010- It wasn't a yellow card.
❝So take it all (So take it all)
The city's yours (The city's mine)
It's worth fighting for (It's worth fighting for)
It's all mine (It's all mine)
It's all yours
In New York city❞
Se llegó el día del partido. Nea yo no podía estar más nerviosa que nunca.
Había pasado esos tres días saliendo con Richard y hablando más, conociéndonos más y podía decir que ya tenía razones válidas pa caer en esa sonrisa hijueputa.
Pero marica, a mí esa chimbada me daba miedo, es que es muy lindo y todo el man, pero yo pa esas no voy.
O quien quita y si.
Estaba acostada en mi cama viendo una película en Disney cuando alguien toca mi puerta, revisé la hora y ya eran las dos de la tarde, en unas horas empezaba el partido. Bajé de la cama y fui a abrir, encontrándome con Evie algo desesperada.
—¿Y a vos que te pasó marica?—Pregunté dejándola pasar.
Tiró en mi cama sin siquiera contestarme, cosa que me estaba preocupando, luego de minutos habló.
—Es que hay algo que tú no sabes.—Dijo y por fin se acomodó, mirándome.
—¿Que es lo que yo no sé?—Murmuré dubitativa mientras me cruzaba de brazos.
Suspiró profundamente, cerrando sus ojos y quizás intentando tomar valor.
—Marica es que...
—Evie, ¿Vos te estás comiendo a mi hermano?—Pregunté, logrando que abriese de más los ojos.
Ay gonorrea, la pegué.
—Yo iba a contártelo Sienna, pero es que...
—Yo no me lo puedo creer marica.—La miré con una sonrisa.—¡Jueputa yo sabía!
—¿No estás emputada conmigo?—Preguntó y me tiré sobre ella en la cama.
—Ah, ¿Es que tendría que estarlo?—Me apoyé en mis codos para verla.—Dejá la maricada ome Evie, tanto James como vos merecen una segunda oportunidad en esa chimbada del amor.
Su risa inundó el ambiente, sabía que los nervios la estaban volviendo mierda, pero yo jamás la juzgaría por eso, es mi mejor amiga, mi casi hermana.
—¿Y Richard? Los he visto como muy juntos últimamente.—Mencionó al de mechas blancas y una sonrisa se escapó de mis labios, recordé lo que había vivido antes de él y enseguida cambié la cara.
—Muy lindo y todo él, pero yo ni loca me meto con futbolistas.—Murmuré mientras acomodaba mi cabello.
—Quien te viera Sienna, hablando nada de que no te metes con futbolistas y ahí bien que te veo con Richard.—Me hizo sonreír con lo que dijo.—Yo sé que quizás te da miedo mami, pero una tiene que arriesgarse, yo lo hice y terminé enamorándome de una bonita persona.
—Hablamos de mi hermano, Evie, yo sé que es una bonita persona.—Resoplé.—Pero es que Richard...Dios mío, ese man yo no sé que hace, pero cada que sonríe me mueve el malparido piso, marica.
—Y eso que llevan ya días de conocerse, Sienna, tienes que aprender una cosa, cuando uno siente una conexión importante con otra persona que acaba de conocer, es porque está destinado a ser algo real, algo que dure, porque el amor trasciende tiempo, distancia, espacio.—Asentí mientras la miraba.
—Usted se pone filosófica cuando se trata de hablar de amor.—Reí, haciendo que la rizada me pegara.—Vamos a arreglarnos pa el partido, que ahorita nos tenemos que ir.
Evie me pidió que le planchara el cabello así que eso hice, a pesar de que ella tiene un hermoso cabello rizado, se acompleja demasiado cuando se trata de definirlo. Terminé de hacerlo y empezamos a maquillarnos, me puse una falda de cuero y la camiseta que Richard me había regalado con su dorsal, me tomé una foto de espaldas para luego mandársela. Pensé en subirla también, pero no sabía que revuelo podría tener que yo subiese esa foto.
Luego de ello ya era hora de irnos, así que subimos al bus designado con todas las familias. El ambiente estaba chimba, como siempre, íbamos cantando "El ritmo que nos une" la canción de Ryan Castro que tiene a toda Colombia encendida cada que juega la selección. Llegamos al State Farm Stadium, donde se jugaría el partido, nos acomodamos todos en nuestros lugares a la espera del inicio del juego, también logramos ver a los jugadores cuando salieron a calentar. Entre esos estaba Richard, quien me buscó inmediatamente con la mirada, notando que llevaba su camisa.
Por la cara de aguevado que traía suponía que él no había visto el mensaje con la foto donde llevaba su camiseta, así que por eso la reacción. Sonreí emocionada y moví mi mano en forma de saludo, él me sonrió de vuelta pero no pudo mover su mano pues ya lo llamaban del otro lado.
Dios mío, que hijueputas nervios tan gonorreas ome.
Luego de unos minutos de calentamiento, el partido empezó. Evie y yo estábamos agarradas de las manos mientras cantábamos el himno, eso era algo que jamás íbamos a cambiar la gueva esa y yo. Después de ello, tuvimos un casi gol por parte de Lucho, un cabezazo que nos tuvo pariendo.
—¡Nojoda estoy ofendida con ese malparido!—Gritó Evie, haciéndome reír como una boba.
Posterior a ello, Lucho subió por la banda izquierda, dándole un pase a mi hermano que podía servir como gol.
—¡Metelo James!—Grité antes de que disparara al arco, siendo el balón detenido por Sequeira.—¡Jueputa!—Grité al ver el fallo.
La pelota se fue desviada al corner, siendo cobrado por mi hermano, otra posibilidad de gol fallida por parte de Córdoba, quien cabeceó, pero no fue suficiente como para meterla dentro de la portería de Costa Rica. Luego de ello, por fin un tiro de esquina para los Ticos, siendo esta desviada fuera de la portería de Camilo Vargas.
Sobre el minuto 31, Muñoz asistió a Córdoba con un posible gol, siendo este perseguido por un jugador de Costa Rica para quitarle el balón, para después ser tacleado por Sequeira, el guardameta costarricense, cometiendo un error y siendo este posible penal.
—¡Penal gonorrea!—Grité al ver la falta.
El árbitro pitó penalti y todos gritamos de alegría, la felicidad que tenía dentro era pura, porque sabía que iba a ser gol, confiaba en quien sea que fuese a cobrarlo. Lucho se puso frente al imponente arco del guardameta titular de la selección costarricense y también un poco lejos del punto penal, donde estaba el balón. Tomó una leve respiración que nos puso a todos los vellos de punta, el árbitro pitó, indicando que ya se podía cobrar la acción, Lucho pateó, resultando en el primer gol de nuestra amada selección.
—¡Nojoda gol! ¡Gracias Dios!—Gritó Evie abrazándome.
El estadio se llenó de alegría pura, la mancha amarilla moviéndose y saltando, los jugadores celebrando era lo más bonito que podíamos ver.
En el minuto 41, noté que estaban discutiendo por algo, siendo Richard amonestado con la tarjeta amarilla. El enojo subió a mis mejillas, haciéndome ver roja.
—¿Que, que? ¡Ay esta gonorrea disque amarilla! ¿Amarilla?—Grité fuertemente.—¡Malparido hijueputa, soltá a mi hombre pues!
Evie me miró con una ceja arriba y con una sonrisa burlona al escuchar lo que salió de mis labios, tapé inmediatamente mi boca sin importarme si me manchaba de gloss, la había cagado y bien cagada nea, la burla iba a estar chimba.
El primer tiempo finalizaba y los jugadores entraban a los vestidores para descansar y hablar sobre como mantener el ritmo del juego, entre otras cosas. Evie y yo no podíamos vivir sin ser faranduleras, así que nos tomamos una foto y la subimos a instagram.
Me senté un rato, ya que había estado todo el primer tiempo de pie, porque la emoción no me dejaba sentarme ni por el putas. Evie llamó mi atención para preguntarme algo sobre lo que había dicho cuando amonestaron a Richard.
Esa chimbada no era amarilla nea, no.
—Ve, ¿Y es que tú estás loca? Te soyaste apenas le soltaron la amarilla al macho tuyo.—Dijo mientras se reía.
—Oigan a mi tía, disque macho mío.—Me reí, pero sabía que no me daba gracia.—Respetese y respeteme mija.
Ella me miró incrédula y siguió en lo suyo. El segundo tiempo inició, dándonos primeramente un centro de Córdoba a Díaz, quien jugó con el balón sobre el área, teniendo la posibilidad de gol, errandolo.
—¡No me jodas Díaz!—Gritó Evie.
En el minuto 59, como obra de cualquier tipo de magia, al cobrar un tiro de esquina apareció Davinson Sánchez, que con un cabezazo nos regaló la alegría del segundo gol, ni siquiera pude procesarlo muy bien cuando ya Lucho estaba asistiendo a Jhon Córdoba, quien se decidió y metió ese gol con una fuerza impresionante. Su celebración fue increíble, a pesar de que se ganó amarilla por haberse quitado la camiseta. El partido finalizó con muchas alegrías para Colombia, siendo los primeros en la tabla de clasificación a los cuartos de final. Igualmente tendríamos que jugar con Brasil para definir quién pasaría de primero a los cuartos de final, esperando que fuésemos nosotros.
Evie y yo caminábamos fuera del State Farm Stadium para subirnos al bus e irnos al hotel, el ambiente estaba más prendido pues habíamos ganado y estábamos de primeros en la tabla de clasificación. Íbamos cantando nuevamente "El ritmo que nos une", la alegría no cabía porque habíamos ganado y yo sabía que estábamos crecidos por la hijueputa Copa América que los pelados se estaban haciendo. No esperaba por ver a Richard, quería animarlo y felicitarlo por el juego, pues también había jugado super bien, también quería verlo para saber que reacción tendría al verme con su dorsal en mi camiseta.
Tenía miedo de encariñarme demasiado con él, significaba muchas cosas el encariñarme nuevamente conalguien, porque estaba dejando ir una etapa muy dolorosa que me había costado soltar hasta ahora. Quizás no quería sanar porque ese dolor era el único lazo que me mantenía unida a Carrascal, pero ahora que lo estaba dejando ir, sabía que ya era tiempo. No sabía si Richard sentía lo mismo que yo o solamente estaba jodiendome lo más que podía, pero miraba esos ojitos bonitos, detallaba sus hoyuelos, aquellos tatuajes y sentía que lo quería todo.
Me distraje en el teléfono subiendo algunas fotos y aquel tik tok que grabé junto a Richard, donde no salía exactamente él, pero si su mano, la mano donde llevaba sus tatuajes. Sin saber que iba a desatar un pequeño problemita del lado de Richard.
Estaba stalkeando a la tal Sienna, la hermana de James Rodríguez. Noté que la pelada había subido historias pues ella estaba en Estados Unidos, haciéndome pensar mucho en si ir o no a ver lo que resta de los partidos. Richard era mi ex, si, soy Nicole, la suprema.
En el fondo no podía hacer más que sentir celos de esa cercanía que aquella tenía con el que se suponía que siempre sería mi niño, mi futbolista, mi todo. Observé la historia de la pelada, había subido un tik tok con una canción de Enrique Iglesias y Bad Bunny, junto a alguien más.
Pude identificar que esa era la mano de Richard, quien tocaba la cara de esa piroba con tanta devoción, poniéndola nerviosa por la manera en la que ella sonreía, los celos y la impulsividad actuaron por mi, haciendo que le escribiera a Richard para reclamarle por algo que fuera del enojo, sabría que no tenía ya el derecho.
Richi 💘
esa pelada pq sube ese tik tok con vos Richard?
9:30 pm
decime pues
9:30 pm
y vos pq me reclamás por lo que sube o no Sienna?
9:30 pm
q putas Nicole
9:31 pm
pq se me da la hpta gana Richard
9:31 pm
pq esa piroba me da celos, no entendés?
9:32 pm
o me toca explicarle con plastilina nea?
9:33 pm
ud ya no tiene velas en este entierro
9:33 pm
dejá de meterte en mis relaciones Nicole, dejá de meterte ome
9:34 pm
nos vemos en Estados Unidos, está advertido
9:35 pm
La impulsividad estaba hablando por mi, yo jamás le hablaría a Richard así porque no estaría actuando racionalmente. Pero tampoco iba a permitir que cualquier malparida viniera a quitarme lo que siempre fue mío, Richard no va a estar con esa vieja porque yo sé que él no se puede negar ante mi, yo sé que no. Compré vuelos para el próximo lugar donde sería el partido de Colombia vs Brasil y también compré entradas para el juego, Richard me vería muy de cerca, demasiado cerca.
Ella estará loca si cree que voy a dejar que Richard esté con ella a lo sano.
Llegué al hotel con el ceño fruncido por aquella notificación en mi teléfono.
[rsiennar] @_lasupremaaa has started to following you.
Sabía perfectamente los rumores que habían alrededor de ella y de Richard, porque todo el mundo pensaba que eran pareja actualmente, entre esas personas yo; Realmente antes si llegué a pensarlo al leer todas esas teorías y todas aquellas historias, pero ahora no, ahora todo se veía distinto por todo lo que me estaba pasando con él. Ella le había dado like a aquel tik tok donde salía la mano de Richard, haciéndome ladear la cabeza de confusión.
Evie lo notó, llamando mi atención.
—¿Que pasó mi mor?—Preguntó Evie tomándome del brazos.
—Pille pues.—Le mostré la notificación desde instagram en mi teléfono.
Sus ojos se abrieron excesivamente para luego mirarme nuevamente con esa cara de aguevada que casi siempre tiene cuando algo impresionante pasa. Marica, la verdad es que desde que estamos aquí, nos ha pasado de todo con mi hermano, Richard y Carrascal.
¿Ahora con Nicole?
No parce, sería yo un hijueputa bulto de sal.
—Sin palabras Sienna, jurao.—Murmuró sorprendida.
—Pues yo espero que Richard me diga algo sobre esa mierda, si no, no sé.—Respondí ante su reacción.
—¿Que va a decirte él? No son nada, no puedes reclamarle.
