Capitulo nueve: Directo a la yugular.

—Yo no voy a ningún lado Molly—George azota su mano en la mesa y todos lo miramos sorprendidos —... Digo mamá.

—Tenemos derecho a escuchar lo que tengan que decir —reprocha Fred en apoyo a su hermano.

No sé si a Sirius le desagrada la tía, pero parece divertido que sus propios hijos también la confronten.

Ella voltea por apoyo de su esposo nuevamente.

—Querida, ya son mayores de edad es su decisión.

—¡Muy bien! ¡Ron, Hermione, Ginny, Leah y Ellie! A dormir.

Ron entonces se pone rojo.

—¡Nosotros también queremos quedarnos! De todas formas Harry nos contará lo que se dice aquí. ¿Verdad?

Potter vacila un momento pero termina respaldando su comentario, sus amigos le sonríen y por un segundo me siento enojada de que no tenga algún buen pretexto para quedarme...

Esperen, si lo tengo.

—¡¿Y que hay de nosotras?! —exclama Leah y es la primera vez en la cena que nos prestan atención —. Igual sabemos cosas, cosas importantes. Mi padre es Mortífago e igual mi hermano, ¿Creen que no escucho todo lo que platican? A puesto que se mueren por esa información.

Sirius está vez frunce el entrecejo.

—Ademas —me atrevo a hablar —. Yo estuve el día que el innombrable regreso, junto con Harry y Cedric.

—¡Por Merlin, Ellie tu estabas inconsciente!

—No creo que tú debas escuchar algo Leah, lo siento —le dice Sirius, nos sorprendemos ante eso —. Tu madre me lo prohibió y estoy a cargo de ti.

Leah se enoja.

Ella aprieta los puños, mira dile retadora, a cualquiera que se le acerque tiene un buen comentario malo que tirarle. Así que nadie se mete en ese momento de fricción.

—¡Sirius! Cómo puedes apoyar a Potter para que pregunte lo que sea y no a mi —escupe cerrando los puños —. Eres un hipócrita.

—No es eso Leah —el castaño se toca la frente —. Tenemos cierta restricción a contarte. Por petición de tu madre y por acuerdo de los demás miembros de la Orden.

No conozco mucho a la pelirroja, pero se de antemano que no le hace ninguna gracia que la dejen excluida.

Y bueno, en cierta parte tenía un poco de razón. ¿Por qué ella no podía saber nada y Harry si? De todas formas ellos más que nadie saben que la información se filtra, mucho más si eres cercano a Ron, Hermione y Potter.

—¡Lo dices por qué soy hija de un Mortífago o por Machista! ¡Perro con pulgas!

Escucho un quejido de sorpresa por parte de Hermione y es lo único que faltaba para ver a Leah tomar la varita de Bill que dejó aún lado de su plato y abalanzar su cuerpo sobre Black.

Los adultos se levantan de sus asientos, los demás vemos impresionados a la pelirroja que ataca directo a la yugular. Sin embargo Sirius quien es la víctima parece disfrutar la poca atención que recibe.

—¡Leah, tranquilízate por favor! 

—¡Aah!

Esto parece un circo un tanto gracioso y preocupante.

Aunque Smith es alta, Sirius le gana por mucho, así que se ve como un duende tratando de quitarle un dulce a un Hipogrifo.

Tonks intenta sacarla de encima pero falla tropezando con las sillas. Mundugus se ríe a carcajadas.

Después de un rato Lupin es el único que logra arrancar a la niña de su amigo.

—¡Suficiente, ustedes tres jovencitas a su cuarto!

Molly finalmente nos señala a Leah, Ginny y a mi.

Yo ya no reprocho nada, solo me queda apoyar a Leah y salir del lugar lo más pronto posible. No es que estuviera de acuerdo con ella, pero era injusto que nos quisieran sacar del tema.

Seguramente mi tía está orgullosa porque le dieron su merecido, pero no lo dice y actúa como una madre molesta desaprobando la actitud de Leah.

Me preguntó si ella es así siempre o solo fue un impulso.

De cualquier manera Sirius se ve acostumbrada y me hace intrigar un poco más.

Al final ponemos un pie fuera de la cocina y la puerta se azota tras nosotras.

