Cap.47-Feliz Navidad.
Capitulo cuarenta y siete: Feliz Navidad.
—Feliz Navidad —es la primera frase que escucho en el día y proviene de Ginny. Le devuelvo la sonrisa.
—¡Feliz Navidad, Ginny!
Las dos nos levantamos temprano con la esquina de la cama repleta de regalos. Estaba en parte eufórica y nerviosa por los regalos que recibiría hoy. Es la segunda navidad consecutiva en la que recibo algo de mis seres queridos que no tienen que ver con artículos para limpiar casas. Sin embargo uno que otro obsequio me metió en problemas.
El primero es de Susan que se trata de un joyero muy lindo de color marrón. Hannah me regaló un par de municiones extra de bombas fétidas y bombas explosivas. Mientras tanto Ernie y Justin una bolsa entera de dulces Muggles. También tengo otro suéter tejido por la tía pero esta vez era de un color gris muy bonito que me recordaron a los ojos de Cedric... Por cierto, no recibí nada de el. Aunque no importa, no es como si lo estuviera esperando ¿Verdad? Para nada lo busque primero entre la pila.
Entre tantos regalos que consistían en dulces o libros, me perdí en una hermosa caja, color plateada y una tarjeta.
"Querida Ellie, Feliz Navidad, espero te guste y lamento lo que pasó la última noche que nos vimos, con aprecio Logan Crackfford"
Ni siquiera abrí la caja antes de botarla en mi baúl. Estaba molesta con el, cuando regrese a Hogwarts lo primero que haré sera reclamarle por eso que menciono.
Me lastimó mucho el hecho que pudo advertirme lo del tío Arthur a tiempo y ni siquiera lo hizo. Es más ¿Cómo se había enterado?
Deje mis malos pensamientos atrás cuando entre tanto ajetreo, otro regalo de navidad llama mi atención. No está en mi cama, está justo al lado de mis zapatos, en el suelo y me sorprendo bastante.
Una simple rosa blanca con una tarjeta.
“Eres un ángel, ojalá lo sepas”
Sin nombre, ni firma. Solo la letra cursiva de una persona desconocida, un anónimo.
Abro la boca atónita para entender lo que estaba sucediendo. ¿De quién era esto? ¿No podía ser un administrador secreto verdad? No creo, eso paso hace mucho y las cartas dejaron de llegarme, aunque nunca pude adivinar de quién se trataba, a menos...
Me levanto de la cama sin decirle nada a Ginny, aún con mi pijama y mi cabello rebelde me dirijo hacia la habitación donde se quedan Ron y Harry, tocó la puerta frenéticamente pero nadie atiende.
—Hey, no te vi —dice Ron, detrás de mi con una toalla en la mano —Feliz Navidad.
—Feliz Navidad, Ron —respondo con una sonria —¿Has visto a Harry?
—En el baño —señala la siguiente puerta —Esta algo raro, así que ten cuidado.
Asentí mirando como bajaba las escaleras encontrándose con los demás recién levantados. Espere unos minutos más cuando Harry por fin salió del baño, dibujando una cara de susto al verme ahí, debe ser por mi pelo desordenado pero a eso le daremos atención luego.
—Eh, Hola —saluda, acomodando sus gafas.
—Hola —digo igual de avergonzada —Feliz Navidad.
Su cabello permanecía mojado, lo que me puso más nerviosa porque se veía increíblemente bien. Con esos mechones goteando.
—Si, Feliz Navidad para ti también —se relame los labios. Aún permanecía confundido por verme enfrente de su puerta tan temprano.
—Yo... Gracias por los dulces que me diste, son mis favoritos.
—¿En serio? —cuestione —La verdad es que tenía planeado otra cosa pero el asunto de nuestra fuga prematura lo impidió.
—Me encanta el regalis de frambuesa —dijo riendo torpemente, igual de sonrojado —Eh, creo que debes estar aquí por mi regalo.
Mis ojos caen en los suyos, tan verdes como las piedras preciosas. No evite emocionarme, si era el responsable de la rosa entonces probablemente también le pertenecían esas cartas del año pasado en San Valentín. Había estado segada tanto tiempo para no darme cuenta de lo que sentía por mi.
