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「 17 」


Un par de horas antes

Tocaban de forma insistente el timbre, cosa que a Jung Kook no le había agradado para nada desde el primer sonido. Estaba a punto de hacer algo, y gracias a quien sea que se encuentre llamando a la puerta, eso no podrá ser posible por ahora.

Tanta había sido su molestia, que se olvidó por completo preguntar quién era o ver siquiera de quien se trataba.

—Vaya... qué sorpresa verte aquí —pronunció la mujer, sonriendo de lado.

—¿Qué hace aquí? —No pudo evitar preguntar, un poco asustado. La última vez que habló con la madrastra de Yoon Gi no había sido algo muy lindo para él, ni cómodo.

—Lo mismo preguntaría, pero acabo de recordar quien eres, así que eso no importa —bufó—. Vine a hablar con Yoon Gi —Jung Kook frunció el ceño.

—Él no está, así que puede regresar des... —estuvo por cerrar la puerta, pero Mi Kyung la tomó con fuerza e impidió que lo hiciera.

—Puedo esperarlo, después de todo ya he venido hasta acá —ahí entró a la casa, Jung Kook sin saber qué hacer.

—¿Le avisó a Yoon Gi que vendría? Porque no me dijo nada...

—Eso es lo de menos; es normal que venga a hablar con él en algunos días, después de todo soy su madre.

«¿Cómo se atreve a decir eso?» Pensó, pero prefirió no decirle nada y cerrar la puerta.

—Entonces le llamaré para avisarle que está aquí —estuvo por tomar su teléfono, pero Mi Kyung se interpuso en su camino.

—No es necesario, cariño. Ya le avise antes de entrar que estaba en su casa —aquella sonrisa que le dedicó no le había dado buena espina, así que no era raro que comenzara a dudar sobre lo que le dijo.

—De todas formas debo avisarle —como puede, esquivó el cuerpo de la mujer, logrando tomar su teléfono, aunque solo llegando a desbloquearlo cuando Mi Kyung se lo arrebata de las manos.

—Te he dicho que no es necesario —habló entre dientes.

Jung Kook estaba por responder, pero de repente se sintió bastante mareado y su cuerpo comenzó a temblar.

—¿Sabes? Odio cuando me desobedecen, y no es exactamente como si tú me cayeras del todo bien; no intentes enfurecerme porque estarás en serios problemas —el tono que utilizó le hizo saber a Jung Kook que ya estaba en grandísimos problemas.

—¿Qu-qué es esto? —Preguntó en un suspiro, sosteniéndose del sofá para no caerse.

Aquello que causó todas esas cosas en él venía del aire, él lo estaba oliendo y no podía evitar hacerlo.

—Oh, supongo que no sabes sobre esto —dijo la omega—. Yo tengo un don bastante particular; soy una omega manipuladora, al parecer. Así que puedo hacer que mis feromonas se extiendan de una forma especial para controlar a alfas u omegas sin que ellos se den cuenta si es que así lo quiero, siendo mi olor lo que entra a su sistema; es como mi voz de mando, pero con feromonas. Ahora mismo lo estoy haciendo contigo, pero no necesariamente para manipularte, y por eso te sientes débil. ¡¿No es genial?!

En verdad es una bruja, y agregándole a eso, está completamente loca.

Sin poder evitarlo, cayó al suelo, sintiendo las feromonas dulzonas colarse por su sistema sin saber cómo eso era posible; nunca había escuchado algo parecido antes, y le sorprendía demasiado de hecho que alguien pudiera hacer aquello. Viniendo de Mi Kyung, tenía mucho sentido.

—¿Po-por qué yo? —Todo a su alrededor comenzaba a dar vueltas, y el poco sonido que se colaba de la ciudad se sentía lejano.

—Ni siquiera deberías preguntar, la respuesta es muy obvia —logró verla agacharse hacía él, pero su rostro era muy borroso ahora—. Bye-bye, honey. —fue lo último que escuchó antes de perder la conciencia.

De haber sabido antes que le pasaría todo eso con solo abrir la puerta, mejor solo hubiera ignorado el timbre y seguir con lo que estaba por hacer.

—¡ESPERA! —Exclama cuando la silla se detiene, a tan solo unos cuantos metros de llegar al límite de ese piso del estacionamiento—. ¡Esto no tiene nada que ver conmigo! ¡Simplemente déjeme en paz!

—¿Qué parte de que tú eres el problema no entiendes? —Se acerca a paso lento—. Ese día en que traté de convencerte te dije que yo siempre supe que serías un maldito grano en el culo después, y tal parece que no estuve nada equivocada. Ahora, si hago esto, Yoon Gi sabrá que no le conviene meterse conmigo y no pondrá la demanda que tienen en mi contra.

