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Capítulo 34

Yeonjun se miro por decima vez frente al espejo viendo si no tenia algún defecto en su ropa o en su paraciencia.

Después de un día difícil, decidió ir al departamento de Kai, Bangchan le había informado que la recepcionista confirmo que había aparecido al fin, dejándole un alivio inmenso al menor de saber que no estaba en otra casa con un Alfa, del cual seguía desconociendo su identidad.

Más allá de los celos, le preocupaba de sobremanera el estado sentimental de Kai, sabia lo que pudo haberle afectado el simple hecho de haber leído las cartas de amor de Arin y podía apostar tranquilamente a que los vio abrazarse cuando corrió por su amiga.

Obvio también se lo imagino llorar todo el día de ayer, su lobo rasguñaba con ir a buscar a su Omega y llenarlo de mimos como de amor, pero sus amigos lo contuvieron para que le diera espacio.

Y tenían razón, después de horas de pensarlo, supo que debia darle tiempo a respirar al Omega, primero enterarse de lo de Arin, luego sus padres, además del ataque de pánico, fueron muchas cosas juntas y aceptaba el hecho de que Kai tuviera su espacio.

Pero ahora, solo se estaba alistando, listo para tener una charla profunda, no quería perder a Kai, no cuando estaban a nada de unirse para toda la vida con el lazo, la mordida y del amor incondicional que se tenían.

Se puso la falda favorita que su Omega un día le confeso que le gustaba más, más un buso de lana blanco, el cual uso la primera vez que se conocieron, un moño que agarraba su pelo para atrás, el cual también era su favorito y unas zapatillas color pastel que combinaban bien.

Se sentía nervioso, pero listo para lo que se venia, tenia que relajarse y no hablar subiendo la voz o llorar cuando Kai posiblemente no le habrá la puerta, por lo que se preparo mentalmente para todo o para cualquier posibilidad.

-¡Yeonjun! -la voz de Beomgyu llego a los oídos del Alfa quien se dio media vuelta entusiasmado. -Bangchan me aviso que acaba de volver al departamento, Kai esta ahí...

-Debo ir. -dijo sin más, soltando un suspiro, agarrando una de sus mochilas donde tenia un montón de chocolates para cuando Kai se arregle con el.

-Vamos, te llevo. -ofreció mostrando las llaves del auto.

Caminaron escaleras abajo, encontrándose con Taehyun hablando con los padres de Yeonjun, era más que obvio que estaban chismoseando de la situación, hasta las sonrisas fingidas que le regalaron cuando bajo por completo los delato.

-Por favor, voy arreglar las cosas con mi Omega, no voy a volver llorando. - dijo en modo de berrinche, estaba cien por ciento confiado que esta vez Kai no se alejaría de su lado.

Y es que si, todos dudaron de la posibilidad de que Kai volviera tan fácil con Yeonjun, después de la escena del hospital, ver como el Omega ignoraba al pobre Alfa, solo plantaba dudas en todos.

Pero el no pensaba lo mismo, no quería pensar así, quería tener la fe viva de que volvería con el amor de su vida, así le costara quedarse horas afuera esperando que el contrario le abriera la puerta, esta vez no dejaría que pasara una segunda vez.

-Como sea, vamos. -decidió ignorar a todos y encaminarse fuera de la casa con una actitud enojada.

Y es justo esa actitud que quería desaparecer al momento de que hablara con Hueningkai, porque de nada servía si se sentía enojado cuando estuviera aclarando las cosas.

-Tranquilo fiera, bájale dos tonitos a tu actitud y súbete atrás. -lo regaño el Omega, subiendo de copiloto al lado de su pareja.

-Perdón. -se disculpo haciendo caso, subiéndose atrás para bajar la ventanilla y que el aire le pegara en la cara para estar más tranquilo. -Estoy nervioso...

