Cap.23-Castigo.
Capitulo veintitrés: Castigo.
—¿Y? —alce mis hombros en dirección a Mia Wolf y Logan Crackfford —¿Que hacen aquí.
Después de clases, regrese a la sala común para descansar de las miradas acusadoras de mis compañeros por un rato. Solo que esa paz que tanto busco parece no ceder. Puesto que tengo un par de Slytherin frente a mi, buscando explicaciones.
—Que grosera —contesta la rubia despegando su espalda del muro —. Un hola chicos, bastaba.
—Lo siento. Últimamente he estado estresada por los rumores y todo eso.
—Es comprensible —asiente Logan.
—Ya nos enteramos que Umbridge le dió su merecido a Potter —se burla Wolf —. Debes contarnos todo.
Ella me toma por el brazo y comenzamos a subir las escaleras para llegar al pasillo principal del colegio. Dónde muchos chicos estaban por ahí viviendo su vida normal.
—¿Contarles que?
—¿¡Es un chiste!? —exclama Mía, molesta —. El cómo la nueva maestra le metió una paliza a Harry Potter.
—Yo creo que ya saben todos los detalles —comente un poco irritada.
—Solo sabemos lo que la gente sabe, pero tú lo viviste así que queremos la exclusiva.
—¿Para burlase de Potter?
—No necesariamente para eso —contesta Crackfford, acomodando su varita entre el bolsillo de su fina túnica.
Los mire confundida.
—No puedo creer que diga esto —bufa la rubia y se rasca la frente un poco avergonzada —. Estamos de acuerdo con Potter y sus amigos de pacotilla... Nosotros creemos que Umbridge es un poco rara.
—¿Están de acuerdo?
Ella endurece el rostro.
—No me hagas volver a repetirlo. Pero tengo mis cuestiones sobre ella, iniciando con su poco sentido del estilo, siguiendo con esa extraña explicacion del porque nada nos va pasar fuera del colegio. Y terminando con su estupida obsesión por el ministro Cornelius Fudge ¡Tiene una fotografía de el en su escritorio! Cómo si fuera parte de una secta en dónde idólatran a las ardillas o algo parecido. Es asqueroso.
—No ví ninguna fotografía.
—¿Por qué? —pregunta Logan alarmado —¿Tienes mala vista? Porque tengo un excelente oculista en Londres, cobra muy barato, le hace los anteojos a la familia real. No te preocupes por el dinero, es lo de menos, las pagare...
—Estoy bien, estoy bien. Mi vista es buena, solamente no me había percatado del detalle —lo tranquilice por la terrible insistencia.
—La próxima vez observa mejor —dice Mía obvia, luego se acomoda un mechón del cabello —. Mira, nadie odia una buena oportunidad para desprestigiar a Potter, en este caso fue tan bueno el argumento que la mayoría de chicos que no le creen aplaudieron la Azaña de Umbridge y claro que yo lo hubiera hecho también. Mi parte favorita fue cuando le dijo mentiroso.
—Recuerda que es mi amigo, Mia.
—¡Ya se! Déjame terminar —prosigue —. En lo que estaba. Creemos que está siendo un poco dura con el argumento. Es por eso que necesitamos saber bien lo que paso, tenemos preguntas.
—Unas más difíciles que otras, solo para asegurarnos que nuestra decisión será inequívoca —enfatiza Logan, mirándome a los ojos.
—Crei que su decisión estaba tomada —dije un poco más firme respecto al tema.
Esto ya no me estaba dando tanta confianza.
—¿Por qué crees cerebrito? —rie Mia.
—Es obvio.
—Ellie, queremos que nos cuentes que paso realmente esa noche —insiste el castaño, sujetando mi hombro para asegurar confianza —. Te creemos, ambos sabemos que dices la verdad. Queremos apoyarte.
—¿Por qué no lo hacen y ya? ¿Por qué necesitan que les cuente? —dije dando un paso hacia atrás, insegura.
La pareja se miro por unos segundos entre si, preocupados. Pensando de alguna manera, como resolverían esto.
—Es que necesitamos pruebas. Adquirír contexto.
—Yo no... No sé porque piensan que les tendré confianza —espete a la defensiva —. Me agradan en serio, pero los dos vienen de casos comprometedores ¿Cómo piensan que les diré algo? Logan tu vives con los Malfoy y tú Mía vienes de familia que por años se ha ligado con las artes oscuras.
—Wow, brillante argumento —la chica se cruza de brazos.
—De antemano ya sabíamos que diría eso, lo comprendo —Logan alza las manos en forma de debilidad —. Pero nosotros no somos las decisiones de nuestra familia.
Abro la boca para contestar pero Wolf me interrumpe.
