Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 36

6 años atrás.

— Kookie, si llegamos más tarde a tu casa te regañaran, deja ya de perseguir a ese gato, está claro que no quiere que te le acerques.

— No es eso Tae, solo esta asustado, probablemente le ha tocado tratar con mucha gente mala. Pero ahorita se acercara, en cuanto se de cuenta de que solo le quiero dar comida y no hacerle daño.

— Pero llevas cinco minutos ahí sentado en el piso y te sigue viendo de lejos sin moverse. No es mejor que le dejes la comida y nos vayamos para que se acerque.

— Pero también lo quiero acariciar, tiene que saber que no todos buscan hacerle daño.

Su ceño se frunció, podía sentirlo pero no se rendiría, el miedo en ese pobre gatito significaba que alguien lo había herido y él solo quería darle un poco de mimos para que supiera que no todo se trata de sufrimiento.

— Sabes que te ves adorable cuando haces pucheros y que normalmente cedo fácilmente, pero en serio me preocupa que tus padres te regañen. Hace una semana llegaste tarde porque quisiste ayudar a esos niños a bajar su pelota del techo de una casa y no quiero ni recordar tu castigo, por favor vayámonos, no quiero que te castiguen otra vez.

— Tae ya no me importa ser castigado, llevan años castigándome por no cumplir con los requisitos que según ellos tiene que tener un alfa puro. Te aseguro que ya no me afectan.

Su castaño amigo se sentó a su lado y lo rodeo con sus delgados brazos. Le gustaba el olor suave de Taehyung y agradecía estar usando neutralizador para que no se viera afectado por su propio aroma.

— No digas eso Kookie, a cualquiera le afectaría el que sus padres lo castiguen porque quieren que sea como su hermano mayor, además a mi me afecta también el verte después de que te castigan.

— Pero es verdad lo que te digo Tae. Mira, entiendo que soy totalmente diferente a mi hyung, él es seguro de sí mismo, es astuto y consigue lo que quiere, es el orgullo de mis padres. En cambio cuando se trata de mi, no importa que tan buenas notas saque, o que sea bueno en los deportes, canto, baile y prácticamente cualquier cosa a la que mis padres me inscriban, si no soy tan frío como ellos para conseguir lo que quiero ellos nunca me aprobaran, pero yo no quiero ser así Tae, no quiero pasar por encima de la gente solo porque si, solo porque según mi naturaleza soy más fuerte.

— Y yo te prohíbo cambiar, Kookie. — Su amigo se separó para poder verlo a los ojos con una mueca seria. — Tu eres el alfa mas perfecto que pueda existir, eres exitoso en lo que haces y bueno en todo lo que el estereotipo de un alfa impone pero también eres sensible, tranquilo, te preocupas por los demás y te gusta ayudar y proteger. No se que tienen en la cabeza tus padres y tu hermano, pero para todo el mundo ya eres perfecto.

— Gracias Taetae. — Rodeo el delgado cuerpo de su amigo en un abrazo rápido. — Se te olvido decir que tengo al mejor amigo del mundo también, la gente debería de estarme envidiando.

Sus risas tranquilas y despreocupadas sonaron y en un instante estaban hablando de cualquier otra cosa, como siempre, hasta que un maullido los dejó en silencio.

A unos centímetros de sus piernas cruzadas estaba el lindo gatito negro que empezó a ver durante esos últimos tres días de camino a su casa y estaba comiendo de la lata de comida para gatos que compro esa misma mañana cuando iba a la escuela. Con un movimiento cuidadoso acercó su mano hasta esa orejita que se movía captando los movimientos y la acarició. Cuando vio que el gatito no se movía ni se fue huyendo se atrevió a acariciarlo un poco más pasando su mano por el reluciente pelaje del lomo y rascando a un lado del cuello del minino.

— ¡Dios, Kookie! — La alarmada voz de su amigo lo hizo alejar su vista de aquel pequeño gato que ya estaba ronroneando bajo su toque. — Ya han pasado treinta minutos, se supone que ya deberías de estar en tu clase de piano. — Su brazo derecho fue jalado por su amigo beta y juntos empezaron a correr. — Vamos, tu adelantate, corres mucho más rápido que yo.

