𝐼 𝑘𝑛𝑜𝑤 𝑎 𝑏𝑢𝑙𝑙𝑓𝑖𝑔𝘩𝑡𝑒𝑟 ❜
❛❛𝐷𝑖𝑑𝑛'𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑓𝑙𝑎𝑠𝘩 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑔𝑟𝑒𝑒𝑛 𝑒𝑦𝑒𝑠 𝑎𝑡 𝑚𝑒?
𝐷𝑖𝑑𝑛'𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑐𝑎𝑙𝑙 𝑚𝑦 𝑓𝑒𝑎𝑟𝑠 𝑤𝑖𝑡𝘩 𝑎 𝐶𝘩𝑒𝑠𝘩𝑖𝑟𝑒 𝐶𝑎𝑡 𝑠𝑚𝑖𝑙𝑒
𝐷𝑖𝑑𝑛'𝑡 𝑖𝑡 𝑎𝑙𝑙 𝑠𝑒𝑒𝑚 𝑛𝑒𝑤 𝑎𝑛𝑑 𝑒𝑥𝑐𝑖𝑡𝑖𝑛𝑔?
- Taylor Swift -❜❜
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SERINE
"Mira, yo no quería ser un mestizo" todos conocemos esa frase y que pecesito la hizo. Por mi parte, yo ni quería nacer, me ahorraba muchos problemas, traumas y muertes, pero comencemos desde el principio de esta historia. Ahí estaba, viva y siendo mestiza... mientras escapaba de las hijas de Ares. Ponerle ese líquido misterioso de Quiron para producirles ronchas en sus armas no fue la mejor de mis ideas, menos si pase por su cabaña. En mi defensa, Ivy me enseñó a defenderme y si me cortaban el cabello, yo les iba a devolver solo que, a mi manera, era justicia.
— Vuelve aquí, maldita bruja - grito una de las chicas con sus manos llenas de ampollas
Honestamente, no sabía que podía hacer eso, solo escuche al centauro que duraba unas horas dependiendo de la cantidad que coloque y yo decidí poner todo el frasco. Pese a mi intento de escapar de las tres chicas, ellas lograron rodearme junto a algunos de sus hermanos.
— ¿Siete contra uno? No es muy justo - comenté antes que todos se acercaran más - Bien, terminaremos esto por las malas. No digan que nos les advertí que terminarían mal.
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— ¡Pero no fue mi culpa, Quiron! - me excusé mientras sostenía una compresa en mi ojo
Digamos que en la pelea todos terminamos en la enfermería... pero yo no tenía ni una costilla rota y pocos moretones, a comparación de los otros, lucía como si nada hubiera pasado.
— Los golpeaste, me robaste un frasco y les provocaste ronchas. No es ni el almuerzo y ya obtuviste problemas, parece que cada día te superas - explico el centauro sirviéndonos té - Tienes suerte que Dionisio me haya puesto a cargo especialmente de ti.
— No me iba a quedar sin hacer nada, me cortaron el cabello
Me demore mucho en hacer que crezca para que lo cortaran hasta los hombros. ¿Por qué tenía que dormir tan profundo?
— Sabes que la solución de los problemas no es devolverle el golpe. Si respondes a la violencia con más violencia, terminarás en una guerra. Sabes qué puedes decirme a mí.
— Quiron, sabes que pienso que eres un gran sabio, el mejor de todos los tiempos... pero, eso es ridículo. A pesar de tus advertencias a ellos y tus castigos, siguen. ¿Dejarme ver como un blanco fácil y que me sigan molestan? Ya no. Eso no volverá a suceder, jamás.
— Sabes que mereces un castigo, ¿no?
— ¿Otro?
— Ayer no tuviste uno por el problema con los de la cabaña 10.
— Buen punto.
Quiron pensó durante un buen tiempo en qué castigo ponerme, porque había tenido todos los castigos posibles: limpiar los establos, lavar todos los servicios del almuerzo, desayuno y cena durante un mes, limpiar las armaduras y todo lo que se te pueda ocurrir.
— Vas a ayudarme con los nuevos
— ¿Voy a hacer de niñera o guía? No. SIMPLEMENTE NO. — me negué rotundamente - Sabes que mi relación con los nuevos no siempre es buena, y tengo muy poca paciencia.
— Serine.
— Además, soy muy chiquita para ser niñera, y no me refiero solo en tamaño, mejor pídele a Luke.
— Serine
— Bien, lo hare. — suspire antes de dejarme caer en la silla - ¿Por cuánto tiempo?