—Vale, no nos des crédito, pero espero que sepas que Leah Smith viene de familia con peores términos. ¿Sabías que su tío mato a un Elfo Doméstico y a su dueño? O ¿Que su hermano asesino a una creatura mágica estando en Hogwarts? Y algo mucho peor. Su padre fue un fiel seguidor del que no debe ser nombrado. Aún así la perdonaste y te volviste su mejor amiga.
—Ya sabía todo eso, no hace falta que dejes en mal a Smith —defendi un poco impactada por aquellos detalles que había ignorando.
Aún así me ví con la terrible sorpresa de que me estaban ganando la discusión.
—Sin embargo, no estamos teniendo esta conversación para comprar un voto de confianza a Potter. Esto no es por el, es por tí. Porque tú estuviste involucrada. En nuestras casas nos han tenido privados del tema, a pesar de lo que quieras creer.
—¿Por qué por mi? —excuse.
Estaba tratando de comprender si esto iba enserio o si era una trampa. Aunque era difícil asimilarlo. Mía estuvo cuando Griselda me atacó y Logan se había esforzado por saber de mi durante el verano. Eso no me parecía de una persona mala, más bien de alguien que se esforzaba a pesar de no tener elección.
—Ella no nos dirá nada —niega la rubia, jalando el brazo de su mejor amigo —. Vámonos, sabes que aborrezco rogarles a las personas.
Pasan unos segundos en los que se alejan, pero al final les detengo.
—¡Aguarden, voy a contarles!
Una parte de mi sabía que me arrepentiría, sin embargo otra parte de mi, esperaba que no fuera así.
Sobre todo, porque había notado ese cambió en Logan, esa manera tan formal de ser, se había convertido en algo más blando, más noble, solo que aún no lograba adivinar que era.
Y mucho menos, la forma tan especial con la que me mira.
¿Era por eso que Draco y Logan se mantenían distanciados, entonces? ¿Por qué Crackfford no estaba de su lado concierne a Potter?
Entonces les conté todo. Del como me había enterado que podía salvar a Cedric y de la forma en la que terminamos en el cementerio, todo eso que pasó, nuestra pelea con los Mortífagos, muestra charla con el señor oscuro, su rostro... Cómo Harry había luchado contra él y la manera en que nos torturaron. Le conté a Logan sobre su conexión con sus verdaderos padres. Mía se había sorprendido de escuchar que sus padres también eran Mortífagos a conciencia propia. Hasta el final, dónde todo termino. Lo que ellos habían visto al finalizar el torneo.
—¡Sabía que me escondían algo! —exclamo Wolf una vez que termine, ella echa para atrás su cabello con desesperación.
Nunca la había visto tan afecta. Parecía como una roca sin sentimientos, pero ahora se derrumbaba. Igual que muchos en estos tiempos.
Logan le extendió rápidamente sus brazos para consolarla y ella se acurrucó como un bebe en los brazos de su madre.
—Gracias —murmuro Logan en mi dirección.
Hice un gesto con la cabeza para descartar el agradecimiento, porque la verdad me sentía igual de mal.
Me acerco lentamente a ella para abrazarla, dando por hecho que me rechazará, aunque milagrosamente no lo hace y recarga su rostro en mi hombro. Como si quisiera llorar, aunque no lo hace.
—Lamento eso —dije una vez que se separo de mi.
—Fue un momento de debilidad para mí —asintio la rubia, acariciando con delicadeza mis mejillas —. Estoy mejor. Ahora que se la verdad.
Crackfford nos mira por unos segundos y estoy segura que lo ví sonreír por un momento, incluso me da un apretón leve en el dorso de la mano, haciendo que me ruborice por el contacto iniciando, cuando hace más de meses que nos tratamos con total cordialidad.
—Es por eso que me consiguieron un maestro especial para mis poderes—se muerde los labios —. Pensé que se trataría de cualquier cosa menos para eso, ellos me quieren utilizar.
—Aun no hagamos suposiciones, Mía.
—Logan, a ninguno de nosotros le explicaron nada. Nos guardaron este secreto tan grande para no sospechar que algo grande está por pasar. Tan grande que me quieren utilizar como si fuera un peón más.
—No creo que tus padres quieran que te arriesgues.
—Porque no los conoces. Por eso Frida se escapó de casa una vez que termino Hogwarts.
—¿Quien es Frida? —cuestione.
—La hermana mayor de Mia.
Bomba.
Resulta que Mia tiene una hermana mayor que escapó de casa junto con la hermana mayor de la familia Baker.
Eso fue antes de que ellos iniciarán su primer año.
Si, igual me sorprendí.
—Es una mierda. En verdad el señor oscuro volvió, si no porque más querrían mis habilidades.
—Lo que aún no me queda claro —dice Logan posicionando su dedo sobre la barbilla —. Por qué el Profeta se esfuerza en decir que fuiste hechizada.
—Obviamente para salirse con la suya, me usaron de pretexto.
—¿Entonces no eran reales los artículos sobre ti? ¿Que Potter te obligó con el encantamiento Imperius para decir que el señor oscuro volvió cuando en realidad Harry los atacó?
—No. Ya lo dije, estuve ahí bajo mis propios términos y el profeta escribió eso para respaldar al primer ministro sobre su opinión de su regreso.
—Es imposible que no se de cuenta —niega Mia —. Tenemos apenas quince años y sabemos que sucede. Debe tener la vista tan gorda para prestar escasa atención.
Los tres caminamos hacia las escaleras grandes. Pero entonces giré mi cabeza hacia un lado, observando la rojiza cabellera de Leah Smith desfilando por el pasillo.
—Debe dirigirse a su castigo —pense en voz alta mientras la miraba.
Gracias a eso Mia también voltea y frunce el entrecejo.
—Umbridge la castigo, eh —dice ella con tono de burla —. Zacharias Smith nos dijo que nada más había sido Potter.
—Con que el fue el chismoso —entrecerre los ojos —. Si, la castigo por defender a Harry.
—Leah entromete su nariz dónde no le incumbe —escupe Logan mirándola detenidamente —. Un hábito glorioso.
—Aun así no creo que le haga nada —Mia alza los hombros, la miro confundida nuevamente —. Su padre es uno de los peces gordos del ministerio. Si no es jefe directo de Umbridge, entonces es el jefe de su jefe.
—¿Que puesto tiene?
—Es consejero ocasional del ministro y también Jefe del C.D.A.O.E.
—Tocar a Leah no es ninguna opción.
Asiento no muy convencida.
Aún tenía mis dudas sobre ella pero en realidad me agrada.
Así que empecé a seguirla con la vista, hasta que el pasillo hacia la oficina de Umbridge y el gran comedor se separan.
Me detengo en seco pensando muy bien lo que quiero hacer.
—¿No vienes al gran comedor? —señala Wolf.
—Eh, tengo que arreglar un asunto antes. Los veo allá.
La rubia asiente, pero el castaño no me deja ir tan fácilmente.
—Ellie, detente —llama mi atención. Luego se voltea un segundo para sacar una caja de su mochila —. Ten, mande a mi madre... Digo, a la señora Malfoy a comprar mis chocolates preferidos para ti. Usualmente levantan mi estado de ánimo las primeras semanas de clases. Compártelas con tus amigos, excepto con tu familia Weasley. Son chocolates Suecos, carísimos y solo los paladares exquisitos saborean debidamente. Ellos deben comer frijoles todos los días que no entenderán la diferencia entre los sabores exóticos y sería un desperdicio.
—Oh, Logan no puedo tomarlos.
—¡Si puedes, son tuyos! Mande a grabar la caja ¡Mira, ahí dice Ellie Prewett! Tomalos, comelos y sobre todo no los regales al proletariado. No saben distinguir sabores. ¡Adiós!
Lo saludo con la mano para salir disparada hacia el despacho de la nueva maestra. Dónde creo que se dirige Leah.
A duras penas logro subir las largas escaleras, pero cuando doblo la esquina para llegar al pasillo que da hacia el salón, me estampó contra otra persona.
—¡Ah, Harry! —sobo levemente mi frente mientras el retrocede —¡Uy, perdóname!
En el piso se encuentran sus gafas, lo que me da mas risa es que no se inclina para recogerlas porque no ve exactamente dónde calleron. Así que me inco y las recojo para devolverlas a su lugar.
Mi leve contacto contra su rostro y su respiración chocar con el mío, me hace la piel de gallina.
—Ellie —otra vez se queda como una estatua de Marfil —¿Que haces aquí?
—Estaba buscando a Leah ¿La viste?
El chico me mira con un poco de tristeza, incluso diría que dolor, aunque no estaba segura si se trataba de eso. Lo veo apretar sus labios antes de contestar.
—Acaba de entrar a su castigo.
—Oh, ¿Que tal estuvo?
Se alza de hombros poco interesado.
—Harry —llamo, obligándolo a mirarme —¿Te sientes bien? Estás temblando.
Señaló la forma tan rara en que se mueve. No era para humillarlo ni nada, más bien me preocupaba que le pasará algo.
—Si. Estoy estupendo —responde irritado.
—Uhm ¿Recuerdas que quería contarme una cosa? Estoy libre ahora...
—No, se me acaba de olvidar.
—Harry.
—Tengo que irme, debo hacer tarea atrasada. Nos vemo luego.
—De acuerdo.
Tan solo si me hubiera dicho que pasaba, lo habría abrazado hasta hacerlo sentir bien.
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