Cap.21-H vs M.
Capitulo Veintiuno: H vs M. (Harry vs Ministerio, de nuevo)
Para el almuerzo trate de ser la primera en llegar y la primera en irme.
Porque, principalmente no quería toparme otra vez con Cedric o sus amigos y finalmente quería darme un momento a solas para resolver el revoltijo que se ha hecho en mi cabeza.
De solo pensar que es el primer día, ya no me quiero imaginar lo que sigue a continuación.
Voy por los pasillos esquivando a unos cuantos compañeros, hasta que escucho que alguien grita detrás de mi.
—¡Prewett! —se trata de Leah que me sigue el paso con dificultad, aún imperventilando —¡Ah! Si que corres rápido para ser tan bajita ¿Podrías detenerte para respirar un poco?
Frunzo el ceño.
—¿Estaba corriendo?
—Si —me mira obvia —. Te vi salir del gran comedor con mucha prisa, pensé que había sucedido algo.
—Eh, no. Solo estaba ansiosa por llegar a la próxima clase. Es todo.
Leah toma una gran bocanada de aire mientras apoya sus manos en las rodillas, recuperando la estabilidad del cuerpo de una persona que no corre por inercia, como yo.
Aún me sorprendo por no haberme cansado, supongo que estoy en modo supervivencia.
—¿Bromeas? Ni siquiera Hermione está tan entusiasmada con DCAO —sacude la cabeza —. En fin, quería hablar contigo.
—Adelante —le digo, obligándola a seguirme por la gran escalera.
Es que ví a muchos chicos saliendo por los pasillos y temía que alguno fuera mi ex.
Que miedo.
—Escucha, primero que nada lamento lo que paso en Hogsmeade. Se salió de control.
Hago una mueca.
—No te preocupes por eso, aunque fue raro ¿Tu y Logan son cercanos?
—Algo así, éramos amigos de pequeños, hasta que entramos a Hogwarts y yo quedé en Gryffindor defendiendo a Harry de Draco y ellos en Slytherin. Lo demás es historia.
—Mm, jamás lo habría imaginado.
Ella hace un gesto con la mano sin darle importancia, pero entonces le brillaron los ojos, aún más entusiasmada por lo que quiere contarme.
—Ahora lo segundo ¿Recuerdas cuando Harry y yo vimos a alguien en el expreso de Hogwarts? —espera un segundo para que conteste —No adivinaras quien es.
Enarco una ceja.
—A la nueva profesora, supongo.
—¡No! Eso paso en tercer año con Lupin. Quiero decir, vimos a este otro sujeto en el vagón principal del conductor. Jake Jackson. El estúpido modelo de corazón de bruja.
—¿Que? ¿Lo dices en serio?
—Muy enserio. Fuimos en busca de la señora de las golosinas y nos terminamos encontrando con él, hablaba con unas personas importantes. Todos lo trataban muy bien y creemos que tiene algo que ver con la nueva maestra.
—¿Por qué lo dices?
—Hermione cree que el Ministerio interfiere con Hogwarts, con la llegada de Umbridge y ese zopenco de Jackson.
Bien, creo que después de eso mi prioridades en la mente cambiaron. Definitivamente hay cosas más importantes en las que pensar que no sean mis problemas amorosos, eso lo dejaremos para el final de la semana.
—Mi amiga Susan también lo piensa —digo asintiendo —. Será peligroso para Harry y Dumbledore.
—No solo para él, pero de eso se preocuparan ellos. Es decir ¿Cuando no están en peligro?
Eso sí.
—Hablando de Jake Jackson —dije un tanto pensativa —. ¿No te parece extraño que Black nos haya prohibido acercanos a él y de buenas a primeras llega como si nada? Incluso nos burlamos porque pensamos que sería imposible.
—Lo pensé —dice dándome la razón —. La Orden ya debió haberlo visto venir, si no por qué otra cosa nos advirtiera Sirius. A menos que conozca a su Familia.
Me quedó un rato callada, tal vez no sabría con exactitud porque Sirius había sospechado desde antes, pero bien tuvo sus razones, es decir, no fue una coincidencia verlo en el expreso de Hogwarts cuando nos acabamos de enterar que el ministerio tiene un infiltrado en el colegio.
—Por cierto, tengo un plan para el secreto...
—¿Cuál secreto?
Enserio, últimamente tengo tantas cosas en la cabeza.
Leah bufa un poco, moviendo las manos exageradamente.
