Lynette

—¡Por mi tío Zeus! —grité mientras me sostenía del asiento del auto.

Estas señoras estaban locas.

Percy quedó en medio del auto separado, así que tuve que jalarlo al asiento junto a Tyson y a mí.

Las tres mujeres no paraban de pelear.

—¡DEJEN DE DISCUTIR Y TRATEN DE QUE NO TERMINEMOS MUERTOS O LES JURO QUE LOS DIOSES NO TENDRÁN PIEDAD CON USTEDES! —grité entre furiosa y asustada.

—Sí, mi señora —respondieron las tres para que al fin la mujer tomara el volante con mayor cautela.

De alguna manera las mujeres perdieron su ojo y Percy logró que ellas dijeran algo sobre las profecías.

—30-31-75 y 12 —dijeron las mujeres en dirección a Percy.

Aunque no entendió que dijeron, las mujeres me miraron a mí y hablaron.

—Sangre y beso.

Finalmente, las mujeres obtuvieron su ojos y pudimos llegar a salvo a un lugar que no correspondía solo porque la rubia anuncio que no teníamos dracmas suficientes.

Ahora estábamos en una cafetería mientras sacábamos más dinero.

—Ya no creo que sea bueno que estemos peleadas —me dijo la rubia mientras Gro caminaba más despacio para que lo dejemos un poco atrás y poder hablar —. Me sobrepasé y te traté mal olvidando que eres una diosa, sé que Thalia es todo para mí, pero aun así no debí de intentar lastimar a los demás, lo siento.

—Está bien, Annie, te perdono, todos nos equivocamos, pero vuelve a hacerlo y ese ojo de cíclope volverá a tu rostro —exclamé señalando sus ahora ojos normales.

La rubia rió y me abrazó fuertemente, cosa que no rechacé.

—¡Suéltame! —escuché el grito de Gro y rápidamente giré para ver que ocurría.

—¡Grover! —gritamos Annie y yo para ir a atacar al maldito de Chris y sus secuaces.

Uno de ellos lanzó un dardo con algo hacia mí, pero pude esquivarlo. Un rayo de luz iluminó todo, pero a pesar de que eso aturdió a los demás, no fue suficiente para que uno de ellos lograra su cometido y disparar el dardo a mi cuello.

No sé que tenía eso, pero todo comenzó a moverse.

—¡Grover! —grité antes de sentir como mis piernas flaqueaban.

—Todo estará bien, no dejaré que nada te pase —escuché y vi a mi hermano formando un raro campo en la que ahora veía como una habitación oscura.

La figura de mi hermano se distorsionó y caí en la inconsciencia.

Percy

Tenía a Ly entre mis brazos, Grover había sido secuestrado y mi chica no despertaba. Lynette no dejaba de removerse y decir palabras raras en griego, Annabeth dijo que podía ser que ella estuviera batallando con lo que suponemos que es veneno. La rubia afirmó que Lynette podría eliminar eso de su sistema e incluso lograría volverse inmune a ese veneno, solo teníamos que darle tiempo y cuidar de ella mientras estuviera inconsciente.

—¿La princesa estará bien? —preguntó Tyson jugando con los dedos de Ly.

—Sí, Tyson, ella es fuerte—respondí sin dejar de caminar hacia donde Annabeth nos conducía.

Al ver el lugar no pude estar más que confundido.

—¿Qué nos vamos a mandar por correo al mar de los monstruos?

—¿Quieres hallar a Luke? Su papá sabe donde está —habló la rubia —, pero perderá la cabeza cuando vea a Ly de ese modo.

Entramos y el hombre en la caja registradora casi hecha a la señora que atendía al ver a Ly.

Ese debía ser Hermes.

—¿Qué le sucedió? ¿Qué le hiciste, cabeza de pez? —espetó el hombre contra mí mientras tiraba todo, dejando un espacio libre para recostar a Lynette, cosa que hizo él mismo al arrebatarla de mis brazos.

Una alarma sonó y al parecer el sabía lo que significaba porque se acercó a ver que ocurría.

—Vamos, pequeña reina, tu hermano ya no puede seguir cubriendo tu sistema, debes terminar ahora —le susurró al oído sin dejar de acariciar su cabello.

El dios dio media vuelta y buscando desesperadamente en sus cosas, sacó un frasco con un líquido ambarino.

