Capítulo 23
La cama se sentía tan cálida que odiaba la idea de abrir los ojos, una vez que lo hiciera estaría totalmente despierto y tendría que comenzar con su mañana de trabajo. Solo quería dormir más, nunca se había sentido tan cómodo y descansado antes.
— Si ya estas despierto deberíamos levantarnos.
La luz directamente en sus ojos lo encandiló cuando los abrió de golpe, pero no necesitaba su vista para darse cuenta de que la superficie en la que estaba recostado se movía.
No era su cama. Ni siquiera era cualquier tipo de cama. Podía sentir como el pecho se expandía y contraria con la respiración, la piel caliente contra su mejilla y el aroma.
Fuego y madera. Como una fogata, ese aroma que te hace sentir cálido como si estuvieras realmente sentado frente al fuego en una noche al aire libre.
— Necesito encender mi teléfono y conseguir cargar la batería para hacer unas llamadas. Levántate.
Lo hizo, se movió apresuradamente llevándose la cobija consigo cuando se dio cuenta de su desnudez. Sin embargo estar sentado en la orilla de la cama y totalmente cubierto no hizo que la situación tuviera sentido o fuera menos incomoda.
Kim Seokjin estaba sentado, mirándolo… completamente desnudo.
No solo su jefe, el presidente de la empresa donde trabajaba.
Tenía tantas preguntas que hacer, pero sus labios temblaban tanto como todo su cuerpo. No podía recordar…
Tenía miedo… su respiración estaba tan acelerada y sus ojos inundados de lágrimas.
— ¿Por qué lloras? — Trató de enfocar su vista, ver el rostro de quien hablaba para medir su nivel de enfado, pero no pudo hacer que las lágrimas retrocedieran. — ¿Jimin?
Unas manos lo sostuvieron por los hombros arrastrándolo más cerca a pesar de sus esfuerzos por soltarse.
¿Terminaría igual que su madre?
No fue su culpa… o quizás si porque no escuchó el consejo de su tía.
Fui un tonto, ¿cómo pude pensar que tenía todo controlado?
Un celo era impredecible, algo que no obedecía la razón. Aún sabiendo eso había viajado a una ciudad desconocida, lejos de su tía cuando estaba a sólo un par de días de tener el suyo. Desconocía como había terminado en la cama con el CEO Kim, pero podía decir lo que había pasado en esa habitación.
Ahora él CEO Kim lo culparía y lastimaría. Por eso lo arrastraba más cerca. Tenía que ser por eso.
— Tranquilo. — Brazos lo rodearon, dos fuertes brazos que no le permitieron huir. — Ya no llores. — Había un aroma tan calmante en la habitación, una fogata, sidra y romero, nunca pensó que una combinación así oliera tan bien. — ¿Qué sucede? ¿Es un ataque de pánico? ¿O te lastimé? ¿Te duele algo?
El CEO Kim estaba… tranquilizándolo. Una de las manos frotaba su espalda en un movimiento lento, la otra lo sostenía cerca de su cuello, su nariz frente a la glándula de aroma donde se desprendía esa esencia que logró hacerlo sentir cómodo. Eran las feromonas del alfa.
No lo estaba culpando… no lo estaba lastimando…
Movió su rostro hasta que pudo observar a ese alfa. Su corazón volvió a acelerarse como cada vez que lo veía, era demasiado guapo, pero contuvo su necesidad de apartar la mirada, quería verlo cuando le preguntara.
— ¿No me vas a… lastimar?
— ¿Lastimar?¿Te refieres a físicamente? — Asintió con movimientos cortos temiendo que eso desatará su ira, aunque hasta el momento solo podía ver confusión. — ¿Por qué haría eso?
¿Por qué preguntaba eso, no era obvia la respuesta?
O quizás… no lo culpaba.
Quizás la historia de su madre no se repetiría.
— ¿Jimin? ¿Por qué pensaste que te lastimaría?
Dejó que su vista se enfocará en sus manos, las que sostenían la cobija con fuerza para mantenerla en su lugar, aunque mantener su pudor ya no parecía tan importante si realmente pasó su celo con ese alfa.
— Te-Tengo hambre…
Mintió para evadir el tema. Bueno, no mentía… no del todo. Durante sus celos la comida parecía ser lo menos importante por lo que en cuanto finalizaban su estómago se sentía vacío. Pero, también, quería evitar el tema de su mamá.
El CEO Kim se dio cuenta de inmediato sobre su evasiva, pero sólo asintió.
— Pediré comida, mientras tanto es mejor que te bañes.
No tuvo tiempo de responder. El alfa lo levantó en brazos y lo llevó hasta el baño. Lo dejó sentado en el inodoro con la cobija aún envolviéndolo y le acercó una toalla… quizás era una toalla. No podía concentrarse cuando el alfa se movía frente a él completamente desnudo.
Apretó más la manta contra su cuerpo. Nunca había estado con nadie, sus celos los pasaba tomando supresores pero estos hacían muy poco por él, su tía había tenido que recurrir a encerrarlos por completo y desprender sus familiares feromonas de omega, realmente se sentía cómodo con el aroma familiar de su querida tía, pero no había tenido corazón para decirle que eso no disminuía su dolor. Los gammas necesitaban las feromonas de un alfa o que alguien los ayudará de manera sexual, de lo contrario era doloroso, al igual que pasaba con los alfas y ciertos omegas. Así que nunca había estado con nadie de manera íntima y sobraba decir que ver a alguien tan hermoso como el presidente Kim moverse con su perfectamente bien formado cuerpo desnudo sin ninguna restricción, hizo que el calor subiera a su rostro y su vientre bajo cosquilleara.
— Llamare a mi amigo para que me traiga ropa y comida, no salgas hasta que te diga.
— ¿Por qué?
El alfa se dio media vuelta desde la puerta abierta del baño, sus ojos entrecerrados y ceño fruncido.
— Es un alfa. Aunque tu celo terminó aún hueles… bien… muy bien.
La puerta se cerró dejando silencio.
Y su corazón acelerado.
Nunca había recibido cumplidos por su aroma, desde que iniciaron sus celos tuvo que ocultarlo con neutralizado y medicamento, cuando sus celos terminaban. La esencia resultante de eso era su aroma tan tenue que podría pasar por un beta, con la diferencia de que tenía cierta neblina que molestaba a la nariz de los alfas y solo les resultaba repelente.
Pero vio como los ojos del mayor se oscurecierin cuando dijo que olía bien, notó las fosas nasales expandiéndose.
Otra vez ese cosquilleo en su vientre bajo se hizo presente y su piel comenzó a sentirse tan caliente que dejó caer la manta y decidió que era tiempo de bañarse.
El agua ciertamente se sentía bien mientras se deslizaba por su cuerpo, aunque estaba un poco confundido con el hecho de que el aroma del alfa no abandonara su cuerpo.
Hasta que se dio cuenta del porqué.
En la base de su cuello, del lado izquierdo, la piel se sentía rugosa. Sus dedos contornearon aquella marca extraña hasta que entendió la forma de dos medias lunas.
Una marca de apareamiento.
El tiempo se detuvo. No fue consciente de lo que sucedía hasta que el agua comenzó a enfriarse y su cuerpo a temblar. Sólo que no estaba seguro de si temblaba por fío, conmoción o miedo.
Si Kim Seokjin no se había molestado antes, definitivamente lo haría si veía esa marca de apareamiento.
Tenía que ocultarlo, lo suficiente como para tomar sus cosas e irse de regreso a Daegu, lejos del alfa.
Salió a toda prisa del baño después de asomarse un poco y asegurarse que el alfa no estaba en la habitación. Buscó desesperado entre la ropa doblada en su maleta tratando de encontrar el suéter de cuello alto que había llevado.
— ¡Jimin!
Gritó cuando el alfa entró apresurado en la habitación y lo tomó de los hombros. Uso toda su fuerza para empujarse fuera de agarre pero el mayor no lo soltó.
El alfa había gritado su nombre, tenía que estar molesto.
— ¿Qué sucede? ¿Te asuste? — Las manos que lo sostenían se relajaron un poco y nuevamente ese aroma a fogata volvía a llenar la habitación. — Lo siento, no quería gritar pero quería preguntarte algo. — Sus ojos se encontraron con los del mayor, no entendía nada de lo que estaba pasando, pero entendía aún menos la actitud y las acciones de ese alfa. — ¿Cuántos días dura tu celo? ¿Tres o cuatro días?
— U-Una semana.
— ¡Mierda! ¡Yoongi no me estaba mintiendo, hemos estado aquí una semana!
El alfa comenzó a susurrar algo para si mismo mientras caminaba de un lado a otro en la habitación, aún no se vestía del todo, solo sus piernas estaban cubiertas pero su torso desnudo.
Se veía muy bien.
— En poco tiempo vendrán mis amigos. — Ese par de ojos lo miraron de nuevo. — Y traerán a tu tía.
— ¿M-Mi tía?
— Si, al parecer vino a Seúl porque no contestabas el teléfono y estaba preocupada. — Los ojos del mayor se pasearon por su cuerpo y fue extremadamente consciente de que estaba desnudo, aunque la mirada del presidente Kim se detuvo más tiempo en su cuello de lo que se demoró viendo su desnudez. — Llegarán pronto así que será mejor que te vistas.
Y con solo eso el mayor volvió a salir cerrando la puerta tras él, pero sin poder ocultar ese picante aroma que le hizo saber que estaba excitado.
¿No le molestó la marca?
Estaba tan confundido por la atracción y el rechazo que mostraba al mismo tiempo. Por la amabilidad con la que lo trató pero al mismo tiempo el distanciamiento que dejaba claro que no significaba mucho más que un acto amable.
Pero aun más porque no sucedió nada de lo que imagino cuando despertó esa mañana y se dio cuenta de lo que había pasado.
¿No le pasaría lo mismo que a su madre?
Tomó una respiración profunda cuando su mano ya estaba a punto de abrir la puerta. Se sentía preparado para enfrentar a Yoongi y a U-jin, sus amigos bromearían acerca de todo el asunto para molestarlo pero sabía que en realidad estarían tratando de quitarle seriedad a la situación para que no se culpara por lo que había pasado o podía pasar.
La tía de Jimin era un asunto completamente diferente. No la conocía, pero dudaba mucho que estuviera contenta, sobre todo cuando se enterara de que Jimin podría estar embarazado. Más bien era seguro que estaba embarazado porque ni una sola vez usaron condón.
No planeaba negar su responsabilidad en el asunto, pero aun no estaba seguro de si quería o no conservar la marca.
Si, quizás la tía de Jimin intentaría asesinarlo.
— Wow… huele como que se divirtieron.
Rodó los ojos cuando U-jin entró diciendo eso. Era un beta, dudaba realmente que oliera algo porque en todo momento se mantuvieron en la habitación, el único que salía era él para ir por la comida que siempre era dejada en la mesita de centro en una bolsa, igual a la que su amigo de cabello azul llevaba en sus manos.
— U-jin hyung — advirtió Yoongi.
— ¿Qué? — Yoongi solo miró a la mujer bajita que entró justo después de Jeon Jungkook, que por alguna razón también se encontraba ahí. — Oh, lo siento señora Park.
La omega no escuchó o no presto atención a las palabras del beta, ella lo observaba a él, un gesto tan serio e inamovible.
— Usted debe ser la tía de Jimin. Soy Kim Seokjin.
Extendió su mano esperando que su formal presentación calmara a la omega, pero su mano se quedó en el iré con su saludo sin ser correspondido.
— ¿Dónde esta Jimin? ¿Está bien?
— Estoy bien tía So-ri.
— ¡Jimin! — La omega alcanzó a su sobrino apenas salió de la habitación y comenzó a revisarlo después de abrazarlo. — ¿Estás realmente bien cachorro? ¿Necesitas ir al médico?
Jimin lo miró, las mejillas sonrojadas y volvió a ver a su tía.
— No creo que sea buena idea.
— ¿Por qué? ¿Él no te deja? — La omega miró por encima del hombro un breve instante antes e que volviera su vista a Jimin. — No te preocupes, el señor Jeon me acompañó y me prometió ayudarme a sacarnos de aquí si tu jefe no nos lo permitía, a él no le afectan tus feromonas así que no se pondrá agresivo contigo.
Bueno, eso explicaba por que Jungkook estaba ahí. Aunque su lobo gruñó por la idea del alfa llevándose a Jimin lejos. Estaban recién apareados, tanto Jimin como él iban a querer la cercanía del otro por varios días.
— N-No es eso, tía… yo no quiero a-alejarme…
— ¿Por qué? — Solo podía ver la espalda de la omega pero vio cuando las manos pequeñas subieron hasta el cuello de Jimin cubierto por la tela. — ¿Por qué usas una camisa de cuello alto? — Él pequeño gamma solo miró al suelo, pero la omega se dio media vuelta para verlo con enojo en su mirada. — ¡Lo marcaste!