—Ya sabes, el hijo de Sirius —susurra —. Tengo un plan para averiguar un poco.
Me detengo en seco para esperar que la escalera se mueva, entonces la miro un poco confundida y a la vez derrotada.
Claro que era importante saber un poco sobre su vida, pero viendo la situación actual, dudo mucho que sirva de algo saber quién es el hijo de Sirius. Además, fue un buen pretexto para ganarme su confianza y calmar sus hormonas que parecían explotar de la furia aquel día que Leah atacó a Black.
Niguenmelo.
—Mmm, te escucho —dije observando su rostro —. Que no sea preguntarle a cada uno de los alumnos si es su hijo.
Pronto borra su sonrisa decepcionada.
—Bueno, tengo otro.
—Leah, sinceramente no siento que vayamos a encontrar información aquí dentro, probablemente ni siquiera asiste a Hogwarts. Y si lo hiciera, no podemos ir por ahí cotilleando sobre un tema importante el cuál Harry no está enterado. ¿Cómo esperas que reaccione la gente? ¿El heredero de Sirius Black entre nosotros? Aún sigue siendo un criminal para los otros ¿Recuerdas?
No sé, si sea ADN latino pero cuando una latina se enoja, vaya que lo sabe encarar muy bien y Leah es el vivo ejemplo de Porte Londinense y Fieresa Latina.
—Gracias por tu opinión aunque no la voy a tomar en cuenta —se cruza de brazos —. No te lo quise decir en su momento, pero ya no me dejas opción. Ellie, sospecho firmemente que tú eres su hija.
Me rio de solo escucharla.
Es una total bobería.
—Estas loca. Hablamos de esto...
—¡Es de verdad! —me interrumpe —Cuando vino mi mamá a King's Cross me preguntó por ti. Es decir, no fue mucho lo que dijo pero se mantuvo como una histérica desde que supo tu nombre y cuando te vio de cerca, tu misma la viste, casi se desmaya.
—Tonterias.
—Tonterias las que dice Ronald. Las pruebas están frente a nosotras, solo falta juntarlas y tenemos a la bella Ellie Prewett llamada Ellie Black.
—¿Y que hay de ti? —Cuestiono y ella abre la boca. No lo vio venir jeje —. Tengo más pruebas que mostrar porque: Número uno, tu madre y Sirius se conocen desde hace tiempo. Número dos, es extremadamente protector contigo. Número tres, te perdonó el hecho que casi le arrancas el cuello. Número cuatro, la señora Smith le dijo a mi tía que hay personas en la Orden que se preocupan por ti.
—Para empezar mamá y Sirius terminaron cuando salieron del colegio.
—Luego pasaron un par de años para el fin del señor oscuro.
—¡Eso no tiene que ver! —reprocha cada vez más asustada de aceptar que puede ser la hija de Sirius y tampoco nos habíamos dado cuenta —. Yo no soy una Black, ni siquiera me parezco a ellos.
—¡Menos yo! Mi madre es Rosmery Denoire y mi papá Fabián Prewett. Me parezco más a ella. Fin de la discusión.
—Ambos tienen un secreto, es tan evidente y estoy cien por cierto segura de que se trata de ti o aquel hijo perdido.
Ella aún continúa con esa postura firme, tan segura de lo que dice, lo que hace. Por otra parte estoy yo, tan dispersa y distraída que no se cuál especulacion tomar.
Encorbo mis hombros un poco fastidiada por la conversación. Hasta que la escalera se detiene nuevamente en el primer piso y varios chicos la suben esperando por el próximo cambio.
Veo de lejos un puñado de chicos mayores, unos son de Ravenclaw y otros tantos de Hufflepuff. Incluso puedo diferenciar la cabellera rubia rizada de Herbert Fleet entre la multitud.
—¡O no! Son los de Séptimo grado —aviso a Leah, quien voltea dramáticamente y aprovecho para acomodarme detrás de ella —. Pronto, escondeme.
La pelirroja alza los brazos un poco confundida y viéndome de la peor manera, pero seguramente ha hecho eso antes que pronto capta la indirecta.
—Agg, acabas de escucharte como Lavander y Parvati ¡Que horror! —sacude la cabeza y actúa tan natural, como si una chica de uno cincuenta y tantos no estuviera escondida detrás de ella —¿Le tienes miedo a los de Séptimo?
—Guarda silencio, ahí viene Cedric.
