___ es una chica de 16 años con una presencia intrigante. Su cabello negro cae lacio hasta la cintura, contrastando con su piel clara, y sus ojos aguamielados reflejan una mezcla de dulzura y nostalgia, como si guardaran secretos que ni ella misma logra descifrar. Mide 1.70, y su figura, lejos de seguir los estereotipos convencionales, es delgada pero con una elegancia natural en sus movimientos, como si estuviera acostumbrada a vivir en su propio mundo.

A simple vista, parece alguien alegre y llena de vida. Es creativa, risueña y tiene un aire juguetón que la hace brillar en los momentos más inesperados. Sin embargo, como cualquier ser humano, tiene sombras que la acompañan. Es impaciente, explosiva cuando algo la frustra y, a pesar de su energía, le cuesta conectar con los demás. No le gusta el bullicio, prefiere los espacios tranquilos y le incomoda el exceso de contacto social. Su desorganización es legendaria, y aunque intenta poner orden en su vida, siempre termina perdiendo cosas o olvidando compromisos importantes.

En la escuela, su círculo social es reducido. Su única amiga, Jasmin, ha estado con ella desde el primer año de secundaria. Son polos opuestos: Jasmin es extrovertida, sociable y mucho más femenina en su forma de ser. Mide 1.58, su cabello marrón cae más allá de la cintura y sus ojos oscuros tienen un brillo travieso. Su piel es ligeramente más morena y su complexión más curvilínea, lo que siempre provoca comparaciones entre ellas. Pero, aunque parecen distintas en todo, su amistad ha resistido el tiempo y las diferencias.

En lo académico, ___ no es precisamente una alumna modelo. Copia tareas, se duerme en clase y su mente suele divagar cuando el profesor habla. Pero cuando llega el momento de los exámenes, pasa las noches en vela, estudiando hasta que el cansancio la vence. No es falta de inteligencia, sino de constancia.

Lo que pocos saben es que ella no siempre fue así. Hubo un tiempo en que era distinta, pero algo cambió. Su infancia es un enigma incluso para ella misma; los recuerdos son fragmentos borrosos, piezas de un rompecabezas incompleto.

Cada noche sueña con un perrito de figura difusa, una presencia familiar que se pierde en la neblina de su subconsciente. No sabe por qué ese sueño la persigue, pero en su interior siente que hay algo más profundo detrás de esa imagen.

Una cosa es segura: su pasado es mucho más misterioso de lo que cualquiera podría imaginar.