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✯𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 2✯

✯ 𝐂𝐥𝐚𝐫𝐢𝐜𝐞 𝐓𝐨𝐦𝐩𝐬𝐨𝐧 ✯

Llevo del brazo a Asher después de que haya tenido un pequeño conflicto con el chico nuevo que mí padre tiene como paciente, mí padre es terapeuta y yo soy su asistente a veces cuando la señorita Stuarts no llega con los tiempos ya que tiene a su pequeño hijo, a todo esto, estábamos llegando tarde a la fiesta de Kian y Kamari, son hermanos gemelos y nuestros mejores amigos.

Nos subimos a la moto de Asher y a mí padre eso le encanta, que se note mí sarcasmo por favor, no es cierto jamás me deja subir a una moto, pero como yo tengo veintidós puedo hacerlo ¿Verdad? Obviamente que Asher tiene dos cascos y me lo pongo, me agarro siempre de él. Pero si mi padre se entera de que estoy ahorrando para comprarme una moto, le va a dar un ataque. 

Estamos yendo a la fiesta de los gemelos, así que al llegar él estacionó la moto y entramos agarrados de la mano, pero al ver en seguida a Kian fuimos a saludarlo, ellos con el saludo típico de chicos y yo solo un beso en la mejilla, luego miro a mí alrededor y hay de todo un poco como siempre en las fiestas, música alta, luces de todo colores, hay cortinas en algunas partes, hay bebidas por dónde te imagines, chicos y chicas a los besos en los sillones, hasta que mí vista queda en Kamari, estaba a los besos con ese chico idiota que le dije no vuelva a meterse porque la usa, pero ella hace oídos sordos y claro después la tengo que consolar yo, cuando me ve deja al chico y viene hacia a mí, donde ya la estoy mirando con una ceja arqueada. 

—Cambia esa cara Clarice.—dice ella con diversión, mientras me da un abrazo. 

—Tú cambia a ese idiota por uno menos idiota.—Dándole una sonrisa fingida. 

—Solo fue un beso y ya.—sonreía. 

—No quiero que vuelva hacerte daño Kam, sabes que no tengo problemas en darle un golpe ahí abajo si te hace otra vez lo que te hizo hace una semana. 

—Fue solo un beso, no debes preocuparte amiga.—ella sonríe aún más. 

—Si, como digas.

—¿Y tú qué? ¿Has conocido a algún chico guapo en el consultorio de tu padre?—dice ella en voz baja y con diversión. 

—No, van siempre los mismos chicos aburridos.—rodeo los ojos mientras tomo la cerveza que ya me había dado Asher. 

—Debería ir contigo un día para comprobarlo.

—Ya sabes que nadie puede ir a verme en hora de trabajo. 

—Ya se me ocurrirá algo, quédate tranquila.—me saca la lata de cerveza y se la toma.—Además ya quiero que cambies de novio.—Asi es, a mi mejor amiga no le agrada ni siquiera un poco mi novio y Asher tampoco le cae tan bien ella.

Después de esa charla con mí mejor amiga nos pusimos a bailar, creo que me he tomado cuatro o cinco…o tal seis latas de cervezas, si, estoy algo ebria, sigo bailando con Kam que también está ebria, sentimos las miradas de unos chicos así que mí mejor amiga no tuvo mejor idea de que bailemos sexys, pero ella empieza a acariciarme mientras pone un mechón detrás de mí oreja, mira a esos chicos con una sonrisa traviesa y cuando vuelve a mirarme me besó, al principio quedé en shock pero después siento un agarre en mí cintura haciendo que me alejara  de ella y luego me agarra de la mano. 

—Por dios Clarice, que mierda.—Asher me estaba llevando afuera, estaba enojado. 

—Espera Asher, tranquilo, solo fue un beso de amigas y ya.—empiezo a reírme. 

—¿Crees que esto es gracioso?.—se para frente a mí poniendo sus manos en su cintura. 

—¿Estás celoso de Kam?.—vuelvo a reírme. 

—No me parece gracioso, o ¿Que? ¿Te imaginaste que era Kian? Digo, ya que son gemelos. Por ahí te lo imaginabas a él. 

Fruncí el ceño y ya me puse sería. 

