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🥀Capítulo 10-Masacre🥀

Las brujas, se apresuraron hacia el lugar donde yacía el cuerpo sin vida de Carolina. La noticia de su muerte se había propagado como un incendio forestal entre los miembros del aquelarre. Al encontrarla, sus rostros se tensaron al ver las marcas en su cuello, la sangre aún fresca.

Habían sido los vampiros. No había duda. Las brujas compartieron miradas preocupadas y murmuraron conjuros de protección. Carolina no sería la última víctima si no actuaban con rapidez.

Reunidas en la fiscalía, ocho brujas ocuparon los asientos de la sala de espera. La novena bruja del aquelarre era Carolina y su muerte no quedaría impune. Ahora no se trataba de querer chantajear a los vampiros; las brujas querían venganza.

Las luces parpadeaban, y el reloj en la pared marcaba cada segundo con una lentitud insoportable. Las brujas intercambiaban miradas nerviosas. Sabían que los vampiros vendrían. No eran solo enemigos, sino también rivales ancestrales. La eterna lucha entre la noche y la magia.

El destino de ambos mundos pendía en la balanza. Las brujas lucharían por la vida de Carolina, y los vampiros les demostrarían que no debían meterse con ellos.

Lo que no sabían era que los vampiros habían llegado a la fiscalía minutos antes...

Cuando Jungkook entró a la sala de interrogación en la que se encontraba Jimin no dudó en atravesar el corazón del detective y tampoco el del abogado. Ellos no tuvieron tiempo para gritar o pedir ayuda. Sus cuatro hermanos veían la escena con aburrimiento porque sabían que Jungkook podía hacer cualquier cosa sin su ayuda.

—¿Quién... Quién eres tú? —preguntó Jimin aterrorizado al ver la sangre carmesí escurrir de las manos de Jungkook.

El vampiro se sacudió con cuidado de no mancharse la ropa y se limpió con el saco del detective.

—Hola Jimin, un gusto. Ya puedes recordar todo lo que sucedió cuando entraste a la mansión, me da una flooooojera repetirte todo lo que sucedió desde que nos conocimos —dijo mirándolo a los ojos.

Jimin se mareó ante los recuerdos repentinos que llegaron a su cerebro como luces fugaces de revelaciones, emociones y miedo. Ellos eran vampiros, hombres nocturnos que devoraban humanos inocentes, que destruían almas y se bebían hasta la última gota de sangre de sus cuerpos.

—Jungkook —murmuró.

—Resulta que te tienen aquí para chantajearme y eso no va conmigo. —Sonrió—. Por cierto, te tengo un regalito —dijo eso último señalando hacia la puerta del cuarto de interrogación, ahí, atrás de sus hermanos vampiros se encontraba Park Taehyung, el hermano mayor de Jimin.

Los ojos verdes del humano centellearon y se invadieron de lágrimas al ver que su hermano lucía exactamente igual de como lo recordaba. La única diferencia era que en lugar de ojos verdes tenía un par de ojos rojos. Taehyung sonrió emocionado, pero al ver la sangre en el suelo notó las venas palpitantes del cuello de su hermano y sus papilas gustativas imaginaron el delicioso sabor de su sangre. Así que se lanzó directo a él.

Irónicamente, los cuatro vampiros que iban con ellos tomaron a Taehyung de los brazos impidiendo que se comiera al humano, Jungkook por otro lado empujó a Jimin con cuidado colocándose frente a él para protegerlo de Taehyung.

—Hobi, llévatelo a la mansión, Yoongi acompáñalo —dijo Namjoon.

Ambos obedecieron y se fueron a toda velocidad para alejar al neófito.

—Ustedes son los responsables de todas las muertes, yo... Yo creí que eran responsables de algunas, pero... ¡Son los asesinos de tantos inocentes! —gritó Jimin.

—Controlar a un neófito no es sencillo, Jimin —dijo Jungkook acercándose a él, pero este dio un paso hacia atrás.

