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Capitulo 15

La mañana era realmente cálida, dulce, fresca y agradable, digno del mes de mayo. En la mañana, mientras la madre cocinaba algo fresco para desayunar con su cachorro, en aquella agradable casa con jardín, se podía escuchar la radio de Anima City.

«Los Osos, el penoso y miserable equipo de béisbol de los barrios bajos de Anima City, jugarán esta tarde contra el equipo de los Tigres, después de haber derrotado milagrosamente a los Búfalos y los Flamencos en sus encuentros pasados, ¿tendrán la misma suerte esta vez o ya la gastaron toda?»

La madre fruncía levemente el ceño haciendo una mueca de notorio desagrado mientras freía el tocino, eso sonó algo grosero. Es más, ¿por qué escuchaban la radio de Anima City cuando podía poner la de Ibaraki si de amarillismo se trataba.

«En otras noticias, en dos días, mismo que las finales de béisbol, oficialmente un grupo de humanos llegará a Anima City, miembros del grupo Pro-Animal; entre ellas figuras reconocidas en el mundo humano como la actriz Shirley Imzy, la cantante Katy Mason, el beisbolista de fama continental Barry Ruth Imzy y el líder del movimiento Pro-Animal»

Eso le sorprendió, ¿Ruth se unía a la visita? No se lo esperaba.

Tampoco Haru, quien, mientras comía una tostada con mermelada y tenía una taza para niños con té dentro, escuchaba la radio igual que la humana, y al oír nombres conocidos, no pudo evitar exaltarse.

-¿Va a venir el papá de Hattie a Anima City? -preguntó volteando a ver a su madre.

-Tal parece tesoro -respondió la madre colocando dos platos de huevos con tocino en la mesa y su taza de café en la mesa-, pero supongo es entendible, sus hermanos vienen, nunca se separan -explicó la madre tomando un sorbo de su café.

El pequeño le dio una mordida a su tostada y se quedó pensando mientras masticaba, haciendo a su pequeña cabecilla obrar en un deseo y pensamiento.

-Mamá, ¿y yo puedo tener un hermanito?

Esa frase le hizo escupir algo de su café, le tomó desprevenida. Tosió un par de veces y limpio las manchas de café en la mesa rápida.

-Emm. ¿Haru? -preguntó ella mirándole con cierto nerviosismo.

-¿Puedo tener un hermanito mamá? Hattie ya va a tener uno, y yo quisiera uno también -exclamó el pequeño con un brillo en los ojos.

-E-Emm, bueno, hijo, es que... pe-pero tú ya tienes a Misaki ¿no? La hija de Charlie, ella es como una hermanita para ti -habló con nerviosismo la peli-___.

-No es lo mismo, a Misaki no la puedo ver siempre, tampoco a Hattie -habló el menor bajando la mirada-, ella me dijo que cuando tenga a su hermanito, lo verá siempre, jugarán mucho y nunca se separará de él, ¡yo también quiero un hermanito para jugar mamá! -exclamó con alegría.

La fémina se sentía algo abochornada por el asunto, no sabía cómo responderle a su hijo, quien ni siquiera sabía de dónde venían los bebés.

Milagrosamente, fue salvada de responder aquella incomoda pregunta por el timbre de la puerta. Ella, bajo la excusa de que alguien tocaba la puerta, se paró de la mesa hacia la entrada.

-Marie -habló ella con una sonrisa notoriamente nerviosa.

-Que hay humana, ¿puedo pasar? -preguntó la de cabellos grises con sonrisa de lado.

_____ se apartó para dejar entrar a la visón a su morada, ella al entrar fue recibida por Haru, quien se acercó aún con migajas es su rostro.

-¡Marie!

-¿Qué hay pequeño? ¿Cómo has estado? -preguntó ella.

-Más o menos, hay una pregunta que tengo, pero mamá no me la quiere responder -miró hacia su más alta-. Marie, ¿tú sabes de dónde vienen los hermanitos? Quiero conseguir uno, pero mamá no me dice dónde.

La mujer bestia ante eso, apretó los labios, miró a la humana quien apoyada del marco de la puerta le miraba con una sonrisa que decía:

"Si, eso pensé Marie"

-¿Sabes? Hace rato pasé por una juguetería y vi algo que de seguro te gustaría -llevo sus manos hasta los bolsillos dentro de su chaqueta-, me dijeron que solo los niños más listos podían resolverlo.

Mostró un cubo ante el pequeño, levemente desordenado. Haru soltó un jadeo de asombro y se quedó perplejo ante este.

-Tiene muchos colores...

-El truco es que todos los colores queden en un mismo espacio -le extendió el juguete-, ¿crees poder resolverlo?

El pequeño albino tomó entre sus manos el cubo, y como si estuviera en su forma bestia y moviera su cola de lobo alegre, se llevó el cubo hacia su cuarto, emocionado de resolverlo.

-Uff, eso lo mantendrá distraído un rato -comentó la morena viendo a la madre acercarse a ella-. ¿De dónde sacó esa nueva idea de conseguir a un hermanito? -preguntó con voz baja para no ser oída por el pequeño.

La humana se alzó de hombros.

-A mí no me mires, por mi parte aún no le digo nada y no es como que conmigo vea algo raro -respondió en el mismo tono bajo-. Cuando tenga seis o cinco años le contaré sobre la cigüeña.

-Suponiendo no te ve haciéndolo antes~ -murmuró hacia ella y la peli-___ le dio un codazo.

-Mejor vamos a la cocina y dime lo que tengas que decir.

Caminaron hacia la barra de la cocina y ahí Marie se subió en un taburete.

-¿Estaban desayunando?

La madre asintió mientras recogía los platos de la mesa, llevándolos todos al lavavajillas y guardando el azúcar, el café y la mermelada.

-¿Qué me tenías que decir? -volteó rápidamente hacia la visón alzando una ceja.

-Ah sí, vengo con chismes nuevos -empezó la contraria-. Mientras nos estabas, el lobo Ogami consiguió una pequeña nueva asistente, una tanuki llamada Michiru.

La mujer de cabellos ____ paró un momento, ¿acaso ese no era el nombre de la chica que le dio el aventón junto con Nina? ¿Qué no también era una tanuki?

-Pero... ¿eso que tiene que ver conmigo? -preguntó nuevamente la madre.

-Bueno, esa niña es lo que llamarías defensora de la justicia, bienhechora y blah blah blah, esas niñerías -respondió como si nada extrañando a la humana-. Gracias a ella limpian la ciudad rápidamente, adiós a la mafia de Rabbit Town, adiós a los anti-beastmen, tal vez incluso adiós a ti.

Paro en seco de hacer su quehacer y volteó a ver a su amiga beastman, buscando en ella una pizca de broma en su decir o su mirada; desafortunadamente, no fue así.

-Marie déjate de rodeos y ve al grano.

-Mi punto es, que como esa niña es tan entrometida en todo y una problemática con todos, a donde sea que este ella Ogami estará -concluyó con una mirada seria-. Aunque también podría ser su distractor en otros asuntos, solo cuida que nadie sepa que eres una humana o te quitarán a Haru por no tener papá.

La oji-___ soltó un gran suspiro para después soltar un quejido.

-Odio esa ley, como si necesitara de un macho, un alfa o como le quieran decir para cuidar de Haru -exclamaba con enojo apretando sus puños-. Qué asco de ley, es tan, tan...

-¿Machista? -le leyó la mente su contraria-. Por si no lo sabes o no lo notas humana, esto es Anima City, tierra de hombres bestias, nuestro lado animal nos rige, es la ley del más fuerte, es asunto de orgullo beastmen, no es cosa de humanos -habló terminando con una sonrisa extraña para _____.

Paro en seco sus pensamientos y se quedó pensando con la mano en la barbilla. Marie tenía razón, era tierra de hombres bestia, una humana como ella no tenía por qué quejarse, no era su concierne.

-Pero, aun así, no está bien -habló suavizando su tono.

-No está bien del todo, pero no es nuestro más grande problema, tienes suerte de no ser un beastman, recuerda que aquí nos regimos por alfa, beta y omega, los omegas son los que lo pasan peor -agregó-. Yo soy lo que se llamaría beta, estoy en el medio así que la vida es algo meh para mí, al menos no sufro celos como los alfas o los omegas.

Curiosa por más y por aquel dato que ella desconocía se acercó a la visón, le dio un poco de postre a modo de ofrenda y se sentó frente a ella.

-¿Celos? Como... ¿épocas de apareamiento?

-Algo así, tus hormonas se ponen como locas, desesperadas, por aparearse con alguien y-

-Ok ok, suficiente de esa información -interrumpió la peli-___ con algo de incomodidad.

La mujer morena sonrió de lado ante ello y se le ocurrió una mejor idea para distraer a la humana.

-Oye, en la tarde iré a ver un partido de béisbol, a hacer un par de apuestas -comentó-, ¿te gustaría venir conmigo? Te ayudará a distraerte de ese asunto humana.

Cruzada de brazos, la joven madre se quedó pensativa un momento, llevando su mano a su mentón.

-Supongo, veamos que pasa -habló no muy segura.

La mujer bestia mostró una sonrisa de lado.