—Pues marica no sé, pero yo no me quedo con esa duda.—Subimos al ascensor para ir a la sala donde siempre esperábamos a los jugadores después del partido.
Quizás haber subido ese tik tok no fue buena idea, aún así, no me arrepiento de ni chimba. Si grabarlo fue parchado, ahora que subirlo no lo sea.
Al llegar nos sentamos en los puff de la sala a ver el teléfono mientras llegaban, Evie y yo cruzábamos una que otra palabra e incluso conversamos con Gera Ponce, la esposa de Luis Díaz, jugué también con sus hijos. Luego de ello hablamos con la esposa de Daniel y con nuestros ahijados, hasta que finalmente llegaron todos.
Saludé primero a mi hermano, abrazándolo fuertemente, era un poquito claro que tenía que estar empinada porque soy una hijueputa enana.
Todavía no tengo ni idea de como me convertí en un ángel de Victoria Secret, de buena.
—Estoy orgullosa de vos.—Murmuré en su oído, sacándole una sonrisa.
—Te amo, sis.—Dijo mientras seguía abrazándome.—Gracias por estar aquí.
Asentí con una sonrisa para luego saludar a Daniel y a Jorge al mismo tiempo, porque quería darme mi tiempo con Richard, quien saludaba a su familia. Hablé un rato con ellos cuando noté que ya el moreno estaba libre, me acerqué.
Caminé lentamente pues él estaba de espaldas y lo abracé por detrás, sacándole una sonrisa.
Esa hijueputa sonrisa nea, no, así no se puede.
Se dió la vuelta y se agachó un poco para quedar más acordé a mi altura y me dió un beso en la mejilla, logrando sonrojarme al instante. Coloqué mis manos en sus hombros para apoyarme y responderle también con un beso en la mejilla.
—El amonestado del partido.—Murmuré con una sonrisa burlona.
—No jodás con eso, Sienna Isabel.—Dijo imitando mi sonrisa burlona.
Sus manos se fueron a mi cintura y empezamos a movernos de lado a lado mientras nos reíamos, su risa era hermosa y sus ojos reflejaban felicidad por haber ganado el partido. Sentía esa electricidad y conexión que no recordaba haber sentido antes con él, ahora era distinto, muy distinto.
—Jugó muy bien Richi.—Dije con una sonrisa y desordené su cabello.
—Gracias princesita.—Respondió pegándome más a él.
¿Así se sentía el catre hijueputa amor?
Sus ojos conectaron con los míos y quizás estábamos pensando lo mismo, pero no podíamos hacerlo, al menos no ahora. Sabíamos que podíamos hacerlo si sentíamos las ganas, pero no, realmente no, aún no.
Sus ojos se fueron al pequeño número seis que llevaba mi camiseta justo en el pecho y sonrió, sus ojos iluminandose cuando volvió a verme me decían muchas cosas.
—Ese número le queda divino Sienna.—Dijo sin soltarme.
Sentía la mirada de todo el mundo sobre nosotros, pero no podía importarme menos, ahora éramos él y yo, yo y él.
Bueno y James con Evie que se estaban metiendo mano por allá creyendo que uno no los había visto. Que hijueputa risa.
—Todo lo que usted me dé me queda divino, yo lo sé.—Respondí riéndome.
—Vos sabés lo que tenés, sabés que eres linda, ¿Y sabés que? No te comparás a ninguna.—Se inclinó más, haciéndome sentir nerviosa.
Asentí, sintiendo esa picazón en los labios que tenía desde que había empezado a hablar con él. Yo no era ninguna boba, sabía que tenía una hijueputas ganas de besarlo, pero también sabía que probablemente no fuese lo correcto.
Y se supone que a mí enamorarme me daba miedo, mirenme pues. Nos separamos un poquito más, porque estábamos demasiado pegados, casi como si nos fuésemos a besar. Nos sentamos en un sillón mientras seguíamos viéndonos como unos cacorros hijueputas que no sabían cómo decirse lo que estaban sintiendo.
Yo no sabía describir lo que estaba sintiendo. Cada que me sonreía me ponía entre boba y tonta, cada que me miraba las piernas se me hacían de gelatina y aún así me daba mucho hijueputa miedo aceptar que estaba sintiendo cosas por él, porque no quería que me hicieran daño, no quería volver a llorar por lo que pudo haber sido y no fue, sobre todo, no quería sentir ese miedo otra vez.
Que hijueputa dilema ome.
Author's Note 💕
Otro de los capítulos más largos que he escrito.
A partir de este quizás sufran un poquito con la presencia de nuestra preciosa Nicole, no le vayan a echar mucho hate a la niña, que todos sabemos que en la vida real ella no es así, es una niña que vibra muy bonito.
Gracias por las 1k vistas en este bonito libro, que dicen? Maratón o que?
Besitos.
-With love, Danna Kim 💗
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