𝟔. 𝐕𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐲 𝐬𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐬𝐚𝐬 (𝟑𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐞)
❝No quiero que esté momento se vaya, porque te quiero a mi alrededor❞
━ I want u around - Yugyeom feat. DeVita.
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El corte de luz que duraría por una noche siguió hasta el día siguiente. Al parecer tardarían en arreglar el desperfecto técnico dejando a la gran mayoría de cabañas sin el suministro eléctrico. Ante eso, el grupo decidió pasar el día afuera visitando nuevamente el centro de esquí, almorzaron allí pasando gran parte del día.
La tarde noche visitaron la ciudad en busca de la cena y un supermercado para abastecerse un poco más. Pasearon hasta llegar a la cabaña donde prepararon chocolate caliente para poder ver las estrellas a la intemperie hasta pasada la madrugada. Era una bonita experiencia para la mayoría, ya que en la ciudad no era tan frecuente encontrar una noche despejada llena de aquellos luminosos astros.
Al día siguiente los ánimos se encontraban bajos aprovechando el dormir un poco más en las comodidades de sus habitaciones. Salvó para el almuerzo dónde se juntaron para comer jajangmyeon.
Ayla estaba aburrida de estar encerrada, Soojin no cooperaba a su lado, prefería quedarse en la cama con una mascarilla hidratante en el rostro y una película animada en su laptop en compañía de Yeontan durmiendo.
Su hermano Namjoon se mantenía junto a su novia encerrados en la habitación desde la noche anterior, ni siquiera se atrevería a molestarlos. Jin y Taehyung, eran casos perdidos, para ellos hacia demasiado frío como para salir. Apenas conocía a Yoongi a pesar de haber tenido un par de gratas conversaciones que los acercó un poco más.
¿JungKook? Ni siquiera le contestaba los mensajes.
El silencio en la enorme casa se podía sentir en cada rincón. Incluso las mascotas estaban dormitando en las habitaciones. Resoplo sabiendo que nadie querría acompañarla en algún improvisado paseo.
Caminó hasta el sillón con mantas desordenadas, se sentó en medio del mueble soltando un gritito del susto al sentir su cuerpo hundirse y luego unos brazos rodearla. Se quedó inmóvil con su corazón a punto de salirse de su pecho, su respiración parándose al sentir el calor de otro cuerpo.
—¿Lala? —susurró sobre su oído con voz ronca, sintió estremecerse sin moverse un solo centímetro, podía sentir el cuerpo masculino casi por completo debajo suyo. Sus manos eran tensos puños a la altura de su pecho.
Aún tenía los brazos de JungKook rodeándola cuando giró su rostro por sobre su hombro encontrándose con el rostro del chico cubierto por gran parte de su largo cabello negro sin permitirle ver sus ojos.
—¿Qu-qué haces aquí? —quería golpearse mentalmente por tartamudear.
—Durmiendo.
—¿Kook?
—¿Mmm?
No sabía como decirlo sin sonar tonta, o mejor dicho, sin arrepentirse del calor cómodo que el cuerpo debajo producía.
—Ahm, ¿podrías soltarme?
Volvió a estremecerse al sentirlo suspirar despacio sobre su cuello y cabello. JungKook dejó caer sus brazos a sus costados con el plan de hacerse el tonto, pues cerró sus ojos fingiendo dormir acomodándose de lado. El silencio a su alrededor lo tenía expectante de saber que hacia ella, sabía que no se había alejado y se encontraba ahí junto a él.
—¿Kook? —lo movió sin obtener respuestas. Él quería reírse— ¿Estás durmiendo? —bufó sintiéndose tonta por preguntar algo obvio. Susurró más bajito y con dulzura— JungKook, Kook, despierta.
Jadeó fingiendo despertar con pereza en su lugar, abrió los ojos de a poco encontrándola inclinada sobre él. Las mejillas rosadas de Ayla se le hacían bonito, contuvo una sonrisa y observó a los costados.
—¿Qué hora es? —preguntó con su voz ronca.
—Las cuatro de la tarde. —contestó sin dejar de mirarle— Kook, acompáñame a comprar café. Nadie quiere salir, estoy aburrida. Vamos.
Le causaba ternura que sea así. Volvió acomodarse en el sillón con la intención de seguir su siesta, pero Ayla no estaba dispuesta a dejarlo así que se sentó en la orilla moviéndolo. Esa acción a él le gustó no pudiendo evitar sonreír.
—¿Qué me das a cambio?
—Lo que quieras.
