
XXXV: TIMOS
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𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟯𝟱:
𝗧𝗜𝗠𝗢𝗦
...
Estuve toda la semana de lo más estresada por los exámenes. No podía con la presión que uno tenía que ponerle a su estudio. Herbología es mi clase favorita y por ende, ese examen fue el más fácil de todos. Creo fielmente que es mi mejor clase. Historia de la magia también fue algo fácil, creí que batallaría mucho más con las fechas pero para nada, pude recordarlo bien.
En estos momentos estaba por presentar los de defensa contra las artes oscuras, lo que significa, tener que ver de nuevo a la insoportable de Umbridge. Antes de entrar al aula, vi a Fred y a George platicando afuera. Corrí a saludarlos.
- hey. - les dije una vez que me acerqué. - ¿que hacen aquí? ¿No tienen clase?
- por supuesto que la tenemos. - contesta Fred.
- pero aquí tu amado Freddie decidió - Fred lo interrumpe a George.
- venir a desearte -
- bueno suerte. - ahora dicen al mismo tiempo. Siempre me causaba mucha risa verlos hablar así.
- Gracias. - dije mientras rascaba de mi brazo. George no pudo evitar tomarlo y levantar de la túnica, para encontrarse con mi piel toda irritada.
- quizá no sepa mucho de dermatología pero se perfectamente que no deberías estar así de roja.
-son los nervios. - me tapé de inmediato el brazo. No me hacía feliz el que me vieran así.
- te ira muy bien. - Fred como siempre, hace ese lindo movimiento de pasar mi cabello por detrás de la oreja. - sino, trabajas con nosotros en la tienda. - dice bromeando.
- tengo que entrar. - les dije para despedirme. - les cuento cómo nos va.
- tranquila, nos imaginamos el cómo le irá a Ron. - dice George riendo.
Fred se acerca a mi para poder robarme un beso, aprovechando que nadie nos veía, cuando escuchamos la voz de quien menos quisiera.
- señorita Griffin, si no quiere que se le quite el permiso de presentar su examen, le pido por favor que entre al aula. - creí que me regañaría. Pero no fue así. Vi a Fred algo asustado y me volteo para irme. Entrar al examen. - ¿y ustedes? ¿Que no tienen clases?
- si. - contestan al mismo tiempo.
- ¿y que están esperando? - les cierra la puerta en la cara.
Corrí a tomar asiento, a un lado de Tony. Era el único lugar donde faltaba alguien. Queenie y Hermione se sentaron juntas y Harry y Ron por supuesto. Tomé de mi pluma, y una vez que empezó el tiempo, empecé a contestar.
El examen estaba... complicado. Un poco. Y es que nosotros no sabíamos nada al respecto, al menos porque las clases que tomábamos eran completamente inútiles... de más diría yo. Y es que aparte estaba muy distraída... estoy harta de siempre ser así. Odio ser tan tímida y tan sumisa.
Quiero tener la valentía de Maddie para poder pararme enfrente de alguien y levantar el puño sin miedo a que me ataque. Quiero ser Queenie, para poder ordenar mis prioridades y poder decidir qué es lo que quiero y que no. Y por supuesto ser como Fred y George de libre.
Pensar en el miedo que le tenía a Umbridge, o lo mucho que dejaba que personas como Suzanne o Draco puedan decirme de cosas, todo el tiempo.
Ni siquiera podía terminar este examen, que es lo único que considero que podría hacer bien, aprobar todas mis materias, pero hasta ahora, este es el examen más difícil.
Empezamos todos a escuchar ruidos. Había... mucho ruido en la parte de afuera. Fue inevitable voltear a ver a Tony, y ambos al mismo tiempo miramos a Queenie, quien se sentaba enfrente nuestro.
Umbridge lo nota y camina por el pasillo para así cada vez tener más cerca el ruido.
- sigan con sus exámenes. - nos dice una vez que nota que todos estábamos muy distraídos. Camina hacia la entrada y abre la puerta. Pero no se muestra nada.
- ¿que es? - me susurra Tony. Yo levanto los hombros; desconozco.
- no tengo idea... - y en ese momento, así como si nada, empiezan una serie de fuegos artificiales.
Eran Fred y George, quienes entraron bruscamente por la entrada, volando en sus escobas por todo el techo y seguían lanzando fuegos artificiales. Todos reían y se emocionaban por lo sucedido. Queenie corrió a nuestro lugar y no fue la única, todos reían y disfrutaban el momento. Más que nada porque Umbridge estaba tan molesta, que su rostro se veía rojo.
Esto fue más que necesario. Nadie parecía molesto con ello, ni siquiera Hermione, a quien veo más preocupada por el examen. Pero ella igual se levanto de su asiento y corrió a el lugar de Harry y Ron. Umbridge corre de nuevo a la parte donde se encontraba en el gran reloj. Al fondo de la sala.
Por un momento, Fred y George se bajan justo en la entrada y todos corren a alabarlos.
- eso fue increíble. - les dice Ron aplaudiendo aún entre la multitud.
- ustedes están locos. - dije una vez que me acerqué. - pero si, eso fue increíble.
- ¡ya no la veremos más! - le grita George antes de salir.
- ¡si, para que evite mantenerse en contacto! - ahora grita Fred. Ambos ríen y salen del lugar aún tirando fuegos artificiales.