-Ese es el espíritu. Llevémonos a Haru, a lo mejor así se le olvida el tema de su hermanito -bromeó.

-Bien Ogami, como pediste toda la información de los futuros visitantes está aquí -hablaba la alcaldesa dándole los papeles al albino.

*Nombre: Nelson Martin Imzy

Edad: 25

Lugar de nacimiento: Durban, Sudáfrica

Nacionalidad: Afroamericano

Ocupación: Activista a favor de los beastmen.

Con ayuda de la imagen y toda la información que había en la primera hoja ubicó al líder de la organización Pro-Animal.

*Nombre: Shirley Oprah Imzy

Edad: 21

Lugar de nacimiento: Estados Unidos

Nacionalidad: estadounidense

Ocupación: Actriz.

*Nombre: Katherine Amala Mason

Edad: 21

Lugar de nacimiento: Brasil

Nacionalidad: Brasileña

Ocupación: Cantante.

Logro identificar a aquellas dos jóvenes como las cantante y actriz que últimamente salen mucho en comerciales a favor de los beastmen.

*Nombre: Barry Ruth Imzy

Edad: 29

Lugar de nacimiento: Durban, Sudáfrica.

Nacionalidad: Afroamericano.

Ocupación: Beisbolista.

Leía rápidamente todos los datos principales, tenía tiempo para ver todo lo que pidió a fondo luego. Algo peculiar había notado en los nombres de los visitantes.

-Los Imzy, ¿son hermanos? -preguntó el de ojos claros.

La alcaldesa asintió.

-El líder me dijo que sus hermanos son también activistas, y por medio de varias videoconferencias los había visto antes -explicó con calma y suavidad-. Querían venir porque Anima City tiene una especie de significado para ellos, entrar aquí siempre ha sido su ilusión.

Su contrario de quedo un rato en silencio viendo los papeles.

-Con su permiso me retiro, hay otras cosas que debo ver, como la investigación de la red de apuestas en Anima City -finalizó caminando hacia la puerta fuera de la oficina.

-Realmente estoy dudando de sí esto fue una buena idea -habló la joven humana con su cachorro albino en brazos.

-¿Por qué? Además, ¿qué no usaste el perfume ese que te dio Fenrir? -preguntó la visón a su lado-. Además, mira a Haru, se le ve encantado con el juego.

Bajo la vista hacia su pequeño en su regazo, mientras el menor tenía su cubo rubik en sus manos, sus ojitos le brillaban asombrado ante el juego.

-Es como lo que hace el papá de Hattie, ¿no mamá? -preguntó alzando la mirada.

Enternecida _____ sonrió y beso su cabeza.

-Si así es cariño.

-Y todos usan su forma bestia -agregó con asombro.

-Y eso es algo de lo que me preocupo -habló en voz baja la madre mirando a su alrededor, casi todos mostraban su forma bestia.

-Ay, mujer, te preocupas demasiado -soltó la de cabellos grises-. Ya usaste todas las cosas para "cuidar" tu olor de humana -hizo comillas con los dedos-, sólo relájate un momento y disfruta el partido.

_____ soltó un suspiro ante el sermón de su querida amiga, tal vez tenía razón, y solo debía tranquilizarse, mientras Shirou Ogami no esté cerca.

-Tienes razón, se trata de disfrutar hoy -habló mostrando una sonrisa-, quiero ir por un par de bocadillos para disfrutar -bajó la mirada hacia su pequeño-. ¿Tú no Haru?

-¡Una soda!

-Qué sean dos humana -aprovecho Marie.

-Bien, en ese caso tu quédate con Haru -extendió el cachorro hasta los brazos de la morena-. Vean algo del partido, en lo que yo voy a la tienda que vi cerca de aquí.

Se levantó de las gradas después de ver que su hijo se quedó en el regazo de la visón, camino abajo hacia una tienda que había visto de camino al pequeño campo de béisbol donde estaban.

Camino disfrutando de la verde sombra que los grandes árboles de ese lado de Anima City le otorgaban, eran más altos que cualquier casa, y parecía llamaban a la fresca brisa de primavera.

Entro a la tienda y pidió un par de sodas y frituras para ella, su cachorro y Marie, pago el monto y salió guardando las cosas en su bolso.

Lo que no sabían ella, y cierto lobo albino, es que el destino quería juntarlos, quería hacerlos tener su primer encuentro, forzosamente; era necio, y estaba encaprichado con ellos dos.

Mientras el intimidante lobo plateado caminaba por aquella calle, con su cabeza distraída debido a incontables pensamientos, ella salía de la tienda ubicada en la misma calle, despidiéndose con un "gracias" de la tendera; sin notar ambos, que estaban a punto de chocar uno con el otro.

