𝟎𝟎𝟓
Lynette
—Este es el campamento media sangre.
—¿Media sangre? —preguntó Percy.
—De seguro lo sabes, mitad dios, mitad mortal.
El lugar era genial, había muchas personas con espadas y algunas con arcos, algunas me miraban fijamente causando que les regalara una sonrisa haciendo que estos sonrieran más.
—Oigan, cuidado con esas flechas —les reclamó Grover a los arqueros al ver como estos por mirarnos o más bien mirarme, soltaron su flechas sin ver que casi atraviesan a Percy y a él. —Tenemos nuevos aquí, ¿no ven?
—Tengan más cuidado —dije calmada y dulce haciendo que estos asintieran sonrojados.
—Ly, deja de ser tan linda, los distraes —exclamó Grover tomándome de los hombros y colocándome entre él y Pers quien me abrazó posesivamente mientras Grover les decía a los chicos que los estaría vigilando.
Ambos chicos me sacaron una pequeña risa.
—¿Recuerdas los mitos de las diosas y dioses griegos?, pues que crees, no son mitos.
Al escuchar eso mis ojos se iluminaron.
—Sí, Ly, existen —me dijo haciéndome saltar de felicidad.
—¿Recuerdas lo que dijo sobre que vienen a la tierra, se divierten con mortales y luego tienen hijos?
—No es cierto —expresó Percy.
—Si lo es —dijo —, sí, son unos semidioses. Dos puntos para Ly y Percy. Pero descuiden, no están solos, hay cientos en el mundo, algunos viven vidas normales y otros, cuyos nombres no mencionaré, son muy famosos. Estoy hablando de la casa blanca. En este campamento aprenderán a dominar sus poderes.
La conversación salió de mi radar cuando mi mirada se centró en una rubia que me miraba desde la otra esquina con su boca ligeramente abierta y una espada en la mano, sin poder evitarlo mi lado divertido salió a flote y no hice más que guiñarle el ojo y regalarle una sonrisa que hizo que se pusiera como un tomate.
—Aquí harán casi todo su entrenamiento —dijo Grover.
A lo lejos una castaña se pavoneaba de ser la mejor, peleaba con algunos otros de manera muy ruda, cuando vio a Percy no pudo evitar reírse y seguir en batallas.
¿Quién se cree para reírse de Percy? Solo su madre y yo podíamos reírnos de él.
—Ella es Clarisse, es hija de Ares, es un poco salvaje y ruda —nos comentó Grover al ver como miraba a la chica.
Grover nos llevó por los árboles y llegamos a un río donde nos encontramos con el señor Bruner, quien resultó ser un centauro y también resultó que su verdadero nombre era Quirón. Quirón nos llevó hacia una cabaña.
—Grover, Grover —llamaron unas chicas al moreno.
—Uh, las hijas de afrodita —exclamó mirándolas —, me iré con tus hermanas, estoy seguro de que eres hija de Afrodita, tanta belleza solamente puede significar eso —dijo mirándome antes de despedirse e irse.
—¿Qué es este lugar? —preguntó Percy mientras entrelazaba nuestras manos.
—Bienvenidos a casa. —El centauro miró a mi amigo y puso su mano sobre su hombro —, tu padre construyó esto para ti.
—Wow —dijo Pers una vez que entramos al lugar —, ¿realmente todo es mío?
Percy tomó en sus manos un tridente y no pude estar más feliz al ver que todas mis suposiciones eran ciertas.
—Tiene buen peso —comentó el castaño.
Percy miró fijamente el objeto para luego decir.
—Mi padre es Poseidón.
—¡Sí! —grité de alegría acercándome a abrazarlo —, lo sabía, ya decía yo que debías ser como un pez para estar tanto tiempo en el agua.
Ambos hombres rieron haciéndome sonrojar por mi arrebato.
—Dios de los mares —comentó Quirón.
—¿Por qué nadie me lo mencionó? —preguntó.
Lo miré incrédula.
—Bueno, alguien más que no sea Ly —agregó al ver mi expresión.
—Fue por tu seguridad —explicó el hombre —, es muy raro que nazca un niño de uno de los tres grandes. Eres muy poderoso, una amenaza.
—¿Una amenaza? —dijimos Pers y yo al unísono.
—¿A quién amenazo?
—A los hermanos de Poseidón: Zeus y Hades —respondió.
Los amaba, pero si ellos le hacían algo a mi Pers me encargaría de que hasta en el mismo tártaro se temblara al escuchar mi nombre.
—Por eso tu madre se casó con tu padrastro, su repugnante olor tapaba el olor de tu sangre, y te ocultaba de todo y de todos los que enviaban para asesinarte.
—¿Soportó a ese animal para protegerme?
Tomé la mano del de ojos azules como apoyo.
—¿Por qué no me lo dijo? —preguntó —. Ella sacrificó mucho por mí. Ya no está.
Perseus caminó hacía estar frente al lago.
—¿Qué estoy haciendo aquí?
—Estás aquí porque corres peligro, todos creen que tú robaste el rayo —respondió el señor Bruner.
—Yo no robé nada.
—Ese rayo es el arma más poderosa jamás creada, si no es devuelto antes del solsticio de verano en diez días habrá una guerra.
—Así que eso es a lo que se referían —susurré, pero fui escuchada.
—¿De qué hablas? —me cuestionó el de ojos azules.
—Tuve un sueño donde dos hombres peleaban y uno le decía al otro eso, que si su hijo no devolvía lo que le había robado hasta el solsticio de verano habría guerra y una mujer no estaría involucrada.
—¿Sabe que? Ese es su problema, no el mío. Su mundo es el que está en peligro —le dijo Pers a Quirón.
—Todos los mundos están en peligro. En el olimpo se elegirán bandos, la tierra será un campo de batalla: Erupciones de volcanes, terremotos, incendios, el fin de la vida como la conocemos.
—¿Qué se puede hacer?
—Quiero llevarte al olimpo, convence a Zeus de tu inocencia. Alguien te está usando para causar una guerra.
—Pues, ¿qué hacemos aquí? Vamos ahora —comentó Percy tomando mi mano listo para emprender rumbo al olimpo.
—Tu valor es admirable, Percy, pero pasando esa entrada estarás en peligro en todo momento. La furia y el minotauro solo fueron el comienzo, primero debes entrenar.
—Bueno, muy linda charla y todo, pero ¿yo que pinto aquí? —pregunté.
—Es cierto —me apoyó Percy.
—Eres una semidiosa, claro está —respondió Quirón —, pero no sé quién es tu padre o madre, tu madre vino hasta el campamento y cuando salí a recibirla no quiso decirme nada, dijo que no diría nada hasta que fueras reclamada.
—Entonces, ¿cómo sabré de quién soy hija? —pregunté —. Pers siempre supo que Gabe no era su padre, pero yo siempre he tenido a mi mamá y a mi papá.
—Eso lo sabremos en cuanto te reclamen, pequeña.
—Apoyo a Grover en esto —comentó Percy de la nada —, debes ser hija de Afrodita.
—Si es así, lo averiguaremos en algún momento, ahora solo deben de entrenar.
¡Hola, mis corazones! Quería agradecerles por el apoyo que le han dado a la historia, hemos llegado a 1.1k de vistas, muchas gracias por votar en cada capítulo. Espero que les esté gustando la historia.
Con amor,
Ivy.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro