𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 4
∞YoonGi∞
La rehabilitación iba bien, aunque a veces terminaba muy cansado, el chico alto venía a traerme snacks y jugo de fresa, claro, yo nunca lo veía porque Misu lo traía en su nombre.
Jin hyung vino a buscarme después de la octava sesión, aproveche para tocar el tema de los snacks.
―Hyung, la señora Misu me ha estado trayendo los snacks que me envías ―dije esperando su reacción.
―¿Eh? Ah…s...si eso, siempre olvido dártelos antes de que entres, por eso se los dejo a ella ―se excuso algo dudoso.
―Esta bien, los disfruto mucho, gracias hyung― sonreí.
Supe que me estaba mintiendo porque Misu siempre los trae a la mitad del segundo ejercicio, si se los hubiera traído antes no me los daría a esa hora y menos diciendo que “un muchacho alto te envía esto” cuando ella ya debería saber que es mi hermano ¿o no?
[…]
Sesión tras sesión hacia lo posible para poder hablarle al chico alto, pero este se iba a prisa, o simplemente desaparecía antes de que Misu diera por terminada mi sesión, pero hoy estaba decidido a hablarle, tenía que llegar a él de alguna manera.
La tercera parte ya casi llegaba a su fin, momento para poner en práctica mi plan.
―Noona, tengo que ir al baño ―dije moviendo mis piernas juntas simulando no poder aguantar.
Ella accedió y me ayudo a levantarme hasta tomar las muletas, una vez que salí mire a ambos lados, el chico alto no estaba, hice algunos pasos hasta el baño, tratar de abrir la puerta y sostener la muleta estaba resultando más complicado de lo que pensaba.
Solté la muleta, y en un esfuerzo por girar el aza de la puerta perdí el equilibrio, un par de brazos fuertes sostuvieron mi cuerpo, mí mirada choco con el pecho de mi socorrista, levante tímidamente la cara…el chico alto estaba frente a mí.
―Lo siento mucho, ¿Estás bien? ― pregunto con evidente preocupación, enseguida me ayudo a reincorporarme en la muleta.
―S…Si, gracias…―atine a responder, concentrado en mirar sus ojos negros.
Aquellos orbes impactaron de lleno en mi memoria, sentí un mareo, parecía como si todo el piso se estuviera sacudiendo, una punzada en la cabeza sacudió mi estabilidad, mi mano se aferro a su brazo en un intento por permanecer erguido. Luego todo se volvió negro.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro