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Capítulo 17

Últimamente las cosas parecían ir de manera tranquila.

Yoongi trataba de compartir más de su tiempo con aquel alfa, al parecer en serio querían intentarlo y ahora podía ver a su hyung mucho más feliz, aunque él no se diera cuenta sonreía cada vez que pensaba que nadie lo veía.

Jin y Namjoon parecían muy contentos por que Yoongi ya no estuviera triste, pero lo gracioso era que al parecer les daba miedo que se encontrara sonriendo todo el tiempo, aseguraban que nunca lo habían visto así y que eso podía significar peligro.

Los últimos tres días cuando salía de la academia iba a visitar a su pequeño Jimin ya que había entrado en celo y lamentablemente Minjae fue asignado a turnos dobles durante esos días, al no tener una marca que los uniera, el alfa no pudo conseguir permiso para faltar.

Su amigo se encontraba solo en su casa, sus padres y su hermano menor estaban en Busan con sus abuelos y él sabía cuánto odiaba usar los supresores por ello lo acompañaba un momento, hasta que lo dejaba dormido y tranquilo.

Llegaba al restaurante cuando este ya había cerrado al público y esperaba a su novio hasta que la limpieza terminaba.

Otra cosa que había cambiado esa semana fue la presencia de Jungkook.

Antes solo esperaba en el estacionamiento a que Taehyung terminara su turno para llevarlo a casa, pero al inicio de la semana Namjoon salió y lo invitó a pasar, ahora cuando él llegaba ambos se encontraban conversando y riendo.

El alfa pelinegro ya no se alejaba cuando él llegaba y siempre lo saludaba alegremente, su lobo se sentía tranquilo cuando lo miraba, pero su corazón solo se acelera al mirar a su beta.

Taehyung se encontraba contento de que finalmente su amigo empezará a convivir con todos ellos, para él Jungkook era una alguien importante y que formará parte de su nuevo círculo de amigos lo hacía feliz.

Hoy nuevamente se encontraba en casa de su novio, despertando entre sus brazos con sus caricias y mimos de todos los días.

- Buenos días bonito.

Un beso fue dejado en su frente y en cada una de sus mejillas antes de que por fin pudiera sentir esos gruesos labios sobre los suyos.

- ¿Qué harás hoy Hobi?

- Mmm.. creo que iré con Minie cuando tu y Yoongi-hyung se vayan al trabajo, ayer por la noche terminó su celo y es probable que quiera aprovechar el fin de semana para hacer algo divertido.

- Cuando dices Jimin y divertido en la misma frase tengo miedo de los resultados.

- No pasara nada Namie, tal vez solo vayamos a ver una película o a recorrer todas las tiendas de Seúl.

- Eso suena bien - repentinamente fue abrazado fuertemente y el aliento de su novio dio en su oreja mientras su cara era enterrada en el fuerte pecho contrario -. Solo prométeme que compraras mucha más de esa lencería que te queda tan bien.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal y el calor subió a su cara en cuanto recordó el día del cumpleaños de su novio, cuando regresaron a su casa y él se probó las prendas que le había comprado su pelirrosa amigo como regalo y que aún no había utilizado.

- Me da vergüenza comprarla.

Su palabras fueron un susurro pero aun así llegaron a los oídos de su beta quien se rió por lo bajo.

- Entonces tendré que hablar con Jimin para que se asegure de que traigas muchas de esas prendas porque casi a diario me intentas seducir con ellas.

- Cállate Namjoon.

- Esta bien mi sonrojado y bonito novio, no se lo diré... se lo mandare por mensaje.

Antes de que pudiera darle un golpe, él castaño ya había salido de la cama y entraba al baño para ocultarse.

- ¡Le diré a hyung que no te haga desayuno!

Se levantó escuchando la risa que provenía desde el baño y fue al armario para buscar un pantalón de chándal que cubriera sus piernas.

Ese día Yoongi se encontraba en casa y ya no podía andar simplemente con la camisa de Namjoon cubriendo un poco de su desnudez.

Cuando se encontraba más cubierto salió en dirección a la cocina pero se detuvo en las escaleras cuando la voz de Yoongi llegó a sus oídos al parecer se encontraba hablando por teléfono y él no quería interrumpirlo, pero era lo suficientemente curioso para quedarse ahí a escuchar.

- T-toda la semana me quede co-contigo, para que quieres que vaya hoy en la no-noche... ¿Qué es?... N-no me digas así soy mayor que tú y no iré... N-no lo harías... - El tono del mayor sonaba cada vez más nervioso con cada respuesta que recibía por la línea telefónica. - ¡Ca-cállate!... Esta bien...Que no me digas así - un bufido molesto salió de los labios del mayor y después el sonido de algo cayendo en la mesa -. Maldito, me colgó antes de que lo regañara.

Con una sonrisa bajo los últimos escalones y se adentro a la cocina encontrándose con un sonrojado pelimenta, al parecer al igual que a él, a su hyung también lo lograba poner nervioso su pareja, aunque fuera menor.

- Buenos días hyung.

- Buenos días Hobi.

Ante su presencia el otro omega se volteo hacia el refrigerador y abrió la puerta de este para meter la cabeza y simular buscar algo, pero él sabía que solo intentaba ocultar su cara para que no notara lo roja que se encontraba.

- Hyung porque no subes a arreglarte para el trabajo, yo puedo hacer el desayuno, con el buen profesor que eres ahora ya se hacer comida decente.

- No es necesario Hobi, de todas maneras aún queda mucho tiempo para que nos tengamos que ir al restaurante.