Ginny rueda los ojos con fastidio.

—Bien hecho Smith, nos sacarán de todas maneras.

Smith le regala una mueca.

—De todas formas nos vamos a enterar. 

No veo fallas en su lógica aún así difiero a su violencia.

—Aun así no tenías porque atacarlo —desaprobe  —. Si quisiera te haría cachitos, fue peligroso.

—Para mi lo más peligro es dormir con los ojos cerrados.

Smith nos ignora y sube las escaleras hacia su habitación. Ginny en cambio saca una de las orejas extensibles de Fred y George, para tratar de escuchar algo. Sin embargo el hecho de que consigamos esa información por otra persona es casi seguro. Entonces me decido a hablar con Leah.

Subo las escaleras hasta su habitación que comparte con Hermione y la veo sacarse sus zapatos con fuerza. Su guacamaya enjaulada sacude las alas un tanto desprevenida por el golpe y ella le contesta que se calmé.

Creo que tengo que decirlo eso a ella.

—¿Puedo pasar? —dije amable, ni siquiera me contesta y aún así lo hago —. ¿Estás bien?

—¡Por supuesto! ¡Lo mejor de lo mejor!

Eso fue sarcasmo.

—Puedes tranquilizarte.

La chica se voltea a verme, sus ojos iluminan furia, aprietas los labios y se de buenas a primeras que vacila sobre si atacarme o dejarme libre.

Pero estoy segura que no lo hará, tengo un don de tranquilizar a las personas con solo mirarlas, bueno, solo cuando les demuestro compasión y eso es lo que trato ahora.

Le dirijo una sonrisa cálida.

—Mira Prewett, si vienes a sermonearme sobre lo que hice, será mejor que te vayas, no estoy de humor para que me digan que hacer. Yo se lo que paso ahí y en lo que estuve mal...

—No vine a eso —me alce de hombros —. Quiero contarte algo.

Ella se detiene un minuto para escuchar mis palabras, increíblemente baja la guardia y los ojos le brillan, dejando su furia de lado.

—¿Entonces?

—Primero necesito saber si confío en ti.

Ella deja lo que estaba haciendo y se acerca para cerrar la puerta.

—¿Como un secreto?

—¡Exacto! —ya nos vamos entendiendo —. No puedes decirle a nadie, al fin y acabo es solo una teoría.

La expresión de su rostro amarillo cambia repentinamente a esa sonrisa osada y socarrona.

—Bien, hagamos un juramento inquebrantable.

Si, de lujo un juramento...

—¿Un que? —pregunto confundida.

Leah extiende su mano completamente segura.

—Yo no soy buena para guardar secretos a menos que sea un juramento inquebrantable, si lo rompo yo moriré y la verdad no quiero eso, aún no conozco Machu Picchu. 

Abro la boca impresionada y recuerdo el hecho que es magia letal. Ya lo había escuchado con Mary cuando apostaba los bienes de papá.  Solo se me había olvidado.

—¿Estás loca? ¡No quiero que mueras!

Smith suelta una risa.

—¡Ah no es la gran cosa! Tengo como tres juramentos inquebrantables en mis manos. Lo he hecho antes.

Vaya, jamás pensé que conocería al verdadero concepto de ser un Gryffindor.

Que bueno que no estoy en esa casa, si eso significa morir... Bueno, Cedric casi muere y estaba en Hufflepuff.

¡Olvida eso Ellie!

—Que te parece si me prometes que no dirás nada —digo bajando su mano —. Si se te ocurre contárselo a alguien yo misma te mato.

Alza sus cejas.

—Tu ni siquiera materias a una mosquita, pequeña Ellie.

Sube otra vez su mano para apretarme la mejilla.

No sé porque eso me recuerda a Cedric.

—Le contaré a Ron si es que lo haces, entonces él te matará.

La pelirroja se lo piensa unos segundos.

—Eh, funciona para mí —nos estrechamos las manos —. Trato hecho.

—Jamas desechó —digo riendo.

Luego ella toma asiento en su cama y yo me aseguro de que no haya nadie en el pasillo. Aún así no me molesta que alguien más escuché, pero con esto me he ganado la confianza de la Gryffindor que parece más tranquila que hace un rato.

