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𝟗. 𝐋𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚.

❝Acepto está fuerza magnética en forma de hombre como mi amado❞
Lover - Taylor Swift.

•••

Fue la primera en levantarse, en preparar un abundante desayuno para ella y su hermano, incluso, para la semana entera. Por extraño que pareciera estaba feliz, sonreía y todavía no tenía una clara respuesta, pero los buenos días y la foto que JungKook le mando recién despierto le alegro el día.

Ni siquiera presto atención a su tobillo, ya estaba mucho mejor, por eso mientras limpiaba su casa a fondo decidió poner música a través de la aplicación de videos. No solía ser muy fan de la música Kpop, pero había ciertas canciones que le gustaban. Una de ellas la entusiasmo a cantarla y bailarla sosteniendo el palo de trapear como si se tratase del micrófono.

Interpretó el estribillo de Me gustas tú de GFriend mientras bailaba, esa canción le gustaba mucho a su madre, así que no era nada extraño que supiera la coreografía entera cuando su progenitora lo hacía también. Por un momento, se dejó llevar creyéndose SinB, la bias de su madre.

Lo que no contaba Ayla es que dos pares de ojos la estuvieran observando a sus espaldas. Namjoon se encontraba sonriendo animado por la actitud tan alegre de su hermana, no solía verla así, era algo nuevo. En cambio, Yoongi retenía una risa, él sabía perfectamente a que se debía esa dosis de felicidad en la castaña.

Estaba muy avergonzada, todo su rostro era de un rojo tómate mientras su lacio cabello ayudaba a cubrirle un poco el rubor.

—Buenos días. —saludó con una reverencia hacia los mayores.

—Lala, ya son más de las dos de la tarde. —comentó su hermano con el ceño levemente fruncido. Rio acercándose a besarle la frente para entrar a la cocina.

—Nam, creo que tenemos a la próxima idol que llevará al éxito la empresa. —bromeó Yoongi acercándose a ella.

—Que gracioso, oppa. —rodó los ojos. Tomó el balde y el trapeador, se dirigió hasta el lavadero donde descargo el agua sucia, ordenó y guardó todo en su lugar volviendo a dónde estaban los mayores.

No sé había dado cuenta del tiempo, estaba tan metida en sus pensamientos color rosa limpiando la casa, cantando y bailando que ni siquiera había almorzado. Ya podía escuchar la voz de su madre decirle: “el amor nos ciega, nos atonta y hasta quita el hambre”

En el pasado, solo se reía, pero ahora, estaba segura que se veía tonta coincidiendo con esa frase.

—Podríamos pedir algo para almorzar. —sugirió Nam tecleando en su celular.

—Por mí, está bien.

—Yo cocine. —ambos jóvenes voltearon a ver a la castaña— Hice kimbap y preparé un poco de kimchi con la receta de la abuela y también mandu de cerdo.

Namjoon estaba perplejo, su hermanita no solía cocinar tanto, ahora le creía a Taehyung cuando recibió de este un mensaje en la mañana comentándole que había desayunado abundante y delicioso. Yoongi sonrió divertido.

—¿Qué?

—Nada, me encantaría probar esos mandu, podrías invitarme un poco, Ayla.

La castaña asintió ante el pedido del pálido. Acomedida les sirvió un poco a cada uno y para ella, lo acompañaron junto a ramen que había hecho Yoongi, los tres almorzando en tranquilidad.

—Lala, debemos trabajar, —anunció su hermano—, solo nos detuvimos por venir a buscar mi laptop, nos vamos. —le besó la frente— Cualquier cosa me llamas.

Ayla asintió sonriendo, la borro de a poco cuando vio la sonrisa pícara de Yoongi.

—Presiento que hoy será un día inolvidable para nuestra querida Ayla. —murmuró, recibiendo de ella un suave golpe en el brazo.

Despidió a ambos cerrando la puerta principal detrás, miró a Yeontan sentado al pie de las escaleras, parecía juzgarla con la mirada. Era el que tuvo que soportar sus ataques cariñosos en la mañana, aunque ya estaba acostumbrado cuando se lo hacía Taehyung.

