Fiesta de Halloween
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Pareja: Jay x Lectora.

Advertencias de contenido: Lenguaje vulgar, sexo oral.

Recuento de palabras: 1K.

Sinopsis: La lectora odia a muerte a Jay, algo que es mutuo. Pero no puede evitar sentir una gran atracción por Jay y más cuando en una fiesta de Halloween organizada por el chico termina revelándole lo que de verdad desea.

Especial: 7/7.

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Era Halloween y la música y el alcohol se mezclaban en la casa de Jay. Este año se sintió atrevido, así que montó la fiesta del año invitando a todo el mundo, menos a ti o bueno si lo intentó, pero te negaste rotundamente odiabas a Jay por alguna razón, en especial amaba burlarse de ti por el simple hecho de vestirte con colores obscuros y verte tan pálida siempre. Sí, regó el rumor de que eras una bruja por todo el campus y cualquier lugar a donde sea que fueras escuchabas a todo mundo, murmurar cosas horribles y rumores sin sentido alguno sobre ti, por culpa del gracioso de Jay. Así que él era como tu némesis a pesar de que admitías que le tenías ganas, pero seguía siendo tu fiel enemigo.

Era medianoche cuando aun la música alta se escuchaba retumbar en la pared de tu habitación, intentabas dormir, pero a alguien se le ocurrió montar una tonta fiesta. Te levantaste gruñendo de tu cama, sentías que lo hacía para enojarte, sabía que al día siguiente tenías clases y aun así no bajaba su música. Sentías que le partirías algo a Jay si lo veías, así que eso es lo que harías. Tomaste un abrigo y con tu pijama saliste de tu casa caminando solo un poco para estar en la casa del frente que era la de tu engreído vecino.

El timbre retumbó por toda la casa, pero tuviste que intentar unas dos veces más hasta que un Jay disfrazado de vampiro, uno bastante sexy, podías admitir. Salió al porche de su casa mirándote con burla.

-¿Qué haces aquí brujita?.-Preguntó con inocencia llamándote por ese horrible apodo que en verdad odiabas.

-Me estás jodiendo Jay.-Lo miraste mal.-Baja tu puta música antes que me enoje de verdad.

-¿Qué vas a hacer?, lanzarme un hechizo.-Río con burla haciendo que tu sangre hirviera.

-Oh, cállate Jay.-Rodaste los ojos.-Solo baja la música.-Volviste a decir si ganas de pelear con él a punto de darte la vuelta para irte a casa.

-Hey, quédate, no seas una amargada, cariño.-Me ofreció con una sonrisa ladina.

-No me llames cariño.-Lo miraste mal haciéndolo reír.

-Bien brujita.-Alargo la última palabra solo para molestarte.-Ven, pasa, no voy a morderte a menos que me lo pidas.-Tomó tu brazo arrastrándote dentro de la casa. Había gente desconocida para ti por todos lados, incluso podías jurar que había dos personas al punto de hacerlo frente a ti. Miraste a Jay fijamente quien te guiaba hasta el sofá obligando a sentarte.-¿Por qué me mirabas tanto?.-Lo viste cruzarse de brazos riendo por la forma en que lo veías, parecía como si fueras a matarlo.-Acaso quieres comerme, ya sé que soy irresistible, pero solo pruebo los platos de segunda mesa una vez.-Sonrió con burla haciéndote rodar los ojos.

Y si te habías enredado con Jay en la fiesta de primavera luego de beber bebido hasta olvidar tu nombre. Aquellas imágenes aún no se borraban de tu mente como te besaba, la forma en que sus grandes manos te recorrían o como su gran pene te hacía babear por la forma en que te follaba la boca.

-Bien por ti, tampoco me gustan las sobras.-Lo miraste con fingido asco mirando hacia las gradas.

-Está bien brujita ya entendí, no te agrado tú, tampoco a mi mejor bebé un poco de alcohol y diviértete.-Te ofreció un baso de alcohol que tomaste de mala gana de un trago. Lo que aún no sabías es que terminarías otra, vez entre las piernas de Jay por pasarte con la bebida. Aunque quizás sea él el que termine entre las tuyas.

Una hora después estabas bailando sin control pegada a un tipo del que ni siquiera sabias su nombre mientras le comías la boca. Aquel tipo pasaba las manos por tu cuerpo y las dobles intenciones se notaban en el aire.

Dando fuertes zancadas, Jay se acercó a donde estabas y te aparto del tipo tomándote de la muñeca arrastrándote hasta el segundo piso, más bien hasta su habitación.

-Hey, suéltame idiota.-Te quejaste intentando liberarte de su agarre con tu lengua enredada.

Pero era graciosa la forma en que empujabas y Jay seguía sosteniéndote un tira y afloja en el que tú llevabas la desventaja. Al chico le causaba gracia aquello, eras demasiado tierna para él, cuándo bebías, por algo se enredó contigo aunque no lo admita.

-Mejor duérmete ya eso hacías antes de venir a molestar.-Jay rodó los ojos recordando como te le ofrecías al tipo de antes.

-A molestar tú eres aquí el que molesta, en primer lugar el que me invito a pasar, fuiste tú y más sabiendo como soy me diste alcohol aprovechado.-Te quejaste de nuevo apuntándolo con el dedo como si fueras una niña.