—Las desapariciones comenzaron cuando despertó Seokjin —comentó Namjoon—. No todas fueron a causa nuestra, tu hermano era y sigue siendo un neófito difícil de controlar. Las muertes fueron por su causa.

—¡Mientes, criatura asquerosa! —gritó apretando los puños furioso.

—Maté a cinco jóvenes, lo admito —confesó Seokjin—. Cuando encontré a tu hermano en aquella escuela lo llevé a la mansión para despertar a Jungkook con su sangre y mi hermano en agradecimiento decidió convertirlo en vampiro. Tiempo después se escapaba a devorar almas inocentes, logramos recolectar más de veinte cuerpos en menos de tres meses.

—Un neófito no podía beber toda esa sangre, Taehyung mataba por matar y al final tuve que arrastrarlos a la mansión para ayudarle a beber la sangre —dijo Jungkook—. Pasamos noches enteras embriagados con el elixir carmesí, pasé noches maravillosas junto a tu hermano bebiendo y tocando el piano.

—Cuando comenzamos a llamar la atención encerramos a Taehyung en el sótano de nuestra casa —dijo Namjoon—. Duró ahí casi dos años.

—¿Mi hermano mató a toda esa gente? —Jimin ya estaba llorando.

—Taehyung ya no es tu hermano, él es ahora una bestia que podría comerte en cualquier instante —contestó Seokjin.

—Silencio —dijo Jungkook apretando la quijada—. Jimin, será mejor que te quedes aquí porque no querrás ver lo que voy a hacer a continuación.

—¿Qué harás? —preguntó Namjoon.

—¿No escuchas? —Jungkook sonrió de oreja a oreja.

—¿Qué? ¿Qué cosa? —preguntó Seokjin.

—Las brujas llegaron. —Sonrió—. Y yo voy a divertirme, quédense aquí. Esas malditas pueden lastimarlos.

—¿Estarás bien? —preguntó Jin.

—Hermano, soy Jeon Jungkook. Por supuesto que estaré bien. —Avanzó hacia la puerta, pero antes de salir se giró para abrazar a Jimin con fuerza e inhalar su aroma.

Todos se sorprendieron ante ese acto, incluso el mismísimo Jungkook se sorprendió de su propio acto.

—¿Qué...?

—Antes de abandonar la mansión me pediste algo y voy a dártelo cuando salgamos de aquí.

—¿Qué te pedí? —preguntó Jimin tratando de acordarse y el vampiro sonrió.

—Recordarás cuando te lo dé.

Al decir eso salió del cuarto de interrogación dejando a sus hermanos con el humano.

—Entonces sí está enamorado —dijo Seokjin sentándose en la silla y subiendo los pies en la mesa.

—Lo lamento Jimin, no debí lastimarte, pensé que mi hermano no querría volver a verte y...

—¿Por qué no me borraste la memoria y ya? Eso habría sido menos cruel que arrancarme los ojos. —Cruzó los brazos.

—Buen punto —Seokjin señaló a Jimin.

—Porque... Muy en el fondo lo disfruté. —Bajó la mirada.

—Este es el fin... —Comenzó a tararear Jungkook—... Aguanta tu respiración y cuenta hasta diez...

El vampiro avanzaba con pasos lentos hasta llegar a la sala de espera de la fiscalía, de inmediato encontró las brujas porque el aroma de su sangre era inconfundible. Se paró en medio de la sala extendiendo los manos en el aire en forma de cruz, inhalando con profundidad, llenando sus pulmones de oxígeno con los ojos cerrados, sonriendo porque tenía en mente su obra final.

—Siente el mundo moverse y luego... escucha mi corazón estallar de nuevo. —Su voz era tan dulce que causaba escalofríos. Las brujas se pusieron de pie porque no esperaban que el vampiro estuviera ahí adentro—. Para esto es el final. —Abrió los ojos sin dejar de sonreír y después miró a la líder del aquelarre directo a los ojos.