La estampida de chicos se para en el mismo lugar que nosotras, esperando que la gran escalera se digne a cambiar para poder dejarnos en nuestros pisos correspondientes.
Leah y yo habíamos charlado tanto que no nos dimos cuenta las veces que dimos la vuelta en ella.
—¿Por qué te escondes? —me susurra entre dientes.
—Ay, es una larga historia pero básicamente hice el ridículo frente a el está mañana y lo menos que quiero es verlo.
La escalera vuelve a detenerse y los de Séptimo grado se bajan. Por supuesto que venía Cedric con ellos. Puedes escuchar como la gente vitorea su nombre desde pasillos atrás, todos rodeándolo con emoción, admiración y esas cosas que terminan en on.
Tan guapo, amable y sonriente como siempre... Bueno, excepto cuando se enfrenta a pruebas de vida o muerte, en ese caso todos seríamos odiosos.
—Ya se fue ¿Seguirás ahí esperando o ya podemos ir a clases?
—Lo siento, ya podemos irnos. Estoy lista.
Lo miro de reojo una última vez, antes que Leah me tomé de la mano para alcanzar a Neville que también se dirige a la clase con Umbridge.
Vaya primer día del asco.
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Cuando llegamos al salón entre risas, los tres nos sorprendimos de ver a la Profesora Umbridge que ya se encontraba en su escritorio, con el pizarrón lleno de letras y todos sus utensilios minuciosamente ordenados.
Comprimio una sonrisa forzada al vernos, lo que nos hizo callar de pronto y tomar asiento.
A decir verdad, ayer en el banquete se había escuchado tan horrible que mis expectativas no eran tan altas, quitando el hecho que viene del ministerio, nadie sabía en realidad como sería de maestra. Podría ser estricta o relajada, tal vez Ron y los demás no la dejen dar clases como en Adivinación. Es decir, nadie le hace caso a la pobre. Pero ella parecía tener un carácter diferente.
Leah, Neville y yo intercambiamos miradas, casi casi maldiciendonos por haber llegado tan temprano.
En fin, está clase es divertida la mayoría de las veces. No creo que nada pueda arruinarlo.
¿Verdad?
—Ejem, buenos días —dijo la profesora una vez que todos habían llegado. Hubo un silencio —. No, no, no. Esto no puede ser así. Deben contestar “Buenas tardes profesora Umbridge ” todos a la vez por favor ¡Buenas tardes profesora Umbridge!
Lo hicimos con pocas ganas pero se logró.
—No ha Sido muy difícil ¿No? Guarden sus varitas y saquen las plumas.
Con esa orden, un intercambio de miradas es presente ahora por todos los compañeros. ¿Sin varitas? ¿Estaba bromeando?
Leah arruga la cara confundida e incluso duda si meter la varita a su mochila o dejarla en el escritorio, de todas formas obedece.
Igual que la mayoría.
También veo a mis amigos confundidos.
La profesora pronto nos señala los objetivos de curso que han sido escritos en la pizarra mágica que flota enfrente de nosotros.
—¿Todos tienen su ejemplar de La Teoría de Magia Defensiva de Wilbert Slinkhard? —hubo un murmullo —. Cuando yo le pregunte algo deben contestar con “Si, profesora Umbridge ” o “No, profesora Umbridge ” ¿Quedó claro? Entonces ¿Todos tienen su ejemplar de La Teoría de Magia Defensiva?
Santo Merlin, ni siquiera tengo que ver la cara de mi primo para saber que se muere del horror.
—Si, profesora Umbridge.
—¿Crees que si le digo que no, me saque de la clase? —duda Leah en voz baja.
La nueva profesora borra su sonrisa de satisfacción y nos observa.
A la pelirroja no le afecta, pero a mí me pone nerviosa.
—¿Dijeron algo?
—No, profesora Umbridge —dije rápidamente, roja de la vergüenza.
Tenía que evitar meterme en problemas si quería sobrevivir el año y por obvias razones Smith no me ayudaba en nada. ¡Yo si me quiero graduar!
—Bien. Me gustaría que vayan a la página cinco y lean el capítulo La Teoría de La Magia Defensiva. Sin hablar.
Saco mi libro por fin, comenzando con la lectura súper aburridisimas del día. Esto se siente tanto como las clases de el profesor Binns y que conste que él es un fantasma. En tanto Dolores Umbridge parece mas bien un sapo hinchado.
La cosa se pone más interesante cuando Hermione, discreta, entre los demás alumnos, alza su mano como de costumbre, solo que está vez nadie pregunto nada.