Inmediatamente, como si fuera un resorte, se sentó sobre el mueble quedando a escasos centímetros del rostro de la castaña colocándola nerviosa.
—¿Lo que quiera? —preguntó mirando por una milésima de segundo los labios rosados de la chica. Ella balbuceo nerviosa en respuesta.
—Sí.
JungKook asintió con lentitud acortando la distancia entre ambos. Tomando el suficiente impulso para ponerse de pie y desperezarse dejándole espiar a Ayla un poco de la piel de su abdomen culpa de la camisa al levantarse.
—Dame quince y nos vemos en la entrada.
No estaba muy segura de haberle pedido el favor.
Todo se encontraba cubierto de nieve, sin embargo, el sol de la tarde proporcionaba un poco de calor al frío ambiente. Ayla salió detrás de JungKook respirando el aire helado, estaba contenta de poder salir. Escuchó el tintineo de las llaves en manos del pelinegro volteando a verle.
—¿Vamos?
Lo vio caminar hacia uno de los autos, quiso reírse por la forma en que lo hacía, parecía un pingüino. Una sonrisa traviesa surcando sus labios ante una tonta idea en su mente. Se agachó juntando en sus manos una considerable cantidad de nieve, armó una desprolija bola y sin previo aviso la lanzó a la espalda del chico esperando a su reacción.
JungKook volteó al sentir el golpe viendo los blancos rastros de hielo en su ropa. Si eso quería ella.
—¿Qué haces? —la vio taparse la boca con la mano por su risita inocente a lo que él agregó totalmente serio— Elegiste el lado de la competición, Kim Ayla y Jeon JungKook nunca…
Otra bola más pequeña golpeando en su pecho lo calló, Ayla se carcajeó ante el rostro apenas embarrado del pelinegro.
—Muchas palabras, poca acción.
—¿Ah sí? Bien, así lo quisiste, Kim.
Ayla soltó un gritito al no darle tiempo de armar su bola de nieve que uno la golpeó en el brazo. Ambos tomaron distancia para lanzarse unas cuantas mientras corrían evitando que les tocará el del otro. JungKook era bastante rápido apenas había sido golpeado con algun proyectil proveniente de ella.
Se estaba cansando de no atinarle y la risa de triunfo del chico picaba en su orgullo. Una gran bola perfectamente redonda la golpeó en el hombro derecho, rápidamente fingió lastimarse y caer al suelo con un alarido de dolor.
En segundos lo tenía tratando de levantarla mientras expresaba muchas veces un “lo siento”
—¿Estás bien? Disculpa, fui demasiado brusco y...
Un puñado de nieve aterrizó en su rostro cayendo ante la broma de la chica quien reía a carcajadas en el suelo blanco. Ayla aminoro su risa, se incorporó un poco para limpiar el rostro de JungKook quien sonreía disfrutando de la suave acción.
La ayudó a ponerse de pie, se limpiaron el exceso de nieve en la ropa subiendo luego al auto. Irían a comprar algo caliente para tomar mientras decidían que hacer luego.
—¿Por qué dormías en el sillón? —preguntó llenando el silencio en el interior del vehículo.
—Digamos que hyung estaba en una importante llamada con una de sus novias.
—Oh.
—Lo más gracioso es que con la llegada de Soojin no ha podido invitar a su chica.
—Así que son de esos compañeros que llevan chicas al departamento.
—Tenemos reglas para una buena convivencia. —sus ojos se encontraban en el camino— Hyung suele llevarla y pasa la noche con él. —hizo una pausa antes de susurrar— Yo nunca he llevado a nadie hasta ahora, no me parece lo correcto.
—¿Por qué?
La pregunta con carácter de sumo interés se vio interrumpida cuando el celular de Ayla comenzó a sonar. Lo sacó del bolsillo de su camperón sorprendiéndose un poco.
—Puedes atender si quieres.
Ayla suspiró peinando un poco su cabello hacia atrás. Dudaba un poco de hablar delante del pelinegro, pero había suficiente confianza entre ellos por lo cual no veía nada de malo. Deslizó el dedo en la pantalla aceptando la videollamada de su padre.
—Oh, mi lunita, ¿cómo estás?
—Hola appa. —saludó bajito.
—Siento llamar de sorpresa, le hablé a tu hermano, pero no he recibido mensaje de vuelta.
—Ahm no, es que dónde nos hospedamos no tenemos mucha señal.
—Cierto, ¿cómo la están pasando? —el hombre miró con atención a su hija sonriendo e interrogó— ¿Estas con tus hermanos?
—No. —de reojo miró a su acompañante quien conducía con su atención en la ruta— Estoy con un amigo. —movió su celular colocando a JungKook en el panorama— Appa saluda, él es Jeon JungKook, Kook, él es mi padre, Kim SeungTae.
—Encantado de conocerlo, señor Kim. —saludó con una amable sonrisa y una inclinación de su cabeza.
—Un gusto muchacho.
Ni siquiera tuvo tiempo de ponerse nervioso o de arreglar su desordenado cabello o ver por su apariencia, todo eso fue tan de repente. Ayla volvió el foco de la cámara apuntando hacia ella.
—¿Están solos?
Ambos compartieron una mirada fugaz.
—Ehm, sí. Los demás no quisieron salir y a mí se me antojo algo dulce, JungKook fue el único que se atrevió a acompañarme.
—Oh, está bien. Entonces los dejaré tranquilos. Quería saber cómo se encontraban.
—Estamos bien, todos. Tenemos unos días más aquí hasta nuestro regreso a casa.
—Esta bien, cariño. Mándale saludos a tu hermano Nam, hablaré más tarde con Tae, te amo hija.
—Esta bien, adiós appa. —se despidió moviendo su mano— Yo también.
Cortó, revisando luego las notificaciones que iban llegando gracias a una mejor señal, mensajes en algún grupo de la universidad, de sus amigas o de su madre, de las redes sociales o algún mail irrelevante.
—Se ve alguien amable tu padre.
—Sip.
—¿Estás bien? —Ayla asintió lo cual no le convenció a él— Oye, sé que no debería meterme, pero siempre que hablamos… no mencionas mucho a tu padre.
Ella suspiró.
—Mi padre vive en Alemania con su otra familia, —Jungkook entendió que se había metido en terreno delicado—, volvió a contraer matrimonio cuando tenía quince años. Dos años después de separarse de mi madre. —sonrió— Lena, su esposa no es mala, solo no tuvimos tiempo de conocerla mejor. —hizo una pausa— Tenemos un hermanito de cinco años, Tomás. Taehyung y yo somos los únicos que tenemos contacto con él, Namjoon prefiere mantenerse al margen.
—¿Fue… difícil… el divorcio?
—No, ellos terminaron en buenos términos, mi madre viajaba mucho por su trabajo de cantante. —confesó— Y mi padre requería de ella, no hubo infidelidad ni nada, solo… al parecer el amor se acabó y decidieron separarse.
—Lo siento.
—Tranquilo, no es algo que me afecte en absoluto. —sonrió— Luego de mucho hablar, terapia y aceptación, sé que el divorcio fue lo mejor que pudieron hacer ambos. —miró a su celular entre sus manos— Lo más gracioso es que mi padre y su esposa van a alentar a mi madre cuando tiene algún concierto en Berlín.
JungKook no pudo evitar un vistazo al perfil de Ayla, sus mejillas teniendo ese sonrojo que le gustaba a causa del calor del ambiente o que deducía era algo natural de ella.
—Entonces, por qué hyung.
—Namjoon sufrió más las peleas, los días en que omma no asistía a casa por tener sus ensayos o giras, solía faltar a nuestros eventos escolares, —suspiró—, ninguno tiene resentimiento hacia ella, la amamos y la apoyamos, pero creo que Nam pensó que todo se arreglaría y se enojó cuando supo que appa se casó nuevamente.
JungKook pensó que cambiar de tema sería lo mejor, podía notar la voz melancólica aunque quisiera disfrazarla de superación o simpleza.
—¿Y se llevan bien con el pequeño? ¿Conocés Alemania?
—Si y si. —sonrió— Tomás era muy pequeñito cuando fuimos con mis hermanos a conocerlo. Berlín es una ciudad muy bonita. Solemos hablar con él por videollamada, Nam solo lo saluda, sin embargo, Tom lo adora.
Recordar el entusiasmo y la sonrisa del niño la hacía sonreír.
—A veces me da envidia ver a la gente con sus hermanos, —Ayla giró su rostro para mirarlo, sabía que había un pero— pero cuando conviví con Soojin fue suficiente.
No pudo evitar reírse ante esa confesión.
—Soo es divertida y buena persona.
—Sí, claro. —sarcasmo.
Al llegar al centro entraron a un café muy rústico, había un poco de gente disfrutando del calor del ambiente gracias a la calefacción en compañía de un té o en el caso de la atracción del lugar, un rico chocolate caliente. Pidieron dos vasos grandes para llevar junto a unas galletas de vainilla y coco.
A Ayla le gustó mucho que la bebida emanara aroma a canela. La hacía sentir a gusto y sus manos cubiertas por guantes agradecía el calor del plástico.
—Bien, ¿a dónde vamos?
—A casa.
—No. —chilló— Hagamos otra cosa.
—No hay mucho para hacer, Lala. —suspiró bebiendo de su chocolate— No me hagas esa cara, tengo frío y prefiero la cabaña.
Ayla hizo un adorable puchero mientras se acercaba a él moviéndole el brazo como forma de protesta. JungKook frunció su ceño queriendo reírse de lo infantil que se veía, linda y tierna, pero infantil.
—Aquí hay un lago cerca donde se ve el atardecer. —ambos giraron a ver a un hombre sentado en una banca, parecía un pescador o alguien que trabajaba en la costa— A los jóvenes les gusta esas cosas, mi esposa dice que es romántico.
Ayla se soltó del brazo de JungKook tomando un poco de distancia.
—¿Queda cerca? —preguntó el pelinegro.
—Aquí a unos cuantos metros, en auto llegarán en quince minutos.
—Muchas gracias. —se inclinó en una reverencia tomando la mano de Ayla.
—¿Iremos?
—Tú querías salir, ¿no? Bueno, vamos a ver qué de interesante es ese lugar.
Está vez subieron al auto con entusiasmo, siguieron las indicaciones de los carteles hasta llegar a un camino de rocas pasando por un grupo enorme de coníferas. El sitio donde se encontraba el enorme lago estaba rodeado por montañas llenas de nieve, el cielo con colores cálidos presentaba el detrás dando un hermoso paisaje de invierno.
Una vez estacionaron apagando el motor decidieron quedarse adentro con la hermosa vista al frente. Hacía frío, lo cual para Ayla no era justificación suficiente para no acercarse más, así que después de súplicas se sentaron frente aquel lago cristalino.
—¿No piensas cortarte esa cabellera?
—¿No te gusta? —tiró su cabeza hacia atrás haciendo que su desordenada melena se mueva dramático. Ayla se quitó uno de los guantes para peinarle con los dedos sin perder la sonrisa.
—Pareces un pou.
—Debes alimentar a este pou, entonces. —bromeó.
Rieron, Ayla temblando un poco se colocó de vuelta el guante, había poca gente alrededor, algunos niños jugando y unas dos o tres casas rodantes. Al parecer el lugar era uno de esos dónde se podían acampar en familia.
La cercanía entre ambos hacia que no sintieran tanto el helado viento, por suerte, dentro del auto había una manta lo suficientemente grande y abrigada en la cual tomaron asiento.
—¿Y tus padres?
JungKook miró a Ayla a los ojos, no pudo evitar rodar los ojos y sonreír ante la pregunta.
—Mis padres bien, trabajando seguramente. Siguen juntos hace más de treinta años.
Eso la sorprendió.
—Wow.
—Si, wow, son muy cursis. —sonrió apretando sus brazos alrededor de sus rodillas, sus manos también iba protegidas por guantes con pequeñas aberturas en las yemas de sus dedos— Omma es la jefa de enfermería en el Hospital universitario Haeundae Paik, appa gerente de un bar, —la miró por un segundo añadiendo—, su propio bar. Cuando ella era estudiante frecuentaba el bar con sus compañeras, por lo que me contaron appa era una persona muy atractiva que tenía a todas a sus pies.
—¿Ah sí?
—Ajam, soy su viva imagen. —bromeó recibiendo un golpe suave en su brazo— La cuestión es que omma siempre fue enérgica y decidida, ni siquiera le importó ser dos años mayor, no se detuvo hasta tener una cita con él. Con el tiempo se enamoraron tanto que siguen juntos.
—¿Y luego viniste tú?
—Así es, —dudó y su semblante se volvió melancólico— llegué en un momento donde omma no tenía trabajo y appa no recibía suficientes ingresos. El banco nos quitó la casa que teníamos, así que vivimos un tiempo en un pequeño cuarto atrás del bar de mi padre hasta que cumplí los tres años de edad.
Ayla sintió su corazón retorcerse de pena, así que no dudo en enroscar su mano alrededor del brazo de JungKook, sus cuerpos más cerca compartiendo calor.
—Y ahí entran mis tíos, los padres de Soojin, hermana de mi madre, nos dejaron vivir en un altillo conectado a la casa. Así que siempre los veíamos. —suspiró dramáticamente cerrando los ojos, sonrió al escuchar la risita a su lado— Soo era llorona, escandalosa y siempre quería estar conmigo, lloraba sino le hacía caso y yo un niño me preocupaba que el monstruo del armario fuera el culpable.
Escuchar la risa de Ayla le gustaba mucho.
—Cuando cumplí cinco años, omma pudo entrar al hospital, appa agregó una cocina al bar atrayendo más gente y en poco tiempo nos mudamos a una casa espaciosa al lado de la de mis tíos.
—Así que jamás pudiste sepárate de Soojin.
Él negó con dramatismo rascando su entrecejo.
—Aunque sea insoportable, la adoro, es como mi hermana por eso la cuido mucho. Ella significó mucho en mi infancia, me ayudó a ser menos tímido en la escuela y me acompañó a defenderme cuando se burlaban de mí por ser más pequeño que el resto.
—Los niños son muy crueles.
JungKook observó el pequeño puchero en los labios de Ayla, sonrió levemente sintiendo la cabeza de ella recostarse en su hombro, así que apoyó la suya encima. La tranquilidad en ambos, el silencio siendo la compañía perfecta mientras miraban las nevadas montañas detrás del lago con el atardecer de fondo.
Se apearon del vehículo ni bien estacionaron frente a la entrada de la cabaña, por suerte los caminos estaban despejado de nieve. Reían porque las anécdotas que se contaban sobre sus familias eran divertidas por no decir graciosas. Tampoco se habían fijado en la hora cuando entraron, se detuvieron en seco encontrando a Taehyung de brazos cruzados como si estuviera esperándolos de hace rato.
—¿Dónde estaban? —interrogó con seriedad pasando su mirada de uno al otro.
—Estuvimos por ahí. —respondió su hermana quitándose las botas— ¿Qué haces vestido así?
JungKook a su lado la imitó en silencio teniendo la pesada mirada del castaño encima.
—Pues, si hubieras visto los mensajes en tu celular lo sabrías.
Ayla suspiró dejando su abrigo a un costado, colocó sus manos en los hombros de su hermano.
—No tengo señal, no me llegaron los mensajes, no nos dimos cuenta. —hizo una pausa mirando el puchero en los labios de su hermano— Ahora, me dirás a dónde irás.
—¡Vamos a bailar! —chilló Soojin saliendo detrás del castaño.
—¿A bailar? —Ayla y JungKook al unísono.
—Sí, Yoongi hyung dijo que una de las vecinas de aquí a lado le comentó sobre un evento que hacen todos los años, es en la misma discoteca que fuimos el primer día.
—La chica dice que es un evento total white por la época. —Soojin parecía muy entusiasmada.
—Que original. —masculló el pelinegro cruzado de brazos.
—¡Yah! —Soojin se colgó del brazo de su primo— Iremos como despedida ya que nos queda solamente mañana y al otro día volveremos a la rutina.
—Te advierto que estaré vigilándote. —murmuró JungKook.
—Nadie vigilará a nadie. —intervino Yoongi saliendo de la sala, observó a los menores sonriendo por dentro— Está noche todos nos divertiremos. Deja de ser un aguafiestas, JungKook.
El susodicho bufó descontento. Rodó los ojos sin agregar absolutamente nada y subió las escaleras para tomar un baño.
—Siempre tan gruñón.
—No lo busques, Soojin, sino me veré en la obligación de reprenderte.
La morocha rodó los ojos ante la advertencia del pálido y fulminando con la mirada a Taehyung por reírse. Ayla y Yoongi se miraron porque ahí iba otra pelea entre esos dos.
—¿De que te ríes?
—De ti, sonsa.
—¿Ah sí? Te enseñaré algo de lo cual puedas reírte. —su puño en el aire.
Ayla subió las escaleras en compañía de Yoongi dejándolos discutir.
—No te preocupes por JungKook.
—¿Ah?
—Digo, diviértete está noche, no le hagas caso a su sobreprotección, me voy a encargar de que se divierta y se deje llevar. —comentó con una mano en el picaporte de la puerta de su habitación— Tú también deberías dejarte llevar.
Estaba dudando de haber aceptado ir, había perdido la cuenta de cuántos vasos había bebido, de hecho, estaba dudoso de haberle aceptado las dos rondas de vodka a Yoongi y Jin quienes parecían querer emborrachar a todo el grupo con quién sabe que fines. Aún así se estaba divirtiendo viendo a los demás hacer el tonto o bailando.