Con pasos elegantes se acercó a ella y sin darle oportunidad le arrancó el corazón, cada movimiento del vampiro era rápido, tanto que las brujas no pudieron conjurar hechizos para detenerlo pues a todas les arrancó el corazón en menos de dos minutos. Los pueblerinos que estaban en la fiscalía corrieron con mala suerte porque el vampiro no iba a dejar que algún chismoso se escapara y contara lo sucedido así que terminó con la vida de hombres, y mujeres sin importarle la edad. Todos ellos gritaban aterrorizados, pero sus muertes fueron tan rápidas que no lo vieron venir.

Los oficiales de policía tomaron sus armas y le dispararon, sin embargo las balas no penetraron su piel. Jungkook era una bestia, uno de los pocos vampiros originales creado por brujas ancestrales.

El suelo blanco de la fiscalía se llenó de sangre espesa que salía del tórax de más de veinte personas inocentes, las ocho brujas y los treinta empleados que trabajaban en el sitio.

—Deja que el cielo se caiga, cuando se desmorone nos mantendremos erguidos, lo enfrentaremos todo juntos... —Seguía cantando, pero se quedó en silencio tratando de encontrar a alguien más con vida.

Al darse cuenta de que todos en el edificio habían muerto, excepto Jimin chasqueó la lengua molesto porque tenía la ropa manchada de sangre. Avanzó en silencio hasta donde se encontraba el humano extendiéndole la mano, este al notar que la tenía manchada del líquido carmesí dudó, pero sabía que si no la tomaba estaría en problemas así que tomó la mano del vampiro y este lo atrajo a su cuerpo.

—Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga —susurró al oído del humano provocando que se le erizara la piel—. ¿Me ayudan a quemar el edificio? —le preguntó a sus hermanos.

—¡Voy por la gasolina! —gritó Seokjin emocionado.

—¿Cuántos fueron? —preguntó Namjoon acerca de las víctimas.

—Mejor míralo por ti mismo.

Al decir eso verificó que Jimin tuviera los ojos cerrados, lo cargó como si fuera un bebé, y se dirigió  a la mansión con él en brazos. Cuando llegaron Taehyung estaba sentado en la sala, Yoongi y Hoseok lo tomaron de los hombros con fuerza para evitar algún ataque al humano, el neófito enfocó la mirada en su hermano que seguía con los ojos cerrados y respiración agitada.

Jimin apretaba la camisa de Jungkook con sus dedos frágiles y pequeños, aferrándose a él como si fuera lo único que lo mantenía con vida. Y es que en realidad era cierto, si Jimin seguía con vida era porque Jungkook, aunque no lo aceptaría jamás; se había enamorado.

—Ya puedes abrir los ojos, Jimin —dijo Jungkook.

—Es la tercera vez que al abrir los ojos me encuentro con tu rostro —dijo asustado.

—¿Ah sí? —Jimin asintió.

—La primera cuando sanaron mis huesos quebrados por Hoseok, la segunda al despertar del ritual cuando Namjoon me arrancó los ojos y la tercera hoy... Me rescataste de una injusticia. —Jimin sonrió ligeramente—: Gracias.

Jungkook acarició la mejilla de Jimin con sumo cuidado, manchándolo de un poco de sangre de sus víctimas.

—Te salvaré, incluso de mi mismo, pequeño.

Jungkook se inclinó al rostro de Jimin, el humano cerró los ojos esperando que le diera un beso en los labios. Sin embargo, en lugar de eso, el vampiro simplemente pegó la frente con la suya.

—Estamos viéndolos, tortolitos —masculló Yoongi.

Jungkook se aclaró la garganta, alzando la vista. Era obvio que ya los había visto también. Ayudó a Jimin a ponerse de pie, después sonrió mirando a Taehyung.

—Bueno, encontraste a tu hermano, ahora si puedes dejar de buscar —dijo sonriendo y Jimin contuvo el aliento.

ÚLTIMOS CAPÍTULOS...

Siete tazas de sangre para todas porque ajá, ya se encontraron los siete☕️☕️☕️☕️☕️☕️☕️

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