—Pareces muy cercana a Sirius —dije cautelosa —. Parece muy sobreprotector contigo. 

—Oh, si. Bueno es una larga historia pero para abreviar mi madre y él eran novios en sus tiempos de Hogwarts, hasta que se graduaron y obligaron a mi mamá a casarse con mi papá. Para mantener la sangre limpia en nuestros apellidos. ¿Por qué?

Me quedo pensando un rato, entonces la analizo un poquitín.

—Escucha, no estoy segura de quién se referían pero escuche a Lupin y Black hablar sobre un tema el otro día. El caso es que uno de los dos es padre.

Dejo caer la bomba y la cara de Leah se rompe en sorpresa, ella se tapa la boca para no dejar pasar ninguna mosca mientras la abre con impresión.

—¿Quieres decir...?

—Si, allá afuera hay un hijo o hija de alguno de los dos. Pero ese no es el problema, esa persona aún no lo sabe.

Este chisme le hace hervir la sangre porque se emociona con tal hecho.

—No puede ser. ¿Sabes quién es?

Yo niego con la cabeza.

—Escuche un nombre, sin embargo tengo mis dudas. Dominic Dollan.

Me cruzo los brazos y ella niega rápidamente con la mano.

—Para nada. Dominic trabajo con mi abuelo en el taller un tiempo, déjame decirte que es idéntica a su padre. El es un político muy famoso entre los magos. Además, Lupin y ella  tuvieron algo que ver desde hace años.

Ahora yo soy la impresionada con este chisme.

—¿Enserio? ¿Y que paso?

Voy directo a las filas de Voldemort por meterme en asuntos que no me importan.

—Se entero de que era un licantropo y bueno no había mucho que esperar. Su padre le prohibió volver a verlo. Pero si dices que hablaron de ella es muy probable que esté de regreso.

Cruzo los brazos para rechazar el tema, sin embargo las teorías carcomen mi cabeza a mil por hora.

—Entonces Remus queda descartado.

—¡Uy, eso quiere decir que hay un hermoso retoño Black esperando ser reconocido!

Ella pone su pulgar en la barbilla, pensativa.

—¿Quien pobra ser?

Al cabo de unos minutos, Leah abre la boca.

—¡Ya se! —exclama sobresaltado de la cama —. Tu.

Yo abro los ojos horrorizada.

No es que no me agrade, sin embargo jamás me abría pasado por la cabeza.

—Estas loca, yo soy hija de mi padre —le conteste segura, quitando su dedo que me señala. Luego se me ocurre algo —. Ya se ¡Eres tú!

Leah tiene la misma expresión.

—¡Yo también soy hija de mi padre!

Mmm, uno nunca sabe ¿Verdad?

Ambas sacudimos la cabeza tratando de mantenernos enfocadas.

—Solo piensa un poco más —dije mirando a la nada —. Debe ser obvio. Alguien que le tenga mucho cariño.

—O mucho rechazo —me interrumpe riendo.

—Quiero decir, debe ser sobreprotector y una figura cariñosa al mismo tiempo. Cómo lo es con Harry.

—Si, pero con Harry no le importaría aventarlo de un barranco para demostrar sus actitudes.

Gracias a eso me imagino como podría ser su hijo o hija. Debe tener un cabello abundante, ser tan temerario y arrogante con un toque de terquedad.

—La tía Molly tenía razón abajo —dije susurrando está vez —. A Harry lo ve como una copia viviente de James, claro que lo quiere, pero piensa que tiene la misma conciencia.

—Si, digamos eso —me apoya la pelirroja, mirando a la nada como yo —. Cómo padre debe ser diferente.

—Tomando en cuenta eso, su personalidad con esa persona debe cambiar. Solo hay que estar atentas.

—¿Quien será, Quien será?

Lo malo es que estamos tan lejos de saber, pero al mismo tiempo tan cerca.

Hey Honeys its me 💙

Espero les guste este capítulo!

Díganme qué les está pareciendo la historia y si les gusta Leah y su familia.

¡Ya pronto se aparecerá Cedric y todas podremos llorar juntas!

Leo sus comentarios.

Lxs amooooooooooo 💙