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12

Lisa ya había llegado a la ubicación del meg. Estaba en una lancha como las que usa la policía, pero de su propia empresa, se había cambiado de vehículo para asegurarse de que el meg muera.

Aproximándonos al objetivo —informó el novato desde el helicóptero— Le avisaré cuando lo vea.

—De acuerdo —Lisa revisó la tablet con las coordenadas del meg dentro del radar.

Le extendió la tablet a Yoongi que también había bajado con ella para no perderse el espectáculo.

—Quiero dejarlo completamente claro —les llamó a sus tres trabajadores— No nos acercaremos a ese monstruo, hasta que el helicóptero lo destruya.

—Si señorita —asintieron los tres chicos.

Objetivo a la vista —informó el novato.

—Bien, detengan el bote —ordenó observando al helicóptero rodear un punto fijo.

Liberando explosivos —el novato soltó dos paquetes grandes de detonantes.

Tomó rápido unos binoculares y solo vio lo increíble que se veían las bombas detonando.

Yoongi río encantado con la vista. Amaba tanto ver explosiones así.

Lo matamos señorita —comentó observando el cuerpo descuartizado y flotando del animal.

Pero para Lisa no era suficiente.

—Otra carga.

Señorita, no hay posibilidad de-

—¡Otra carga! —demandó.

Y sin más lanzaron otra carga salpicando un poco al helicóptero de restos del animal.

El objetivo está muerto. Repito objetivo destruido —la voz del novato tembló de asco.

—¿Estás completamente seguro que no me va a devorar un maldito pez prehistórico?

Afirmativo señorita... Trozos de él están en todas partes —sintió que vomitaría. El pobre chico estaba bañando de grasa y sangre del animal— Literalmente en todas partes.

—Perfecto —sonrió a su equipo— Acerquen el bote.

Lo primero que vieron al llegar al cuerpo del animal descuartizado fueron todos sus sesos regados y parte de su abdomen.

Uno de los compañeros de Lisa vómito.

—Muy bien Min, ve a traerme uno de sus dientes. Quiero impresionar a una chica y a unos nuevos amigos que hice —sonrió de solo pensar en la pelirroja.

—¿Yo también puedo quedarme con dos? Es que uno lo quiero para un collar y otro para mi escritorio.

—Adelante amigo.

Yoongi saltó del bote a la parte del cuerpo no mutilado caminando para tomar su recuerdito.

—Que locura —Hoseok casi vuelve a vomitar al ver a tiburones más pequeños devorando carne del más grande— ¿Estás viendo esto?

—Que asquerosidad —corrigió Lisa.

Curiosamente los tiburones pequeños se sumergieron muy rápido, como si estuvieran huyendo de algo por miedo.

Lisa se extrañó por aquello. De lo poco que sabía, eso solo ocurría cuando detectaban peligro.

—Que extraño... —se asomó para ver a dónde se fueron.

Los chicos se sobresaltaron cuando Yoongi regresó con ellos de un salto muy nervioso.

—¡Mierda Min! No hagas eso —Lisa llevó una mano a su corazón del susto— ¿Qué te pasa?

—Esa cosa no tiene dientes —dijo asustado.

—¿Qué

—Matamos a una ballena.

La tailandesa quedó en silencio pensando en el por qué los tiburones pequeños huyeron así.

—Está de bajo de nosotros... —murmuró viendo a su equipo— ¡Sáquenos de aquí! —le gritó a quien que se encargaba de conducir el bote.

Jin no dudó en arrancar.

Lástima que no se dieron cuenta que el movimiento tan brusco de la lancha tiró a Lisa fuera del vehículo.

—¡¿Es una puta broma?! —les gritó— ¡Vuelvan idiotas!

Gruñó al verlos alejarse, pero se tensó en cuanto vislumbró la aleta de megalodón acercarse.

Nadó hacia el cuerpo de la ballena y se subió esperando a que el helicóptero la viera.

Las luces por suerte la iluminaron y el novato iba a pasarle la cuerda, pero se detuvo en cuanto vio al megalodón a nada de donde estaba su jefa.