— ¡No fue porque quisiera! — Se defendió de inmediato y entonces vio a Jimin. Lágrimas se derramaron rápidamente por las mejillas de piel blanca. Estúpido. — Jimin…
El gamma no le dio tiempo de hablar, se dio media vuelta y entro nuevamente en la habitación con su tía siguiéndolo de cerca y cerrando la puerta.
— Eres un idiota. — Su amigo beta se cruzo de brazos. — No puedo creer que realmente lo dijeras así.
— U-jin hyung.
Yoongi volvió a advertir al beta, al contrario que U-jin que mostraba su claro desacuerdo, su otro amigo no mostraba ninguna expresión. Solo lo miraba. Y Jungkook miraba a Yoongi, aunque era diferente, más intenso.
¿Había pasado algo entre ellos dos mientras él estuvo en esa habitación?
— Esta bien. Guardaré silencio, pero no porque crea que estoy equivocado.
U-jin se dejó caer en el sofá con sus brazos aún cruzados frente a su pecho.
— Jin, ¿por qué lo marcaste? — Yoongi se acercó un paso más y Jungkook también se movió como si fuera su sombra, realmente estaban actuando raro esos dos. — ¿Realmente fue imposible mantener el control?
— Mi lobo quería marcarlo... Es un gamma.
— Lo sé — dijo. — Lo sabemos. Pero aun así-
— Es mi pareja.
— ¿Qué?
Ahora si podía ver sorpresa en el rostro de Yoongi.
— Mierda. Repite eso, creo que mi oído escuchó borroso.
— Es mi pareja U-jin.
El silencio siguió a sus palabras. Sus dos amigos parecían mudos y él no sabía que decir.
¿Qué se podía decir después de eso?
Es mi pareja, lo marque, es seguro que está embarazado pero no se si quiero mantener el enlace. Él era un idiota la mayor parte del tiempo… o todo el tiempo, pero no podía siquiera poner en voz alta esas palabras.
— ¿Sigues manteniendo tu pensamiento sobre las parejas, lo que hablamos en el taxi? — preguntó Yoongi.
— No lo sé. Mi lobo lo quiere, aún más ahora que compartimos una marca. Pero es un gamma, es delicado más que un omega, no creo que yo pueda cuidarlo como es debido.
— Siempre has estado con betas, nunca le has dado la oportunidad a un omega así que no sabes que tan delicados pueden ser. Mira a Jimin, es un gamma y pasaste siete días con él, lo cuidaste muy bien, te aseguraste de alimentarlo, de que tomara agua y no lo lastimaste. Es tu pareja, no le harías daño.
¿Por qué Yoongi tenía que sonar tan racional justo en ese momento?
— Pero no quiero ser como mi madre.
Realmente no quería dejar toda su vida a un lado por su pareja delicada. Su madre había sido una alfa sociable, carismática y buena en los negocios, había ayudado a su padre a que la compañía creciera, pero sólo quedaba alguien completamente diferente después de años de que su madre tuviera que cuidar a su papá omega. La alfa raramente salía de la casa por algún asunto que le perteneciera solo a ella, siempre era salir porque su papá necesitaba aire libre, salir por la comida que su papá quería pero hacía demasiado frío o demasiado viento o demasiado calor para que el omega abandonará la casa, salir a sus constantes consultas y chequeos en el hospital. Todos los amigos de su madre se habían ido alejando hasta que ya nadie le hablaba más que por cortesía, él había heredado la compañía desde muy joven porque su madre quería dedicarse a tiempo completo a su pareja. Para su madre siempre fue primero su papá, él lo aceptó desde pequeño cuando nadie asistía a sus competencias de deporte o eventos académicos porque temían salir de casa por la salud de su papá.
No quería nada de eso para si mismo.
El suspiro de sus dos amigos lo sacó de sus pensamientos.
— Nadie te esta pidiendo que seas como tu madre. Pero si realmente no quiere esto — U-jin señaló a él y después la puerta de la habitación donde estaba Jimin —, entra a explícale las cosas.
Yoongi asintió antes de darle la bolsa que cargaba.
— Ponte la camisa y entra a hablar con él. Nosotros nos vamos, llama si necesitas algo.