—¿De qué mierda hablas? ¿Por qué piensas eso?. 

—¿Lo pienso? Porque no se si te acuerdas de que una vez él y tú se besaron y yo les valí mierda. 

—Eso pasó hace un año Asher, ni siquiera éramos algo y no significó nada ¿Ok?. Estoy contigo ahora, deja de hablar estupideces, solo fue un beso de amigas y ya, no tienes que hacer este circo ahora, estoy harta de tus celos tontos. 

—¿Celos tontos?. 

—Si, son tontos, estás poniéndote celoso por Kam siendo mujer, no es mí problema si tú tienes inseguridades con ella. 

—¿En serio crees que no puedo estar celoso de ella?. Es bisexual Clarice no sé si te acuerdas que hace poco salió del maldito clocet. 

—Si, lo estás, y no me vengas con esa mierda, no tiene nada malo, somos mejores amigas y tenemos confianza hasta por las nubes, no me voy a poner de novia con ella solo porque ahora le gustan las mujeres también.

—Bien, está bien, dejémoslo así.—se pasa una mano por la cara, y vuelve a hablar. —Vamos que te llevo a tu casa, ya debes estar cansada—dijo ahora más calmado. 

—Quiero quedarme un rato más.—me cruzo de brazos. 

—Mañana debes trabajar, si tu padre ve que llegaste ebria y con mucha resaca va a matarte. 

—Bueno no soy una niña, me quedaré aquí si tu quieres irte, no hay problema. 

—No te voy a dejar sola así, volvamos adentro y nos quedamos un rato más hasta que se te pase. 

Ambos entramos mientras él tenía su brazo sobre mis hombros, miré a Kam que estaba bailando como si nada sola y me pregunto ¿Porqué hizo eso? ¿Para provocar a los chicos tal vez? Si, creo que es eso, ella es una chica muy sensual, su abdomen es plano, su cabello lacio y largo de color rubio ceniza con algunos mechones azules que daba el toque de rebelde y sus ojos son celestes, mí amiga era una top model. Luego está su hermano,  su cabello es castaño y es sagrado nunca se lo ha teñido, sus ojos son igual que celestes, muy extremadamente egocéntrico, cabello revuelto y también tiene un buen físico  eso no lo niego. 

Después de la fiesta Asher me lleva a mí casa, me quedo dormida en su espalda con el casco puesto, al llegar a mí casa hago que abra la puerta y cuando llego a mí cama me lanzo sobre ella pero no debí hacerlo, porque en seguida fui corriendo al baño a vomitar, por dios mí cabeza daba vueltas y estaba mareada. 

—Has bebido mucho Clarice.—dice él con calma mientras me ata el cabello como puede. 

—¿En serio? No me he dado cuenta..—Una arcada hizo que vomitara de nuevo. 

—Te traeré un vaso con agua. 

Él se fue a buscarme un vaso de agua mientras que yo estaba que me moría, no voy a volver a beber por unos meses…o días, tal vez unas horas, a quien engaño, es inevitable. 

Me di un baño de agua fría por más que haga frío, no me importaba, así que después de esa ducha encuentro a mí novio acostado en mí cama viendo sus redes supongo. Abro la sábana hacia un costado y me acuesto a su lado aferrándome a él. 

—Quiero pedirte perdón por ponerme así.—dice él arrepentido.—Sé que es tarde ahora, pero tienes razón y fueron celos tontos. 

—Está bien, no pasa nada, pero no vuelvas a ponerte así si no es un motivo grave.—le digo, mientras lo miro.—Yo estoy contigo y deberías confiar en mí. 

Él asiente con la cabeza y se acerca más a mí para besarme, empezó a bajar poco a poco el bretel de mí corpiño pero lo detuve. 

—Lo siento, hoy no, solo quédate a dormir conmigo, ¿Si?.

—Si, preciosa.—me besó en la sien y cerramos los ojos para dormir. 

A la mañana siguiente ya había despertado sola en la cama, supongo Asher se ha ido más temprano para que mí padre no lo viera, sigo creyendo de que debo seguir ahorrando para irme a vivir sola y que él pueda quedarse, por más que yo no soy una niña en esta casa hay reglas y las debo cumplir. Me despierto estirando mis brazos y bostezo con mucha fiaca, me levanto y voy directo a cepillar mis dientes, me doy un baño y me cambio para ir al trabajo, en el camino me compraré un café, me pongo los lentes de sol ya que había un poco y tampoco quiero que vean mis ojeras por las pocas horas que he dormido. 

Salgo con mí cartera y mí abrigo, voy caminando hasta la cafetería que tengo a cinco cuadras de mí casa, ahí sí que hacen rico café y si obviamente era en Starbucks ¿Donde más?. 

Sin notar al chico que está en el mostrador le pido mi café con leche y una galleta de chocolate mientras busco mi billetera, cuando me dice el costo de lo que pedi lo miro y mis ojos le quedaron viendo unos segundos sorprendida, era ese chico, de ojos verdes y pelinegro, las veces que había venido él no estaba. 

—¿Puedes pagarme por favor?.—él extiende su mano hacia mi esperando a que le diera el dinero. 

—Si, claro.—se lo doy y él busca para darme el vuelto. 

Aún lo sigo viendo, se lo ve un poco serio, cansado y su cabello bien peinado, ahora que lo veo bien si que es un lindo. 

Ok clarice, ni así miras a tu novio. Disimula. 

—¿Quieres verme bien de cerca?.—dice él lentamente y le doy una sonrisa. 

—No, lo siento es que…

—¿Te parezco lindo o algo así?. 

Vaya, lindo pero preguntón. 

—No, digo..si eres lindo pero no eres mi tipo...—agarro el café que su compañero ya preparó.  

—Egocentrica.—murmura él, pero lo escuché bien clarito. 

—¿disculpa?.—le pregunto indignada.

—Que eres una egocéntrica. 

—Ah, entonces tú también lo eres. 

Hace que piensa y luego responde.—Puede ser.—ladea hacia un costado la cabeza.—¿por qué mentir no?. 

Rodeo los ojos, y me voy hasta la puerta, no sin antes haberle dado una mirada a ese chico, parece tranquilo pero se ve que tiene el ego hasta por las nubes, nadie se daría cuenta de que va a terapia. En fin, ahora estoy yendo en taxi hasta el trabajo, no tengo ni siquiera las ganas de ir, pero es mí deber. 



✯ 𝐄𝐭𝐡𝐚𝐧 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 ✯

Estoy en el trabajo nuevo, en realidad me han transferido aquí en mí trabajo anterior para que se me haga más corto el viaje, yo trabajaba en una cafetería, y como tengo experiencia me mandaron aquí en un Starbucks, hoy es el primer día que trabajo aquí. Y si, trabajo por más que tenga TDAD, tengo veintiún años y no debo depender de mis padres, ya que ir a la universidad se me haría mucho más complicado, me cuesta aún entender algunas cosas. 

Después de la llegada de esa chica rubia, me quedé unos segundos mirando hacia la salida del trabajo, la hija de mi terapeuta vino por su café, estaba tranquilo pero la voz de mí compañero hizo que salga de mis pensamientos. 

—¿Conoces a Clarice?.—me dice, con una sonrisa traviesa, mientras limpia el mostrador. 

—No, no la conozco como debería. 

—¿Sabes? Viene casi todos los días y siempre pide lo mismo. 

—Ah, pero igual no te he pedido información de ella. Eso sería algo como ¿acoso?. 

—No sería acoso ahora, porque tú no has preguntado, yo te estoy contando por mí cuenta. 

—Si, está bien, pero yo no te he preguntado. 

—Está bien, tranquilo.—levanta ambas manos y vuelve a su lugar. 

Luego de unos minutos saco mí celular a la hora de mí descanso, me voy al chat de siempre, los mensajes siguen ahí, sin ninguna respuesta desde unos dias antes de que me mudara aquí. 