El destino era caprichoso, quería jugar con ellos lo más que se podía tal parecía, el imponente lobo solo se movió levemente al sentir como aquel femenino cuerpo choco con el suyo, y fue sacado de la burbuja de sus pensamientos.

Y ella, se tambaleo levemente debido al impacto, estaba distraída, cuando choco seguía mirando a la tendera y entonces sintió como si se golpeara contra una gran pared o una señal. Casi se caía, de no ser porque el albino la tomo levemente como rápida reacción ante lo sucedido.

Ella tambien se agarró rápida y por una milésima de segundo, al pecho de aquel hombre cuya apariencia aun no visualizaba.

-M-Mil perdones, no me fije que había alguien -hablo y entonces quedo impactada al alzar la mirada.

Se separó levemente de él apenas lo vio, y su corazón se detuvo al verlo, pero no para bien.

Alto, cabellos blancos, albino, y de ojos claros como un copo de nieve, con un ceño algo serio y que emanaba leve frialdad. Polera negra y gabardina marrón claro; y ese collar, ese maldito collar de perro en el cuello.

Intimidante, realmente intimidante.

Sintió una gran corriente eléctrica pasear y estremecer toda su columna vertebral al verle, las palabras habían abandonado su boca apenas vio al beastman.

-No se preocupe, fue un accidente -oír su voz fría y ronca le estremeció, y ni hablar de esa gélida mirada.

-Con su permiso -bajo la mirada inmediatamente y camino hacia el lado contrario del albino, aunque ese tambien fuera su camino, quería alejarse

Tomo fuertemente su bolso donde tenía aquel frasco de emergencia que Fenrir le dio en caso de encontrarse con él, con Shirou Ogami. Pensaba seriamente si bañárselo de una vez, pues si no reacciono como ella tanto temía, pero no podía cantar victoria.

Apresuro levemente sus pasos, quería alejarse de él y buscar un atajo para ir por su hijo y llevárselo.

-Oiga, disculpe -oyó nuevamente la voz, aunque lejana.

Volteo en una esquina aleatoria y ahí apresuro el paso, comenzando a trotar.

-¡Oiga señorita! -oyó el grito de aquella voz nuevamente y comenzó a correr.

Saco rápidamente de su bolso el frasco, rogando a todo ser divino que funcionara y engañara al lobo. Lo abrió y lo vertió todo sobre ella, mojándose de aquel aroma, perfume y esencia.

-¡Deténgase!

Nuevamente le escucho y el miedo nació en cada una de sus venas, estaba cerca, le oía y sentía cerca.

Su respiración se agitaba a cada paso que daba, la adrenalina le inundaba y le hacía difícil el inhalar aire, pero corría tan rápido como sus zapatillas le permitían sin caerse.

Parecía la escena del cuento de caperucita roja y el lobo feroz, con ella interpretando a la chiquilla que huía del intimidante lobo.

*Corre, corre Caperucita Roja, corre todo lo que quieras, no podrás esconderte del lobo feroz, él va a comerte~*

Finalmente, él, saltando de entre los techos, logró interceptarla, poniéndose enfrente de ella, haciendo que cayera al suelo sentada.

Le vio acercarse transformado en un gran lobo beastman, sintió miedo hasta en el más recóndito lugar de su cuerpo.

Cerro sus ojos fuertemente al sentir como sus pasos se intensificaban, señal de que se acercaba a ella; esperando lo peor de él.

-Su billetera se cayó, eso era lo que trataba de decirle -oyó y abrió los ojos.

Mientras en una mano traía su monedero, la otra la tenía extendida para ayudarla a pararse.

Temblando levemente, acepto su mano para levantarse, pasmada ante lo que le estaba ocurriendo, ¿enserio le estaba ayudando?

-Sí, lo siento, es que... m-me pensé lo peor -se limitó a decir bajando la mirada y tomando lentamente su monedero.

-Lamento asustarla -sus manos se separaron-, con su permiso -y se despidió alejándose, yendo nuevamente, en la dirección contraria que ella.

Apenas no escucho sus pasos, llevo su mano a su pecho, y respiro finalmente; aquel momento le había dejado la respiración temblorosa, todo su cuerpo trémulo, y las piernas temblando levemente.

Mientras que el albino, caminaba con manos en los bolsillos de su gabardinas, sereno y neutro, respingando su nariz y pensando ahora.

*Esa mujer bestia tenía un aroma agradable*

Hola dulces personitas que leen esto.

Como se sienten despues de leer esto?

Me emociona leer ya pronto sus comentarios, inúndenme de ellos

Cuidense las quiero mucho, se cuidan ustedes me cuido yo.

Me voy no sin antes darles su buena dosis de edits de Shirou

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