❛ 𝑰 𝒒𝒖𝒊𝒕 𝒎𝒚 𝒇𝒊𝒓𝒔𝒕 𝒋𝒐𝒃 ❜
❛ 𝐇𝐞𝐥𝐥𝐨, 𝐌𝐫. 𝐈𝐝𝐢𝐨𝐭 ❜
❛❛𝖳𝗁𝗂𝗌 𝗐𝖺𝗌 𝗍𝗁𝖾 𝗏𝖾𝗋𝗒 𝖿𝗂𝗋𝗌𝗍 𝗉𝖺𝗀𝖾
𝖭𝗈𝗍 𝗐𝗁𝖾𝗋𝖾 𝗍𝗁𝖾 𝗌𝗍𝗈𝗋𝗒 𝗅𝗂𝗇𝖾 𝖾𝗇𝖽𝗌
- Taylor Swift - ❜❜
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SERINE
MI TRABAJO DE NIÑERA ESTABA EMPEZANDO MAL, el primer día que me asignan, el primer día que llega un nueve, qué suerte. Y para cereza del pastel, no lo protegí lo suficiente como para que en su caída perdiera todas las neuronas que tenía.
Aunque había derrotado a un minotauro, era un buen inicio, si seguía trabajando podría ser un gran héroe, no cualquiera derrotaba a uno de los peores monstruos griegos.
Para el campamento fue un revuelo, entiendo... es nuevo... bueno, no lo entiendo. Cuando fue a la enfermería, todo el grupo fue a verlo, era mi primer trabajo, era un momento histórico en la vida de SERINE ROUSSEAU... si no fallaba épicamente.
— No va a morir, por ahora - suspiró Theo
— Qué positivo eres - agrego Ivy - Su cabello luce como el de Isa.
— Parece una cosita cuando duerme, miren, está babeando... es como un animal, un animal asqueroso - comento Juls mirándolo de mala gana.
— Parece un pejelagarto - dije en voz alta
Y para mi mala suerte se despertó brevemente, luego se volvió a dormir.
— Qué amables - nos regañó Vivy - Es un pobre chico que debe de estar agotado, no les hizo nada y ya empezaron a insultarlo.
— Yo siempre digo cosas malas de los chicos, fui muy amable
— ¿Y tú?
— Tiene cara de dejarme con un trauma en mi primer cuidado como niñera.
— Ese no es motivo suficiente.
— Tengo una razón. Además, ¿necesito razones? NO, solo no me agrada y ya.
— Tú la malcriaste así - la morena regaño a Theo
— ¿Yo? ¿Solo por ser el mayor? Yo no soy el más vengativo de aquí, yo no llene el baño de las chicas con ranas.
— Me insultaron y me dejaron encerrada ahí, no debieron de hacer eso.
— No las culpo.
En eso ambos empezaron a agarrarse de los pelos en medio de la enfermería.
— No vas a escapar de aquí tan rápido, maldito cuervo.
— Claro, cisne.
Ambos sabían cómo molestar más al otro, Juliette y yo solo nos sentamos a verlos pelear, era ver una pelea de lucha libre gratis y lo mejor era que casi siempre veíamos sus peleas, por lo que podíamos suponer su próximo movimiento.
— ¿Es correcto que peleemos aquí? - me pregunto Juls
— No, pero nunca terminamos haciendo lo correcto.
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Al final, terminaron ambos con unos golpes, no muy graves, pero fue empate, lamentablemente. Había apostado 2 dracmas a que ganaba Ivy.
El resto de los días dejé de ver al nuevo, tenía otros castigos que cumplir. No soy una acosadora de chicos, a menos que sean Leonardo DiCaprio en el Titanic, fue de las pocas películas que vi con mi papá, más que todo porque trabajo durante un tiempo en un autocinema y justo dieron esa obra de traumas. No me subiría a nada que esté en el mar, primero muerta.
Ahora estaba terminando de cuidar a los caballos.
— ¿Saben qué es lo peor?
Los caballos relincharon.
— Qué tendré que cuidar a los nuevos durante un mes, ¿y si justo todos los semidioses del mundo se dignan a venir este mes? YO ME MATO
Miré a un pegaso blanco que estaba a mi lado y empecé a acariciarlo.
— Saben que los quiero, aunque no nos entendamos, pero... no se hagan tanta popo, los amo, pero amo aún más no tener que recoger popo.
El pegaso, que lo llame... Harry, por Harry Potter, relincho como si me hubiera entendido. Teníamos una conexión especial.
— ¿Debería ser amable con el nuevo? No me hizo nada, solo me dio más trabajo, pero no es su culpa... ¿Saben, qué? Le daré una flor, algo me dice que le gustan los colores primarios, asique le daré tres de los tres colores. Pero primero, iré a molestar a Dionisio, maldito idiota.
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Llegue con Quiron y Dionisio mientras sostenía las flores.
— HOLA VIEJITOS, ¿ME EXTRAÑARON?
— Serine, querida, no me hagas sentir más viejo - sonrió Quiqui, gran apodo - ¿Quisieras una taza de té?
— Sí, por favor, con extra-azúcar.
—Tan dulce como tú. — dijo sarcásticamente el señor alcohólico sin alcohol
— Lo sé, gracias uvita podrida.
— Aún te puedo convertir en una cabra.
— Si es que tu papi te deja, pero no lo hace. Quedaron en un acuerdo que mi muerte será mucho después de lo que quisieras o cualquier transformación.
— Vete de mí vista, Sirini.
— Viti di mi visti, SERINE
— Quiron, controla a tu pulga
— No soy una pulga
— Lo dice la que mide como una.
— Maldito viejo borracho sin vino.
— ¡Serine! - me llamó Quiron
— ¿Qué paso? - pregunte como si nada
— ¿Dónde quisieras tomar el té?
— Aquí, por favor - dije, sentándome junto a él
En eso, llego Annabeth, la hija perfecta de Atenea, el nuevo prodigio del campamento, la perfección reencarnada. Era linda, inteligente, tenía amigos, no era repudiada, todos la querían, mínimamente tenía la posibilidad de hablar con su madre.
— Annabeth, ¿quisieras jugar con nosotros?
— Esta vez paso, Quiron.
Y el orgullo de Quiron, a ambas nos quería, pero de ella podía sentirse orgulloso, aliviado... yo solo era un problema y cuando trataba de no serlo... nada funcionaba, me rendí y seguí con lo que se supone que era, no quería ser problemática, no quería reaccionar con la ira, simplemente a veces no me controlaba.
— Serine - me saludo con una sonrisa
— Annabeth - le sonríe de vuelta.
Jugamos durante un tiempo, mientras Annabeth hablaba algo de arquitectura o algo así, hasta tenía algo que le apasionaba. Mi día se basaba en leer a las justas un libro y hacer los castigos, aparte de estar con mis amigos.
Como en una escena dramática, entro por la puerta (obviamente, ¿por dónde más iba a entrar? ¿La chimenea?) el chico torero, muy tímido a mi parecer.
Lo miré más detenidamente, parecía tener mi edad... tenía cara de ser problemático, lo sé porque yo era una. Era más alto que yo, aunque en mi defensa, hasta un niño de diez años, podía ser más alto que yo, nací, pero al costo de ser enana y con riesgo de muerte por ser semidiosa, pero ese es otro punto... Su cabello azabache era muy desordenado, necesitaba irse a peinar, su piel era un poco bronceada, pero lo que captaba la atención de cualquier ser vivo eran sus ojos, eran de un color verde tan profundo como el mismo mar. Algo de él me recordaba a Isabella e Ivy, pero es imposible, no creo que sea hijo de Némesis y mucho menos pariente de Poseidón.
La conexión que ambas tenían con uno de los tres grandes, por un antepasado, las hacía especiales para todos, aunque pasaron generaciones, los rasgos del dios Poseidón se seguían manteniendo en la familia, tal vez unos más directos, no. Pero en mi opinión, creo que bendecía a cada nuevo descendiente de la familia y eso les daba una belleza increíble a pesar de no ser hijos de Afrodita.
El chico nuevo podría ser perfectamente hijo de Afrodita, aunque no me convencía del todo esta teoría.
Grover, su protector, estaba diciéndole algo, me perdí un poco examinándolo y creando mis propias teorías hasta que todos voltearon a verme.
— Ella es-
— Si él es Dionisio, entonces tú debes de ser Afrodita.
NO, NO, NO, NO, NO. NO LO DIJO. DIOSES NO QUERÍA MORIR TAN JOVEN.
— ¿Qué dijiste? - le pregunte con un tic en el ojo - No soy Afrodita, ella es una diosa y yo solo una SIMPLE Y ORDINARIA semidiosa que parece un pitufo pelirrojo.
