🐺EPÍLOGO🐺
Los vítores de los diversos cambia formas amotinados en el centro del lugar promueven mi candente actuación. Y mutado en una tormenta de emociones que rebozan por cada poro de mi dermis, me desenvuelvo al ritmo de la gloriosa melodía que retumba en el imponente recinto antes de retirarme al camerino para el pactado cambio de ropas.
Gritos desaforados de las fans que prometen hasta bajarte la Luna retumban por todo el lugar, y ecos de mi nombre gritado en coplas cuyo fin siempre van hacia el mismo lugar : "Diferentes maneras de partirme en ocho" como dijo mi Omega el otro día cuando nos reíamos de lo que escriben los fans en las diferentes redes sociales y demás.
—¿Cómo estamos Kook? —cuestiona mi "ahora" amigo y manager Min Yongui, al encontrarme en el pasillo caminando a toda velocidad mientras un personal de seguridad me acompaña sosteniendo mi botella de agua y pasándome una toalla.
—¡Cansado pero entusiasmado! ¿Tú recuerdas que yo ya estoy viejo para esto, no? —le cuestiono a medida que tomo ligeros sorbos de agua para calmar mi ansiedad mientras escucho y respondo con asentamientos de cabeza las felicitaciones del personal del detrás de escena a medida que avanzo por el pasillo.
—¡Pero Jung Kook! ¡Si esto apenas comienza! A parte, viejos son los trapos y aún así, sirven para la limpieza... Y ni hablar de los polvos mágicos que te echas —me anuncia.
Giro mi cabeza con la intención de hacerme el completo ofendido con los dichos del idiota, pero al observar hacia adelante y ver a mi rozagante Omega en su vestimenta perfectamente entallada a cada curvatura que lo resalta como lo más hermoso del planeta, me hace olvidar hasta de lo que estaba por hablar acortando el aire que ingresa a mi garganta que se encuentra deseosa de su etérea impronta.
—¡Cariño! ¡Vinieron! —me alejo de mis consumidores crónicos del espacio personal para arrastrarme hacia sus brazos y dedicarme a deleitarme en el dulce sabor cereza de sus besos.
Besos dulces impregnados de infinito anhelo, de recuerdos, de promesas de un futuro totalmente cierto. Sin poder imaginar realmente cómo fue que llegamos hasta aquí, justo a este momento.
Entregándome a sus roces que son el cobijo necesario para calmar mi zozobra. La muestra de que todo lo puedo mientras esté contigo, siempre a mi lado, siempre codo a codo aunque nos inunde la marea de imprevisto.
Años de decidía seguido de los mejores años de mi vida.
Para nunca acabar como alguna vez temí, socavando mi tumba en los remanentes de mi tiempo perdido y anhelando por haber hecho algo con mi puta vida.
Porque ahora sé, que aunque luche día a día con no pisar la maldita cola del diablo que me reclama como parte importante del contrato fumándome un porrito, sé que mis decisiones fueron totalmente justas. Y pensando realmente en ustedes, mi familia que me apuntala en la diaria vida y por los cuales prefiero la pena de muerte que defraudar la confianza que me depositan.
—¡Diez minutos Kook! Y no me saques de quicio —me dice Min con su dedo acusador mientras le ruedo los ojos porque tengo más ganas de irme a la mierda a llenarme del cariño de los míos a casa, que soportar las continuas miradas lascivas que me otorgan sobre que entro en escena.
—Sí jefecito, lo que usted diga. Ahora, déjeme besar a mi marido —le suelta mi Omega emanando feromonas que me traen como envuelto en un ensueño por su aroma.
—Pero, pero... ¡Jeon! —anuncia ya enojado por mi falta de interés hacia su persona y a lo que posteriormente realizo, cerrarle el acceso del camerino en sus narices sin dirigirle palabra alguna.
—Hola mi ídolo favorito... —susurra mi bello Omega sobre la comisura de mis labios mientras rodea mi cuello como puede y con inmensa ternura.
—Hola mi precioso esposo, te he extrañado tanto —le suelto aferrándome a sus esponjosos labios que se disponen a dejarme morar eternamente entre ellos... Lugar en el cual me pierdo ante la intensidad de lo que aflora desde nuestros enlazados cada vez que nos vemos.