Solté una risa estúpida por la emoción, no era exactamente lo que creí que sentiría, después de lo de Cedric nunca creí volver a sentir está emoción en mi pecho, satisfecha de saber que la persona que me gusta también le gustó.
—¡Si! Es de lo que quería hablar, yo...
Harry me interrumpe y saca algo del bolsillo de su pantalón.
—Queria dártelo personalmente. Lo ví en una tienda Muggle y pensé en tí.
Harry saca una cinta para el cabello color morada. Me decepcione enseguida.
No por el regalo, me había derretido el corazón verlo orgulloso de haberme comprado algo que lo había hecho pensar en mi. No podría ser más tierno pero si su regaló no había sido la rosa blanca ¿De quién era?
—Gracias, es muy bonito —conteste distraída
—¿Puedo? —dijo el azabache, extendiendo el resorte con la mano.
—¿Que? ¡Ah! Por supuesto. No sabía que podías hacer peinados —bromeo un poco, poniéndome de espaldas.
—Sera el primer intento, he visto a Hermione hacerlo muchas veces.
Sus manos tocan mi espalda, mi cabello, el cuello,haciendo un leve consquilleo en la espalda, poniendo mis nervios de punta con un solo toque.
Me volteo por fin, cuando siento que tengo el cabello sujetado por la cinta.
—¿Y? ¿Cómo me veo?
Harry se mueve nervioso, —Eh, linda.
—De acuerdo.
Son unos segundos leves, que pasan en cámara lenta, cuando nos miramos intensamente. Sin querer mi cuerpo se inclina hacia el suyo, el cuerpo de Harry hace lo mismo. Mi rostro junto al suyo, el choque de las respiraciones. Su corazón latiendo rápidamente en el dorso de mi mano, estamos abrazados, aquí viene nuestro primer beso.
Un sonido se escucha desde el pasillo de abajo, Ron vuelve con la mirada agachada y antes que nos vea nos soltamos rápidamente.
—¿Siguen aquí? Será mejor que se den prisa mamá dice que iremos a visitar a papá —ordena el pelirrojo, frunciendo el ceño —¿Que se traen ustedes?
—¡NADA! —exclamamos al mismo tiempo.
Ron nos observa sospecho pero antes de que crezca cualquier obvia especulación me retiro a la habitación que comparto con Ginny para cambiarme.
𓄃 𓄃 𓄃 𓄃 𓄃
La mañana estuvo tan tranquila hasta que entramos al hospital y encontramos al tío abriendo sus obsequios, muy emocionado. Lo miramos unos minutos hasta que la tía vio unos nuevos vendajes que tenía por culpa de la medicina Muggle, según un practicante para curandero estaba experimentando con él, los sermones de la tía Molly no faltaron.
—Aun te falta esto, papá —avisa Fred contento con una canasta.
—Una canasta con comida ¿De quién es?
Todos nos miramos pero nadie dijo nada. Aparte de mis primos, los amigos de Ron y yo, la Orden también se encontraba celebrando. Éramos mucho en una habitación tan pequeña pero nos las arreglamos para entrar.
—Aqui dice que viene de... Logan Crackfford.
—¿Logan? Es un idiota.
Ron es el primero en leer la tarjeta que está adjunta, el tío Arthur no entiende por qué el alboroto.
—No lo habrás papá, podría ser una trampa.
—¿Que hace un Crackfford enviandonos cosas? Vive con los Malfoy y ellos literalmente nos odian.
—A ver, déjame verificarla —propone Bill, sujetando con una mano y con la otra sacando la varita —¡Rebelio!
Nada. Es una canasta con comida completamente normal, de lo contrario podría haber saltado cualquier cosa peligrosa o liberado algún hechizo mortal.
—No hay nada de que preocuparse, a estas alturas la mayoría en Hogwarts se enteró y es probable que Logan sintiera lastima —explica Leah, cruzada de brazos —. Al fin y al cabo uno de nosotros es cercano a el.
Claro que se refería a mi, no por nada la mirada de Harry se desvío completamente hacia donde estaba, aunque no había mucho que hacer. Yo no le había perdido nada y si en eso estaba tratando de compensar el hecho que me traicionó, no quería nada.
