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Cap.41-Una visión



Capitulo cuarenta y uno: Una visión.

Harry me tomo por la cintura, muy desesperado, senti sus manos viajando por toda mi espalda y sin esperarlo pego sus delgados labios por la piel de mi rostro.

La piel se me erizó enseguida. Solté un suspiro.

—No podemos seguir haciendo esto —me susurro al oído.

—¿Por qué no? —pregunte sujetando sus hombros.

Su rostro parecía sacado de un recuerdo borroso.

—Porque no sabes lo que quieres.

Mi corazón empezó a latir con fuerza al escuchar sus palabras que parecían lejanas, muy a pesar de que se encontraba cerca.

—Si lo se Harry, quiero estar contigo.

—No. No he cierto Ellie, no lo sabes. Ni siquiera sabes quién eres.

Abro la boca para contestarle, sin embargo siento mis pies vibrar al igual que la tierra en el suelo. Entonces nos soltamos y cuando se abre la puerta aparece Cedric.

—Ellie, debemos irnos.

Abro los ojos con sorpresa. ¿Que estaba pasando? Todo esto era confuso, Harry, Cedric, yo. Pero mi tiempo me dió de recapacitar, Cedric Diggory me llevaba de la mano por lo largo del pasillo hasta la salida del castillo y una niebla apareció.

—¡Cedric a dónde me llevas!

No hubo respuesta, solamente sentí su mano desplazarse. El había desaparecido y yo me  quedé completamente sola presenciando nada más que la neblina. 

—¡Cedric! ¡Cedric! 

Doy unos cuantos pasos para tratar de encontrar su cuerpo pero me tropiezo con algo, haciendome caer sobre el pasto y cuando me volteo para ver con que me caí. Veo su cuerpo, el de Cedric, tendido, sin vida como aquella vez. 

—¡No! ¡Cedric! 

—¿Ellie? ¡Ellie estoy aquí! ¿Dónde estás?

La voz del castaño me hace pararme de un brinco tan pronto la neblina se lleva el cuerpo desalmado y como última esperanza me aferró a perseguir su voz. Así que me suelto a correr sin tener miedo a los obstáculos y después de unos cuantos metros, la neblina se va. El paisaje está tan claro y lo primero que veo es a él.

—¿Ellie? ¿Que haces acá? ¿Termino la prueba? ¿Gane? —pregunta Cedric confundido, con el mismo uniforme y las mismas manchas.

Estábamos en el cementerio.

—¡Cedric, te lo pido, por favor vámonos! El premio no importa. Debes creerme si nos quedamos más tiempo el te matará, nos matará, no quiero perderte otra vez. Ya no lo resisto, no quiero perder a nadie más —digo sollozando.

—¿De que estás hablando? ¿Te sientes bien?

—¡No! Sin ti, sin mis padres, sin nadie, estaré muerta.

—Oh, Ellie. No digas eso.

—¡Por favor! ¡Vámonos!

—Primero relájate, bonita.

—¡Vamos!

—Mejor, despierta.

—¡No!

—Ellie despierta ¡Ellie despierta! ¡ELLIE!

Siento un gran terremoto mover todo mi mundo, luego de unos segundos el cementerio desaparece y también Cedric.

Mi corazón late con fuerza y cuando abro los ojos de golpe, me encuentro con una pequeña luz de vela en el fondo.

—Ellie, por Merlín debes darte prisa.

La cara me escurre en sudor y después de un rato de controlar mi respiración puedo ver a duras penas como una chica de sexto grado anda en mi habitación y mis compañeras de recamara están igual de despiertas y atentas a lo que sucede.

Esto era la vida real, supongo, lo anterior había sido un mal sueño.

—Heidi ¿Que haces aquí? —pregunte acelerada.

—No hay tiempo, Mándame Sprout te lo dirá en el camino. Será mejor que vayas con ella ¡Ya!

Cómo puedo, me levanto de la cama, agarro mi túnica y salgo disparada hacia la sala común dónde se encuentran unos cuantos chicos que la mayoría son prefectos y cómo no, Cedric Diggory no debía faltar. Sin embargo no le prestó mucha atención, me dirijo directamente hacia la profesora Prout que luce preocupada y recién levantada.