—Mierda... —murmuró Lisa cerrando sus ojos después de ver cómo el megalodón abría su mandíbula exactamente dónde estaba ella.

[🦈]

La mañana llegó, era como las siete en punto y Jennie estaba preocupada por Roseanne. La rescatista había salido en la noche como por la una de la mañana, según ella para asegurar la zona.

Estaba pensando en ella y lo horrible que se sentía por no tenerla a sus lado. Necesitaba aunque sea un abrazo para calmarse y durante el tiempo juntas la rubia la había consolado y brindado un calor muy especial que ni siquiera llegó a sentir con su esposo.

De vuelta con el equipo de la central, todos terminaba de recoger sus cosas más importantes de sus puestos para evacuar como todos los demás lo hacían.

Chanyeol estaba haciendo una llamada al gobierno Chino para confirmar como iba la operación, ya que sospechaba mucho sobre lo que Lisa les dijo.

—Si... Lo entiendo, sí. Gracias —colgó molesto la llamada para después arrojar con furia los papeles.

Sus compañeros voltearon a verlo con sorpresa y confusión.

—Tranquilo amigo ¿Estás bien? —Mina le preguntó a su frustrado amigo.

—Lisa no llamó a nadie —gruñó.

—¿Qué? —Jisoo lo miró confundida.

—No llamó ni a los australianos, ni a los chinos. ¡A NADIE maldita sea!

Nayeon que ya se encontraba bien y podía volver a moverse los acompañaba dejó de entretener a la pequeña Somi para mirar a su mejor amigo.

—¿En qué estaba pensando? —murmuró molesta.

—Te apuesto a que quiso desaparecer esto de forma discreta. Ya sabes, mientras más daños, más perdida de dinero —apretó sus puños— Asquerosa mujer, solo piensa en el dinero.

Jisoo no podía creerlo. Realmente confiaba en que ella era una buena persona y podían ser algo.

—Nayeon, necesito que-

—Avise al gobierno que el meg está suelto —terminó su frase— Lo tengo.

—Jisoo ¿Puedes rastrear al meg?

La pelinegra iba a asentir, pero Mina se adelantó angustiada.

—Espera, ¿Por qué estás preguntando? No me gusta que le estés preguntando por rastrear a esa cosa —lo que menos quería era volver al agua para enfrentarse al meg después de lo vivido.

Ignoraron a Mina y continuaron hablando sobre la situación.

—¿Quieres que hackee el sistema de rastreo satelital de Lisa? —preguntó en un tono apagado.

Chanyeol asintió.

—Está bien —suspiró caminando hacia su ordenador.

—¿Y qué piensan hacer? —preguntó Jennie abrazando a su hija— Roseanne aún no ha vuelto.

—Pensemos como Roseanne ¿Ella que haría?

—Usar el rastreador y lanzarse a matarlo no va con nosotros —comentó Nayeon— Ella es impulsiva pero ágil y fuerte, podría hacerlo, pero nosotros solo somos nerds.

Todos asintieron en total acuerdo. Nadie se atrevería a hacer las cosas que Roseanne hace.

—Entonces planeamos otra cosa, porque si no hacemos algo, muchas personas morirán.

—¿Planeando sin mí? —Roseanne llegó al lugar manchada de un poco de sangre y algo mojada.

Todos voltearon a verla asombrados por su horrible aspecto.

—¿Qué te pasó? —Nayeon iba a examinarla, pero alguien se le adelantó.

—¡Santo cielo Roseanne! ¿Estás bien? —Jennie prácticamente voló por ir a su lado para ganarle a Nayeon.

Tomó del rostro a la rescatista escaneando algún signo de herida sin importarle su suciedad y su aroma.

—¿Y por qué apestas a grasa de ballena? —murmuró su ex con burla.

—Un chico me llamó del número de la empresa Manoban para ayudarles a localizar a su jefa. Al parecer el meg devoró a Lisa- —un fuerte ruido interrumpió su explicación.

