𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 01 ⚜
Transcurrió nueve meses confinado en aquella oscura habitación, cuyas paredes incoloras y gastadas le ponian triste. Su única distracción pasó a ser una ventana, situada en la pared izquierda, desde allí al menos lograba contemplar el cielo de día y de noche. Los tonos azules del cielo en sus dos etapas eran todo lo que veía, sumado a alguna rama verde que lograba divisar.
El encierro comenzó en él inició de su embarazo. Antes de eso, mucho antes, fue servidor sexual hasta el cansancio, pues ese era su trabajo en el palacio dueño de cada pesadilla en el anochecer. JungSuk lo usaba para satisfacer cada deseo lujurioso que le viniera a la mente. Cuando no lo hacía traer para servirlo, ordenaba a las esclavas vestirlo con telas finas, transparentes, algunas veces su piel quedaba más expuesta de lo que desearía. Ya que no era la ropa que las concubinas utilizaban, ni las favoritas, ni la misma emperatriz habían vestido algo semejante.
Su frágil cuerpo era envuelto en ropajes similares a los que las bailarinas utilizaban. Por qué si, Min Yoongi era un trofeo, bueno, Yoongi no, en realidad, el sumiso YoonSuk lo era.
Kang deseaba destruir cada gota en la escencia del príncipe Min, para consumar el objetivo inicio por su cabello. Una noche, después de ultrajar al pálido por décima vez en siete lunas, observó con atención sus hebras doradas. Hermosas, suaves como la seda y lacias como la lluvia, acaricio la cabellera, sonriendo lleno de malicia.
Tomo la daga que descansaba en la mesa, y corto los finos cabellos. Redujo la melena hasta la altura de codos.
Yoongi lloro por varias lunas, aún sabiendo que eso no era lo peor.
Más tarde, JungSuk, ordenó a sus sacerdotes que prepararán ungüentos para oscurecer sus cabellos. Así, quedando una melena negra.
Las sacerdotisas en cambio le enseñaron el arte de la danza, otorgando al pálido un escape temporal de la realidad. Estaba previsto que fuera una tortura, pero Min disfrutaba aprender con las sacerdotisas, las bailarinas y habilidosos hombres en el arte de entretener. El disfrute se transformó en sufrimiento cuando Kang decidió que era momento de sacarle provecho.
Su cuerpo enfundado en transparencias y telas cortas fue tomado por otras manos. No recuerda cuantos fueron, solo que estos eran diferentes nobles, de reinos lejanos, aliados, y más. El monarca gozaba de inteligencia, una que utilizaba para el mal. Claro que no se dejaría descubrir fácilmente, los reinos vecinos daban por muerto al príncipe rubio, el alfa captor lo mantenía en secreto, hasta el día en que lo bautizo como Yang YoonSuk, un bailarín sensual predispuesto a complacer.
Monarcas, príncipes, mensajeros y generales extasiados de placer se preguntaban, ¿Porqué este joven era tan idéntico al príncipe asesinado?, la respuesta del rey para ese desvelo siempre era la misma.
"El arte del destino me llevó a encontrarlo en una ciudad en ruinas, ni siquiera yo se la respuesta caballeros, solo disfruten."
Una de esas lunas de banquetes y música, Yoongi quedó embarazado de un general, uno que para su sorpresa había sido generoso con su maltratado cuerpo y corazón. Este comandante pululaba por el palacio en representación de un hermitaño rey.
En cada visita el rey Kang propiciaba sus encuentros, donde el general de cabellos negros lo llenaba de caricias amorosas y besos sanadores. Podría decirse que Yoongi se enamoró, sabiendo que su felicidad siempre sería efímera. El omega dio a luz en soledad, sin poder confesarle amor a su general, pues Kang afirmaba haberle dado muerte. No conforme con ello, tomó a la bebé en brazos y mandó darle muerte el día de su nacimiento.
Desde entonces solo pasaba el tiempo encerrado lamentándose. Extrañando a su hija y al general con cada fibra de su ser.
《No otra vez...》
Se reprochó a sí mismo. Deslizó las manos congeladas sobre la túnica de lino color lila que llevaba puesta. Por más que pasará el tiempo, Min lo olvidaba todo, y volvía a tocar su vientre vacío, imaginando que la bebe estaba allí. Tenía que entender que eso no era real.
Cualquier pensamiento que pudiera tener sobre eso quedo anulado al abrirse la puerta. Al principio pensó que JungSuk tendría nuevos planes para él, sin embargo, el rostro afligido de Kamelia, la jefa del harem, no decía lo mismo. Fueron muchos los que en ese hostil palacio, sintieron cariño por el omega pálido, por desgracia el miedo que le tenian a su rey pesaba más que las buenas intenciones.