—¿Quería verme? —digo temerosa.

¡No estaba entendiendo nada!

—¡Oh, Querida! —exclama, sujetando mi mano —Es urgente, Dumbledore te quiere ver ¡Nos han avisado que sucedió algo grave! ¡Potter tuvo una visión!

Cuando escucho eso, mi mente empieza a fallar.  No escucho bien las otra voces al fondo y ni me molesto en voltear hacia los demás. Mucho menos que a Cedric que mantiene su mirada fija en mi, puedo sentirla clavado justo en la espalda.

—¿Sobre que? —cuestiono tragando saliva.

—¡Vamos de inmediato! —dice Sprout obligandome a caminar por la puerta —. Cedric y Heidi, asegurence de que nadie más salga de la sala común hasta que vuelva.

Antes de salir por la puerta doy una última mirada hacia atrás. Susan y Hannah habían bajado junto con los otros Prefectos, solo mire las caras atónitas de todos. Hasta la de Cedric, que desde lejos parecía que nada había cambiado.

En todo el camino, escaleras arriba, no pude articular ninguna palabra y Madame Sprout no me había dicho nada. Solo posaba su mano en mi espalda como señal de empatía. Pero la incertidumbre me mataba por dentro. Tanto que mis débiles sentimientos me hicieron llorar repentinamente.

Cuando subimos el último tramo y dimos la vuelta por las escaleras grandes. Una sombra aparece de la nada. Haciendo que demos un salto grande hacia atrás.

—¡Pevees! ¡No estamos para jueguitos! —grita Sprout un poco molesta, sacando su varita —¡Lumus!

La luz azul de su varita se enciende rápidamente, pero no hay rastro de Pevees o de algún fantasma. Esto ya parecía una película de terror.

—Debio ser un elfo que limpiaba —dije sin pensar para desvíar la atención.

La profesora no quedó muy segura, entonces escuchamos otro ruido.

—¿Quien anda ahí? ¡Rebelio!

La varita de la profesora crea una enorme burbuja de luz y se expande por todo el pasillo, haciendo que el escondite de la persona se de a la vista. Yo con cierto temor por.lo que podría pasar, sujeto su brazo y ambas nos sorprendemos por el sujeto.

—¡Señor Crackfford que hace aquí!

Logan sin mucho que hacer, puesto que había sido atrapado, no le queda de otra más que salir. Un poco avergonzado, preocupado, asustado, tantas sensaciones que podría leer en su rostro con rapidez. Siempre tenia el mismo semblante pero sus expresiones eran notorias a pesar de esto.

Llevaba su pijama de seda hecha a la medida y su túnica, sin embargo parecía igual de desalineado que yo.

—¡Hice una pregunta!

Ni siquiera podía hablar. Me miraba, preocupado.

—¿Señor Crackfford? ¿Que hace fuera de la cama a estás horas?

—¿Logan, que haces?

Una gota de sudor se escurrió por la cabeza como si le costará responder.

—Ellie —me llamo.

—Sabes lo que sucede —afirme.

Doy un paso hacia el, un tanto confundida. Parecía que en verdad tenía que contarme algo.

“Lo siento” susurro el chico sin darme más explicaciones y la preocupación creció cada vez más en mi pecho.

—¿A qué te refieres con eso? Logan, no te quedes callado y ya dime.

—E-Es que... Trate de advertirte antes.

—¿Sobre esto? —Logan asiente.

—Draco no quiso... Mia no estaba de acuerdo... Recién nos enteramos.

De repente se me seco la garganta.

—Este es un comportamiento demasiado inoportuno que jamás le había visto señor Crackfford. Diez puntos menos a Slytherin. Suerte que no tengo tiempo para lidiar con usted.

Logan está a punto de abrir la boca para protestar. Hasta que de la nada, un humano casi vestido de murciélago aparece. Al parecer Snape se estaba uniendo al aquelarre improvisado que montamos aquí.

Nada tenía sentido para mí.

—No se preocupe profesora Sprout, yo me encargaré de Crackfford más tarde. El profesor Dumbledore las solicita ahora.

Sin nada más que decir, la profesora me sujeta del brazo y me jala hacia el despacho de Dumbledore mientras ellos se quedan atrás. La atención suplicante de Logan me alertó, parecía igual de afectado o asustado.

Lo que estaba pasando era serio y el lo sabía. 

Snape se las arreglo para azotar al chico contra la pared y hacerle preguntas que no pude escuchar muy bien por el estado en el que me encontraba.

—Pie de Limón —exclamo Sprout una vez que subimos a una especie de estatua y está nos llevó directamente hacia el despacho del director.

Antes de entrar, escuché unas voces y unos cuantos gritos. El estómago me dió una punzada bien fuerte.

—¡Phineas, ve a tu retrato en el cuartel general y dile a Sirius que la familia Weasley llegara en unos momentos!

Cuando entro por fin a la habitación. El corazón se me cae repentinamente al ver a mis primos. Mi llegada mantiene a la defensiva.

—¡Señorita Prewett! —exclama la profesora Mcgonagall que parece igual de preocupada.

—¿Que sucede? —me dirijo directamente hacia los primos. George, Fred, Ron y Ginny. Nadie me responde —¡Díganme que pasa!

Todos miran hacia la misma dirección.

—¿Harry? —gimo su nombre.

Estoy parada pidiendo explicaciones que nadie me da. La voz apenas me sirve pero noto a mis primos cada vez más pálidos que de costumbre.

Harry Potter temblando, apenas puede mirarme pero no articular ninguna frase.

—Ya no hay tiempo, señoritos Weasley, señorita Prewett ¿Ya ha utilizado un traslasor antes?

Todos asentimos. Mientras el profesor saca un candelabro un poco viejo y oxidado. Puedo ver cómo la mano de todos tiembla. Y yo sin saber que andaba mal.

—Bien, por lo mientras irá al cuartel general con Sirius, el los cuidara mientras la señora Weasley se mantiene al tanto de la situación. No hagan nada imprudente.

Todos no saben cómo reaccionar hasta que se escuchan unos golpes en la puerta.

—Debe ser Umbridge —adquiere Mcgonagall irritada.

—Minerva, haz que se vaya —ordena Dumbledore —. A la cuenta de tres... ¡Harry tu también! —Harry con un movimiento torpe se acerca y se sujeta del extremo —uno...dos...tres.

Un gancho aparece alrededor de mi estómago y tira de mi con toda la fuerza posible haciendo que todo el panorama se hunda en una especie de remolino o mezcla de colores. Yo también me hundo y cuando la sensación de mareo termina, acabo cayendo en el suelo de la casa de Sirius Black, Grimmauld Place.

—Otra vez los mocosos traidores a la sangre regresaron —gruñe una voz muy familiar —¿Es verdad que su padre fue mal herido?

—¡Fuera de aquí! Kreatcher —regaña quien creo que es Sirius bastante ronco —¿Que sucedió?

Cuando escucho esa pregunta, vuelvo un poco a la realidad y me esfuerzo por levantarme, ya que había tenido esa misma pregunta en la cabeza hace unos minutos. George es el único que se da cuenta de mi presencia por lo que se ofrece a ayudarme y ya cuando estoy de pie, observo detenidamente a los demás, esperando por las noticias.

—Preguntale a Harry —replico Fred.

Haciendo que todos lo miremos.

—¿Le pasó algo al tío? —gimotee con temor.

Los rostros de mis primos parecían igual de cansados que el mío.

—Si, dinos Harry. Quiero escucharlo por mi mismo.

—Fue... —comenzo titubeante —una especie de visión. 

Así que nos contó todo lo que había visto, atacaron al tío Arthur mientras estaba en su jornada para la Orden del Fénix. Harry vio eso, lo describió como si estuviera ahí, con lujo de detalle. Sin embargo eso me hizo pensar de inmediato en Logan Crackfford.

¿Que era lo que quería decir? ¿En serio sabía sobre el ataque? Pero lo más importante ¿Como?






Comenten y mucho porque ya ven que si me les voy sin actualizar meses.

¿Que les pareció?

¿Por qué Logan apareció de la nada?

¿cómo es que Logan sabía lo del tío Arthur?

¿Seguirá vivo el tío Arthur?

¿Que les gustaria ver más adelante?

Si llegan a 100 comentarios actualizo mañana 😬

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