¿Estás bien?. ✓ 21 pm

                                 Por favor, solo responde un mensaje. ✓ 09 am

                                               Ojalá estuvieras aquí conmigo.✓10 am 

                                                                                     Te extraño.✓ 12 am

No sé nada de ella y eso me desespera, no sé si está bien o no quiere hablarme más, no sé qué le está pasando, le mando mensajes y solo le llega una  tilde y nada más. Suspiro y guardo mí celular de nuevo, para ir al mostrador donde mí compañero llamado Max estaba atendiendo a un grupo de amigos, así que empiezo a hacer la orden, pero no ando muy concentrado después de todo. Maldigo por algo que no me estaba saliendo y apoyo ambas manos sobre la mesada. 

—¿Estás bien?.—pregunta Max preocupado. 

—Si, solo…estoy algo distraído. 

—Deja que yo lo termine no te preocupes, ¿Quieres atender mejor?. 

—Está bien, lo siento. 

—Tranquilo Ethan.—Dice él, luego mira al grupo de amigos.—oigan les sigue tomando el pedido mí compañero. 

Mientras él fue a terminar lo que yo estaba haciendo, yo atiendo en el mostrador a los clientes. 

—Sería cinco dólares, por favor.—le digo a dos chicas. 

—Aquí tienes, oye ¿Te puedo hacer una pregunta?.—asiento con la cabeza mientras le doy su vuelto y luego ella mira a su amiga con una sonrisa traviesa.—¿Crees en el amor a primera vista o tengo que volver a pasar?

Definitivamente me quedé en silencio, mis cejas se elevaban por lo que había dicho esa chica. No dejaron que respondiera porque se van riendo a lo bajo. ¿Qué les pasa a las chicas hoy en día? ¿Ahora son ellas las que les hacen piropos a los chicos? Eso me sorprende cada vez más. 

Las horas pasaron y ya era hora de irme a mí casa, saludo de lejos a mí compañero, agarro mí patineta y mis auriculares. Al llegar a casa ya se siente el aroma de la cena, mí madre estaba haciendo papas a la crema con carne, aviso de que voy a darme una ducha rápida y así poder comer tranquilo. Cuando termino de cenar me ofrezco a lavar los platos y vasos mientras ellos se toman un café, después de eso subo a mí habitación, me saco mí remera y me acuesto, vuelvo a agarrar mí celular para ver si hay novedades de ella y nada, me estoy preocupando y no sé si ir hasta allá es casi una hora de viaje, vuelvo a suspirar dejando el celular arriba de la mesita de luz, me pongo a pensar mirando hacia el techo apoyando mí cabeza sobre mí antebrazo y con mí otra mano voy girando mí anillo con el dedo pulgar. 

—Dame una señal de que estás bien Lexie.—Susurro para mí. 

Cierro los ojos lentamente, y me meto en un profundo sueño, cayendo en los brazos de Morfeo, mañana será otro gran día. A la mañana siguiente me despierto y hago mi rutina de siempre, bañarme, ponerme algo presentable para trabajar por más que tenga ya el uniforme, ahora estoy buscando mis lentes de contactos, se me habrán caído más que seguro, ni loco pienso en volver a ponerlos así que los dejaré como perdidos, me pongo mis lentes normal. 

Bajo y voy hasta la cocina para desayunar pero veo algo que no me gusta, de seguro mamá no se ha dado cuenta. 

—Mamá, te has olvidado de que no me gusta tener el exprimido de naranja con la fruta de naranja juntas. 

—Oh, sí cariño lo siento, sé me ha olvidado.—ella lleva las frutas a la cocina. 

—No te preocupes, yo soy el raro.—le digo con una sonrisa. 

—No eres raro Ethan.

—Quisiera que nada de estas tonterías me molestaran, porque de verdad es una tontería. 

—Bueno, pero no es tu culpa hijo. 

Tomo mi exprimido en un solo trago, estaba muy rico, no suelo tomar café porque estoy harto básicamente, luego muerdo mi tostada blanda rápido y me levanto de la mesa. 

—Ethan, desayuna bien.—dice mi padre mirándome. 

—Ya debo irme papá, nos vemos en la tarde.—agarro mis cosas con apuro y me voy. 

Estaba yendo lo más bien con mi patineta, estaba bien concentrado pero unos humos de colores pasteles me llamarón la atención, los estuve viendo sin ver el camino, que sin querer choqué con una chica, ambos caímos al suelo, ella en seguida se acerca a mí para ayudarme, pero cuando la veo era ella, era Lexie



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