Debería de estar haciendo lo que le dijo el castaño a su lado, pero ni siquiera estaba pensando en el posible regaño y castigo que le darían, él solo estaba feliz porque ese bonito gatito se había dejado acariciar y había perdido el miedo, o por lo menos perdió el miedo con él. Volteó unos segundos hacia atrás y se encontró con esos ojos verdes de un minino que se lamía los bigotes y que meneaba la cola felizmente.

Definitivamente había sucedido algo bueno ese día.

— 𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓪𝓭𝓸𝓼 —

¡Demonios! Realmente costaba caminar sin que sus heridas ardieran cuando la tela de su uniforme rozaba con ellas.

Caminando lo más normal que podía, se acercó a su casillero para sacar los libros de la clase que le tocaba a primera hora. Vio a lo lejos como su castaño amigo se acercaba corriendo y puso la mejor de sus sonrisas e hizo el mínimo ruido posible cuando el mayor lo abrazo y rozó varias de sus heridas.

Pero no funcionó, su amigo inmediatamente se separó y lo observó unos segundos a los ojos antes de cerrar su casillero y jalarlo hacia los baños. Cuando llegaron, el beta se aseguro de que no hubiera nadie aparte de ellos y cerró con seguro la puerta.

— ¿Qué te hizo esta vez tu madre? — Le preguntó en cuanto lo tenía de frente.

— Mi madre no me hizo nada.

— No me mientas Jungkook, se que estás adolorido.

— No te miento, esta vez no fue mi madre.

Las manos del contrario fueron en automático a tapar su boca cuando comprendió sus palabras y un par de segundos más tarde las bajó un poco con los ojos brillosos por las lágrimas que amenazaban por salir.

— ¿Fue tu padre?

Asintió solo con la cabeza, pero cuando vio la primera lágrima correr por la mejilla de su sensible amigo rápidamente añadió una explicación para tranquilizarlo. — Pero no es tan malo, Taetae, es solo que mi padre llegó muy tarde por eso todavía no me curo, pero te aseguro que a la hora de salida ya no habrá ninguna marca.

— ¿Qué.. qué te hizo?

— Eso no importa, vamonos mejor a clases.

— ¡Si importa, Jungkook! A tu familia lo único que le importa es el poder, demuéstrales lo fuerte que eres la próxima vez que quieran golpearte, ya no te dejes, no me gusta verte herido.

Atrajo el tembloroso cuerpo de su amigo para abrazarlo. No le gustaba ver a Taehyung llorando, su amigo había sufrido y él solo quería que derramara lágrimas de felicidad. Los dos se lo merecían.

— Tae, escúchame. Nos faltan dos meses para graduarnos y yo se que una vez que termine la secundaria mis padres me presionaran aún más en la universidad para poder trabajar en su empresa junto a mi hyung, pero yo no quiero eso, yo quiero ser detective de la policía.

— Pero nunca te dejarían ser detective.

— Lo se. Por eso no puedo seguir aquí en Busan. Quiero irme a Seúl, Taetae, esa ciudad es más grande y no es fácil encontrar a alguien allá. Pero no quiero dejarte aquí, ni tampoco a tu mamá, vengan conmigo.

— Kookie, no tienes que llevarnos. Nosotros estaremos bien.

— Sé que estarán bien, pero yo los quiero a mi lado. Hoy saliendo no tengo ninguna otra clase, vamos con tu madre a contarle, tengo dinero suficiente para los tres, nos podemos ir en cuanto tengamos nuestros diplomas.

— Todavía no estoy muy seguro Kookie, no quiero que seamos una carga para ti.

— Nunca lo serían. Solo piénsalo, le contaremos a tu mamá y tienes de aquí a la graduación para pensar si lo harán o no. Ahora vamos a clases.

— Pero estás herido, déjame curarte.

— Sabes que me curo más rápido que un alfa normal, estaré bien Tae, deja de preocuparte. — El puchero en la cara de su amigo no cedía y sabía que no lo haría, no cuando se trataba de cuidarlo. — ¿Qué te parece si terminando de hablar con tu mamá vamos al parque y te dejo que me tomes las fotos que querías?

— ¡¿Enserio?!

— Si, pero solo si ya nos vamos a clases.

— Claro, vámonos.

Nuevamente se encontraba siendo arrastrado, pero esta vez por un emocionado beta.

Sin duda Tae y la madre de éste se había vuelto una familia para él, más que la propia, una familia donde se cuidan y preocupaban unos por otros y donde no faltaba calidez y amor. La familia que siempre quiso tener.

Una vez más el menor de todos se quedaba con la mirada fija, totalmente perdido en sus pensamientos y se veía adorable, tal vez esa no era una palabra que alguien utilizaría para describir a un alfa, pero Jungkook realmente lo era y de todas maneras él no era alguien a quien le importaran los estereotipos.

— ¿Kookie?

— ¿Eh? Ah, lo siento hyung, ¿qué decía?

— Apenas venía a hablarte. Mañana celebraremos a Jin-hyung, ¿no quieres invitar a alguien?

— Pues solo a ustedes les hablo, no soy bueno hablando con gente que no conozco. Antes de venir a Seúl solo hablaba con Tae y la madre de él.

— ¿Y no tienes ningún hermano?.. Es verdad, nunca te he preguntado sobre tu familia y tu ya hasta conociste a la mía.

— Pues solo le puedo contar lo que conocía de ellos hace seis años, desde entonces no los he visto ni sabido nada de ellos.

— Yo.. lo siento Kookie, no era mi intención-

— No pasa nada hyung. Solo querías saber, pero para mi Tae y su mamá son mi familia verdadera, a mi familia de sangre nunca le importo mas que el poder. — No quería que pensara que se estaba entrometiendo pero tal vez la confusión y curiosidad se mostraron en su rostro porque el menor le mostró una sonrisa y continuó explicándole. — En cuanto la familia de mi papá se enteró de que mi madre era una alfa con un útero capaz de cargar a un bebe no dudaron nada para prácticamente comprarla. Toda la familia de mi padre es de alfas de linaje alto, pero sabían que si se unía a una alfa de buena linea de sangre nacerían alfas puros de los que podría presumir, por eso se casaron, la verdad no creo que se amen, pero los une su gusto por el dinero y el poder así que están bien juntos. Mi hyung es igual que ellos, pero yo no quería eso para mi.

— Por eso viniste aquí con Tae, porque a ti te gusta ayudar y proteger, eso ya lo note, y te puedo decir que eres un grandioso alfa. Me alegra que encontraras a tu propia familia.

— Y ahora ya la termine de completar, cuando los conocí, Namjoon-hyung. Sabe mi hermano es de la misma edad que tu y Hobi-hyung, de pequeño siempre quería ser cercano a él, pero nuestros papás decían que si demostrábamos nuestros sentimientos nos veríamos débiles y mi hyung se lo creyó. Realmente nunca supe lo que pensaba, de mí o de la educación de mis padres, de hecho casi nunca hablábamos.

— Pues a mi me hubiera encantado tener un hermano menor como tu. Eres bueno en todo y lo que todos consideran un alfa perfecto, pero a ti no te importa eso y tampoco te aprovechas de eso. Incluso puedo decirte que a mi me pareces increíblemente tierno sin temor a que me arranques la garganta.

Dejó que su risa fluyera en cuanto notó el sonrojo que cubrió la cara del menor cuando le mencionó que era tierno. En un instante Yoongi salió de la cocina a ver qué le ocurría a su novio y fue seguido de cerca por Hoseok y Jin.

Su pelirrojo se sentó a su lado pidiendo con la mirada una explicación, curioso por saber qué ocurría y él solo lo beso informándole que hablarían de ello después.

No tenía ni idea de lo difícil que había sido la vida de Jungkook antes de que él y Taehyung llegaran a su pequeño grupo de amigos, pero ahora estaban ahí y silenciosamente procuraría ayudarlos para que ya no tuvieran que vivir como una familia de tres.

💜 I PURPLE YOU

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro