∞YoonGi∞

“―¡Jungkook-ah! Te dije que no debías llevarme a casa, yo puedo ir solo ―hice un berrinche a pesar de saber que no iba a funcionar, tu solo me miraste y sonreíste frunciendo la nariz. 

―Hyung, yo se que quieres subir, solo hazlo y vamos ―señalaste el asiento extra de tu bicicleta, resoplando me subí abrazando tu espalda. 

―Cálido…―susurre al sentir el calor que emanabas, apoye mi cabeza en tu espalda, cerca de tu nuca, se sentía realmente bien. 

Aunque la gente nos viera de mala manera yo lo disfrutaba” 

Ese recuerdo vaga en mi mente desde el incidente en el hospital, fue lo primero que vino a mi mente cuando vi sus ojos, un joven yo de diecisiete años, hablándole a un chico con una sonrisa socarrona en sus labios, y esos mismos ojos, negros, expresivos. 

[…]

El chico dejo de ir a las sesiones, Misu ya no traía los snacks ni el jugo de fresa, y a decir verdad comenzaba a echar de menos esas atenciones. 
No sabía quién era, ni como buscarlo, aunque al parecer las respuestas vinieron a mí, como por obra del destino. 

Me encontraba en casa de mi hyung, acostado en el sofá mientras el preparaba cosas deliciosas, su teléfono comenzó a sonar, me asome por detrás del respaldo del sillón y le hice señas a hyung. 

―Hyung ¿atiendo el teléfono? ―pregunte estirándome para tomar el aparato entre mis manos. 

―Hazlo Yoonie, debe ser mamá preguntando por ti― alzo un poco la voz desde la cocina. 

Asentí y mire al remitente en la pantalla “Kookie”, ese nombre se replico como un eco en mi mente, deslice el botón verde y atendí. 

―Jin hyung ¿Sabes cómo está Yoongi? Decidí no ir más al hospital… ¿Hyung?― esa voz, podía reconocerlo aun después de haber cruzado palabra una sola vez.
 
―Estoy bien…Kookie ―lo llame por el nombre con el que hyung lo tenía agendado. 

Varios e interminables segundos de silencio, una respiración entrecortada y el tono de marcar, eso fue todo lo que recibí del otro lado. 
Mis ojos se llenaron de agua salada que brotaba de forma incontrolable, Jin hyung se percató y no tardo en acercarse. 

―¿Qué sucede Yoonie? ― me toco la cara con ambas manos, intentando secar mis lágrimas. 

Reaccione apartándolo bruscamente, alce el teléfono y le mostré el contacto. 

―¿Qué me ocultas? ¿Quién es ese tipo? ―pregunte al borde de la histeria. 

―El…El es mi amigo, nos conocimos porque su hermano también hace fisioterapia ―se excuso comenzando a entrar en pánico. 

―¡No mientas! ¡Todo lo que dices es una maldita mentira! Sé muy bien que no eres tu quien me traía los snacks, lo se... ―solloce con fuerza, todo esto comenzaba a asustarme.
 
―Yoon…por favor tranquilízate, no quiero que te pase nada malo ―cubrió mi frágil humanidad con sus brazos, mientras yo forcejeaba, enojado, irracional, confundido. 

―¡Dejame! ¡Quiero que me sueltes! ―grite inquieto, queriendo alejarlo sin éxito alguno ―¿¡Por qué!? ¿¡Porque estos malditos recuerdos aparecen en mi cabeza!? ―me agarre la cabeza con ambas manos, me había convertido en un manojo de desesperación. 

―Ya…Por favor, ya va a pasar, te prometo que va a pasar ―hyung me acariciaba el cabello, sus ojos también estaban lloroso, me di cuenta porque algunas gotitas cayeron en mi camiseta. 

Termine en posición fetal, con mi cabeza sobre su regazo, mientras él me acariciaba el cabello cual niño pequeño.