—¿Qué es eso? —pregunté impidiendo que se lo diera.

—No lastimaría nunca a mi sobrina, niño pez, así que muévete y déjame darle la ambrosía.

Me aparté y dejé que el hombre siguiera con su acción. Luego de unos minutos esperando, Lynette se levantó dando una gran bocanada de aire.

—¡GROVER! —gritó.

Su tío la tomó entre sus brazos y ella al verlo se aferró a él.

—Se lo llevaron, tío Her —dijo casi entre sollozos —. Tus hijos se lo han llevado.

—Lo arreglaremos, cariño, pero deja de derramar esas lágrimas por tu linda carita —le habló dulcemente limpiando las lágrimas del rostro de mi novia.

Lynette asintió y rápidamente me acerqué a ella para ayudarla a bajar del mostrador donde antes estaba recostada.

Caminamos junto al hombre quien rápidamente cambio de ropa y hablaba de su empresa.

Las serpientes que tenía en su bastón comenzaron a hablar atacando al dios, mi chica miraba con un gran gusto a los animales. A Lynette siempre le han gustado las serpientes, ella decía que eran animales que representaban la sensualidad y la persuasión junto a un espíritu salvaje de una manera increíble, Ly decía que eran muy parecidas a ella, desde ese momento la serpiente se volvió su animal predilecto.

Al parecer estos animales también habían elegido a quien adorar, Ly había mostrado más de una vez tener a las serpientes bajo su control. Su látigo podía cobrar vida y ser una real como lo demostró en el inframundo, también pudo domar a la gran serpiente en el museo y ahora esas dos parlanchinas serpientes se deslizaban hasta rodear las muñecas de mi chica e iniciar a decirle un millón de alagos.

—Son hermosas —dijo la castaña acariciando las cabezas de los animales.

Estos sisearon alegremente mientras se restregaban en la caricia de la diosa.

—Será mejor que ayuden a buscar a Luke, la linda diosa necesita saber donde se encuentra mi hijo.

Las serpientes se fueron y Hermes le ofreció a Ly su brazo para que caminar junto a él mientras hablaba. El hombre comenzó a darnos regalos sin dejar de sostener a su sobrina.

—¿Encontraron a Luke? —preguntó el dios al ver llegar a las serpientes.

—Luke está en un Yate, la Desterrada, pasa por la playa de Yesafiyeh en este momento.

—Muchas gracias —dije.

Antes de irme, el dios nos detuvo a mi chica y a mí.

—Si ven a Luke explíquenle que los padres a veces cometemos equivocaciones, tiene todo el derecho de estar enojado conmigo, pero dile que no se enoje con el mundo. La familia es lo único que tenemos y no se abandona.

El hombre miró a Ly.

—Sé que eres capaz de ver mucho más lejos de su coraza, recuerda que el amor vence a cualquier cosa. 

Nos marchamos rumbo a la playa. 

Al llegar el atardecer pintaba de hermosos colores el cielo y Lynette junto a Tyson jugaban a deletrear todos los colores que vieran a su alrededor y en el cielo.

—Ahí están —señalé el barco a lo lejos.

—¿Qué hacemos? ¿Nadamos?

—Pero es agua, papá ayudará —dijo mi hermano bajando al mar.

—Es un gran intento, hermano, pero no te molestes cuando... —no pude terminar al ver como un hipocampo aparecía.

La mano de Lynette tomó la mía.

—Él te ama, Percy, no sientas que es todo lo contrario. Puedo asegurarte que el tío Posy te adora, no para de hablar de lo genial que es su hijo.

Mi novia dejó un beso en mi mejilla y bajamos sin soltarnos, ella era el mejor apoyo que puedo tener.

Al llegar el animal no dejó de restregarse en mí y en Ly.

—Eres la cosa más hermosa —habló Ly acariciando al feliz animal.

—¿Qué no vienen? —nos preguntó Annabeth.

Sonreímos y subimos en el hipocampo.

Iremos por ti, Grover.

¡Hola, mis corazones! En este capítulo pudimos ver a tres dioses ayudando a Ly: Apolo con su rayo de luz, Eros con su campo protector y a Hermes al momento de ayudarla en la inconsciencia. Ly y Tyson son muy tiernos, espero que le haya gustado el cap.

Con amor,

Ivy.