Hueningkai seguía escuchando los miles silbidos y palabras obscenas, no estaba seguro de a quien era dirigido todo eso, pero tal vez era para el, porqué al final llevar shorts a la escuela, no había sido buena idea.

—Que hermoso trasero. —Escuchó de un alfa pelinegro.

—¿Quisieras venir con nosotros? —Preguntó otro alfa con el cabello naranja.

—Te divertirás, bonito. —Advirtió un peligris.

Los tres rodearon y acorralaron al omega, pero cuando estaban por hacer cualquier cosa, una fuerte chica se los arrebató y lo puso detrás de ella.

—Dejen de molestarlo, ya es la segunda vez que se los digo.

—Vamos preciosa, no nos hagas tener que pelear, aún sigo molesto por lo que le hiciste a mi hermana. —Dijo el pelinaranja. —No la tuviste que haber dejado.

—¿Y porqué no? Ella sola se metió en las sabanas de Yeji.

—JA. —El pelinegro soltó una carcajada falsa. —Para empezar, aquí nadie estaba hablando de la hermana de nadie, estábamos en lo lindo que es el omega que está detrás de ti.

Hueningkai solo se sonrojó y se escondió todavía más detrás de Ryujin.

—Déjenlo. —Dijo la alfa antes de retirarse junto al pequeño.

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