—¿Por qué es así? —No puede evitarlo, comienza a llorar de mero terror de solo pensar que su vida estaba en peligro; incluso igual sentía cómo su lobo está peor que antes, ahora aullando por ayuda, tal cual él lo haría de no ser porque algo le dice que no hay nadie cerca que pueda ayudarle.

—A mí no me vengas con esas absurdas lágrimas, que no te ayudarán en nada —Jung Kook levanta un poco la mirada, viendo a aquella bruja con una mirada aterradora dirigida solamente a él—. No funcionó con Deok Hwa, tampoco lo hará contigo —vuelve a patear la silla, aunque esta no avanza tanto como la primera vez.

—¿Qué tiene que ver la mamá de Yoon Gi? —Era imposible que no preguntara, Mi Kyung simplemente lo mencionó de la nada, y con tanto rencor que era difícil no mostrarse curioso sobre eso.

—Ese omega fue el inicio de todos los problemas de la familia, y no puedo no recordarlo cuando te veo; parece como si la misma historia se estuviera repitiendo, incluso lo siento como un déjà vu.

—¡¿A caso también a él le hiciste lo mismo?! —Exclama.

—Se podría decir que sí, pero a él no quería matarlo, era simplemente para amenazar a Joo Byul... pero ese omega ni siquiera lo recuerda porque él sí despertó hasta el día siguiente, no fue como tú; pero si lloró cuando fui a arrebatarle a Yoon Gi siendo aún cachorro, y como puedes ver tu noviecito se terminó quedando con nosotros, así que sus lágrimas no sirvieron de nada. Soy una mujer poco sensible.

Entonces eso era... Jung Kook pudo entender —al parecer— todo.

Joo Byul no dejó a Deok Hwa porque quiso, sino porque no solo su madre, sino también la loca que tiene enfrente, lo amenazaron; la diferencia es que Mi Kyung seguramente lo amenazó con que lo mataría aunque estuviera embarazado, algo que por claras razones Joo Byul no iba a permitir, y por eso es que dejó a Deok Hwa; no era porque ya no lo amara, era porque quería protegerlo.

Así que Yoon Gi, en parte, tenía razón con su teoría.

—Entonces fue por usted que Joo Byul dejó a Deok Hwa...

—De todas formas lo tenía que dejar porque debía casarse conmigo; pero si te refieres a que yo lo obligué a dejarlo... es correcto. Mi suegra no lograba convencerlo aún con tantas cosas, así que tenía que hacer las cosas a mi manera; como siempre. Joo Byul era incapaz de dejar a "su omega" porque lo amaba y esas estupideces... así que tuve que darle en donde más le duele, y obviamente era Deok Hwa y su cachorro. Así se ganan las cosas en esta vida, no todo es fácil.

—Entonces prefiere arruinarle la vida a todos... ¿simplemente para complacerse? —Mi Kyung asiente.

—Si lo quieres ver de esa manera... —pone un pie sobre la silla—. Sinceramente no me importa lo que un muerto piense de mí.

Estaba dispuesta a volver a empujar la silla, y esta sería la última vez que lo haría para hacer que cayera al vacío.

—¡Mi Kyung! —Se escucha a lo lejos, Jung Kook sin evitar buscar con rapidez de dónde provino aquel grito. Al verlo, no sabe si sentirse aliviado o de plano ya debía aceptar que está a punto de morir.

—Oh, querido, has llegado —dice la omega a Joo Byul mientas este se acercaba hasta donde se encuentran—. Pensé que sería la única que se divertiría con esto —quita el pie de la silla y se aleja un par de pasos—. Adelante, te toca. Termina con esto de una vez por todas.

Joo Byul la mira con incredulidad y sorpresa.

—Cuando me dijiste que harías esto pensé que estabas bromeando —die el alfa, recibiendo unas estruendosas carcajadas por parte de Mi Kyung.

Cariño, tú sabes que yo nunca bromeó, menos con cosas como estas —señala a Jung Kook—. Adelante, es todo tuyo.

El omega lo mira con ojos suplicantes mientras que niega con la cabeza en repetidas veces. Joo Byul no sabía qué hacer en esa situación; le dedica una mirada inexpresiva.

Después de todo, él le había hecho una promesa, aunque no estaba de acuerdo del todo con ella; debía cumplir con su palabra.

—Deja tus juegos sociópatas para después y sólo deja al chico en paz —Joo Byul le dice, inexpresivo.