Sus dos amigos y Jungkook salieron dejando un silencio detrás.
Estaba inseguro de entrar en ese momento, pero realmente tenía que explicarle las cosas al gamma y a la tía de este.
Colocó su camisa y tomó la bolsa con comida que U-jin había dejado en la mesita de centro. Golpeó suavemente la puerta dos veces pero no esperó por una respuesta.
Jimin no estaba a la vista, solo estaba la omega sentada al final de la cama y la manta envolviendo un pequeño cuerpo que temblaba ligeramente. Desde donde estaba podía escuchar los sollozos del menor.
Su lobo le gruñó molesto por haber causado el llanto del pequeño gamma.
— Jimin, traje la comida. ¿No tienes hambre?
No obtuvo respuesta pero siguió acercándose hasta que pudo dejar la comida en la mesa de noche al lado de la cama y se arrodillo para comenzar a quitar la cobija. Jimin se aferro a la tela pero logró hacerla a un lado lo suficiente para ver el rostro pequeño cubierto de lágrimas.
Su pecho dolió tanto por esa vista. No sólo podía ver a Jimin llorar, lo sentía por medio de la marca. El dolor del pequeño gamma parecía suyo. Fue tan intenso que las lágrimas se acumularon en sus ojos en un segundo.
Sin importarle que la tía de Jimin siguiera ahí, se levantó y lo tomó en brazos antes de sentarse en el lugar en el que el menor había estado dejando que el gama descansará sobre sus piernas. Jimin de inmediato llevó la nariz a su cuello y algo dentro de él se regocijo con el conocimiento de que su aroma le gustaba a su pareja.
Cerró los ojos un momento.
Estaba claro que no iba a querer que Jimin se alejara de él, al menos durante esa primera semana después de su marca de apareamiento. Tampoco podría pensar muy claro mientras seguía con ese aturdimiento por estar con su pareja.
Realmente aclararía las cosas con Jimin y la tía de este, peto no se sentía capaz en ese momento.
— Toma tus cosas, Jimin. Hablaré a recepción para decir que dejáremos de usar esta habitación.
— ¿Quieres que… me vaya?
— No. — Tranquilizo rápidamente al gamma que ya tenía sus ojos nuevamente repletos de lágrimas. — Vendrás a mi habitación, te quedaras ahí.
— Eso no va a pasar. — La omega se acercó un paso. — Yo tengo una habitación aquí, se quedara conmigo esta noche y mañana volveremos a Daegu.
Jimin bajo la mirada sin contradecir a su tía pero pudo sentir como las manos del gamma tomaban su camisa con fuerza.
— Es mi pareja y lleva mi marca. Si quiere alejarnos quien más sufrirá será Jimin. — La mayor miró a su sobrino con preocupación. — Hablaremos correctamente una vez que la necesidad de estar juntos disminuya y nos permita decidir lo que queremos. — Tomó el rostro del menor y lo elevo hasta que pudo verlo a los ojos. Realmente el tono gris de su mirada era impresionante. — ¿Estás de acuerdo?
— Si.
— Bien. Toma tus cosas, hablaré a recepción.
Antes de darse cuenta se inclinó para dejar un beso rápido en los labios gruesos de Jimin. Se sorprendió él mismo por su acción pero actuó como si no fuera nada cuando dejó al gamma sonrojado de nuevo en la cama y salió de la habitación.
Suspiró.
Sentía su mente hecha un lío con sus pensamientos apareciendo sin cesar en total desacuerdo unos con otros.
Pero sin duda el que dominaba era el nombre de Jimin y ese rostro llorando. Definitivamente no quería ver nuevamente lágrimas deslizándose por esas mejillas.
Makis lind@s, tengo pensado cambiar el apartado de personajes porque me di cuenta de que no incluí los perfiles de U-jin, Young-sun y por supuesto la tía d e Jimin y los padres de Jungkook. Pero eso lo haré después ya que por ahora no puedo editar el libro porque al fin me anime a participar en unos awards de los que hacen aquí en Wattpad.
Cuando lo haga les estaré informando para que se den una vuelta por ese apartado y conozca a los personajes restantes.
Espero que les haya gustado el capítulo se que los dejo con la duda de por qué Jimin tenía tanto miedo pero esa historia es para otra actualización. Los quiero Makis, linda noche 💜
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