—¿Alguna duda sobre el capítulo querida? —Responde la maestra.
—No es sobre el capítulo, más bien sobre los objetivos del curso.
—¿Los objetivos del curso? Estamos leyendo un capítulo del libro. Los objetivos del curso ya quedaron claros.
Miro la pizarra, luego a Hermione y luego a Umbridge.
1:Entender los principios de la magia defensiva.
2: Aprender a reconocer situaciones en las que podemos usar la magia defensiva legalmente.
3: Situar el uso de la magia defensiva en un contexto para su uso legal.
—Bueno, no lo están —dijo Hermione bruscamente —. No hay nada escrito sobre el uso de hechizos de defensa.
Los sobrantes en la discusión dejaron de prestarle atención a los libros y alzaron la mirada.
—¿Uso de hechizos de defensa? —la veo incrédula —¿por qué? No puedo imaginar que se presente ninguna situacion en mi clase que pueda necesitar que use usted un hechizo de defensa ¿señorita...?
—Granger.
—Señorita Granger ¿Cree que va a ser atacada en medio de la clase? —dice con su tono innecesariamente dulce.
—¿No vamos a usar magia? —pregunta mi primo pero es ignorado.
—Si ¿Se da cuenta que la mayoría de hechizos de Defensa Contra las Artes Oscuras necesitan práctica?
—¿Es una experta en educación del ministerio, señorita Granger?
—Bueno, no...
—Bien. Entonces, siento decirte que no estás cualificada para decidir que es lo más importante en mi clase. Magos mucho mas ancianos y mejor preparados que tu han
diseñado nuestro nuevo programa de estudio. Van aprender cosas acerca de los hechizos de defensa por un camino mucho más seguro...
—¡Y de que sirve eso! —esta vez se trata de el famoso niño que vivió, junto con sus amigos armando desorden pero está vez justificado. Parecía igual de enfadado que la misma Umbridge porque mocosos de quince años la han cuestionado.
—¡Si, está clase no es divertida si no hay desastres! —exclama Hannah.
—¡Que levanten la mano! Y no se trata de que sea divertida la clase.
—No sirve de nada si no nos vamos a poder defender allá afuera...
—Es que no hay motivos para querer defenderse allá afuera, señor Potter.
—Lo que dice Harry es cierto —interviene Leah, enojada —¿Que si algún día ocurre algo? ¿Cómo nos defenderemos del peligro...?
Umbridge se pone cada vez más roja de la furia y nosotros disfrutamos perder la clase hacíamos justamente eso.
—No voy a criticar como se hacen las cosas en este colegio. Pero déjenme decirles que sus enseñanzas en cuanto a la materia están muy dañadas. Con esos antiguos maestros que tuvieron, ya sabra Merlin todo lo traumados que están... Sobre todo con ese hombre lobo.
Mis amigos parecen tan molestos con ese comentario y aunque me cuesta un poco captar la referencia, termino abriendo la boca indignada al saber que se trata de Lupin.
No tuve clases con el, pero sin duda es uno de los mejores seres humanos que conozco.
—¡El profesor Lupin es el mejor maestro que hemos tenido! —bufa Dean, entrando a la disputa.
—Pues a decir verdad no les fue de mucha ayuda. Además, mi predecesor los sometió a encantamientos ilegales...
—Era un maniático, pero aprendimos mucho —gruñe Leah a mi lado.
Tanto que me da miedo que saque su lado feroz, frente a mí.
—¡La mano señorita Smith! Conozco a su padre y estoy segura que no sentirá orgullo de verla hablar en ese tono.
Oh, no. Tocó su punto débil. Se atrevió a callarla.
—Susan Bones —dice mi amiga en una esquina levantando la mano —Es que tenemos un examen práctico al final del curso ¿No nos ayuda practicando?
—Para eso señorita Bones, es necesario leer. No necesitan prácticar, la teoría lo amerita.
—¿Y que teoría hay en el mundo real? —espeta Harry con un grado de fastidio en su interior.
Elejor que nadie sabe del tema, aunque me temo que todos nos meteremos en líos si seguimos molestandola.
—Esto es un colegio, no el mundo real, Señor Potter.
—Se supone que la clase es para eso, defendernos una vez que salgamos.
—¿Defenderse de que exactamente?
Por Merlin.
Creo que nadie le dió un instructivo a esta señora de como tratar a Harry Potter, porque si no lo sabía, el pequeño muchacho tiene una reputación... Osea, es el favorito del director y aunque le han pasado tantas cosas, he cierto que siempre se sale con la suya.