Mi Kyung lo mira indignada.

—¿Sociópa...? ¡YAH! ¡Ten cuidado con lo que estás diciendo! —Exclama entre dientes la omega.

—No veo la mentira —se mofa. Mi Kyung suelta una carcajada.

—Bien... si no lo quieres hacer tú lo haré yo —nuevamente intenta empujar la silla, pero Joo Byul logró tomarla del brazo y alejarla.

—Mi Kyung, te lo advierto; he tolerado todos tus jueguitos pero ya no lo soporto más. Piensa, ¿qué ganarás con esto? No creo que Yoon Gi haga algo de lo que le digas después, simplemente lo haces por ti. Debes de parar y entender que está mal todo esto.

—A mí me divierte —le muestra una gran sonrisa—. Además... no eres nadie para detenerme, y tú mismo lo sabes —ahí, comienza a sacar aquellas feromonas manipuladoras tan conocidas para el alfa, Jung Kook entrando en pánico nuevamente cuando nota como el agarre del brazo se hace cada vez más débil.

El omega comienza a forcejear nuevamente para tratar de soltarse, esta vez sin importar si se lastimaba o no.

—¿Lo ves? —Dice Mi Kyung al alfa que al final terminó por soltarla—. Ahora hazte a un lado y déjame hacer esto.

Camina hacia Jung Kook nuevamente, y de nueva cuenta, es detenida; esta vez por dos manos.

—Ma-mamá —suelta en un sollozo Kyu Young, quien acaba de llegar hace poco; pudo ver a la perfección lo que ocurrió entre sus dos padres, en definitiva tenía que hacer algo.

—¿Qué haces tú aquí? —Le pregunta Mi Kyung.

—Papá me dijo lo que harías y vine —le responde—. ¿Por qué haces esto? ¿Qué vas a ganar si le haces algo a Jung Kook?

—Me quitaré muchos problemas de encima...

—¿Y a quién beneficiará? Solamente a ti —se pone frente a ella—. Deja esto, y vámonos. En serio te lo pido —la omega rueda los ojos y se zafa del agarre de su hija.

—No te metas en esto, Kyu Young. También lo hago por tu futuro.

—¡Eso no es verdad! —Exclama—. Dime... ¿cuántas veces has hecho este tipo de cosas? ¡¿Tan mal estás como para no darte cuenta de que esto es perjudicial para todos?!

—Hija, tú no me vas a decir que está bien a mí y lo que no; yo no entiendo eso, simplemente para mí todo es igual.

—Mamá... —intenta tomarla nuevamente, pero la mayor la empuja antes de que llegue a tocarla.

—Muévete si no quieres terminar igual que ese estúpido omega —le advierte entre dientes, Kyu Young sintiendo algo romperse en su interior al escuchar eso viniendo de su propia madre.

Al menos eso solo le demostraba que no se arrepentiría de lo que pasará después.

Sin importar las palabras de la mujer, decide abrazarla para evitar que se acercara a Jung Kook, mientras esta seguía trataba de desatarse. Incluso Joo Byul intentó acercarse para ayudarlo, pero Mi Kyung se percató rápidamente, diciéndole:

—¡Sabes que no te conviene hacerlo! —Nuevamente, comienza a controlarlo con sus feromonas, sólo que con mayor fuerza que antes, haciendo que Joo Byul caiga al suelo, tal cual Jung Kook hace unas horas.

«¿Dónde estás cuándo se te necesita?» Piensa Kyu Young, sintiendo dolor por los movimientos bruscos que su madre hace para intentar quitar sus brazos de su cuerpo.

Y en medio de todo el desastre, al fin se escucha como un auto entra al estacionamiento, Kyu Young sintiendo alivio de inmediato porque sabe de quién se trata, al igual que Jung Kook con solo ver el auto.

—¡Mierda! —Exclama la mujer al ver que otra persona más ha llegado a arruinar lo que quería hacer; de haberlo sabido, no le habría dicho nada al idiota de su marido.

Yoon Gi se acerca rápido a su padre al salir del auto, sin preocuparse siquiera de cerrar la puerta, ayudando a que Joo Byul se levante.

—¿Estás bien? —Le pregunta, pero el hombre niega con la cabeza, ya que no puede ni siquiera hablar, se siente asfixiado por las feromonas de Mi Kyung—. Trata de mantenerte fuerte.

Se acerca a Jung Kook después, quien pudo liberarse de un brazo a penas, aunque le ardía por el esfuerzo impuesto.

—Mantente fuera de esto, Yoon Gi —advierte Mi Kyung, pero el alfa ni se inmuta mientras termina de desatar a su omega—. ¡YAH!