—No me mires así, no puedo evitarlo. —el canino ladeó su cabeza, Ayla se acercó a acariciarle la cabeza y él se dejó gustoso— Debo prepararme, JungKook dijo que me avisaría en cualquier momento.

Subió corriendo las escaleras, se metió a su habitación revisando las notificaciones de su celular, ningún mensaje del pelinegro. De hecho, no lo veía conectado desde su  buenos días. No sé preocuparía, ya llegaría el mensaje.

Escuchó el timbre, se le hizo extraño ya que no tenía programado visitas. Bajó rápidamente abriendo la puerta, encontrando a su amiga Miyeon sonriente en compañía de una bolsa con el logo de una famosa heladería que a ellas encantaba.

Ayla se hizo a un lado para dejarla pasar. Con tantas cosas en su cabeza, había olvidado el pequeño interés de su amiga hacia el pelinegro. ¿Estaría mal no decirle nada sobre lo ocurrido en las vacaciones? ¿sería mala amiga si solo mentía un poco?

—¿Cómo les fue en las vacaciones? —Miyeon extrajo de la bolsa dos potes de helado sabor vainilla y frutilla, Ayla sacó dos cucharas de los cajones junto a dos bol pequeños, subieron a la habitación de la castaña dónde tomaron asiento en el piso— He visto muchas fotos, no sabía que fuiste con JungKook.

Ayla tosió un poco al terminar de tragar un poco de cada sabor. La había sorprendido. Con eso le dejaba bien claro que no podría mentirle.

—Es algo gracioso cuando te lo cuente. —Miyeon la miraba fijamente, ¿por qué de repente la miraba así? Solo la ponía nerviosa, pero, ¿nerviosa por qué?

—¿Sí? A ver, cuéntame.

Ayla suspiró, debía ser muy sincera con ella, debía comentarle lo que realmente sucedió, o por lo menos, el principio. Confiaba en que JungKook le había dejado en claro las cosas a Miyeon cómo se lo había dicho a ella en aquella videollamada. Además, ellos eran amigos y no tenía nada de malo pasar vacaciones juntos.

—Dime la verdad, Lala.

—Es que…

—Lala, no me voy a enojar. —eso la sorprendió— Está bien, —sonrió— me di cuenta cuando JungKook me dijo que estaba interesado en alguien mas, no me llevó tiempo deducir de quién se trataba.

Sintió alivio. Aún así, prefirió aclarar las cosas.

—Es algo nuevo créeme, aún no tenemos algo definido, pero con lo que pasó allá…

—¿Y por qué no me contaste? —elevó la voz indignada colocando las manos en su cintura— Soy tu amiga, ¿cómo te atreves a no contarme algo tan importante?

Ayla se abalanzo hacia Miyeon para abrazarla, cayeron sobre el colchón entre medio de risas.

—Yah, él podría gustarme, pero sino me corresponde no voy a insistir y menos cuando sé que está muerto por mi amiga.

—Entonces no te enojas.

—¿Cómo podría enojarme? —le rodeó los hombros para acercarla— Eres mi amiga, no voy a pelearme contigo por un hombre, Dios no.

—Te quiero, Miyaye.

—Y yo a ti, Lalita. —la empujó de sus brazos poniéndose de pie— No debemos perder más tiempo, hay que apurarnos, debemos buscar el outfit perfecto, el maquillaje, ah también el cabello.

Ayla no podía detenerla de su enérgica perorata, quiso decirle que aún no tenía un horario definido para el encuentro, pero eso no le importaba a su amiga, quería que Ayla deslumbrará cuando JungKook la viera.

La temperatura había bajado bastante logrando que la noche se vuelva helada. A pesar de que pronto acabaría el invierno, el frío no quería irse. Ayla se había abrigado muy bien con un sobretodo de corderito blanco, su cabeza iba protegida por un gorro de lana rosa viejo y sus manos por guantes del mismo color que su abrigo. Miyeon había exagerado un poco con el maquillaje y peinado al principio, Ayla terminó convenciéndola de que natural sería lo mejor.