Un toque que da inicio a una sensual danza de lenguas repleta de cariño, de manos que recorren con vehemencia las trémulas partes del cuerpo del contrario. Como queriendo resguardarnos un parvo de recuerdos en nuestras huellas para rememorar cuando estemos alejados y nos extrañemos.
—Te amo mi hermoso Omega —susurro cerrando mis ojos y dejando que mi mente se concentre en este atesorado momento aunque afuera haya retozo.
—Y yo te amo mucho, pero mucho más, mi deseable Alfa —me susurra entre jadeos provocados por mi mano juguetona sobre los vellos erizados de su nuca, cincelando pinturas que solo dibujo con el fin de provocar su estremecimiento.
—Me fascina como te retuerces entre mis brazos cariño, pero no abuses de tu suerte.
—Ya me retas, y ni siquiera he intentado lo que se imagina mi mente.
—Por eso mismo te lo digo, mi epicúrea esfera.
—¿Me estás tratando de gordo amor mío? Te recuerdo que el que dijo "Sí, así, bien adentro" durante el último celo, no fueron mis labios.
Y mofándome de sus morritos junto a esa trompa tan bella que me expresa, lo afirmo con sumo cuidado atrayendo su cuerpo hacia mi imponente pecho, para regocijarme en el calor de su soma mientras expide incesantes feromonas que se combinan con las mías.
Aromas que necesito como al aire que respiro para sentirme más vivo y dejar en los confines de mis rememores, que alguna vez estuve roto.
Y solo la bendición de su amor logró unir lo que la maldita vida me presentó como único camino en el abismo de mi desesperación.
—Nunca cariño, estás rellenito del más bello amor que un maldito Alfa afortunado como yo puede pedirle a la vida... ¿Cómo se comporta el día de hoy mi principito?
—Le gusta escucharte cuando ladras sobre el escenario amor, deberás hacerlo sobre el teléfono durante la pequeña gira.
—Ya hemos hablado de eso cariño, si no se van conmigo no hay ningún recorrido más que la vuelta hacia mi hogar junto a los niños y al amor de mi vida.
Mi hermoso Omega me observa con sus acuosos orbes rebosantes en un amor que varias veces medité no merecer, mientras acaricia mi incipiente barba dejada a propósito "según él".
—Estoy orgulloso de verte llegar a dónde llegaste mi Alfa —me dice compungido y apretando mis manos.
—Llegamos mi Omega, todos juntos, porque sin tu apoyo incondicional, nada de esto hubiera sucedido cariño... ¿Pero, todavía no sé cómo aguantas el grito desaforado de los fans? ¿Acaso no los escuchas? No sé cómo hacen para gritar de esa manera y luego poder hablar —le cuestiono apresando sus mejillas entre mis dedos.
—Los ojos fueron hechos para mirar... Y semejante belleza escultural que entona sensuales ladridos no pasan para nada desapercibidos. Así que sumado a que el monumento no se olvida de su viejo Omega y me tiene bien atendido y feliz. Le aguantamos que le griten desaforado y le regalen lencería erótica.
—Eso, porque te vuela la cabeza Omega pecaminoso —risueño le digo —, pero nada de viejo Omega cariño. Eres lo más hermoso del planeta y tú, junto a nuestros niños, son la luz de mis días.
Nos aferramos -nuevamente- entre arrumacos con exceso de cariño, buscando de no forzar al límite a mi lobo que quiere desgarrar las prendas de su pareja sin importarle que cargue a nuestro o nuestra cachorro. Y en medio de una nube de afección, golpean el acceso con suma urgencia.
—¡Dos minutos Kook! —gritan desde el pasillo y ¡Maldita sea! Que ni siquiera me he cambiado las prendas.
—Apúrate Alfa, que la muchedumbre está en la ansiosa espera —dice mi Omega regalándome un beso fugaz y dirigiéndose hacia la puerta.
—¡Jeon! Aquí el vestuarista espera para los toques finales, ¿me imagino que te cambiaste las prendas, no? Porque debes salir ¡Ahora! ¡Maldición Kook! —se escuchan las vociferaciones de mi mánager al otro lado del acceso y mi esposo me realiza una seña de "estás en problemas" por no decir que me cortan las que me cuelgan.
Y sobre que mi Omega abre la puerta, caen de frente, Min y el vestuarista. Y por una pizca no lo hace -tambien- la maquilladora.
—Todo suyo jefecito —le dice resuelto y risueño mi tesoro que se aleja no sin antes detenerse ante mi grito.
Entonces, los paso por arriba al par que se incorporan luego de la caída, para llegar al lado de mi Omega y agachándome delante de él, le beso la tripita con sumo cariño anunciando "Pórtate bien principito, que papi te arrullara luego en casita, te amo con mi vida..."
E incorporándome luego, lo apreso con cuidado entre mis brazos, diciéndole cuánto lo amo a él y a los niños. Aunque mis otros pequeños han quedado en casa junto a sus abuelos viendo la transmisión en directo.
Él, me devuelve un "te amamos" cargado de todo el amor que simulan reservas energéticas para mi impronta en la escena.
Y en medio de gritos que me rodean diciéndome que están cansados de andarme atrás porque me paso las palabras por donde se me canta, me dedico a renovar mi ropa a toda velocidad y con una sonrisa imposible de borrar en mi rostro.
Intentando hacer entrar mis fibrosas piernas en los entallados pantalones granate y así salir a reventar el escenario con la primer canción que mi Omega me escucho cantar aquella noche en la casa de Nam.
Así me dedico a recrearme en los remanentes de su aroma regados por todo el lugar. Aromas que me hacen sentir pleno y como en casa, aunque haya miles de personas más.
Decidido a subir al escenario para comerme al público del lugar, que a pesar de mis treinta y tantos años me hacen sentir jovial. Pero lo que más amo de todo esta incipiente fama que me arrolla como un Huracán, es que me apoyan aún sabiendo que soy un solista enamorado y con una familia que amo.
"Deberíamos ocultar" se atrevió a sugerir un empresario alguna vez en mis comienzos. Y gracias a la intensa mirada más el gruñido que nació desde lo más profundo de mi garganta, nunca más se atrevieron a proponerme algo similar.
Si me quieren, me querrán con Omega y varios hijos, aunque en su mente me deseen para ellos y "completamente desnudo" diría mi marido.
Lamentablemente, no todos los celos han sido efectivos para procrear, pero cada tanto se ve que donde pongo el ojo, pongo la bala diría mi amado Omega. Así que mientras la Madre Luna nos bendiga y él quiera, por supuesto, seguiremos poblando al mundo de "milagros" en nombre del amor que nos profesamos desde hace tanto tiempo.
—¿Estamos listo? —cuestiona el regidor, encargado de coordinar que todo salga como debe ser.
Y solo le realizo un asentimiento de cabeza para darle mi "ok" mientras desde el trascenio, observo a la multitud acomodarse mediante cánticos y gritos de furor a medida que las luces descienden en todo su esplendor por el lugar.
Luego, avanzo lentamente recorriendo con mis orbes todo a mí alrededor hasta dar con mi hermoso y embarazado esposo a un costado, recostado sobre un parlante y con su silla sin usar por detrás, silla que quedará cual decorado si es que no la piensa usar.
Y recibiendo los besos voladores que ofrenda hacia el aire pero en mi dirección, me desplego cual animal agazapado en busca del caluroso recibimiento de mis fans, con la sola idea de provocar la turbación del lugar y rellenarme de más pasión a mi andar.
Para finalizar la madrugada luego, mareado del aroma del verdadero y único amor que me importa... Mi amado Omega. Envuelto por la majestuosa cuna de sus brazos y siendo -nuevamente- receptor, de los apasionados besos sanadores de mi cuerpo, alma y corazón.
"My Time" By Jung Kook.
Haw mis lobitos se rellenan de hijos lo parió 🤣
No tener una primera plana para mirar ese Alfa menear la cadera😏
Mil gracias por acompañarme hasta aquí, por llenarte de emociones junto a este par y por disfrutar de mis palabras😍
Gracias por tu estrellita, significa mucho para mí 🥺
Y recuerden, que los amito mucho❤️
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