—Bueno, en ese caso no hay problema si me como una galleta.
—¡Arthur! ¡Por supuesto que no puedes comer nada riesgoso hasta que te den de alta.
—Ya los escuchaste, querida, es de un niño inofensivo, no me hará nada.
—Por supuesto que no hará nada, lo que menos quiere Logan Crackfford es matar a su futuro suegro.
La tía Molly abre la boca un poco impactada con el comentario y puedo notar que la mandíbula de Harry se aprieta para retener un quejido.
—¡Leah, ya te he dicho que no trata de conquistarme!
—Solo decía.
Las discusiones entre los visitantes comienzan casi dejando la habitación para nosotros, cuando hay otros dos pacientes que tratan de descansar. Cómo por ejemplo ese pobre muchacho que tuvo un ataque de Lobo, Remus lo mira discretamente con cierta compasión y la nueva chica Dominic se da cuenta de eso, tanto que le sujeta la mano en forma de apoyo.
Ah, el amor. Tan difícil y doloroso, me preguntó si eso también tiene cura.
Al poco rato Bill desaparece del lugar con Fred y George corriendo detrás de él. Luego nos obligan a irnos de ahí.
—¿Y ahora que hacemos? —pregunta Ron, quien tiene una galleta en la mano.
—¿En serio te vas a comer eso?
—Bueno, Hermione. Si me pasa algo, la ventaja es que ya estamos aquí.
Mi primo le da un mordisco gigante y la castaña rueda los ojos, luego se tranquiliza al ver que no le hizo nada.
—¿Que tal un té? —propuse.
—El comedor está en el quinto piso, vamos.
Nos vamos a las escaleras y subimos un par de pisos hasta que Hermione se para en seco en uno de los pasillos principales.
—Hermione, estás obstruyendo el paso —se queja Leah quien trata de empujarla.
—Chicos, miren quien está aquí.
Ginny se asoma curiosa al igual que Ron, Harry se queda parado junto a mi en una manera de protección discreta.
—¡Es Lockhart!
—¿Lockhart? —cuestiono frunciendo el ceño, me paro de puntitas para hechar un vistazo —¿Es una mascota o algo así?
—Fue nuestro profesor de defensa contra las artes oscuras hace años —menciona Ginny señalando a un hombre guapo desaliñado —Aun no llegabas a Hogwarts cuando eso pasó.
—No puede ser, creí que había quedado loquito —menciono Smith.
—¿Por qué quedó loquito?
—En realidad le borre la memoria por accidente —rebela Ron abochornado —en mi defensa quiso atacarnos a Harry y a mi primero.
—Te entendemos hermanito —consolo Ginny —Asi estuvo mejor.
—Concuerdo, era todo un papanatas, aunque eso sí, muy atractivo —asiente Leah.
—¿Eso paso cuando mataste al basilisco? —señale a Harry y el sonrió apenas —Vaya Potter, eres un estuche de monerias extrañas.
—¿Monerias extrañas? —pregunta el azabache queriendo reír.
—Si, cada que me entero de algo sobre ti resulta ser muy raro.
—Supongo.
El señor rubio camina cerca de nosotros y a Hermione se le ocurrió la mejor idea de irlo a saludar. No me pareció tan malo, es decir, después de todo, si Cedric no hubiera mejorado bastante, probablemente quedaría igual o peor. Me puse triste de recordarlo en esa camilla con la venda en la cabeza, luchando por su vida.
Me pierdo un poco en los pensamientos, tanto que el grupo lleva un tramo muy largo, avanzando hacia el ex profesor famoso.
Hasta que siento como alguien me jala del brazo sin haberlo visto venir.
Oh no, más problemas y una navidad bastante diferente.
¿Que creen que pase?
¿Volvió nuestro admirador secreto?
¿Les gustó el regalo de Harry 😭?
¿Por qué Cedric no nos regalo nada? Porque no nos recuerda JAJs.
Espero leer sus comentarios, ya estoy actualizando más seguido y espero permanecer así hasta terminar!
Recuerden pasarse por mis otros fanfics.
Las amo
Bye💙
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