Hueningkai de verdad estaba emocionado por la cena familiar, por presentarle su novio a su familia, pero ahora no sabía cómo hacerle saber a su familia que Soobin era su novio, de el, no de ellos.

Su tía sólo quería hablar con el, Bahiyyih también, y su sobrina de 4 años se la pasaba abrazándolo, diciendo que era el suyo. Hueningkai sólo negó.

—No, el es mi novio, Lea, no el tuyo, tú estás muy pequeña. —quitó a la niña del regazo del rubio y el mismo la abrazó, viéndola fija. —Mejor ve a ver si tu peluche de panda está limpio, ¿Si?

—Peluche de panda que mi bovio Soobin me dio. —le sacó la lengua y el mayor,  consciente, se la sacó de nuevo, en forma de venganza, escuchando una risita del rubio.

Lo volteó a ver, y lo besó. —Te dije que mi familia te iba a amar.

—De todas maneras me siento mejor ahora, estaba tan nervioso, Hyuka, todos son tus replicas, hasta Lea, es una mini tú. —alisó su camisa, exhalando nervioso, y sonrió. —Pero ahora les caigo bien, hasta a tu tía...

—Mi tía creo que se enamoró de ti... de verdad, Soobin , ella siempre busca citas jóvenes, no le hagas mucho caso. —el rubio rió ante las primeras palabras, pero al escuchar las últimas, sólo asintió, borrando su sonrisa.

Se acercó de nuevo a abrazar a Kai y lo besó, haciéndolo sonreír tierno de nuevo en medio del beso, hasta que una voz chillona habló.

—¡Soobin, cariño, ven a probar lo que hicimos todas!

—Si no eres tú entonces no quiero nada. —dijo, haciendo que Hueningkai suelte una carcajada más fuerte y se levantó junto al rubio, que caminó de forma apresurada a la cocina donde se encontraban todas sus tías, pero al ver a cierta mujer pelinegra, su sonrisa se borró.

Kai sólo se escondió detrás de la espalda del rubio, que apenas notó eso volteó, preocupado. Apenas iba a hablar hasta que una voz habló.

—¿Por qué no me saludas, hijo mío?

—No esperé verte aquí, mamá. —sólo agitó su mano pero la mujer lo atrapó, obligándolo a abrazarla al mismo tiempo que apretaba su cintura. —Al parecer apenas son las 4 y ya estás tomando vino.

—Yo sin vino no existo, cariño. —apenas se separó, vio al rubio, abrazándolo. —Kai nunca me contó que ya eran novios, Soobin, sólo me contó que cierto rubio era otaku y ya sabes, el los odia, no esperé que estuvieras aquí.

—¿Gracias? —la tía Sunmi sólo negó, tomando a Soobin y alejándolo de la madre de Kai al mismo tiempo que lo intentaba con el otro, pero la mayor la detuvo.

—¡Quiero hablar con mi nuero! Saber por qué se quedó con este chico de lista larga si ni siquiera debe apretar, no sé cómo dormirá sabiendo que más de diez pitos terminaron dentro de su novio. —Soobin sólo apretó sus labios, tratando de alcanzar a Kai que caminó a el con lágrimas en sus ojos, junto a sus labios temblando.

Había visto a Kai llorar, cuando le contaba sobre esa señora según llamada madre, pero nunca lo había visto aguantar su llanto de esa forma, hasta el punto que sus ojos eran 90% agua, sus labios temblaban con fuerza y se fue de vuelta a detrás del rubio, que tomó su mano.

La mujer habló, bebiendo de nuevo de la copa de vino.

—Yo no podría, a decir verdad, Soobin, ni que antes a mi hijo le dabas asco, ¿Cómo duermes? ¿Duermes en paz con el sabiendo que es un pu-

—A usted qué carajos le importa, mejor métase donde si le llaman, cosa que no fue a esta reunión porque jamás escuché su nombre.

—Ni lo sabes.

—Y ni me importa, no quiero saber nada relacionado con usted más que Bahiyyih, su ex esposo y su maravilloso hijo al que amo más que a nada en este mundo, a usted debería apenarle hablar así de el, es más, debería apenarse meterse en asuntos que no son suyos. —apenas terminó de hablar una tía se llevó lejos a la mujer, logrando que las demás mujeres en la cocina suspiren.

Una habló.

—Lo sentimos, no tenemos ni la menor idea de por qué tiene alcohol en la mano, Soobin, ella no es así...

—Tía Sunmi, el sabe, ya he hablado con el.

—Oh Dios mío tu mamá es tan nefasta, siempre nos arruina las comidas, no sabe cuándo dejar de tomar y menos cuándo dejar de hablar... Soobin, ¿Tienes hermanos?

—Tengo un hermano mayor. —la mujer asintió, moliendo el puré.

—Entonces la mamá de Kai demuestra demasiado lo que pasa cuando creces en un entorno con más de 2 hombres, tiene 5 hermanos, si mi hermanito, el papá de Kai, no sabe más del periodo que ella es porque él es hombre.

—¿Que yo qué? —el hombre que con cuidado esparcía jugo sobre el pavo alzó su vista, riendo. —El pavo en 5 minutos estará listo. —volvió a cerrar el horno y se acercó a Kai, abrazándolo, susurrando cosas con el.

Soobin sólo caminó hasta la tía Yena, que lo detuvo. —Tienes que probar mi gravy, es lo más delicioso del mundo, el pavo sólo sabe rico por ello. —alzó sus cejas repetidas veces, haciendo al asentir nervioso, pero otra mujer la paró.

—Mejor prueba mi puré de papas, el gravy no es nada sin mi puré. —apenas iba a comer de la probada, la otra voz habló.

—¡Soobin, mejor prueba mi pasta, la comida no es nada sin mi pasta!

Hueningkai rió al escuchar cómo sus tías tenían a su novio caminando de un lado a otro, y se acercó su prima, riendo. Cruzó sus brazos.

—Tiene una energía de golden retriever, ¿Qué MBTI es?

—No lo sé, Lia, sólo sé que hizo el test. —la otra asintió, ganándose una mirada del pelinegro. —¿Qué tiene mi novio que lo ves mucho?

—Es demasiado tierno, de verdad, sin decir nada hizo que nuestras tías le armaran un plato antes de la comida para que la pruebe, recuerda la vez que Ron quiso probar el puré y la tía Sunmi casi le entierra un tenedor en la mano.

Ambos ríen, y Kai sonríe más fuerte al enlazar miradas con su novio, que le sonrió tierno, como si con sólo mirarlo le preguntara si estaba bien. Le sonrió, asintiendo, haciendo al otro asentir de nuevo antes de que le metieran un tenedor con puré y gravy en la boca a la fuerza.

—¿Verdad que el puré sin mi gravy no es nada? Ahora deberías probarlo solo... —dijo antes de guiñar.

Eso fue en doble sentido. Hueningkai se acercó a el, riendo nervioso, trayendo a su novio consigo.

Qué cosas, con la presencia de otro ni recordaba que su madre había aparecido no menos de cinco minutos.

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