—¿Cómo que Brutilda no regreso con nosotros?— cuestionó Billy enojado

—¿Cómo no te diste cuenta que faltaba Brutilda?, montan un dragón de dos cabezas— secundo Astrid

—Ah si, me siento como Brutilda debe sentirse siempre, babosa— dijo Brutacio

—Por las barbas de Odín, esto se pone cada vez mejor— reprocho Bocón

—Debemos encontrar a Brutilda, esta en manos de Grimmel, es peligroso que este ahí— indicó Abel, recibiendo apoyo por parte de Valka

Algunos vikingos se encontraban peleando y reclamando sobre lo sucedido

—Chimuelo ya tiene a esa Furia Luminosa, es probable que ya ni siquiera vuelva— vocifero uno de los vikingos

—¿Qué?— preguntó Hipo confundido

—Entiende, tu lo liberaste Hipo, ¿Qué esperabas que pasará?— exclamó Astrid

—Pues no esperaba que se fuera para siempre— vocalizo el ojiverde— Ah yo... yo lo voy a resolver, solo necesito tiempo— terminó para alejarse del lugar

—¿Cómo? Anna acaba de morir, ¿Cuantos más morirán por esto?— grito uno de los vikingos, ocasionando que Hipo se sintiera culpable

Abel se acercó a aquel hombre para que dejara de hablar

—Cree que tiene que guiar solo, por que su padre tuvo que hacerlo... no se da cuenta de la fuerza que tienen juntos— verbalizo Valka mirando a Amelia— ¿Sigues confiando en el Amelia?— preguntó

—Si yo si, ojalá el creyera en si mismo, pero, siente que no es nada si no tiene a su lado a Chimuelo— respondió la pelirroja

—Entonces ayúdale a ver la verdad— murmuró Valka con una pequeña sonrisa

Amelia la miro, aunque no lo dijera abiertamente, tenía dudas acerca de todo, su madre había muerto se sentía vacía

Una mano se poso en el hombro de la chica, al mirar de quien se trataba, miró a su padre, quien le dio un mirada tranquila, asintiendo con la cabeza, finalmente la chica no dudo más, y fue directo con Sareth

—Súbete— ordenó Amelia mirando a su novio

—¿Qué?— respondió este

—Vamos a buscarlos— indicó la ojiazul extendiéndose su mano

—¿Enserió?— preguntó Hipo tomando la mano de la menor de los Miracle, para montarse en Sareth

Y así, ambos jinetes emprendieron vuelo para encontrar a Brutilda y a Chimuelo

[•••]

Llevaban aproximadamente casi dos horas volando sobre el enorme océano azul, ambos jinetes dispuestos a encontrar a Chimuelo y a Brutilda

—Perdóname... estas aquí conmigo buscando a Chimuelo, cuando deberías estar con tu familia— se disculpó Hipo agachado su cabeza por la vergüenza que sentía

—Hipo, no fue tu culpa, además... primero tenemos que parar esto— indicó Amelia

Sareth soltó un rugido estruendoso, como si estuviera rastreando algo

—¿A donde nos lleva?— preguntó Hipo

—Seguro esta rastreando algo, ¿Verdad nene?— la pelirroja acario a su dragón con gentileza

—Aquí no hay más que kilómetros y kilómetros de...— murmuró el ojiverde quedando boquibierto por lo que estaba visualizando

Una enorme cascada en forma circular, de aquella cascada sobresalía un fuerte humo, dejando a ambos jinetes sin palabras

—Una gran cascada— murmuró Hipo

—En el borde del mundo— secundo la ojiazul mirando a su novio

Ambos soltaron un fuerte grito, pues Sareth  bajo con rapidez en medio de aquella cascada, adentrándose en ella

—¡Sareth!— grito Amelia

Al bajar en esta, se adentraron a una enorme cueva, al principio ea oscura y tétrica, pero no pasó mucho tiempo lara que aquella horrible cueva, se convirtiera en una hermosa cueva llena de hermosos colores vivos

Pequeños dragones dorados volaban entre ellos, Sareth había adquirido colores rosas, verdes y amarillos entre su cuerpo

Llegaron a un punto en el cual ambos bajaron de Sareth, pues a lo lejos varios dragones estaban acercandose

Ambos con asombro miraron a los dragones

—Si existe Amelia— susurró Hipo con asombro

—Es hermoso— exclamó la menor de los Miracle

A lo lejos, pudieron divisar al dragón que tanto estaban buscando

—Chimuelo— dijo Hipo tratando de salir del lugar donde estaban escondidos

—Shhh, los asustaras— verbalizo la pelirroja tomando del brazo al azabache

Chimuelo, junto a a aquella hermosa Furia Luminosa siendo alabados por los demás dragones, sin duda alguna, estaban venerando a su alfa

—Ese si es un rey— susurró Amelia con una sonrisa

Hipo por su lado, no parecía agradable esta noticia, pues su rostro reflejaba tristeza, cosa que no pasó desapercibida por su novia

—Hay que irnos— vocifero Hipo

—Hay no— dijeron ambos chicos al unísono

Un enorme dragón estaba detrás de ellos, con la intención de atacarlos, pues era obvio que los humanos no eran permitidos en aquel lugar

Hipo intento tocarlo, pero fue inútil, aquel dragón estaba dispuesto a atacar a ambos jinetes, Amelia lanzó una aureola directo al feroz dragón, ambos corrieron lo más lejos posible, la pelirroja soltó un fuerte chiflido

Aquel ruido no pasó desapercibido ni por Sareth, ni por Chimuelo, quien conocía perfectamente aquel sonido

—Sareth, ¿Donde estas?— grito Amelia escapando del dragón— Hipo, corre— vocifero Amelia, la chica lanzaba aureolas hacia el dragón

De un momento a otro, Sareth apareció y en un intento de proteger a su jinete soltó un fuerte rugido, de su cuerpo salieron rayos, asustando, tanto a los dragones, como a Amelia he Hipo

Seguido llego Chimuelo, quien tomo por los hombros a Hipo

—Pe-perdon amigo... perdón yo— se disculpó Hipo con Chimuelo, quien no hacía ni un solo ruido

[•••]

Estoico del Vasto, el gran Jefe de Berk

Muchos podrían decir que era un hombre frío y sin corazón, aunque la realidad era otra, pues extrañaba demasiado a su esposa, la madre de su único hijo

—Hijo— murmuró Estoico limpiándose sus lágrimas— Deberías estar dormido

—Es que tenía sed— respondió un Hipo de 7 años

—Bueno, ven aquí— murmuró el Jefe de Berk

Su pequeño hijo bajo con cuidado las escaleras, su padre lo tomó en sus grandes brazos y lo puso en sus piernas

—Pa, ¿me vas a conseguir una nueva mamá?— preguntó Hipo

Estoico abrazo a su hijo

—No quiero a otra, tu mamá, fue la única mujer para mi— aclaró el hombre— Ella fue el amor de mi vida, pero con el amor viene la perdida hijo, es parte del trato, a veces duele, pero, al final lo vale todo... no hay mayor regalo que el amor— concluyó abrazando a Hipo

—FIN DEL FLASHBACK—

Recordando lo que su padre alguna vez le había dicho, Hipo Haddock, sabía que era hora de dejar ir a su mejor amigo

—¿Qué fue lo que te pasó amigo? ¿Tu sabías que podías hacer eso?— cuestionó Amelia, recibiendo un gruñido por parte de Sareth, quien tampoco sabía que podía hacer eso

Ambos jinetes bajaron de sus dragones, Hipo con dificultad se acercó a Chimuelo

—Todo esta bien, tu perteneces haya, con ella... nosotros no, y no te preocupes, ya encontraremos una forma de...— a Hipo no le salían las palabras

Chimuelo volteó a mirar entre el pasto, y para su sorpresa, era la Furia Luminosa

—Nos siguió hasta acá, tal vez no tengamos que despedirnos de ella— exclamó Hipo con emoción

—Wow— escucharon una voz detrás de ellos

—¿Brutilda?— dijo Amelia

—¿Me extrañaron?— preguntó la rubia

—Dinos, ¿como te escapaste?— pidió la menor de los Miracle

—Los moleste hasta que me dejaron ir— contestó Brutilda jugando con su cabello

—Haber, ¿Qué? ¿Grimmel te dejo ir?— interrogó Hipo extrañado

—Es un tonto, no pudieron conmigo, creen que Brutacio es más molesto, pero pero pero...— continuó la chica

—Brultida concéntrate— pidió Hipo— ¿Alguien te siguió—preguntó preocupado

—Jamás miro atrás Hipo— verbalizo Brutilda con una sonrisa

—Ay no— murmuró Amelia

—Chimuelo—susurró Hipo corriendo a donde se encontraba su mejor amigo