— Un mes
Ah, bueno, en un mes no creo que vengan muchas personas, tal vez, no venga ninguna.
— En ese caso, lo hago con gusto - sonreí antes de salir de la Casa Grande. — Hasta luego, Quiron.
— Espero no verte otra vez en mi oficina por este día.
— No prometo nada.
JULIETTE
Ser odiados por medio campamento era algo de todos los días, era un estilo de vida que no era el que deseaba, pero con el tiempo te acostumbrabas.
— ¡JULS! - oí el grito de Serine, probablemente corriendo hacia mí
O bueno, la mayoría.
— ¡SERINE ROUSSEAU! - le grito Theodore
Los tres estábamos en nuestro lugar de siempre, un lugar en el bosque en el que solo las ninfas y nosotros confiamos, el sitio en donde nos conocimos. Tal vez no teníamos muy buenos recuerdos ahí, considerando que nos acusaron de asesinato y casi Zeus nos intenta matar a todos, PERO, era Zeus, él no tenía voz ni voto en mi alma, corazón y mente, era un infiel, creído y cabeza hueca.
— Me voy - intento de huir la pelirroja, aunque no lo iba a lograr... como siempre, ya sabía la rutina
— Serine. — la llamo Ivy
— ¿Quién es Serine?
— Uno.
— Yo no conozco a ninguna Serine, si me la presentan sería un gusto conocerla.
— Dos.
— AY, creo que Quiron me mando a limpiar los establos por novena vez en la semana
— Tres.
— Bien - suspiró la más pequeña de todos mientras se acercaba a los mayores - No hice nada malo. Tú me crees, ¿no, Juls?
— A mí no me metas, te defiendo siempre y terminan teniendo razón, no voy a pelear en una pelea donde sé que voy a perder.
— Serine, ¿qué hiciste esta vez? - la regaño Theo
— Solo una bromita
— Conocemos tus bromas
— Pelee con unas chicas de la cabaña del idiota de Ares.
—¿Fue por tu cabello? - pregunto Vivy
— Sí
— ¿Las dejaste peor de lo que estás tú?
— Por supuesto.
— Entonces está bien.
Theo tampoco se opuso ante lo que dijo Vivy, entendía perfectamente a Serine, los idiotas no paraban hasta que les des unos buenos golpes. Yo prefería ser pacífica y en las actividades "violentas" como capturar la bandera, buscaba mi instinto asesino. Solo le daba muy cerca con las flechas, aunque me terminaban tirando comida a la cara.
Los de los golpes eran Serine, Theo e Ivy... yo solo estaba ahí, alentándolos y ayudándolos con las heridas... sabía que no era hija de Apolo, pero soy muy observadora y de todas las veces que iba a la enfermería, lograba aprender algo nuevo.
— Solo soy un pobre espíritu de la naturaleza encerrada en la sociedad de ahora - se quejó Riri, mientras se apoyaba en mi hombro
— Lo que tú digas - suspire divertida
— Y Juls es la encargada de cuidarme, como va a ser cazadora y yo un espíritu entonces se verá en la obligación de cuidarme
— No necesariamente-
— Solo sigue mi ilusión.
— Sí, te voy a cuidarme, aunque sueñe con ser cazadora, no creo serlo.
— ¿DISCULPA? - se para de un salto Riri - ERES LA MEJOR ARQUERA QUE HE VISTO... UNA DE LAS MEJORES Y HAS ESTADO PRACTICANDO DESDE QUE TE ENTERASTE DE QUE EXISTÍAN, lo cual fue hace tres años... Y ES MUCHO TIEMPO.
— Apoyo a la Weasley perdida - añadió Theo - Eres buena, y si no te aceptan es porque Artemisa debe ser del club de los dioses idiotas
— Sabes que no puedes insultar a Artemisa en mi presencia, Theo - le respondí
— Sabes a qué se refería, Juls - comentó Vivy - Todos aquí sabemos que estás destinada a ser una cazadora.
Tenían razón, podía y tenía que mantenerme positiva. Era increíble y única en mi clase, literalmente.
IVY
La belleza era algo que sabía que tenía, era algo bueno y malo. La belleza siempre ha sido un concepto que los artistas nos transmitieron, cada uno tiene una diferente idea de lo que es, pero todos coincidimos que es algo magnífico, algo hipnotizante, digno de admirar. Yo no me consideraba así.
Por otro lado, mi hermana lo era. Tal vez eran las acciones las que hacían a una persona bella, y mis decisiones nunca fuera fantásticas o dignas de admirar, o las preferidas por la mayoría.
Mi padre había sido un reconocido abogado o bueno, lo es. Le interesaba la justicia de las personas ante cualquier cosa, incluso el tiempo con su familia. Era un hombre serio que en sus tiempos le gustaba usar armas y salía de fiesta para desestresarse.
Mi hermana fue su favorita, era la que más se parecía a mamá, como algunos dicen, "la hija planeada" y era el error de otro encuentro entre ellos. Isabella era increíble, una diosa hecha mortal... hermosa, inteligente, valiente, justa, buena, peleando. Ella era todo lo que quería llegar a ser, en mis sueños.
— Ducky - me llamo mi hermana mientras se amarraba el cabello - ¿Es cierto lo que le hicieron esas niñas a tu amiga?
— ¿Serine? Si
— No sé cómo logran entrar a la cabaña tan fácilmente, nadie se da cuenta y eso que la mayoría son hijos del dios de los ladrones
— Eso no nos hace tener habilidades de espías como para notar cuando otros entrar - dijo Luke en la entrada de la cabaña con una sonrisa embobada al ver a mi hermana
— Lo sé, pero al robar se supone que son sigilosos, entonces podían notar si otro entra. Además, ya colocamos las trampas de la noche.
Mi hermana junto a Luke habían diseñado unas trampas para que en la noche nadie pudiera molestarnos o hacernos una broma. Sin embargo, eso no impedía a que lo hagan en otros lugares o las mismas personas de nuestra cabaña.
— Lo hicieron mientras se quedó dormida en los establos.
— Tiene sentido - opino el rubio antes de darle un beso a mi Isa - ¿Vas a entrenar, Belle?
— Sí, siento que empeore mucho en mi agilidad y defensa
— No, tanto - bromeo el hijo de Hermes, a lo que se ganó una mala mirada - Sigues siendo buena, aunque sabes que tu fuerte siempre es el ataque. Si quieres te acompaño y entrenamos juntos.
— ¿No acabas de venir de entrenar?
— Nunca es suficiente entrenamiento - sonrió divertido
Isa tenía 17 años y era novia del chico más popular del campamento, Luke Castellan. Como no teníamos nuestra propia cabaña, nos quedamos en la cabaña 11... y cuando conoció al hijo de Hermes, fue una conexión inmediata. Ambos eran populares, queridos, perfectos... una pareja icónica. Por eso, no se metían conmigo en un inicio... cuando fui involucrada en la muerte de ese perdedor fue lo mejor y lo peor que me pudo haber pasado. Pase de ser la hermanita con potencial de Isabella Swan a ser una de las asesinas o brujas, no se metían mucho conmigo, pero la gente dejo de hablarme, pues... cuando las personas quieren quedarse con una historia sea falsa o verdadera, no cambian de opinión... porque es más fácil hacerle caso a cualquier persona que pensar por ti mismo.
Algo que había notado, es que el hijo de Hermes siempre sonreía cuando estaba junto a mi hermana y viceversa, sonreían menos que antes desde que ambos fueron a una misión y fue un fracaso. Mi hermana regresó ilesa, mientras que Luke tenía una notaria cicatriz.
— Nos vemos en la cena, Ducky
— Hasta luego, Ivy.
Mi hermana compartía muchas cosas con mi padre, y una de esas era ese apodo. Lo detestaba.
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El ocaso no ardía más y las estrellas brillaban desde el cielo, o eso sucedía normalmente; sin embargo, esta noche el cielo había sido cubierto por nubes de tormenta, iba a llover... me encantaba la lluvia, aunque odiaba enfermarme.
— ¿Estás bien, Vivy? - me pregunto Theo, sacándome de mis pensamientos
— Estoy bien
No lo estaba. Aunque con solo el hecho de estar con mis amigos, hacía que las cosas fueran menos pesadas, no sabía desde qué momento me sentía... rota.
Theo no solía hablar mucho con los demás, era una persona de pocas palabras y a primera vista parecía ser intimidante, él solo cumplió con el papel que le obligaron tener. Era un chico dulce, amable y se preocupaba mucho por las vidas de los demás, discretamente trataba de salvarle la vida a algunas personas que iban a sus misiones... pero no lo lograba, el destino era algo inevitable, nadie podía escapar de la muerte.