Esperó cerca de una de las estaciones con calefacción, afuera las personas salían de sus trabajos o estudios. No veía la hora de volver a sus clases. Revisó las notificaciones del celular, el último mensaje de JungKook era para avisarle que ya se encontraba en camino. No sabía describir las emociones que sentía en ese momento, tampoco las que sintió cuando lo vio caminar hacia ella.
Podría reconocerlo a metros entre tanta gente. JungKook era muy particular.

—Hola.

—Hola, siento haber tardado.

—Esta bien, no tengo frío.

—Ven. —extendió su mano hacia ella— Vamos a por algo caliente. Yo si siento frío.

Ayla sin titubear tomó la mano de JungKook, dejó que la entrelazara sintiendo la calidez gracias a los guantes que ella traía puestos. Caminaron en silencio por las calles de Seoul, uno al lado de otro.

Pasaron frente al parque donde se conocieron por primera vez hasta llegar al café, Mouse Rabbit, otro lugar memorable para ambos. Pidieron chocolate caliente y compartieron una tarta de frambuesa mientras hablaban de cosas triviales y de sus mascotas. 

Por más que había un tema pendiente, ninguno se mostró nervioso ante eso, querían que la situación fluyera por su propio cause ya que sabían que eso ayudaría a la hora de hablar en serio o de por lo menos, aclarar la situación sentimental en la cual se encontraban.

Cuando salieron de aquel café, las calles se encontraban hasta cierto punto, vacías. Caminaron otra vez en silencio. Ayla había avisado a su casa que llegaría tarde. Sentía un poco de ansiedad por lo silencioso que JungKook se encontraba, tampoco se animaba a interrumpirlo.

Como si le leyera la mente, él se detuvo colocándose frente a frente. Suspiró con sus ojos en dirección al pavimento, rascó su nuca sintiendo la frialdad de su mano, tembló un poco, las colocó adelante como queriendo gesticular algo.

—Bien, haré lo que tengo ganas de hacer, —nervioso— porque es algo que he querido hacer desde que te vi hoy. En realidad, he querido hacerlo desde la última vez en la discoteca, pero temía a tu reacción, lo que quiero decir es que…

Ayla sonrió ayudándole un poco cuando acortó la distancia entre ambos para unir sus labios en un fugaz beso. En partes para callarlo también, en partes para animarlo.

JungKook la miró con ojos bien abiertos, impresionado por tal atrevimiento que jamás considero. Ayla comenzó a reír de la boba expresión causando que el corazón del pelinegro se estremeciera agitándose de alegría. Estaba tan quieto que ella pensó que lo había roto.

Lo vio abrir y cerrar la boca, supuso que para decir algo, pero no sé lo permitió cuando picoteo sus labios inocentemente de vuelta.

Está vez JungKook fue quien no permitió que ella se apartará, la atrajo hacia su anatomía envolviéndola entre sus brazos y uniendo sus labios por más tiempo. Un beso al estilo kdramas. Dulce e inocente. Uno que los dos habían anhelado.

—Quería hacerlo de otra manera, —susurró sobre los labios de la castaña— pero tu idea me gustó mucho más.

—¿Sí?, aún estás a tiempo, te falta la gran pregunta.

JungKook confundido frunció el ceño.

—¿Qué pregunta?

—Que nos hayamos dado un beso no define lo que tenemos.

Rodó los ojos ante eso, bufó murmurando con un puchero.

—No estamos en el siglo diecinueve para que tenga que proponerte esas cosas. No sabía que pensabas de esa manera.

—No lo hago. —añadió ante más confusión en él— Mi madre dice que cualquier propuesta amorosa tiene que ser romántica y hermosa.

—Ok, está bien.

La soltó del agarre de sus brazos, rebuscó de su mochila sobre su espalda algo del interior, Ayla curiosa por lo que sería. Recibió en su mamo una mediana caja color blanco con lazo azul oscuro.

—JungKook, ¿qué es esto?

—Un regalo. —obvio, agregó nervioso— La propuesta.

Ayla contuvo una risa al verlo mover la punta de sus borcegos sobre el piso, se veía adorable así de inquieto.

—¿Estas bien?

—No, me suda todo. —Ayla soltó una risita viéndolo despeinarse a si mismo su largo cabello— Lo siento, no quise sonar grosero, solo estoy intentando que salga lo que tenía estudiado.

Ayla picoteó sus labios de vuelta.

—Saldrá bien. Anda hazlo, fingiré sorpresa.

—Bien, debes abrirlo. —obedeció, encontrando una fina cadena de plata con un dije en forma de luna llena brillando en alusivo al significado de su nombre “luz de luna”— Kim Ayla, ¿quieres ser mi novia?

—No.

—¿No?

Comenzó a carcajearse por la aterrada expresión en el rostro del chico, se abalanzó hacia él besándole los labios por un instante para susurrarle luego.

—Si quiero tontito.

Se tomó varios respiros antes de hablar.

—Me asustaste por un momento. —la apretó entre sus brazos besándola, está vez, con ímpetu y pasión, algo que sorprendió a la castaña por lo intenso que se volvió de repente, casi dejándole sin respiración.

—Eso… —tragó saliva buscando no tartamudear— eso fue… intenso.

—Ahora podré ser un poco atrevido contigo.

Las mejillas de Ayla se encendieron.

—Jeon JungKook, no te tenía así, — peinó algunos mechones del cabello del chico detrás de su oreja— creo que me gustará averiguarlo.

Se sonrieron mientras sus frentes se juntaban y compartían pequeños besos.

Abrió con sigilo la puerta de su casa. Convencer a JungKook de acompañarla solo hasta el metro le costó después de varios cariñitos y besos. Estaba empecinado en dejarla en la puerta de su casa y podía entenderlo, pero Ayla creía que estaba exagerando un poco.

Se descalzo, se quitó su abrigo y dejó junto al mueble sus accesorios. De rodillas permitió que Yeontan se le acercara, le acaricio la pancita acompañado de palabras melosas en un tono muy aniñado.

—¿Hija?

Jadeó de sorpresa al ver a su madre en casa, rápidamente se levantó de la alfombra para abrazar con efusividad a su madre.

—Aigoo, yo también te extrañe, mi vida. —cerró sus ojos acariciando el cabello de su hija, su intuición de madre sonando por algo mas— ¿Ayla? —la tomó de los brazos observando sus mejillas sonrojadas, su sonrisa de oreja a oreja, sus ojos con un brillo especial parecido a cuando uno está enamorado— ¿Algo que debas contarme?

Ayla se mordió los labios reflexionando si contarle a su madre las nuevas, ella sería la primera en ponerse feliz, siempre queriendo que su pequeña se enamorara. Lo único que la detenía, es que todo era tan reciente que ni ella lo creía aún. Solo quería disfrutar de esta reciente relación y de lo que podía surgir.

Era su primera vez, y aunque no lo demostrara, en el fondo estaba aterrada de que algo saliera mal o no esté a la altura de las circunstancias.

—Omma, recuerdas que te comenté sobre que alguien me gustaba. —los ojos de su madre se agrandaron— Bueno, al parecer me corresponde y después de tanto....

Sus nervios no le permitan hablar con claridad.

—Anda, cuéntame. —entusiasmada.

—Tengo novio.

—¿¡QUÉ!?

Su sonrisa se desvaneció en el mismo momento en que vio bajar a Taehyung por las escaleras y detrás a NamJoon. Amaba a sus hermanos, los adoraba, pero era a quienes menos quería informar sobre su relación amorosa. Y menos que sepan con quién.

AL FIIIIINN estos dos están juntos.
¡VIVAN LOS NOVIECITOS! 😆😆😆

Me sorprende que se hayan quedado con lo del "tercero en discordia" les diría, cómo se nota que no me conocen, pero mentiría porque saben que hago desmadre en las historias 🤭 Miyeon es buena amiga.

Se vienen capítulos melosos, cliches, cómicos, con un poco de todo.

No olviden dejarme saber que les parece, acepto sugerencias 🤭 se me cuidan por favor.

💜💜💜

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