―¿Su majestad al fin ordenó mi muerte? ―salió de su garganta un hilo de voz.
―No, ―cerró los ojos, derramando lágrimas. ―Tal vez este sacrificio sea el comienzo de su libertad, mi señor. ―usando el dedo índice, Yoongi seco las lágrimas en aquellos ojos verdes que tantas veces lo miraron con ternura maternal. ―El rey...pidió que sea llevado al monte de los eunucos.
No hizo falta decir más, sabía lo que esa frase significaba. El joven abrazo a Kamelia rogando compasión. Mutilarlo era demasiado.
Un soldado fornido alejó a la mujer de su cuerpo, ella sólo lloraba, arrinconada en la pared. Detrás del primer hombre, Kihyun, otro soldado, entraba con la cabeza gacha. Procurando cuánto menos sujetar al prisionero sin violencia.
Parecía ser un destino inevitable, en las afueras de palacio, Kihyun le ato las manos, el extremo de la soga iba sujeto en la montura de un caballo negro.
Los soldados se llevaron al omega con lentitud. Kihyun le demando a su compañero reducir el trote del animal. No deseaba lastimar a Yoongi más de lo que el propio rey lo había hecho.
El atardecer llegaba, convirtiendo la luz en oscuridad. Antes de que la luna pudiera asomarse completa en el cielo nocturno, el caballo se detuvo. El soldado más alto deshizo la atadura en el extremo que sostenía su caballo. Yoongi vio allí la oportunidad para correr. Más aquel hombre puso el pie sobre la soga, provocando su caída en la aspereza del piso. Tiro de la soga, arrastrando su cuerpo en el piso, sin importarle su dolor, justo cuando lo tuvo en frente, comenzó a golpearlo, desmesurado, hambriento de la sangre que brotaba en los golpes.
Min pensó que al menos podría morir antes de ser mutilado, toda posibilidad quedó en el olvido cuando esos golpes se detuvieron. Abrió los ojos, mareado, Kihyun atravesó al soldado con su espada, y este cayó muerto aún lado.
―¿Q-Qué hiciste? ―murmuró un incrédulo omega.
―Tiene que irse mi señor, por favor. ―Libero sus manos de la soga, y sonrió con calidez.
Yoongi dudo, en shock por lo que acaba de suceder. ¿Qué tan lejos podría llegar en ese estado? No lo sabía. Miro por última vez al soldado y acaricio su rostro.
―Nunca olvidare que me salvaste, gracias soldado. ―Hizo una reverencia. Retrocedió y corrió sin tener idea de adonde ir.
La luna brillaba en lo alto del cielo, el frío viento de la noche no se hizo esperar. Yoongi estaba exhausto, arrastrando los pies con sus últimas fuerzas. El rostro le ardía por el daño causado, su cuerpo flaqueaba al igual que su respiración.
Quizá perecer en el bosque no era mala idea, pensaba mientras respiraba de forma irregular.
Camino entre los árboles frondosos, perdido, en verdad no sabía dónde estaba ni dónde habría de ir.
Las orbes oscuras, letargicas, divizaron una luz brillante, pronto, la tela rasposa de una tienda roso su piel.
Agazapado detrás de una tienda observó dos soldados, protegidos con perfectas armaduras, el dibujo grabado en ellas le era familiar, no lograba recordar en ese instante, pero sabia que el dragón dorado le era conocido.
Aliviado, al dar cuenta que era un campamento militar, además de un reino para él desconocido, decidió ingresar. No tenía más salidas, pensaba implorar protección bajo cualquier coste. Así debería ser el juguete de otro rey, cualquier hombre en la faz de la tierra era mejor que JungSuk.
Se acercó, saliendo con cautela de su escondite, quedo rosando la entrada de la tienda con sus manos, cuando los soldados que había visto antes descubrieron su presencia. El pánico se apoderó de su cuerpo, solo verlos acercarse le hizo temblar de pavor. El miedo era tan grande que acabo por consumir sus pocas fuerzas restantes.
El omega herido se desvaneció, tocando el terroso suelo del campamento. Justo antes de poder ver como la pesada cortina de la tienda principal se abrió de par en par.
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No me resistí y quise traer el primer capitulo! Luego de un largo sufrimiento, nuestro pequeño omega logró huir, creo que no es necesario preguntarnos a que rey encontraremos en esa tienda de campaña... no quiero hacer mucho spoiler, pero el general del que Yoongi se enamoró puede no estar muerto realmente...
Resolveremos más dudas o plantearemos más misterios en el siguiente capítulo, esperenlo con ansias ♡
Muchísimas gracias por todos sus hermosos comentarios en la introducción. Leí todos y cada uno de ellos, realmente estoy muy feliz de que les haya gustado♡
Lxs amo♡
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