Solo mostraba su parte más vulnerable con sus amigos, él era una melodía tranquila y melancólica, no hablaba mucho de él o su pasado, comprendía eso. A mí tampoco me gustaba hablar de eso. Juliette era la única de los cuatro que hablaba de su pasado, era la más extrovertida de todos, vivía en las emociones, quizá era por ser hija de Eros, aunque obviamos ese hecho lo más que podíamos. Ese bueno para nada tuvo una aventura muy larga con una mortal para luego abandonarla de un día para otro y fingir que nada había pasado, ni tuvo los suficientes huevos para reconocer a su hija.
La más problemática de los cuatro era Serine, podía ser hija de Hestia, pero no se parecía nada a ella, según sé. A veces parecía más hija de Ares que Hestia, y ella lo detestaba, pero era parte de ella, o una forma de protegerse.
Nuestras vidas eran de lo más normales, lo máximo que queríamos o sonábamos era tener nuestra misión, cumplir la gloria y mostrarles a los dioses que son unos hijos de su... bueno, se sabe que son. Y de paso escapar de este lugar, podíamos ser ermitaños, viviendo en el bosque junto a la naturaleza, los monstruos serían el único problema.
— Vamos - comenté al ver que iba a empezar a llover
Amaba la lluvia, pero se iban a terminar enfermando y no quería hacer de niñera, ese trabajo era de Theo. Lo bueno es que, si nos íbamos temprano, teníamos la cabaña solos y más momentos de tranquilidad sin tener que recibir alguna posible broma "inocente".
SERINE
Estaba a punto de dormir, Juliette intento hacerme crecer el cabello, pero sus poderes de cambiar su aspecto solo funcionaban con ella, por eso nadie le había cortado el cabello hasta ahora, sabían que era un caso perdido.
Ivy esperaba a su hermana porque le había dejado un encargo, pero probablemente esta llegaría un poco tarde por una de sus citas secretas con Luke, cuando escuche un trueno que retumbo a todo el campamento, un mal presentimiento...
Jugueteaba con mis guantes, desde el incidente que tuve cuando llegué, no me los quitaba para nada, a menos de estar sola. Era el trato que Quiron y mi madre lograron hacer con Zeus, por lo menos seguía viva.
— ¿Estás bien, Riri? - pregunto Juls
— ¿Soy la única esquizofrénica aquí o siento que algo muy malo va a pasar?
— Tú estás loca desde que naciste, pero, no lo estás tanto esta vez... siento algo extraño - comento Theo
— La verdad, no le tengo miedo a la muerte y en todo caso, Theo me revive
— Yo no puedo revivir personas, ni a nadie
— No arruines el momento - suspiré frustrada - Si no regreso... significará que les jalaré las patas mientras duerman.
Después de mi increíble frase, antes de mi "intento" de cavar mi propia tumba, salía corriendo hacia donde mi espíritu y el destino me llevara. Iba a seguir mi instinto, aunque mi pijama de pandas no ayudaba mucho en la situación. La lluvia no tardó mucho en empaparme por completo y el corazón parecía querer salirse de mi pecho y comerme viva, si eso era posible.
Al final, no estaba tan loca... mis pies me guiaron sin necesidad de buscar los gritos y escandalosos ruidos de un monstruo que estaba cerca al campamento. Mi trabajo como niñera de nuevos estaba empezando...
Entonces mi cuerpo se detuvo por completo cuando vio aquella bestia... una figura impresionante de gran masa de músculos que usaba al chico que iba a guiar como piñata.
— ¿ES EN SERIO? - exclamé molesta y aterrada - ¿UN MINOTAURO? ¿AHORA QUIEN VIENE? ¿MEDUSA?
Lo que hubiera hecho, si no fuera una demente, era correr por mi vida y procurar mi supervivencia, pero no era una persona cuerda, todos sabían eso. Claro que no. Ante todo pronóstico, fui corriendo hacia el minotauro, logrando distraerlo lo suficiente como para que soltara al chico abruptamente.
Fue la decisión más tonta que pude haber tomado, considerando que no tenía ningún arma y el monstruo era mil veces más fuerte que yo. Tenía una sola opción, una que detestaba, pero la necesidad era mayor... me saque mis guantes y me prepare para ir a hornear a esa bestia. Terminaría como una buena carne de res.
— ¡Comida! - gimió de dolor alguien el suelo, probablemente su protector
Tenía que preocuparme de un problema a la vez. Luego, salvaba a ese sátiro, primero iba mi trabajo.
