Démosle otra vida al amor.
Porque estarías a salvó en estos brazos mío. Solo di mi nombre al filo de la noche y correré hacia ti.
Yo correría hacia ti.
Run to You - Lea Michele.
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𝐔𝐧 𝐚ñ𝐨 𝐲 𝐝𝐨𝐬 𝐦𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐬𝐩𝐮é𝐬.

Respiraban irregularmente compartiendo un beso tranquilo, el ritmo de las caderas de JungKook era constante, sus brazos comenzaban acalambrarse sosteniendo el peso de Ayla, la afianzó mejor apretándola un poco más contra la pared de cerámicas blancas, ella aferrando sus brazos y piernas alrededor del cuerpo masculino.

Dos golpecitos a la puerta del baño los alertó. Se suponía que se encontraban solos en el departamento cuando despertaron.

—¿JungKook? —Yoongi.

Ambos se miraron sorprendidos, agitados y asustados en completo silencio, sobre todo ella.

—Si hyung. —intentó que su voz sonara normal, pero falló en el intento.

—Solo vine a cambiarme. Pasaré el día de hoy en la empresa, tengo trabajo pendiente que debo terminar.

—Esta bien, —vaciló, miró a los ojos de Ayla, aún se encontraba dentro de ella— yo iré a trabajar luego de tomar un baño y desayunar.

—Bien, que tengas buen día. —suspiraron del alivio— Ah, me olvidaba, buenos días para ti también Lala.

Decir que estaba avergonzada era muy poco. Apoyó la frente sobre el hombro desnudo del pelinegro sintiendo el cuerpo de este vibrar a causa de la risa.

—Buenos días, oppa. —levantó su cabeza mirando mal al pelinegro— Deja de reírte, que vergüenza.

—No es como si estuviéramos haciendo algo malo, —le besó la curvatura del cuello con una sonrisita maliciosa— lo malo sería que no lo terminemos.

Ayla chilló al sentirlo entrar brusco a su interior.

Ya estaban acostumbrados a estar íntimamente a escondidas, salvó cuando Yoongi les dejaba el apartamento para ellos solos. Su relación se fortalecía con el tiempo, con apoyarse y quererse mutuamente, tanto que estar días separados solo lograba que el reencuentro fuera mucho más dulce y placentero.

Disfrutaban de hacer muchas cosas juntos, así como triviales y simples, pero sus momentos más significativos, según ellos, era quedarse en la cama luego de despertar y tener su buena dosis de mañanero, Ayla leyendo algún libro acariciando la piel desnuda de JungKook quien disfrutaba del silencio o jugaba algún jueguito en su celular.

Incluso la palabra convivir había cruzado miles de veces en sus conversaciones. Sin embargo, estaban conscientes de que terminar sus carreras estaba primero. JungKook alrededor de pocos meses, había comenzado a trabajar dentro de una editorial ganando un muy buen sueldo. Ayla a punto de terminar debía presentar su último trabajo.

—No nos veremos hasta mañana en la noche.

Cerró sus ojos sintiendo placidez por como JungKook peinaba con cuidado su cabello sentada en la cama entre medio de sus piernas.

—Mmh. —besó la piel del cuello femenino siguiendo con su tarea— Prométeme que me llamaras ni bien sepas el resultado, o que me mandaras mensaje por cualquier cosa.

La fecha de entrega del gran proyecto para finalizar su carrera y recibirse, sería al día siguiente. Aun estaba trabajando en ello. Los alumnos tenían un especial espacio en las instalaciones de la universidad donde tenían sus diseños.

El de Ayla se trataba de un largo vestido de fiesta representando la historia de amor entre el Sol y la Luna, que JungKook le había relatado cuando estuvieron de paseo en Busan, al cual había nombrado, Luz de Luna.

Ayla volteó su cabeza sobre su hombro picoteando los labios de JungKook.

—Lo prometo. —sonrió— Tae me dijo que hoy se verán.

Él fue quien picoteo los labios de su novia indicándole luego que voltee para terminar de peinar su cabello castaño.

—Quedamos en almorzar cerca de mi trabajo. Ya está.

Ambos se reincorporaron de la cama, Ayla besando la mejilla de su novio como agradecimiento. Aún se encontraban en pijama, luego de tomar un acalorado baño. Se dirigieron a la cocina por algo rápido que pudieran desayunar.

Era otro momento que disfrutaban, de hacer la comida juntos, de reírse por cosas tontas y entre medio de una seria conversación o de cantar juntos alguna estúpida canción de amor. Bam acompañándolos mientras los veía desde la comodidad del sillón.

Claro, sin olvidar las sonrisas bobas o los tiernos besos que se robaban, hasta que en la hora de vestirse todo quedó en segundo plano, debido a que, no podían mantener sus manos lejos del cuerpo del otro.

—Gukk. —susurró a duras penas sintiendo las manos masculinas apretar su trasero a través de la falda de su vestido.

—Mmh.

—Debemos... —gimió sintiendo los finos labios besar con vehemencia la piel de su hombro y escote— debemos irnos, llegaremos tarde.

JungKook se detuvo, respirando con dificultad, agitado y con un ligero problema dentro de sus pantalones que pronto se arregló.

—Sí, será mejor irnos de una vez.

Dejó una mano en la espalda baja de Ayla, los nudillos de su otra mano acariciándole una mejilla mientras que sus ojos detallaban el rostro de su chica.

—¿Es normal que me haya enamorado así? —murmuró rozando los labios de Ayla con los suyos.

—No sé, lo mismo me preguntó a veces.

Rieron, JungKook picoteo los labios de Ayla, le acarició ambas mejillas sin apartar la mirada de su ojos mientras ella le masajeaba los hombros.

—No quiero que hagamos promesas que tal vez no cumpliremos, no sabemos que nos depare el futuro, pero de algo estoy muy seguro.

—¿Qué?

—De que te amo, Kim Ayla, y quiero que seas mi para siempre.

—Yo también te amo, y también quiero que seas mi para siempre.

—Es como si nos despidiéramos. —rieron a pesar de que ambos tenían lágrimas en sus ojos porque el momento se volvió un poco sentimental— Lo peor es que nos veremos en unas horas.

—Solo estamos siendo cursis, amorosamente insoportables.

—No me importa mientras sea contigo. —besó sus labios, tragó saliva admirándola— Aún no me respondiste, ¿quieres ser mi para siempre, Kim Ayla?

—Sí, si quiero, —Jungkook sonrió en grande, la besó otra vez— ¿y tú, serías mi para siempre, Jeon JungKook?

—Sí, quiero ser tu para siempre, para toda la eternidad, yeobo.

Se sonrieron mutuamente uniendo sus frentes, compartieron un beso profundo antes de recomponerse y dirigirse hacia sus obligaciones.

Había quedado en almorzar cerca del medio día junto a SeokJin, Namjoon y Taehyung. En realidad los había invitado porque tenía algo muy importante que comentarles. Estaba llegando un poco tarde, ya que en el trabajo le había surgido un inconveniente.

Ingresó al restaurante, a lo lejos vio a los tres sentados recibiendo sus pedidos. Minutos antes él les había comunicado lo que quería también. Saludó a todos con un abrazo. Se había formado una linda amistad entre ellos muy aparte de la relación que llevaba con la castaña.

—A ver, cabeza de coco, dinos que tanto querías hablar con nosotros. —canturrea Jin en un tono divertido con una sonrisa en sus acolchonados labios al revolver sus fideos fríos con ayuda de los palillos.

JungKook tragó saliva, TaeHyung masticaba su comida mirándole con ojos inocentes, se veía tierno con sus mejillas llenas. NamJoon lo observaba sereno y paciente con sus brazos cruzados sobre la mesa. Los tres expectantes.

Tomó una gran bocanada de aire para aquietar los latidos erráticos de su corazón a punto de salirse y prosiguió a expresarles decidido.

—Quiero pedirle matrimonio a Ayla.

La mesa quedó en absoluto silencio por unos segundos y al trío Kim con la boca abierta —literalmente— los observo poniéndose más nervioso, hacia tronar sus dedos bajo la mesa en busca de un alivio a la ansiedad que esos tres hombres le estaban causando al no contentar ni pestañear.

—Ya lo hicieron, ¿no es así? —espetó SeokJin apuntándole amenazador con uno de sus palillos.

—¿Ah?

Sintió unos nervios terribles, negó rápidamente sin encontrar palabras para defenderse. Su garganta no ayudándole con las palabras al secarse.

—¡Habla, Jeon!

—¡Yah! Hyung. —detuvo Taehyung sin expresión en su rostro al mirar a JungKook a su lado— ¿Realmente amas a Ayla?

Y no lo dudo ni un segundo cuando contestó.

—La amo con toda mi alma.

—¿Estás seguro de lo que quieres hacer? —inquirió Namjoon seriamente.

—Muy seguro, por eso quise hablar primero con ustedes. —suspiró— Son lo más importante para ella, son sus hermanos mayores. Estaría muy bendecido que me permitieran hacerla feliz.

—¿Y si nos negamos? —refutó Taehyung.

Volvió a suspirar mirando un par de segundos hacia el techo. Sabía exactamente que decir.

—Sé que soy el indicado y que Ayla es la indicada para mí. La amo, quiero construir mi vida a su lado, pero también quiero la aprobación de ustedes, la de su madre y padre si es necesario. —hizo una pausa— Sin embargo, ahora me interesa lo que ustedes tres piensan.

—¿No te parece algo precipitado? —Namjoon parecía renuente a todo.

—Si les soy sincero… no. Ya hemos hablado con Lala sobre un cercano futuro juntos, sobre viajar, mudarnos, la de… de… de tener hijos.

—Van demasiado enserio.

—¿Creías que era efímero? Hyung, no sé si lo entiendes, pero acabo de pedirte la mano de tu hermana. Claro que es serio, repito, quiero mi vida a su lado.

Ambos hermanos se miraron, sonrieron hacia el pelinegro expectante y nervioso por una positiva respuesta.

—Solo quería asegurarme.

—Entonces…

—A mí me alegra esto, ya te considero mi hermano, Kook-ah. —dijo Taehyung colocando una de sus manos sobre el hombro del pelinegro.

—A pesar de que solo soy un primo, sé cuánto amas a Ayla, y me hace feliz que quieras esto.

—Creo que sabes que te apoyaremos en esto. —JungKook sonrió aliviado— Tienes más que nuestra aprobación. Y por nuestros padres no te preocupes, ellos se podrán contentos con esto.

Su corazón dentro de su pecho sintió alivio. Un pasó más cerca de su completa felicidad.

Ni bien su horario de trabajo terminó, se marchó de prisa después de recibir una importante llamada. Tenía un poco de tiempo antes de llegar a casa, tal vez llamar a Ayla para saber cómo le estaba yendo en la universidad con la entrega final.

—Entonces estás en camino de buscar el anillo.

—Sí, —miró a través del vidrio el estacionamiento de su trabajo casi vacío— me llamaron hace un rato y me dijeron que mi encargo ya estaba listo.

Casi que podía ver la emoción de su novia cuando se lo entregara. Desde el día anterior no la veía, apenas hablaban ya que la castaña estaba muy ocupada con su proyecto de entrega final. No quería molestarla y era la excusa perfecta para que pudiera planear la mejor propuesta.

Tenía en mente algunas cosas, Taehyung también estaba tan emocionado que lo estaba ayudando con todo, debía llamarlo para avisarle que el anillo que había encargado el día anterior luego de hablar con los tres Kim y recibir de ellos la aprobación, ya estaba para ser retirado.

—¿No quieres que te acompañe?

—Esta bien, hyung, estoy cerca de la joyería, —restregó su mano libre sobre la tela de sus jeans a causa del nerviosismo y la sudoración— pero podríamos encontrarnos luego para cenar algo.

—Eso está mejor, le diré a Nam si quiere unirse.

—Bien, llamaré a Lala a ver si ya terminó.

—Seguro le irá muy bien, ha trabajado arduamente en su proyecto.

—Mi novia pronto será una reconocida diseñadora. —Yoongi del otro lado de la línea sonrió por la emoción en la voz del pelinegro.

—Si es así, avísame, porque Ayla querrá festejar y en ese caso, yo pagaré toda la comida.

—A ella le alegrara eso. Te llamaré cuando sepa.

Cortó, buscando el número de su novia para llamarla. Frunció el ceño al escuchar a la contestadora un par de veces. Decidió mandarle un mensaje, pero incluso los que le había mandado esa misma mañana no fueron vistos.

¿Cómo va todo?
20:12✓✓

Choi miyeon
Oh, JungKook-ah.
Seguimos esperando aún.☹️

Ayla está muy nerviosa, los profesores siguen evaluando a otros compañeros y hasta que no terminen con ellos no sabremos.
20:13✓✓

Está bien,
Lala no me contesta los mensajes.
20:13✓✓

Choi Miyeon
Es que la tontita se olvidó el celular en casa.
20:13✓✓

JungKook sonrió nasalmente negando la cabeza, tuvo que haber imaginado que de tan nerviosa se olvidaría ciertas cosas.

Dile que la amo, llámame ni bien sepan cómo les fue.
Yoongi hyung invita la cena.
20:14✓✓

Choi Miyeon
Cada día me cae mucho mejor tu amigo.
20:14✓✓

Arrancó el auto en dirección hacia la joyería. Poco tiempo después de ganar un mejor sueldo había adquirido un auto propio, todo estaba tomando su curso lentamente. La idea de poder convivir con su novia y futura prometida le hacía mucha emoción, demasiada ilusión. De repente, su sonrisa se vio opacada por un pensamiento intrusivo dónde ella le daba una negativa.

Negó borrando la negatividad de su mente. Ella estaría igual de entusiasmada por acompañarlo a otro nivel en la relación.

Aparcó frente al comercio, bajó rápidamente sabiendo que el horario de cierre estaba cerca. Saludó a los dependientes y pidió su pedido con la factura que le habían otorgado el día anterior en que había encargado el anillo.

Al tenerlo en su mano, el recuerdo de haberlo visto en la vidriera y que Ayla se haya enamorado de la joya vino a su mente con la misma emoción que en ese momento.

•••
Hace una hora que llegamos de Busan, las mini vacaciones habían terminado y con eso debíamos volver a la rutina. Caminábamos con Lala tomados de la mano, la acompañaría hasta su casa. Debo ahorrar más dinero para un auto, estoy  cansado de tener que prestar el de Yoongi hyung.

Sé que a él no le molesta y lo hace contento, pero quiero tener algo propio dónde pueda movilizarme sin problemas y llevar a mi novia a cualquier lugar.

Me detengo cuando Lala lo hace. Está mirando atentamente la vidriera de una joyería cerca de la estación, sus ojos tienen un brillo particular que no pasó desapercibido. Al parecer, algo llamó tanto su atención que lo está amando.

—¿Qué es? —abrazó su cintura por detrás, lleva su índice a sus labios y voltea a mirarme tímidamente.

—Eso, —señala— es un anillo muy lindo.

Lo es, es plateado brillante y su diamante es azul, debe ser un zafiro. Un anillo de compromiso.

En mi interior estoy sorprendido de que tal vez sea una indirecta, pero luego que lo pienso, veo ese anillo alrededor del dedo de mi novia y a ella diciéndome que si.

La giro aún rodeando su cintura. No me importa que la gente que pasa por nuestro lado en la calle nos vea cuando le robo un beso de sus rosados y suaves labios.

—Te prometo que algún día tendrás un anillo tan hermoso como ese. —le susurro acariciando con mi pulgar su mejilla. Sus manos apoyadas en mi pecho me dan la necesaria calidez para sentirme en casa. Ella es mi lugar seguro.
•••

Sonreía, estaba feliz emocionado por querer buscar a Ayla. Más allá de que habían quedado en verse luego, no soporto e iría a acompañarla hasta que saliera de la universidad. Tal vez después cenar todos juntos, festejar. Volver al departamento y dormir abrazados.

Se detuvo frente a un semáforo en rojo, su emoción hizo que extrajera de la lujosa bolsa negra la pequeña cajita de terciopelo negro para mirar de nuevo el anillo de compromiso e imaginarselo alrededor del dedo corazón de su novia. Era lo correcto, era lo que quería hacer. Pasar el resto de su vida junto a ella. A su Lala.

El anillo era un poco diferente del que ella había visto, en vez de un zafiro, tenía una piedra de luna, era de oro blanco y brillaba. Era perfecto para su chica, era tan delicado y elegante como cuando la conoció. Ayla era su luz brillante.

Una bocina lo sacó de su tan afanoso sueño. Metió el cambio correspondiente para dar marcha al auto con el semáforo el verde.

Una cegadora luz amarilla a su izquierda, una bocina, un jadeó cargado de sorpresa e impresión, el violento impacto en el lado del copiloto y el anillo de compromiso siendo aferrado con fuerza en su mano derecha.

Y todo paso en cámara lenta.

Fue cuando se dio cuenta de que no podría hacer más nada. De que en tan solo un segundo la vida podía irse de las manos. Aquel destello golpeando en sus ojos llenos de lágrimas fue como un incipiente resplandor. Un resplandor que le recordó la historia de su vida.

Así como una corta película con los momentos más significativos. Las personas más importantes en su vida. Ayla. Ella fue lo último que vio cuando todo se apagó.

No me odien.

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