-Bueno, es verdad, menos la parte de que siempre molesto, obvio, todos me aman.-Dijo con orgullo para luego sonreírte con burla.-Había olvidado que el alcohol te ponía algo loca.-Jay soltó una risilla haciendo que lo miraras ofendida.

-Eres un maldito idiota Jay, ves por eso no me gusta admitió que amé como me cogiste aquella vez.-Admitiste en tu estado alcohólico.

-Oh... Después de todo te gusto, había pensado que no es que lo negabas tanto.-Jay sonrió viendo como tú asentías aún ofendida. Jay negó con diversión.-Ven, déjame ayudarte a que te recuestes, deberías dormir, en serio.

Jay te ayudo a sentarte sobre la cama para que no te marearías. Pero cuando viste que te dejaría allí tomaste su mano.

-Jay.-Lo llamaste y este te miro alzando una ceja.-Deja que te hechice.-Murmuraste empujándolo hacia ti, Jay callo sobre tu cuerpo sorprendido por tu audacia.

-Deja de bromear y duérmete boba.-Jay extrañamente se sintió nervioso e intentó levantarse, pero lo tomaste de su camisa negra acercándolo a ti de nuevo.

-Jay me dejas darte un dulce especial por Halloween.-Murmuraste contra sus labios sintiendo como se estremecía.

-Sí.-Jay asintió no muy seguro de su respuesta.

Sonreíste con diversión y uniste tus labios con los suyos en un intenso beso. Jay sonrió saboreando el alcohol en tu boca, no tenías ni idea cuanto desean esto. Pero extrañamente se apartó.

-TN, esta vez no estás borracha y yo no...-Lo interrumpiste besándolo de nuevo.

-El alcohol no me está obligando a hacer nada, me está dando valor.-Murmuraste sobre sus labios.-Porque no me muerdes vampiro, hace rato, dijiste que si quería lo harías.-Bromeaste escuchando su cálida risa.

-Aun así...

-Oh, ya cállate Jay.-Lo besaste de nuevo haciendo que sus palabras quedaran en el aire escuchando su leve ronroneo.

Comenzaste a desabrochar la camisa de Jay de forma apresurada mientras él hacía lo mismo quitándote el piyama. La ropa comenzó a desaparecer hasta que quedaron completamente desnudos sobre la cama. Jay bajó hasta tus senos, alterando entre tus dos pezones, chupándolos y mordiéndolos levemente. Besó tu vientre y bajo hasta tu entrepierna abriendo tus piernas, comenzando a dejar besos húmedos sobre la piel sensible de la parte interna de tus muslos. Pasó su lengua por tus pliegues, sacándote un gemido tras otro por la forma maestra en que lamia y chupaba tu vagina.

Jay se apartó unos minutos de ti buscando un condón en su mesita de noche para colocárselo. Esta vez él fue quien besó tus labios pasando la punta de su pene por tu entrada de forma tortuosa hasta que finalmente te penetró, te apretaste al rededor de él haciéndolo gruñir en tu oído mientras sus embestidas se volvían más intensas y rudas. Tus fluidos que bañaban toda su longitud y la forma en que sus pieles chocaban haciendo ruidos obscenos, estaban volviendo a Jay loco.

Te dio la vuelta sobre la cama quedando tú boca abajo sobre esta. Comenzó a machacar más profundo dentro de ti, presionándose contra tu cuerpo mientras apretabas las sábanas, dejando escapar gemidos intensos y necesitados, llenos de placer y deseo por el chico. Un poco más y te apretaste a su alrededor, sintiendo tu cuerpo temblar, liberándote sobre su pene, sus estocadas se volvieron desordenadas hasta que también alcanzó su orgasmo. Ambos se quedaron dormidos sin importar que abajo había una fiesta y que probablemente al día siguiente la casa fuera un desastre, tú ni siquiera fueras a asistir a tus clases.

A la mañana siguiente despertaste a su lado observando el rostro tranquilo de Jay, se veía pacífico, dormido a tu lado. Sus ojos se abrieron un poco y te sonrió ladino.

-Vaya, esta vez no desapareciste, es un avance.-Sonrió acercándose a ti para envolverte en un abrazo.

-Que conste que aún te odio.-Murmuraste sintiendo tu rostro sonrojarse por la cercanía.

-Entonces seamos... Enemigos con beneficios brujita.-Jay sonrió con diversión viendo como tú reías pensándote un poco aquella locura que propuso.

-Sí, claro, enemigos con beneficios suena bien.

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Holi, Holi ^^
Gracias por llegar hasta aquí, de ser así recuerda dejar tu estrellita, me ayudaría mucho a saber que esta clase de contenido es de tu agrado. 💕
Y terminamos con el especial de Halloween, espero que les haya gustado el de Jungwon y el de Sunoo y este de Jay que está menos perturbino que los otros, pero sigue el concepto de Halloween. 👀
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Aprovecho a decirle a las personitas que leen este libro, muchas gracias por el apoyo y por haber llegado hasta aquí se aprecia mucho en verdad. >_<
Los quiero mucho. <3
Nos leemos pronto, bye bye 💗