En esos breves segundos que pasaron mientras pensaba en una manera de morir, el chico logro se quedaba mirándome aturdido. ¿Acaso no tenía ningún indicio de supervivencia?
Vamos, Serine, no es momento para eso. SOLO CONTROLA EL FUEGO Y LÁNZALE LLAMAS. En unos segundos mis manos se prendieron completamente por fuego y extendía mis palmas hacia la bestia, esperando que se salga el fuego. No fue así, solo se quedaba en mis manos.
— Cuando quieres, no te pones como loco - le susurre a mis manos
Trate de hacerlo nuevamente y esta vez tuve un poco más de suerte, solo que mi puntería, no mis manos no era la mejor, logre provocarle una quemadura, pero también termine quemando un poco el bosque.
El chico hizo una misión imposible y en medio del desastre logro montarse en el monstruo, logrando clavarle su espada en su caja torácica. Siendo el mismo lugar por el que lo queme.
Le lancé fuego, tratando no quemar al chico, siendo muy difícil, pero logré quemarle la cara, dejándolo ciego y aturdido.
El chico de pelo azabache, se sostuvo de sus cuernos y lo llevaba de un lado a otro, como un torero profesional. Ante los bruscos movimientos, logro arrancarle un cuerno y clavárselo en la cabeza. En unos segundos, el toro rugió de dolor y se desintegró por completo.
MONSTRUO 0 - MESTIZOS 1
El viento se llevó las cenizas como si fuera parte de la propia naturaleza, y una brisa de aire logro apagar todo el incendio que provoque. La tormenta había cesado y la lluvia aún seguía, solo que ahora dejo ser parte de una pelea dramático y paso a ser lo que era realmente, algo tan bello, hermoso y disfrutable. Encantador y tranquilo.
El chico cayó al suelo en un parpadeo, como buena niñera, me acerque a él, arrastrándolo hasta un arbusto cercano. El pobre estaba medio consciente y muy agotado, su cabello desordenado cubría un poco su rostro, asiqué se lo arreglé para poder verlo mejor.
PERCY
Abrí mis ojos por un instante y vi que la chica que me salvo, me sostenía entre sus brazos, protegiéndome, me sentía tan a salvo... no la conocía, pero podía sentir una calidez, una calidez que me hacía sentir en casa.
Entonces mis ojos se conectaron con los de ella... Nancy siempre me había robado cosas, los chicos de la escuela también, solían hacerlo para molestarme, pero ahora esa chica había robado algo que nunca pensé que otra persona pudiera robarme... me robo el aliento. De la misma forma que Prometeo le robo el fuego a los dioses...
Sentí un gran fuego en mi corazón, dejé de sentir la fría brisa y sentí que estaba junto a una chimenea, refugiándome en su calor. Me quedé mirando por unos segundos tan interminables y tan rápidos, sus hermosos ojos, eran celestes, que tal vez por mis múltiples caídas, notaba que se tornaban miel.
Los rayos que iluminaban la oscura noche eran los únicos que me permitían verla y ella sonreía, tenía una hermosa sonrisa. Por más que quisiera, las palabras no salían de mi boca, se quedaban atoradas en mi garganta.
Tenía hermosos cabellos de fuego, como diría un poeta, trataba de verla mejor, pero no podía... lo que mejor lograba ver eran sus hipnotizantes ojos... con su mirada lo suficientemente cálida para mantenerte seguro. Ella poseía ese tipo de ojos que podían robarle el aliento a cualquiera y no tendrías nada a cambio, y si era así, no me molestaba quedarme sin nada.
— ¿Te vas a quedar todo el día mirándome o la caída también te mato las neuronas como para que digas algo? - me pregunto
Era muy divertida. Me acariciaba el cabello y me sentía en un sueño, incluso consideraba que estaba viviendo una ilusión o estaba en un sueño porque una energía magnética me recorría todo el cuerpo con siquiera un roce de ella.
Mi mirada viajaba por todo su rostro, pero siempre volvían a sus ojos, tal vez eran mi única luz en el oscuro bosque, en la oscura situación... era como la antorcha que te alumbra en un pasadizo misterioso, lleno de incertidumbres, miedo y sin saber qué habrá al final del camino.
— ¿Vamos a casa? - me pregunto con una sonrisa, o eso recuerdo
— Solo llévame a cualquier lugar, mientras este contigo - le respondí
Ella me miró sorprendida antes que todo se tornara negro, como los dioses eran reales... los maldije, ¿justo en ese momento tenía que desmayarme?
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