A Jisoo se le había caído su taza de café por la noticia.

—Se lo merece por lo que hizo —gruñó Chan— Las personas que solo piensan en dinero nunca tienen suerte cuando se trata de sobrevivir.

Roseanne frunció el ceño.

—No digas eso, ella era una buena persona. Lo hizo porque no quería exponerlos al peligro —la defendió.

—¿Cómo estás segura de ello? Es obvio que no hay nada más importante para ella.

—Estás siendo injusto con Lisa, Chanyeol. Hablé con ella y me dijo que le prometiera que si algo pasaba le informara a Jisoo que la perdonara por mentirle y no cumplir con su palabra.

—Nunca voy a perdonarla por eso —murmuró Jisoo dolida.

—Le dije lo mismo, así que por eso tienes que salir maldita cobarde. No por nada me sumergí entre agua, sangre y sesos de ballena para salvar tu asqueroso trasero —habló fuerte en dirección de la puerta.

La tailandesa camino avergonzada hacia ellos, hasta llegar frente a la pelirroja.

Jisoo llevó sus manos a su boca incapaz de controlar sus lágrimas por el estado de la chica, estaba mucho peor que Roseanne.

—Lo siento... Yo-

Jisoo la abofeteó bruscamente.

—¡Maldita sea Manoban! ¡¿No pensaste en los riesgos?! ¡¿No pensaste en ti?!

Lisa no dijo nada, ni siquiera alzó la mirada.

—¡Responde!, ¡Di algo!

—No pude... En lo único que pensaba era en ti... Y en cómo mantenerte a salvo.

—¿Mmm?

—Lo hice porque no quería que muriera más gente. Después de ver cómo el meg casi te devora dos veces, supe que no te quería exponer al peligro.

—¡No vuelvas a hacer una estupidez así! —sollozó— Al menos avísame o di la verdad. No sabes las ideas que pasaron por mi mente.

—Lo siento mucho, en serio creí que podría lograrlo sin implicarlos.

Jisoo volvió a abofeteada con fuerza.

—¿Y eso por qué? —sobó su adolorido rostro.

—Lo siento, fue un impulso. Te hubiera besado pero apestas y tienes sangre de ballena.

Lisa suspiró y asintió. Luego terminó de explicar con totalidad que era lo que quería hacer, luego de varias disculpas con todos.

—No es por nada, pero deben irse a bañar. En verdad apestan —Mina cubrió su nariz incapaz de soportar su olor por más tiempo.

—Concuerdo con Mina —habló Chan— Luego terminan de contarnos su nuevo plan, por ahora es importante que se cambien.

—Bien. Nos vemos en el bote de evacuación. Dile al personal que no cerraremos el lugar y que todos vuelvan a sus puestos, porque la revancha está comenzando —avisó Roseanne antes de salir dejando un rastro de huellitas de sangre y grasa.

Jennie sonrió enamorada. Le encantaba tanto la actitud fuerte y valiente de la rescatista.

Al igual que sus amigos, ellos también estaban felices de que Roseanne retomara sus principios y sus prioridades.

Estaba decidida, no volvería a quedarse sin hacer nada.

¿Y saben quién tampoco se iba a quedar sin hacer nada? Jennie, ella iba a dejar que sus instintos actuaran.

[🦈]

Estaba terminando de secar su cabello cuando tocaron la puerta de su habitación.

Abrió la puerta y lo primero que vio fue a una nerviosa Jennie.

—¿Me tardé mucho y Chanyeol mandó a llamarme? —la miró confundida.

La castaña negó.

—¿Entonces?

No hubo respuesta, simplemente los labios de Jennie se estamparon con suavidad sobre los suyos. Roseanne no dudó en corresponder gustosa el beso.

—¿Y eso por qué? —apenas se separaron para poder respirar ronroneó encantada.

—Creo que es obvio, ¿No?

—No lo sé. Tengo dos teorías, una es que te gustó y me tienes ganas. La otra es que solo me estás usando de despecho y consuelo.

Jennie negó ante lo segundo.

—Vete por la primera. De hecho creo que no solo me gustas.

La rescatista sonrió con aquello.

—¿A caso te estás declarando Jennie?

—Así es. Me estoy arriesgando, por favor si vas a rechazarme que sea ahora.

Las manos traviesas de Roseanne se adentraron por debajo de la camisa de castaña. Podría controlar tal vez sus ganas de hacerla gemir, pero no sus ganas de tocarla cada que tenía oportunidad.

—Lastima, no pensaba rechazarte —ronroneó acariciando su espalda y jugando con el broche de su sostén.

Jennie sonrió. Ella también podía jugar al juego de toques y caricias.

Sin permiso su mano se coló por debajo de su playera y acarició de una forma tan lenta y sensual el abdomen de Roseanne que la rubia sentía que ya estaba mojada por esa acción tan simple.

—¿No sería mejor una cita? —se puso nerviosa— Ya sabes conocernos y después si funciona, intentar algo.

No quería que su apetito sexual por dejar a Jennie en silla de ruedas durante unos días saliera en un momento tan crucial como lo era vencer al meg.

—Podemos conocer nuestros cuerpos y después a nosotras —sugirió dejando a Roseanne encantada con la idea.

—Me gusta como suena eso, ¿Te parece bien, si después de derrotar al meg nos escapamos? —intentó controlar las ganas de saltarle ahí mismo y que todas escucharán sus gritos, pero vio como Jennie la miraba con seriedad— ¿Tienes algo mejor?

—Sí. Ya no hables y mejor bésame —juntó sus labios nuevamente con más intensidad.

Ambas caminaron a pasos torpes hasta caer sobre la cama de Roseanne. La rubia estaba encima de Jennie dejando besos húmedos sobre su cuello y clavículas.

—¿No íbamos a matar primero al meg? —preguntó entre jadeos sobre su piel.

—Tenemos 15 minutos, ¿Es suficiente para unos besos y caricias?

—Mmm, no realmente. Necesito horas para disfrutar de ti a mi antojo, pero supongo que puedo hacer una excepción por la situación.

Jennie sonrió y dejó salir varios suspiros cuando las manos de Roseanne comenzaron a bajar sobre camisa a punto de desabrochar los botones.

—¿Roseanne, has visto a mi mami? —tocaron la puerta desde afuera.

Ambas se detuvieron al reconocer esa vocecilla tan adorable buscando a su mamá.

La rubia suspiró rendida. Estaba muy cerca de poder intimar con esa hermosa y sexy castaña.

Se levantó para ir a abrir la puerta dejando sola a Jennie recuperándose de la excitación y agitación del momento.

Apenas abrió Somi la abrazó.

—Ya no apestas —río la niña.

—Qué bueno. Realmente era asqueroso —habló otra voz.

Enfrente estaba Nayeon con una sonrisa divertida.

—Estamos buscando a Jennie para comenzar con tu plan de seducción con ella para que puedas salir con ella.

Roseanne sonrió con orgullo en cuanto la castaña se posó a su lado abrazándola por el costado algo posesiva.

—Creo que ya no hace falta —río por las caras de sorpresa que tenían Somi e Nayeon.

La castaña tenía un par de chupetones y sus labios tan rojizos como los de Roseanne.

—Creo que tendrás nueva mamá en unos días mocosa —le susurró a la niña sin dejar de ver cómo Roseanne y Jennie se daban besos esquimales.

—¡Sí! —Somi corrió a interrumpir el momento de su madre y Roseanne para abrazarlas.

Nayeon sonrió con la escena. Su mejor amiga y ex por fin podía ser feliz con esta gran oportunidad que se les presentaba.

—Voy a contarle a Chan y a Mina que casi te tiras a Jennie —canturreó.

Pero Roseanne no le hizo mucho caso por centrarse en la castaña y su hija. Hasta que procesó lo que dijo.

—¡Vuelve aquí maldita Im! —gruñó sabiendo que si hacía eso, sufriría bullying de por vida.

Pero Nayeon ya había salido corriendo.

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