— ¿Segura que no eres Afrodita?
— Sí, ¿acaso eres sordo?
— Como decía, ella es Serine Rousseau, te ayudo cuando llegaste.
Bien, sigue el plan, aunque casi haya provocado tu fin. SÉ AMABLE.
— Asiqué el torero del campamento despertó - sonreí y tomé las flores entregándolas - Bienvenido, domador de toros o bueno... minotauro.
— ¿Eres la que dijo que parecía un pejelagarto?
— ¿Vamos a empezar con los rencores? Aprende a pasar la página. ¿Tienes cara de ser hijo de Némesis? No, asique no me vengas con tus problemitas.
— Serine - me llamó Quiron
— Pórtate bien, torero a menos que-
— Serine - volvió a llamar Quiron un poco más serio.
Era la segunda llamada, no quería volver a arriesgarme a una tercera.
— Disculpa, torero.
— No soy un torero.
— No sé tu nombre.
— Serine, él es Percy Jackson. Muchacho, ella es mi-
— Hija.
— ¿Hija?
— Adoptiva. Es un segundo padre para mí y yo soy su favorita.
— Sabes que quiero a todos por igual.
— No le mientas al nuevo, Quiron, no le llenes de falsas esperanzas que ambos sabemos la verdad.
— Serine.
— Bien, me controlo. ¿Ya le dijiste todo? - pregunté, durante todo lo que hablaron tuve un viaje astral.
— Sí, estuviste ida durante 8 minutos.
— Es mi talento.
— Serine, ¿puedes ir preparando la litera de Percy?
— ¿Solo de eso me encargaré? - me emocioné, quise disimular, pero no podía
— Lo llevaré hasta la cabaña y de ahí te encargarás tú.
— Mierda.
— Serine.
— Por las barbas de Zeus o quien sea.
— Hasta la próxima, torerito.
Salí de la Casa Grande y me choqué con alguien que estaba (probablemente) espiando detrás de la puerta.
— ¡Auch! - esa voz era extrañamente conocida, ... ¿IVY?
— ¿Tú qué haces acá? - le preguntó mientras le ayudaba a pararse, ya que había dado su primer beso, con el suelo
—Ah, nada
— ¿Nada? Mientes peor que yo.
— Curiosidad, siento algo extraño con ese chico, lo vi en algún lugar, es como si lo viera en un sueño.
— ¿Estás segura?
— Nunca hablo si no estoy segura de lo que digo. Incluso Isa lo vio.
— Es demasiado raro.
Mi conciencia me decía: "chico problemas, CORRE, PROBLEMAS", pero era mi trabajo, mi castigo y Quiron me mataría (solo regañaría, soy dramática... tengo corazón de pollito... a veces).
— ¿No tenías que ser su guía?
— Quiron me facilito el trabajo - le guiño un ojo - ¿Me acompañas a poner su "litera"? - en realidad era arreglar en que parte del suelo va a dormir
— Isa y Luke están ahí.
—Fingiremos clemencia y nos taparemos los ojos, ¿por qué tienen que besarse en la cabaña? Que se consigan un lugar en el bosque o algo así.
— Ya parece Juliette.
— Juls odia el amor, yo solo... no es lo mío, no me pasará, ni lo busco, ni lo quiero. El amor en los semidioses solo trae desgracias, mejor prevenir que lamentar.
— Buen punto.
Ambas pasamos por la cabaña, caminamos torpemente con los ojos cerrados hasta una esquina que se encontraba vacía. El lugar perfecto. En toda la cabaña había una pequeña esquina "vacía"; nadie dormía cerca de ahí, aparte de nosotros, era el sitio "más espacioso", era donde nosotros dormíamos, el lugar maldito y divertido de la cabaña 11. Para mí, era una zona exclusiva, VIP, en donde no todos tenían la valentía de entrar. Incluso Theo e Ivy hicieron un cartel "zona exclusiva" aunque otros campistas escribieron groserías por así decirlo.
Mi papá me decía que las personas no suelen acercarse a lo que les da miedo, pero que puede llegar a ser asombroso, solo que la incertidumbre nos gana, somos cobardes muchas veces, lo cual puede ser bueno o malo. Un gran ejemplo de esto, o bueno, el que más usaba era el fuego, lo vemos y nos hipnotiza, pero a la vez mantenemos nuestra distancia. Creo que siempre me dio pistas.
Para nuestra buena suerte, Isabella y Luke ya no estaban en la cabaña, solo el resto de los campistas, que eran muchos. Al final, puse las cosas del nuevo en la "zona segura" mientras le contaba lo que pasó con ese tal Jackson ante la curiosidad de mi amiga.
— Y entonces le di las flores y-
—¿Le diste flores?
— Es parte de mi servicio, pero ese no es el punto, CASI OCASIONA MI FIN, PUDE MORIR EN ESE INSTANTE.
— Él solo estaba siendo amable, no sabía.
— Entonces es un idiota, ¿cómo no saberlo?
— Todos empezamos igual.
— NADIE EMPEZÓ COMPARANDO A ALGUIEN CON AFRODITA.
— Serine
— Bien, bien, ... Solo queda terminar el recorrido.
Maldito Jackson, hoy iba a preparar la receta de galleta que me faltaba del libro que me dio Quiron, pero quién sabe hasta qué hora termino de ser niñera.
Ivy se fue a pasear, ella adoraba pasear o bueno... Lo hacía muy seguido. Yo me quedé en la entrada esperando mientras jugaba con mis guantes, tenía del mismo diseño veinte mil guantes, no los dejaría sucios... lo bueno de tenerlos es que no se salían a menos que yo quisiera o que alguien muy poderoso los quitara, como Quiron. No me incomodaban solo... odiaba pensar en el hecho del porqué las tenía.
— Serine - Quiron me sacó de mis pensamientos - tengo clase de arco para profesores a mediodía. ¿Te encargas tú de Percy?
— Por supuesto - fingí mi mejor sonrisa - Torero, bienvenido a tu hogar, dulce hogar.
— ¿No puede ser la otra chica? ¿La rubia?
— Tranquilo, no muerdo a menos que me hagas algo como para merecerlo.
— ¿Se supone que eso me debería de tranquilizar?
— Sí, aún sigue vivo
El pobre chico me miro como si estuviera enfrente del mismo demonio encarnado en persona.
— Serine - suspiró Quiron
— Solo era una broma, no pensé que se la tomara en serio. Vamos - le sonreí con confianza
Por una razón, él dejó de verme tan asustado.
El lugar de mis peores y mejores recuerdos; sin embargo, aquí estaban mis mejores amigos, asique no todo era tan malo. Quiron no lograba entrar porque era muy alto para la puerta, pero todos se pararon en son de respeto, hicieron una reverencia al verlo.
— Bueno, así pues... —dijo Quiron—. Buena suerte, Percy. Te veo a la hora de la cena. Recuerda lo que te dije, nada de preguntas incómodas y trata de llevarte bien con ella, no le hagas caso a lo que te digan los demás... es una buena chica.
Fingí demencia cuando escuché la última parte, los nuevos siempre hablaban conmigo al principio o con Juls... eso duraba máximo dos días, antes de irse con los demás, de hacerles caso sobre lo que decían de nosotras. No los culpaba, querían tener amigos y no ser los excluidos. Aunque me dejaron de caer bien los nuevos.
Y se marchó al galope hacia el campo de tiro. El torero se quedó mirando hacia la salida como si quisiera escapar de ahí, antes de observar a todos y que todos lo observaran. Siempre pasaba cuando veía a un nuevo, el chico tenía la misma expresión que yo cuando había llegado al orfanato.
Para mi buena suerte, ahí estaban Juls y Theo. A quienes salude con la mano, rápidamente.
— ¿Son tus amigos? - me pregunto Percy
— Mis hermanos, de diferentes padres.
Juls llego corriendo a "abrazarme", aunque solo me alejaba disimuladamente de Percy. Theo era al que menos le gustaba la llegada de nuevos, estaba en contra que todos tengamos que compartir un espacio tan pequeño porque a los idiotas de los dioses no les daba la gana de reclamar a sus hijos. En verano, siempre era una tortura con el calor que hacía ahí.
Percy se quedó mirando un rato a Juls, los nuevos solían hablar con ella por eso. Ella tenía una belleza cautivadora para cualquiera, parecía un ángel caído del cielo, con una sonrisa inocente y una mirada juguetona. Sus ojos eran de un celeste hermoso, ella siempre decía que heredo la belleza de su madre, que era una amante de la moda, poesía y adoraba a los niños... una persona de un corazón de oro.