Al parecer la noche de total white era tan concurrida que la disco estaba abarrotada de gente de todos lados, pues era un evento grande muy famoso en la ciudad. Incluso la música era tan variada que pasaban música con ritmos latinos. Peligroso para sus sentidos confusos en ese momento en que vio bailar a las chicas del grupo al ritmo de Blow.
—¿Qué haces aquí solo?
Se sobresalto ante la pregunta de TaeHyung en su oído, el chico no había tomado tanto como la vez pasada pudiendo soportar mejor. Era el que menos tolerancia al alcohol tenía. JungKook levantó el vaso de cerveza en su mano moviéndose un poco al compás de la canción.
Desde su puesto tenía una vista buena de la pista de baile. Él y el castaño eran los únicos apartados, los demás se encontraban bailando. Sus ojos se desviaron cuando captó la mirada de dos chicas bailando sensualmente, sonrió al sentir el ligero codazo de su compañero al lado.
Era una abierta invitación y la verdad ninguna estaba mal. Compartió una cómplice mirada con Taehyung a su lado dispuesto a dejarse llevar, pero su atención se vio un poco desviada al ver su prima y la castaña bailar muy juntas. Desde que vio a Ayla en aquel vestido blanco ceñido a sus curvas no pudo dejar de mirarle.
Ella se acercó a la mesa para beber un poco de agua, estaba agotada. Taehyung decidió marcharse en busca de suerte mientras JungKook solo ignoró los coqueteos de una de las chicas al costado. La nueva compañía a su lado no se lo permitía.
—¿Por qué no bailas? Incluso Yoongi y Jin están bailando con nosotros.
Mentiría si dijera que la voz de ella sobre su oído no causó estragos en su interior. Confundido se encogió de hombros, no entendía esa nueva sensación arremolinándose en su estómago. Se sorprendió cuando su mano se entrelazó con la femenina siendo arrastrado a la pista de baile con I want u around sonando.
Por la cantidad de gente alrededor el espacio entre sus cuerpos era escaso, lo cual a ninguno molestaba, pero causaba un ligero sentimiento de incomodidad que ninguno lograba entender o tal vez era otra clase y no querían admitirlo.
Se movieron siguiendo el ritmo lento del cuerpo del otro, había la suficiente confianza entre los dos como para mirarse o sonreírse, o en el caso de JungKook de colocar sus manos sobre la espalda baja de Ayla o las de ella surcando los anchos hombros y brazos masculinos.
Sino fuera por ese sostén, seguramente, ella hubiera caído al suelo cuando un desconocido pasó por detrás empujándola y eso hubiera evitado que sus labios choquen entre si por una fracción de segundo como lo hicieron en ese momento.
Ambos gimieron por la sorpresa cuando tomaron una ínfima distancia. Aún podían sentir el aliento cálido del otro, los ojos de Ayla viajaron en detalle por aquel varonil rostro de mandíbula afilada, ¿Por qué de un momento a otro le pareció atractivo esa mirada penetrante sobre ella?
Mirada que iba de las mejillas sonrojadas a los labios rosados apetitosos, ¿Sería demasiado el atrevimiento? Su cercanía lo estaba enloqueciendo para que mentir, luego podría culpar al alcohol de sus impulsos. Así que no se contuvo en unir sus labios de nuevo, la oscuridad hacia lo necesario para mantenerlos escondidos de los demás.
Tomó las riendas haciéndolo lento, probando su sabor y la textura suave de los labios de Ayla. Encajaban a la perfección, como si hubieran sido dibujados para él. Por inercia rodeó con sus brazos la cintura femenina atrayéndola a su torso, sintiendo sus pechos apretarse, una corriente eléctrica recorrer su espina dorsal cuando sintió la lengua de Ayla rozar la suya.
Jadeó subiendo la intensidad anclando una de sus manos a la nuca de la castaña evitando que pudieran separarse, les faltaba el aire eso era muy claro, no obstante JungKook hizo un esfuerzo inhumano por no distanciarse al sentir las uñas de Ayla aferrarse a su espalda. ¿Sería demasiado cortarlo ahí?
Ni siquiera dio lugar a la respuesta, solo siguió besándola apasionadamente a su manera.
¿A qué no veían venir tan rápido eso? 🤭
Es la primera vez que hago que los protagonistas tengan un beso al principio de la historia.
Espero les guste. No olviden votar y comentar. Se los agradezco un montón.☺️
Que tengan un hermoso domingo.
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