»»-----　♡　-----««

»»-----　♡　-----««

Han pasado algunos años desde el matrimonio de Ben y Mal, casi cuatro para ser exactos. Ese día no había hecho más que unirlos. Eran un equipo imparable.

Lograron mejorar la vida de los habitantes de la Isla de los Perdidos dándoles mejores viviendas, servicios de salud, mejor educación y mejores trabajos. Además de haber remodelado y arreglado las infraestructuras que comforman parte de ese territorio del reino.

Incluso habían logrado mejorar las relaciones entre la Isla y el resto de Auradon. Claramente, hay ex-villanos que aún necesitan ayuda para evolucionar como personas, pero sus hijos y amigos colaboran en sus "rehabilitaciones".

Todos los eventos conducían al día de hoy. La reina de Auradon y Princesa del Inframundo se encontraba en el hospital. Estaba en una cita con su obstetra para saber el sexo de su hermoso y querido bebé.

Ben y ella habían esperado unos años para ser más adultos y poder planear todo con calma. Pero, después de un par de meses intentando, Mal había logrado quedar embarazada. A pesar de haberlo planeado, al principio estaban sorprendidos. Aún así ese bebé era el ser más querido de la familia.

Todos tenían teorías de sí sería niña o niño. A los futuros padres era lo que menos les importaba, querían que su pedacito de amor creciera sano y tranquilo. Por eso habían decidido no hacer nada grande y darle la noticia del género a sus amigos y a sus padres ese mismo día unas horas luego de la consulta médica.

La pelimorada sonrió con los ojos brillosos al ver al bebé en el monitor. A pesar de ser su cuarta ecografía, todavía se emocionaba al oír los latidos de su pequeño o pequeña. Verlo en la pantalla era una sensación indescriptible.

Al ser mitad hada y semi-diosa sus controles prenatales eran más seguidos que los de un embarazo normal. Su caso era de uno en un millón, así que por prevención la veían dos veces al mes en vez de una.

La doctora hizo algunas revisiones más antes de avisarle que ya sabrían que era el bebé. Mal acarició sus anillos, sintiéndose ansiosa al no tener a Ben, su padre o sus suegros acompañándola.

-Felicidades, su majestad, tendrán una hermosa y sana niña.

La ojiverde se emocionó. Sí, no le importaba que fuera, pero en el fondo su esposo y ella querían una bebé.
Los minutos pasaron y la consulta terminó. Mal guardó las ecografías en su mochila de cuero negra. Sacó su teléfono y marcó el número de Ben.

Se extrañó que sus llamadas cayeran directamente a la contestadora. No le tomó importancia y le dejó un mensaje de audio.

-Cariño, ya sé que es el bebé - dijo con ilusión- Creí que llegarías a tiempo, pero no importa. Sé que deseabas estar aquí -posó su mano en su abultado estómago- Ya quiero que llegues y podamos celebrar con los demás. Te espero en la sala de espera en la entrada del hospital.

Dejó de grabar y guardó de nuevo el celular. Se dirigió a donde había dicho en el mensaje. Comenzó a inquietarse al ver que luego de un rato no recibía ninguna respuesta de Ben. Eso era raro, ya que aunque estuviera haciendo papeleo o estuviera en una reunión, siempre le respondía. Sobretodo ahora que estaba el bebé.

Se puso a caminar para sacarse los nervios. Estaba apunto de llamar a Bella para preguntarle por él hasta que oyó ruido a unos metros de ella.

Al alzar la mirada, las puertas cercanas a la emergencia del hospital se abrieron de golpe. Su rostro palideció al oír lo que decían los médicos y enfermeras.

-Fue un accidente en la autopista. Un camión iba con más velocidad de la permitida y chocó contra la limusina real- dijo uno de los doctores.

Las palabras habían sido demasiado específicas como para no ser lo que ella sospechaba.

-El chófer está relativamente estable, aunque está por perder el conocimiento - oyó a una de las mujeres.

Otra camilla atravesó las puertas, haciendo que el corazón de Mal se paralizara. Corrió hacia los doctores, quienes notaron su presencia en el momento en que comenzó a hacer preguntas.

-¿Qué le pasó a mi marido? - preguntó con un nudo en la garganta.

Los médicos y enfermeros apenas podían reaccionar. Definitivamente lo que menos esperaban era encontrarse con la reina en ese preciso momento. Tuvieron compasión al verla así de ansiosa, todos sabían de su embarazo.
Pero eso no era lo que ella quería, necesitaba respuestas.

-Supongo que habrá oído lo que decíamos - le dijo una de las doctoras, mientras que los demás arreglaban todo para llevarlo a un quirófano. Mal asintió - La parte del vehículo que tuvo mayor impacto fue del lado donde iba el rey.

La pelimorada bajó la mirada, ya sabía hacia dónde iba todo.

