Advertencias: Mención a la muerte, pero no de manera grotesca.

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"Eres lo único en lo que creo cuando pierdo la fé en lo que hago
En la oscuridad, te veo a tí
No importa que tan lejos vaya, tú siempre serás a dónde pertenezca, Chuuya".
-Con amor, tu hermano.

Se dice que si tienes un gemelo nunca estarás solo, que siempre tendrás un compañero unido a tí de por vida, pero es solo un dicho tonto, eso lo sabía Chuuya, pues estaba en el funeral de Tsugurō.

Su madre le dijo que al sostener a ambos después del parto pidió que tuvieran largas vidas llenas de amor. Pensaba que Chuuya al ser el mayor -solo por minutos- era el que tendría el carácter más voluble, y su gemelo sería más rebelde, es curioso que fue al revés. Chuuya daba problemas por su volatilidad, y Tsugurō era el callado que no daba problemas.

Ambos eran inteligentes, aunque en diferentes áreas, Chuuya estudió ingeniería industrial, mientras que su hermano decidió ser cirujano. Eran totalmente polos opuestos, la mayoría de personas creían que se llevaban fatal por esa razón, pero se necesitaba más que eso para separarlos, se necesitaba a la misma muerte para arrancarle a su hermano de los brazos.

Cuando sus padres murieron, ambos se hicieron cargo de todos los procesos, pero Chuuya no lloró ninguna sola vez frente a Tsugurō, no porque no tuviera sentimientos, pero debía mantenerse fuerte.

Chuuya arrugó la nariz reteniendo las lágrimas que caían nuevamente.

Las simples palabras "Tsugurō Nakahara y Ueno Nishimiya fueron hallados muertos en la sala de su casa por un asalto" dejaron en el de ojos azules cierta amargura, especialmente porque después de enterarse le informaron de su sobrino. Casi lo había olvidado con todo lo que pasó con su hermano, su pequeño sobrino Kai. Lo había visto solo un par de veces en fotografías, pues su idea era visitarlos en navidad justo cuando el niño cumpliera un año.

Y ahí estaba, sosteniendo al bebé de diez meses mientras lloraba. Él era el familiar más directo que podría hacerse responsable por Kai. Sollozó suavemente antes de escuchar el llanto del bebé.

"Shhh, lo siento, te desperté" dijo en un susurro "Ya terminamos, vamos a casa".

Alguien más inteligente habría dado al niño en adopción; Chuuya no tenía esposa, ni parientes cercanos, ni siquiera amigos, estaba totalmente solo y lejanamente listo a tener un bebé, pero era el recuerdo que su hermano mejor dejó, y debía amarlo.

Era una copia de ambos, aunque claro, el niño tenía los ojos de su padre, verdes a diferencia de los azules de Chuuya. El mayor soltó un suspiro agotado al llegar a casa, pues no tenía idea de qué hacer.

"Oigan, ¿Cómo se les ocurre dejarnos solos? ¿No ven que los necesitamos?" Murmuró antes de quebrarse en el suelo de la cocina del departamento de soltero "Kai necesita algo mejor".

El aire se le escapaba de los pulmones y solo podía llorar entre sollozos "Tengo que respirar, nunca antes sostuve un corazón" dijo meciendo al menor.

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"Debo dedicar mi vida a ese mocoso, no hay espacio para más, maldito Dazai".
-Chuuya Nakahara, actual padre se familia.

"Soy maestro de preescolar, eso no significa que quiera tener hijos, pero ya sabes, soy perfecto"
-Dazai Osamu, actual maestro de preescolar.

"Respira, papá, solo es Dazai-nii".
-Kai, actual estudiante de preescolar.

La universidad me enseñó que soy bonita y que no quiero tener hijos. Respeto a los niños y sé que merecen infancias amorosas y saludables. A modo de sacar mis traumas infantiles hice este libro.
-Honey