Salí detrás de ellos, y no solo yo, sino que todos. Fred se detiene por un momento y se acerca a mi antes de irse.
- espero y no me odies por esto, George y yo te vimos tan preocupada por el examen que creímos esto una buena idea para... - lo interrumpí y le di un gran abrazo. - no esperaba eso pero no me quejo para nada.
- ¡señorita Griffin vuelva para acá! - escuché como me grita la profesora. - aleje se de esos ineptos.
- ¿ineptos? Eso es nuevo. - dice George.
- no lo son. - tomé del cuello a Fred y lo acerqué a mi para darle un gran beso. Escuché como todos en la multitud gritaban y se emocionaban. No puedo creer lo que acabo de hacer. Pero no me arrepiento para nada.
- si tengo que hacer que me expulsen de Hogwarts mil veces con tan de que me beses así, lo hago con gusto. - dice una vez que lo suelto.
- viene para acá, vámonos Fred. - le dice George quien se vuelve a subir a su escoba. Fred me mira esperando una respuesta.
- váyanse. - les dije y este sonríe y se va por igual volando.
- ¿a donde han ido? Contéstame, Griffin. - al fin me alcanzó y vi como todos los alumnos se fueron afuera a escapar de esta clase. Inclusive los de Slytherin y Hufflepuff que salieron de otras clases.
- no lo sé. - dije cínica.
- claro que lo sabes, te he visto con el. Sabes donde están.
- creo que fueron a la clase de herbología. - Ella me hace caso y camina hacia la clase. - no, creo que al gran comedor. - se regresa. - ¿sabe que? Por completo lo olvidé. - dice aún más cínica.
- no estás ayudando en lo absoluto y eso te traerá consecuencias. - me toma del brazo bruscamente y me lleva a su despacho.
...
Cuando yo llegué ahí, no era la única. Harry, Ron, Hermione, Luna, Ginny y Neville también se encontraban ahí. ¿Pero... que? Draco y sus amigos también pero ellos parecían controlarlos. De alguna manera.
- bien empecemos con el señor Potter, quien nos va a comentar que es lo que estaba haciendo en la chimenea. - no entiendo nada de lo que ha pasado. ¿De que tanto me perdí? - me han comentado que lo vieron intentar de escapar.
- solo quería checar algo.
- ¡mentira! - Ella lo golpea.
- creo que no tienen ni un derecho de golpear a sus estudiantes. - dije poniéndome a la defensiva, acercándome a ella pero Draco me detiene y me toma con fuerza del brazo.
- Gracias Draco, ustedes los de Slytherin siempre hicieron todo bien. - me solté de su agarre bruscamente. - ¿y bien? ¿No me dirán?
- no hay nada que decir. - Harry dice al final y Ella toma... lo que parece ser, el suero de la verdad. Lo conozco a la perfección, por supuesto que es eso.
- esta prohibido darle a un estudiante eso, profesora. - dije y ella voltea a verme con los ojos en blanco.
- ¡alguien puede callar a esta insoportable criatura! - grita. - muy bien, en lo que estaba...
- profesora, no lo haga. - le dice Hermione. - podemos mostrarle el arma secreta de Dumbledore.
- ¿que? - dice ella. - ¿cual arma?
- acompáñenos, y se la mostraremos. - dice esta. La verdad, es que yo desconocía de esa arma.
- ustedes chicos, cuiden que los demás no se vayan. - le ordena Umbridge a sus amados alumnos de Slytherin. - ahora vuelvo. Y tú nos acompañas Potter.
Hermione y Harry salen de la habitación con Umbridge. Dejándonos a todos al mando del estúpido de Draco Malfoy.
- oh esto tiene que ser una broma. - dije para mi.
- ¿puedes guardar silencio? - me dice Goyle. - todos ustedes.
- Draco. - le hablé a este y este me voltea a ver. - tienes que dejarnos ir.
- ¿y porque yo haría eso? - se ríe.
- porque... te lo estoy pidiendo de favor. - jamás creí tener que hacer algo como esto. Pero recuerdo lo que me había dicho George, respecto a cómo se sentía Draco hacia mi. Yo seguía sin creerlo, pero, donde eso fuera cierto, podía ayudarme. - necesitamos que nos ayudes.
- déjame pensarlo... no. - se cruza de brazos. - jamás ayudaría a una persona como tú. Asco me dan las personas con un padre o madre muggle. - le puse los ojos en blanco de inmediato. - y más si estás toda...
- si, si, llena de granos. Te he oído las primeras doscientas veces que lo has dicho. - me empezaba a desesperar. - fue una estúpidez el creer que nos ayudarías.
- Craybe, Goyle. - Draco los llama a ambos. - acompáñenme a afuera.
- ¿para que? - le dice Craybe. - aquí estamos bien.
- les he dicho que me acompañen, tengo que decirles algo que estos ineptos no deben escuchar. - ellos obedecen y salen del lugar. Draco me mira y niega con la cabeza, mientras pone los ojos en blanco, sin creerse aún lo que estaba haciendo por ayudarme. Este deja la puerta abierta, para que podamos salir.
- vámonos. - le dije a Ginny y a los demás, y todos salimos corriendo de ahí.
- ¡hey! - nos grita Goyle y nos persigue junto con su amigo. Pero el era tan lento como para alcanzarnos.
Estaré agradecida con Draco siempre por eso. Se que no fue fácil para el.
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