-Le seré sincera, no sabemos si sobrevivirá a las intervenciones, apenas tiene signos vitales. Pero haremos lo posible por ayudarlo- le explicó, poniendo una mano en su hombro- Relájese, siéntese y llame su familia. Yo misma me encargaré de mantenerla informada.

-Está bien- contestó Mal con un hilo de voz.

Se llevaron a Ben y ella tuvo que hacer grandes esfuerzos para no colapsar.

Se quedó donde le indicaron, esperando. Hades, Bella, Adam y los chicos llegaron. Y hasta ese instante, ella había hecho lo posible por no derrumbarse, pero cuando su padre y sus suegros extendieron sus brazos hacia ella ese fue su punto de quiebre.

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒓𝒂𝒊𝒏 𝒊𝒔 𝒃𝒍𝒐𝒘𝒊𝒏𝒈 𝒊𝒏 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒇𝒂𝒄𝒆,
𝑨𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒘𝒉𝒐𝒍𝒆 𝒘𝒐𝒓𝒍𝒅 𝒊𝒔 𝒐𝒏 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒄𝒂𝒔𝒆.

Los abrazó con fuerza, sintiendo como su cuerpo no aguantaba más. Los cuatro cayeron al piso, sin intenciones de soltarse. Sus amigos trataban de mantenerse tranquilos, sabían que la familia necesitaba apoyo en ese momento.

𝑰 𝒄𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒐𝒇𝒇𝒆𝒓 𝒚𝒐𝒖 𝒂 𝒘𝒂𝒓𝒎 𝒆𝒎𝒃𝒓𝒂𝒄𝒆,
𝑻𝒐 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒎𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆.

Las horas pasaron, cada vez perdían más la esperanza. La doctora llegó a darles información, solo que Mal dejó de oír apenas escuchó las palabras: No lo logró.

Apenas podía mantenerse de pie, pero se negaba a irse de ese lugar sin despedirse de su amado. Evie, Carlos y Jay la acompañaron, los tres con los ojos llorosos y con el corazón destrozado.

Al entrar a la habitación donde Ben estaba, Mal soltó un grito tan desgarrador que su familia la oyó en la sala de espera. Carlos y Jay la sostenían mientras que Evie tomaba su mano.

𝑾𝒉𝒆𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝒆𝒗𝒆𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒔𝒉𝒂𝒅𝒐𝒘𝒔 𝒂𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆 𝒔𝒕𝒂𝒓𝒔 𝒂𝒑𝒑𝒆𝒂𝒓, 𝑨𝒏𝒅 𝒕𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒊𝒔 𝒏𝒐 𝒐𝒏𝒆 𝒕𝒉𝒆𝒓𝒆 𝒕𝒐 𝒅𝒓𝒚 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒕𝒆𝒂𝒓𝒔.

Se sentó en la silla junto a la camilla y tomó la fría mano de Ben. Recostó su cabeza en su pecho y lo abrazó por un largo rato. Esa sería la última vez que podría abrazarlo, solo que no era lo mismo al no sentir la calidez de sus brazos.

Lo tomó de las mejillas, sintiendo como sus lágrimas caían por todo su rostro.

-Estábamos por iniciar la etapa más importante de nuestras vidas. No sé como haré para lograrlo sin ti, mi amor- dijo, hipando entre palabras por el llanto- Eres lo mejor que pudo haberme pasado, y seguir mi vida sin ti será lo más difícil que tendré que enfrentar.

Sollozó. Sus amigos lloraban, oyendo lo destrozada que estaba su hermana.

-¿Cómo haré para despertarme todas las mañanas sino te tengo a mi lado? ¿Quién me ayudará con mis ataques de ansiedad? - su labio inferior temblaba, al igual que el resto de su cuerpo- Te amaré el resto de mis días, y aunque tú no estés, así será por el resto de la eternidad.

Juntó sus labios, sintiendo un escalofrío al hacer contacto con ellos. Se separó, dejando un beso sobre su frente.

Se escondió en el pecho del hijo de Jafar, sintiendo comos sus otros dos mejores amigos la abrazaban. Su corazón no se recuperaría jamás de esa perdida.

𝑰 𝒄𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒉𝒐𝒍𝒅 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒐𝒓 𝒂 𝒎𝒊𝒍𝒍𝒊𝒐𝒏 𝒚𝒆𝒂𝒓𝒔,
𝑻𝒐 𝒎𝒂𝒌𝒆 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒎𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆.

--------------------------------------------------------

Primer capítulo y ya lloré escribiendo.

Esta idea había estado en mi cabeza desde hace literalmente un año. No me animaba a hacerla por el dolor de escribirlo, pero me atreví a publicarlo.

Son cinco capítulos contando este, así que en los próximos tendrán los demás.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 10/09/2021.

Finalizado el 12/09/2021.