Y el hecho que a la cara Sapo a continuación se le han safado los tornillos, lo vuelve aún peor.
Le hecho limón a su herida o mejor dicho cicatriz, metafóricamente.
—No lo sé, tal vez Lord Voldemort.
AHHHH.
Lo dijo, dijo su nombre.
Ronald que permanece aún lado de el, se atraganta. Lavander Brown produce un chillidos y los demás se apresuran a susurrar un «No puedo creer que lo hizo
—Diez puntos menos para Gryffindor —mando Dolores con satisfacción en el rostro —. Ahora déjame aclarar unas cuantas cosas. Según usted, acaba de decir que el señor oscuro ha vuelto de la muerte.
—¡Jamás murió! Aunque si, si ha vuelto.
—Eso Harry, dale con la silla —apoya Hannah aunque Ernie la calla.
La cara de terror se asoma en mi rostro y le pido con mi telepatía poco desarrollada, que pare.
Porque no es lindo hablar de eso, tampoco recordarlo. Es volver a vivir algo que en verdad me tiene tan triste y vulnerable.
—Ya no se meta en problemas señor Potter, acaba de perder diez puntos para su casa. Deje de decir mentiras.
—¡No son mentiras! ¡Yo lo ví! ¡Luche con el! —bramo Harry.
Otra vez un silencio sepulcral.
Mi corazón late con tanta fuerza que el sudor comienza a salir por mi frente y puedo escuchar el sonido latente por cada rincón del salón de clases.
—¡Usted está Castigado Señor Potter! A las cinco de la tarde mañana en mi despacho. Les vuelvo a repetir, es una mentira. El ministerio lo confirmo y trabajo rigorozamente sobre el caso. Si alguno escucha sobre un mago tenebroso es mejor que me lo diga. Soy su amiga, pueden decirme lo que quieran. Mientras, vayan a la página cinco y lean el capítulo Teoría de Magia Defensiva.
Parece que por fin, ha terminado el debate sobre la clase, la boca se me seca y creo que estaré bien a final de cuentas.
Entonces Harry continúa, porque azota las manos contra su taburete y se levanta, tan valiente como un león.
Y yo me escondo en la madriguera como toda una buena tejona.
—Entonces, según usted Cedric Diggory casi muere por arte de gracia.
—Sin embargo sigue vivo y es el precio del concurso.
—Aja, pero porque otra alumna se metió a salvarlo de su cruel destino mientras el ministerio no hizo nada —Leah repite las acciones de Potter.
—Eso es mentira...
—Claro que no —defendi molesta, incluso tanto que no puedo creer lo que acabo de hacer —. Yo estuve ahí también, yo lo ví. Al señor oscuro. Harry lucho contra él mientras Cedric y yo fuimos torturados ¡Todo es verdad!
Umbridge chilla de ansiedad.
—Segun el reporte, señorita Prewett usted estaba hechizada.
—Yo estaba consiente. Se lo que ví.
—Ninguno de ustedes lo sabe, son simples mentiras que se inventaron. Será mejor que guarden silencio si no quieren un castigo.
—Oh, por mi no hace falta molestarse —repone Leah —La mentirosa aquí es otra. Si quiere lo podemos hablar después de clases, haber si recapacita un poco y deja sus tonterías de decirle a los chicos que se enfrentaron contra Lord Voldemort que son unos mentirosos porque ya nos dimos cuenta que no es así. Ellie no estuvo hechizada, Harry si se enfrentó a él y Cedric fue atacado por magia tan oscura que no siquiera usted puede desempeñar por su falta de capacidad. ¡Maldita sea!
—Señorita Smith, espero este orgullosa de su vocabulario. Su padre se va a enterar de esto —la señora en rosa baja su mirada para escribir unos papelitos —Esta castigada. Mañana en mi despacho a las seis. Ahora todos a sus libros.
Ministerio de Magia -2
Harry Potter y sus amigos -0
Hey Honeys its me 💙
Ya comieron?
Últimamente me he sentido mal sobre la historia :c no sé por qué.
Es por eso que quiero saber sus opiniones y ¿Que es lo que les gustaría ver más adelante?
Espero leer sus comentarios con todas sus críticas, son bien recibidas y trataré de hacer lo mejor para continuar la historia 🥰
Las quiero muchooooooo.
Besos, bye. 💙
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