- Pero hoy es sábado, tal vez por la noche quieras salir en una cita con tu novio, así que sube y tomate tu tiempo para arreglarte.

Jalo ligeramente a su mayor hasta que se encontraban al pie de las escaleras y con un leve empujón lo alentó a subir.

El pelimenta subió rápidamente, no sabe si por la vergüenza o por la emoción, pero en unos segundos se estaba escuchando la puerta de una habitación ser cerrada.

Sonrió ampliamente y volvió sobre sus pasos, al parecer ese día también iba a pasar de manera feliz para todos sus amigos.

- 𝓓𝓮𝓼𝓽𝓲𝓷𝓪𝓭𝓸𝓼 -

- ¡Hobi!

- Hola Minie, veo que ya tienes la misma energía de siempre.

El pelirrosa le sonrió tiernamente causando que sus ojitos formarán medias lunas mientras se hacía unos pasos hacia atrás para dejarlo pasar a la casa.

Se dirigieron a la sala y se sentaron uno frente al otro cómodamente para poder conversar.

- Supuse que querrías salir, después de estar días encerrado y tomando supresores.

- Mmm.. mejor vamos a quedarnos aquí a ver películas y a platicar.

- ¿Quien eres y qué le hiciste a mi Jiminie?

La sonora risa del menor llenó la sala provocando que él también se uniera.

- Solo me siento cansado.

- Tal vez deberíamos de ir al médico Minie, hace años que no tomas los supresores, tendremos que ir a que te hagan un chequeo.

- No hyung, estoy bien, solo... no se, no me siento de ánimo para salir.

- No me convences, pero dejaré el tema por ahora. Me dirás si te sientes mal, ¿verdad?

- Claro que si hyung.

- Bueno entonces preparemos mucha comida y subamos a tu habitación para ver las películas que quieras.

- N-no, vamos a quedarnos en la sala.

- ¿Por qué?

Las manitas de Jimin en su regazo empezaron a moverse y los deditos se entrelazaban una y otra vez, su amigo estaba nervioso eso era casi imposible de ver en él.

- Yo hice un nido anoche... y quiero conservarlo un poco más.

Eso sí era nuevo, él nunca había anidado porque antes no podía simplemente pedirle ropa a Namjoon y decirle que necesitaba su olor porque estaba a punto de entrar en celo y ahora lo tenía casi todo el tiempo con él, así que no era tan necesario, pero se enterneció al escuchar aquello de su pequeño amigo, porque probablemente había extrañado demasiado a Minjae.

- No te preocupes Minie no desharemos tu nido, qué tal si vas por unas mantas en lo que yo comienzo a preparar algo para estar comiendo.

Rápidamente el pelirrosa fue a buscar lo que necesitaban y él se dedicó a preparar algo sencillo para que pudieran comer.

Cuando la mesita de centro se hallaba repleta de comida y dulces que Jimin sacó de la despensa tomaron lugar en las mantas ubicadas en el sofá y se dedicaron a ver la película que eligieron unos minutos antes.

La película hablaba del amor de dos amigos que toda la vida fueron separados debido a sus familias, ellos querían estar juntos pero a ella la estaban obligando a casarse con alguien más, eso no impedía que viera al amor de su vida a escondidas.

Realmente estaba concentrado en la trama, pero en un momento la escena se pauso y lo desconcertó.

Volteo su mirada a Jimin, quien tenía el control remoto entre sus manos y miraba fijamente la pantalla.

- ¿Que pasa Minie? ¿Necesitas ir al baño?

Los cabellos rosas se agitaron cuando él negó aun con su vista en la televisión.

- ¿Entonces qué sucede?

- Hyung, ¿tú qué piensas de la infidelidad?

- ¿Eh? - La pregunta lo tomó por sorpresa así que requirió unos segundos para pensarlo. - Mmm... siendo sincero yo no podría hacer algo así, amo demasiado a Nam, no veo el caso de buscar felicidad, adrenalina o cualquier cosa que te lleve a ser infiel, pero si me encontrara en un caso como el de la película, donde me obligan a estar con alguien que no tolero mientras yo se quien es la persona con la que realmente quiero estar yo habría hecho lo mismo que ella.

- Pero si la persona con la que estás, aunque no sea la indicada es amable y te cuida y es realmente una buena persona, aun así ¿esta bien terminar en los brazos de alguien a quien amas mas?

Esa pregunta parecía buscar quitar algún peso de encima. Con total seriedad tomó las regordetas mejillas del omega y lo giró con suavidad hasta que estuvieron de frente.

Los pequeños ojos huían de su mirada observando el espacio entre ellos y las palmas de sus manos comenzaban a sentir el calor de la cara entre ellas.

- Minie, ¿por qué me estas preguntando esto?

- Solo curiosidad hyung, nada importante.

La voz era casi un susurro pero aun así pudo saber que mentía.

- Si es importante para ti, y quiero saber porque, sabes que puedes contar conmigo en lo que sea, no quiero que te guardes algo por temor a ser juzgado, yo nunca te haría algo así, siempre voy a estar para escucharte.

Los ojos contrarios se encontraron con los suyos y estos ya se encontraban inundados de lágrimas.

- Yo... pasé mi último celo con alguien mas.

Esa noticia lo sorprendió, pensó que tal vez sería algo como que empezaba a mirar más de la cuenta a alguien o que se beso con otra persona, ciertamente no esperaba algo así.

- Y no es la primera vez.

La rota voz del omega llegó a sus oídos y se dio cuenta de cuánto dolor le causaba pronunciar aquello en voz alta.

Al parecer su tranquila tarde de películas ya no sería posible.

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