— Torero, ella es Juliette Smith - los presenté - Juls, él es Jackson o Percy Jackson o Torero... llámalo como quieras.
— Tenía que ser hombre el primero que te tocó. Un no mucho gusto.
— Y-yo s-s-oy - logró balbucear Percy
— Ya lo sabe, torero. Ahora vamos por tu tour, que lo que menos tengo es tiempo.
— No soy torero.
— ¿Prefieres quedarte a discutir por tu nombre o seguir con tu recorrido? - Se quedó callado - Ya sabía.
Y se tropezó, quedando como un completo idiota. Quise no reírme, pero era imposible. Termine matándome de la risa casi quedándome sin aire, por una extraña razón cuando los demás se caían me da mucha risa. Juls no se quedó para nada atrás, solo que su risa fue más disimulada.
— Percy Jackson te presento a-
Alguien me tiro un calzoncillo (limpio, por suerte) en la cara.
— A ESTE PAR DE IMBÉCILES SIN CEREBRO QUE OJALÁ SE PUDRAN EN ÉL... a la cabaña 11, cabaña de Hermes, asique hagan el favor DE NO ROBARLE NADA DURANTE LA PRIMERA SEMANA QUE TIENE CARA DE VIVIR DEBAJO DE UN PUENTE.
— Calla bruja. — dijo uno de los que siempre me molestaban
— ¿Quieres terminar con otra operación en la nariz? No lo creo. Mejor cierra la hermosa cosa que tienes en tu cara, llamada boca y haznos, el favor de no oír tu insignificante voz. Bien, para aclararles... es POR DETERMINAR. ¿Sorpresa alguna? No.
Jackson me miró asustado, una reacción común. No era mi culpa ser tan amable con todos.
— ¿Le rompiste la nariz?
— ¿Por qué quieres saber? ¿Acaso quieres que te lo haga a ti también?
— No... solo preguntaba.
— Lo sé, era una broma.
— No dio mucha risa.
— A mí sí. Y para contestar tu pregunta, el idiota destruyo mi "cama", asiqué lo confronté y una cosa llevo a la otra.
— ¿Siempre reaccionas con violencia?
— ¿Siempre eres tan preguntón?
— Sí... ¿Qué es por determinar?
— Significa que tu padre o madre aún no te reclamo o no tienes cabaña en donde ponerte, entonces vienes a este lindo lugar, donde llegan todos los nuevos y viajeros. Ya sabes, por lo de Hermes y eso. — le explicó Isa que había llegado.
Percy se quedó BABEANDO POR LA CHICA, literalmente no dijo nada y se había quedado totalmente hipnotizado por su belleza, estaba MUY SONROJADO. Ese momento sería tan gracioso.
No lo culpaba, eso pasaba con los nuevos campistas, o era con Juls, o con Isa o Vivy. La mayor de las Swan parecía tan hipnotizante como una sirena, su ondulado cabello castaño, sus hermosos ojos celestes, la verdadera Afrodita encarnada en persona. Era una chica muy amable y dulce con cualquiera que hablara. Nunca buscaba pelea y siempre cedía ante cualquier problema, no se parecía a Ivy y mucho menos a Némesis.
— Ella es-
— Hermosa - fue lo único que pudo decir como un suspiro.
— Gracias - dijo la chica con su melodiosa voz, era simplemente la preferida de los dioses. — Soy Isabella Swan, aunque puedes llamarme Isa.
— Es MUCHO MAYOR QUE TÚ y está con Luke - añadió Juls
— ¿Luke?
— ¿Me llamaron? - dijo el rubio - Soy Luke, tu consejero por el momento.
— ¿Por el momento?
— Ya te dijo Isa, eres por determinar y no sabes si te vas a ir de aquí o te quedarás para siempre por desgraciada. ¿Cada día se te queman más las neuronas? - ese chico iba a agotar mi paciencia
— Serine - me llamó Luke
— Ya nada de se puede decir, si no de todo lloran - suspire - tú duermes en esa esquina de allá
— ¿Por qué?
— ¿Tú ves otro lugar en donde haya más espacio?
— ¿Y esa esquina? Podrían entrar unos cuatro o cinco más y mucho más cómodo.
MALA PREGUNTA.
— Percy, ¿cierto? - le dijo Luke - Hay un porqué para todo, por eso, no hagas tantas preguntas.
— Entonces... ¿Cuánto tiempo tardará que me reclamen?
Qué buena broma.
Todos empezamos a reír... si seguía juntándome con este chico, cualquier día me moría de la risa.
— Qué inocente - dice
— Bueno, muévete rápido, que tenemos muchas cosas que hacer y no tengo tu tiempo.
—¿A dónde vamos?
— A la cancha de voleibol
— Ya la he visto.
— Solo cierra tu hermosa boquita, y vámonos - lo tome de la mano y lo lleve afuera.
Evite juntarme con él mucho tiempo, tampoco quería que terminara excluido y se veía como un chico agradable.
— ¿Por qué esas "camas" están separadas a los demás?
— Será mejor que no preguntes.
— ¿Ahí estaba tu amiga, no? ¿Juliette? ¿Por qué se alejan de los demás?
— ¿Eres sordo o qué? - suspire - Somos "problemáticos", Percy. Si quieres tener una vida normal aquí, entonces no te acerques mucho a nosotros.
— ¿Qué han hecho?
— Nada que quieras saber.
—¿Y por qué son tantos en esa cabaña?
Ahora sí era una buena pregunta.
— Los dioses, ellos son unos egoístas que solo piensan en sí mismos y no les interesa sus hijos, a menos que sea para utilizarlos, créeme. Si no quieren reclamar a sus hijos, se quedan en esa cabaña para siempre.
— ¿Y por qué no los pueden llevar a las otras cabañas que están vacías?
— Porque no son sus padres, todo depende de quién sea tu padre o madre.
— Mi madre es Sally, Sally Jackson. Trabaja en la tienda de caramelos de la estación Grand Central. Bueno, trabajaba.
Note una profunda mirada de tristeza en sus ojos, la conocía. No conocí nunca a esa mujer, pero estaba segura de algo... que había sido una espléndida madre. Según sabía, había hecho de todo para salvarlo y el minotauro la atrapo cuando lo distraía para que él pudiera llegar. A veces es increíble el pensar como nos pueden arrebatar todo en tan solo unos segundos, o nosotros mismos ocasionar eso.
— Yo... lamento lo de tu madre, Percy. Seguro que fue una mujer maravillosa.
— Lo era.
— ¿Y, cómo era?
Yo siempre arruinaba todo con mis preguntas incómodas, pero esta vez funciono. Los ojos de Percy brillaron de emoción con el solo poder hablar de su madre, como si hubiera esperado esa pregunta durante toda su vida. Yo también estaría así si tuviera que hablar de mi padre.
Su madre y mi padre parecían ser muy similares. La señora Jackson parecía ser la mujer más encantadora que había pisado la faz de la Tierra, era amable y bella, en todos los aspectos, que siempre lo hacía reír a pesar de que tan feas sean las circunstancias y que era la única persona que lo apreciaba y cuidaba en el mundo. Eso compartía con mi padre.
Ambos eran amables y caritativos, siempre buscando el bien común y luchaban por sus ideales. La vida era muy injusta al llevarse a las personas buenas de este mundo. Entiendo que se supone que no deberíamos de existir, pero dejarnos ser felices no dañaría a nadie.
— Por cierto, gracias por salvarme la vida.
— Era mi trabajo.
— ¿Tu trabajo es salvar personas?
— Algo así, soy la guía turística del campamento por ahora, cuando termine mi trabajo haremos como si nunca nos hubiéramos conocido.
— ¿Por qué?
— Que te dije de las preguntas.
— Que no haga muchas - suspiro decepcionado
— Exacto. Respecto a lo de tu progenitor, no me refería a tu madre... sino a tu padre - noté como su rostro se tornó serio - Sé que podría ser incómodo, pero para tener nuestras teorías, necesito saber todos los datos que tienes sobre él.
Y por el chisme.
— Está muerto. Nunca lo conocí
A este niño sí que le fallaban las neuronas, no le conectaban.
— SORPRESA, no está muerto.
— ¿Acaso lo conoces? ¿Sabes quién es?
— No, claro que no. Y si lo supiera tampoco te lo diría, podrías ganarte una gran decepción y es mejor que la tengas en otro momento.
— ¿Entonces cómo puedes decir-?
— Percy, ¿cómo se llama este lugar?
— ¿El campamento mestizo?
— Exacto. MESTIZO, por semidioses. Eres como nosotros.
— No conoces nada de mí.