-Lo sabemos, solo concéntrate en ti y en lo que vas hacer. -aconsejo Tae, arrancando el auto, yendo a una velocidad moderada ya que el departamento del Omega no quedaba lejos de la casa.

-Tienen razón, solo... -cerro los ojos y intento mantener la calma, sabia que iban a llegar en cualquier momento solo debia concentrarse. -Debo mantenerme sereno...

Mientras más se acercaban, Beomgyu miraba preocupado a Taehyun quien también le dirigía la misma expresión, y es que el mensaje de Bangchan había sido un poco inquietante, es decir, Kai si estaba en su departamento, pero con compañía y eso no era algo muy bueno que digamos.

Por eso cuando llegaron frente al gran edificio, la pareja se miro, asintiendo a la vez, listos para decirle a Yeonjun lo que iba a encontrarse si es que subía al departamento y el como debia reaccionar.

-Yeonjun. -lo llamo el rubio quitando el seguro del auto. -Con Taehyun queríamos decirte algo importante antes de que salgas de aquí...

-Tu puedes Yeonjun, solo concéntrate. -se susurraba el menor así mismo, ignorando el hecho de sus amigos lo estuvieran hablando.

-No es nada malo, aun que podría sonar malo si lo vemos de ese modo. - sin embargo, Taehyun siguió hablando sin notando que era ignorado.

-No digas eso idiota. -lo regaño el Omega rodando los ojos, sabia que debia interferir. -Yeonjun. -lo llamo con un tono de voz mas elevado.

-¡Yo puedo! -grito el menor una vez termino su pequeño apoyo mental, abriendo la puerta del auto para salir disparado dentro del edificio.

Beomgyu y Taehyun lo vieron alejarse con sorpresa, pero tardaron en reaccionar, saliendo del auto todo apresurados, para cuando quisieron correr y detener al menor, este ya había subido por el ascensor.

-Mierda, ¿ahora qué?

-¡Las escaleras!, ¡corre, tu eres el Alfa aquí!

El rubio asintió y empezó a moverse, mientras el contrario rezaba a la Diosa Luna.

Nada buena iba a salir de ahí, era más que obvio.

Mientras tanto, Yeonjun había llegado a estar frente a frente con la puerta de aquel departamento que había extrañado tanto habitar, por lo que no quiso esperar más e iba a golpear para avisar su presencia, pero para su sorpresa se había abierto sola, seguramente porque estaba mal cerrada.

Se sintió bien, saber que el destino conspiraba a su favor, por lo que sonriente empujo para adentrarse pero el aroma que llego a su nariz lo dejo paralizado cuando logro adentrar un pie dentro del departamento.

Otro Alfa de pura sangre.

-¡Soobin!, ya te dije no hay nada en la cocina para comer, ¿con que planeas acompañar el té? -la voz casi enojada de Kai se escucho por el pasillo de los cuartos, hasta aparecer en su campo visual logrando que se quedara sin aliento cuando al fin lo vio.

-¿H-Hueningkai?...

Después de llorar en el salón y volver abrir heridas, que tampoco estaban curadas, se dispuso a esperar con los ojos cerrados a que Soobin terminara de darle unos retoques a su nuevo look.

-Bien... creo que ya quedó. -escucho decir al Alfa, quien dejo de hacerle cosas en el cabello para luego sentir como hacia girar la silla en donde estaba.
-Puedes abrirlos, Kai...

El mencionado soltó un perezoso suspiro antes de abrir los ojos y encontrarse con su reflejo.

Wow.

No, no quería decirlo en voz alta porque su autoestima ahora mismo estaba por el piso después de todo lo que dijo, pero sinceramente se veía muy bien, el color rubio en el cabello combinaba con sus ojos ahora más oscuros de los normal.

Quiso abrir la boca para decir un par de cosas pero no podía decir nada, es más, solo podía destacar que Soobin hizo un verdadero trabajo espectacular con su cabello, por lo que solo sonrió sin mostrar sus diente y miro al chico a su lado.

-S-Se ve bien. -quiso admitir, no iba a quedarse callado. -Verdaderamente esto es lo tuyo, te quedo genial...

-Mis manos son mágicas. -quiso presumir agitándolas. -Pero no tuve que hacer mucho, la belleza ya venia incluida con tu rostro, yo solo detalle un poco el cabello. -le guiño un ojo yéndose a buscar las cosas para limpiar.

Kai agacho la mirada algo tímido, desde hace horas que Soobin intentaba subirle el animo con leves coqueteos que poco a poco se fue dando cuenta que eran coqueteos, pero no quiso llevarle el apunte.

Simplemente volvió a mirarse al espejo y una sonrisa triste apareció en su reflejo.

Ella aun seguía siendo más bonita.

Y no había forma de hacerlo cambiar de parecer.

Quería volver al departamento y llorar.

-G-Gracias por todo, Soobin. -dijo levantándose de la silla, sacándose todo lo que tenia encima para acomodarlo sobre la silla. -Pero tengo que irme, ¿si?, otro día te lo pago...

-Por favor, mamá me mataría si supiera que me quieres pagar por esto. -le resto importancia. -Además, no creas que te vas a librar de mi tan fácilmente...

-E-Es que, me siento cansado y solo quiero tomar un té en mi sofá, llorar un buen rato para luego planear como subir a la azotea de mi departamento. -se quejo con un tono algo aniñado, causándole ternura inmediata al pelirojo que dejo toco lo que estaba haciendo para apagar las luces. -¿Qué estas haciendo?...

El Alfa no contesto, solo procuro guardar todo en su lugar lo más rápido posible y acercarse a la salida del salón para sonreír al nuevo pelirubio.

-Te acompaño, daa...

-Soobin, no me voy a matar, son frases sarcásticas. -¿o eran real?

-Sea como sea, quiero pasar tiempo contigo, quiero conocerte Kai, déjame ser tu distracción por solo unas horas más. -pidió abriendo la puerta, invitándolo a salir para irse juntos.

El Omega lo miro por unos segundos más, hasta que rendido suspiro y se acerco para salir, pero no sin antes mirar a los ojos del pelirojo, olvidándose del espacio personal, aun que sin esas verdaderas intenciones de por medio.

-Bien, pero cuando lleguemos, te pago esto. -se señalo la cabeza y con una ultima mirada, salió de la peluquería, dejando a Soobin tildado agarrando tembloroso la puerta.

Kai era muy lindo, pero de cerca era más que majestuoso, era precioso, esos lunarcitos, ese color de piel brillante, aún que tuviera la carita hinchada de tanto llorar, aun así se veía adorable.

Dios, debia calmarse.

-¡¿Vienes?!

Esa fue la alerta que hizo remover a su lobo, implorando para que corriera tras ese Omega y dejara de perder el tiempo como bobo ahí parado, por lo que se apresuro a cerrar la puerta con seguro y correr hasta estar al lado de su objetivo.

Kai solo le dedico una mirada antes de desviarla hacia otro lado y comenzar a caminar en silencio, no uno incomodo, ni nada, parecía que esos ojitos le imploraron silencio y haciendo caso, solo concedió esa petición.

Empezaron a caminar por todo el centro en silencio, Soobin noto como muchos se le quedaban viendo al Omega, pero este no lo notaba, es más, caminaba con una mirada perdida, que podía ser muy triste pero atractiva para los demás.

No se tardaron tanto en llegar al departamento, o al menos, así se sentía cuando caminabas por las calles sin tener noción del tiempo.

De un momento a otro se encontraron en el departamento de Kai quien puso la pava para poner a hervir el agua, mientras que Soobin no sabia que hacer en especifico, no sabia si volver hablar sobre la charla en el salón o simplemente abrazar al Omega.

Soobin solo podía ver su cuerpo todo perezoso viendo como el agua intentaba llegar al punto de hervor, más cuando se quiso acercar a su dirección para decir algo, no lo pensó dos veces y envolvió sus brazos sobre Kai, generando así un abrazo.

El Omega se quedo estático, incluso intento soltarse, pero esos brazos, sentir el apoyo de esos brazos, solo lo deprimió más y tan solo sentir que alguien le importaba su estado de animo, se puso a llorar casi en silencio, apoyando su cabecita en el pecho del Alfa dejándose llevar.

No paso tanto hasta que Kai decidiera llorar, llorar pero de verdad, llorar en los brazos de alguien más y dejar todo la tristeza salir en cada grito que soltaba su boca, la poca regulación en su respirar, el dolor volver a apoderarse de su lobo y de su pecho.

Dejo salir todo cuando esos brazos comenzaron a acariciar su espalda con cariño, provocando que su llanto se intensificara y sollozara con más fuerza, con más rabia, con dolor de saber como la vida puede cambiar de un momento para otro.

Después de unos minutos, empezó a calmarse y decidió salir de su escondite con toda la cara roja del llanto, mientras pasaba la manga de su ropa para borrar todo rastro de dolor en su cara.

-D-Debo lavar mi cara. -anuncio separándose otro poco, pero aun sin mirar al pelirojo. -No hay na-nada para acompañar el té, será mejor que lo pospongamos...

-¿En serio quieres quedarte solo?

No.

-S-Si. -dijo sin embargo, alejándose del todo, para luego meterse por el pasillo y encerrarse en el baño por un momento.

Algo dentro de los instintos de Soobin le decía que el Omega no quería estar solo y cuando escucho el silbido de la pava, solo pudo pensar en una cosa, tomar el té como habían pactado de ante mano.

Preparo las tazas, sirvió el agua, busco los saquitos de te dándose cuenta efectivamente que el Omega no tenia absolutamente nada en la cocina, por lo que negó suavemente con la cabeza, mañana iría de comprar por el.

Una vez todo listo, salió de la cocina con ambas tazas en las manos, pero un olor en particular llego a su nariz, provocando que subiera la mirada y se encontrara con la de un Alfa de pura sangre vestido como chica en la entrada del departamento.

¿Acaso no es?...

-¡Soobin! -el grito que pego Kai desde lo pasillos le robo la atención, viendo como este se acercaba con una carita enojada. -Ya te dije no hay nada en la cocina para comer, ¿con que planeas acompañar el té?...

Cuando el pelirubio llego a la sala, sintió como su cuerpo solito empezaba a temblar al sentir una presencia nueva al lado suyo.

Una que conocía muy bien.

-¿H-Hueningkai?...

La voz casi rota de Yeonjun inundo los adentro del Omega que sintió como sus ojitos volvían a picar de tan solo imaginarse lo que tenia detrás suyo, pero su lobo era tan terco que casi obligado se tuvo que dar a vuelta y ver esos hermosos ojos verdes mirarlo con tristeza.

Oh, no.

Su respiración volvió a sentirse irregular, sentía como el aire no podía pasar a sus pulmones y con ello una desesperación de ansiedad se apodero de su mente, sintiéndose incapaz de moverse por lo que empezó a temblar de sobre manera.

Todo se volvía borroso cuando intentaba retroceder, por lo que se apoyo de la pared para luego sentir como su corazón era desgarrado por su lobo implorando por correr hacia los brazos de Yeonjun.

Pero su lado humano luchaba por retroceder, hasta meterse por el pasillo y huir hacia su cuarto, donde se encerró.

No, no estaba listo.

-¡Hueningkai!...

No.

-¡Abre!, ¡Kai-...

No.

-¿Y tu quién mierda eres?...

No, por favor.

-Eso te lo tendría que decir yo, ¿Quién eres?...

-B-Basta. -susurro cayendo de espaldas contra la puerta mientras intentaba cubrir sus oídos de la pelea verbal que estaban teniendo los dos Alfas afuera del cuarto.

-¡Ya cállense idiotas!...

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