— ¿Eso crees? Tienes dislexia, THDA, siempre te expulsan de un colegio a otro y te llaman problemático.
— ¿Cómo?
— Tienes cara de eso y soy bruja, ya oíste al chico de la cabaña. Te podría lanzar una maldición si quisiera.
Torero junior se quedó petrificado.
— ¿Es broma, no?
— ¿Tú qué crees? Por eso cuando te vi supe que tu aura está llena de desgracia e idiotez, aunque eso solo se te nota en la cara.
En eso, una pelota me llego directamente a la nariz, haciéndome sangrar.
— ¡MALDITOS DESGRACIADOS, VÁYANSE A LA MIERDA! - grité tomando la pelota, a punto de lanzarles.
— TRANQUILA - exclamo Percy tomando la pelota de mis manos - Solo fue un accidente.
— TORERO, CONMIGO NADA ES UN ACCIDENTE, AHORA DAME ESA PELOTA.
— No. Además, si fueras bruja, sabrías que eso te habría llegado.
— SOY BRUJA, NO VIDENTE. ERES IDIOTA, ¿NO?
— Por lo menos no soy un pelotudo como tú.
NO LO MATES. NO LO MATES. NO LO MATES.
— ¿Qué dijiste?
Tal ve mi cara o mi tono fue el que lo asusto, porque se alejó lentamente de mí.
— Pelotuda, a la que le caen siempre las pelotas. Una chica del colegio me lo dijo y-
— Ella tenía razón, eres un pelotudo.
— ¿No significa eso verdad?
— No.
— ¿Entonces-?
— Eso es para otro momento, pelotudo. Ahora sigamos, aún queda mucho por ver.
— Pero tu nariz está sangrando
— ¿Y? Lo haces ver como si fuera la gran cosa
— Y tú lo haces ver como si fuera lo más normal del mundo. En fin, si no fueras como nosotros, no habrías sobrevivido del Minotauro y mucho menos soportado la ambrosía y el néctar.
— ¿Ambrosia y néctar?
— La comida y la bebida que te dimos para que te recuperaras. Eso habría matado a un chico normal. Le habría convertido la sangre en fuego y los huesos en arena, y ahora estarías muerto. Por ende, ERES UN MESTIZO.
Él estaba a punto de hablar cuando alguien interrumpió.
— ¡Pero bueno! ¡Un novato!
NO. NO. NO.
— Piérdete Clarisse.
Fue el momento perfecto para atacar de ella, sus presas favoritas, los nuevos y yo.
— ¿Qué me pierda como tu padre? Bueno, tampoco es que se haya perdido tú lo-
— Maldita - susurré antes de ir hacia ella, a punto de hacer una lucha libre en ese instante
El desgraciado de Jackson me sostuvo antes de poder pegarle, odiaba ser tan liviana y pequeña.
— Serine.
— ¡MALDITA LA RUE, POR LO MENOS MI PAPÁ SI ME QUISO Y NO ME ANDA USANDO COMO LO HACE EL TUYO CONTIGO! ¡POR LO MENOS YO SI EXPERIMENTE EL AMOR DE UN PADRE!
— Y yo por lo menos vi a mi madre. ¿Quién es este mocoso?
— Percy Jackson. ¿Tú eres?
— Clarisse, hija de Ares.
— ¿El dios de la guerra? - pregunto Jackson como si fuera lo más normal del mundo.
— ¿Algún problema?
— No - contestó el azabache - Eso explica el mal olor.
Este chico se iba a ganar unos buenos putazos, y yo lo ayudaría. Intentar de que haga amigos ya era un caso perdido, él iba a cavar su propia tumba.
— Tenemos una ceremonia de iniciación para los nuevos, Prissy
— Percy / Torero - dijimos los dos al mismo tiempo.
— Ay, qué lindo, es el primer chico que no huye espantado de ti, bruja. O que sobrevivió. ¿Cuánto falta para que termine como el otro? ¿Una semana?
— Si tú no te callas serás la próxima.
— Lo que sea. Ven, Prissy, te la enseño.
— Clarisse... Quiron dijo que-
Ni logre terminar antes que me empujara y me hiciera tocar suelo. No quería más problemas, pero esta desgraciada pedía a gritos una pelea.
— Quítate de en medio, bruja.
Percy me miro preocupado y me dio su caja de zapatos donde guardaba el cuerno del minotauro antes de enfrentar a Clarisse. Quería partirle la cara yo misma, pero no me molestaba que él lo hiciera, sería un lindo espectáculo y yo no me estaría metiendo en problemas técnicamente.
Sin embargo, tan pronto como empezó, tan pronto perdió esa pelea. En un pestañeo, Clarisse lo tenía agarrado por el cuello y lo arrastraba al baño de mujeres. Las otras chicas de la cabaña de Ares se mataban de la risa mientras Percy luchaba con patadas para poder escapar de esa arpía.
—Sí, hombre, seguro que es material de los Tres Grandes —dijo Clarisse, empujándolo hacia un váter—. Seguro que el Minotauro se murió de la risa al ver la pinta de este bobo.
Clarisse lo puso de rodillas mientras le jalaba la cara hacia la taza del retrete. Yo solo me acerqué hacia ellos para detenerla, pero algo digno de Harry Potter paso. Un chorro de agua salió del retrete en un arco perfecto encima de la cabeza de Jackson, haciendo que Clarisse cayera de espaldas. Luego, el agua salió de nuevo de la taza, le dio a Clarisse directo en la cara y con tanta fuerza que la tumbó de culo. El chorro de agua la
empujaba hacia una cabina de ducha. Y sus hermanas tampoco salieron libradas, porque de los otros seis retretes, salieron chorros de agua que las obligaron a retroceder. Para mi mala suerte, a mí también, solo que termine golpeándome la cabeza contra la pared mientras me aferraba al pedazo de toro.
— ¡RENUNCIO A ESTE TRABAJO! - exclamé después de las demás salieran votadas y yo terminara empapada completamente y apestando.
Torero había resultado seco, ya que un círculo a su alrededor estaba como si nada.
— ¿Como...? ¿Estás mojada?
— ¿Tú crees? Según yo me estaba convirtiendo en planta. — dije con sarcasmo mientras vi que la foto de mi papá también termino empapada. Si se secaba estaría mejor, pero no quedaría como antes. — MALDITO POSEIDÓN, Y MALDITO TU HIJO IDIOTA QUE NO SABE CONTROLAR SUS PODERES.
— ¿Eso fue griego antiguo?
— No, fue italiano. OBVIAMENTE.
— Solo te entendí a medias.
— Es que estas medio sordo.
¿Poseidón volvió a tener otro hijo? Era fácil asumir que era su padre, pero eso significaba una sola cosa PROBLEMAS Y PROFECÍA. Quiron me la había contado hace tiempo, pero... todo mal. Quería vivir tranquila.
Salimos y me aseguré de no romperle la nariz por lo de la foto de papá, aunque se me paso un poco cuando vi a Clarisse junto a sus amigas tendidas en el barro con un grupo de campistas que fueron a verlas estupefactos. Clarisse tenía el pelo aplastado en la cara y miraba con odio a Jackson. Sería esa, no la culpaba.
— ¿Fue la bruja? - oí susurros de algunos
¿ES EN SERIO?
— Estás muerto, chico nuevo. Totalmente muerto.
— ¿Tienes ganas de volver a hacer gárgaras con agua del váter, Clarisse? Cierra el pico. — hablo el pelotudo de Jackson
Sus amigas tuvieron que contenerla. Luego la arrastraron hacia la cabaña 5, mientras los otros campistas se apartaban para no recibir una patada de sus pies voladores.
Observé a Percy con una sonrisa mientras Ivy lo analizaba a lo lejos. Esto significaba una sola cosa.
— ¿Por qué me miras así? - me pregunto con miedo, seguro noto mi sonrisa - Yo no quería meterte en problemas ni ensuciarte... ya basta, me estás empezando a dar miedo.
— Estoy pensando que una amiga mía adoraría tenerte en su equipo de captura la bandera.
— ¿Tu amiga? ¿La de la cabaña? ¿Por qué ella y no tú?
— Me vale capturar la bandera, solo tengo excusas para golpear a unos idiotas y no es ella, es Ivy, la hermana menor de Isabella.
Por primera vez, Percy sonrió de oreja a oreja.
— ¿Estás en su equipo?
— Sí. Y no te metas con mis amigas si no quieres una operación gratis de la nariz.
— Bueno, bueno. Aunque el molestarte hace que todo sea más divertido.
— Te doy diez segundos de ventaja, empieza a correr.
Él tomó el cuerno del minotauro y empezó a escapar por su vida. Lástima, me cayó bien por tres segundos.
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