—¿Te encuentras bien? —Le pregunta a Jung Kook, quien solo asiente mientras acariciaba sus rojas muñecas a causa del fuerte agarre que antes había ahí.

Sin saberlo, cuando Jung Kook despertó hace nada, su lobo comenzó a llamar al de Yoon Gi para tratar de avisarle lo que estaban pasando, aun sabiendo que podía fallar haciéndolo al no estar conectados del todo más que por el lazo del destino que los une; sólo que sí pudo llegar al lobo de Yoon Gi, quien estaba en el aeropuerto cuando estuvo al tanto de lo que pasaba. Luego, su hermana le avisó lo que papá le dijo justo cando él pensaba decirle lo que el lobo de su omega le dijo, y no tuvieron de otra más que correr hacia donde Jung Kook se encontraba.

—¡¿A caso no escuchas lo que...?!

—No me interesa lo que tú digas —corta Yoon Gi a la mujer, mostrándole un rostro molesto que demostraba que no le tenía miedo—. ¿Puedes parar ya? En serio es ridículo.

Mi Kyung le dedica una mirada de indignación demasiado exagerada, haciéndola ver como la loca que es. Entonces, con toda la fuerza que puede tener en ese momento, se quita a Kyu Young de encima, y estaba por hacer algo, pero Joo Byul logró ponerse frente a ella para tapar su paso.

—¡Ya basta, maldita sea! —Le dice, sorprendiendo a la mujer, ya que nunca le había levantado la voz de esa manera—. ¿No puedes entender? O ¿quieres que venga la policía para que puedas hacerlo?

—Adelante, tráela. No le tengo miedo —en ese momento, Yoon Gi mira a su hermana, como diciéndole algo con la mirada, algo que la omega logra entender y solo se encoge de hombros mientras niega con la cabeza.

Trata de esquivarlo pero no lo logra, comenzando a hartarse luego de un rato.

—Al parecer te gusta que te controle, ¿cierto? —Es lo que le dice para después comenzar a sacar esas odiosas feromonas.

Yoon Gi trata de interponerse entre ellos para que su papá no salga afectado nuevamente por eso, e incluso Mi Kyung intenta controlarlo a él, sólo que falla, por alguna extraña razón.

—¡Debes parar ya!

—¡NO LO HARÉ HASTA QUE ESE OMEGA YA NO EXISTA!

—¡¿Cuál es su maldita obsesión conmigo?! —No puede evitar decir Jung Kook.

Mi Kyung lo regresa a ver, y como no ve otra alternativa mejor, saca el arma que desde hace rato trae escondida en la parte trasera de su pantalón, apuntando al omega por mero instinto.

—No... —Susurra Mi Kyung, pensando mejor las cosas—. Si me quiero deshacer de ti... —cambia la dirección en que apunta directo a los dos alfas—, primero me tengo que deshacer de ustedes dos —sonríe, mientras todos a su alrededor la miran sin poder creer lo que ha dicho.

—Mamá...

—Sí, sé lo que hago, hija —interrumpe—. De todas formas, si ellos mueren yo me quedo con todo, y tú con un gran porcentaje también —Jung Kook planeaba hacer algo, pero ni siquiera puede llegar a moverse al ver quien pasaba frente a sus ojos—. Supongo que esto tuve que haberlo hecho desde antes.

Carga el arma, dispuesta a disparar después.

La detonación hace eco por todo el lugar, por lo que Jung Kook y Kyu Young no pudieron evitar tapar sus oídos ante el fuerte sonido.

Jung Kook regresa a ver la escena, y queda tan sorprendido como todos los ahí presentes.

—¡¿TU!? —No puede exclamar Mi Kyung, estando hasta los cojones ya de todo lo que está pasando para impedir lo que quiere hacer.

—Mamá, te dije que te quedarás en el auto —sisea Yoon Gi, pero el omega no lo escucha.

—Puedo tolerar que amenaces a Joo Byul, incluso puedo tolerar que a mí me hagas daño, pero que te atrevas a apuntarle a mi cachorro... —Deok Hwa suelta una pequeña risa—, eso no te lo voy a permitir.

Lo que Deok Hwa había hecho es tomar por las muñecas a Mi Kyung hasta lograr hacer que la omega dejará sus brazos elevados, ocasionando que la bala se dirigiera directo al techo.

Aún con eso, ni Jung Kook, ni Joo Byul, ni Kyu Young entendían qué hacía el omega ahí.

—¿Esa es tu caballería pesada? —No puede evitar preguntar Kyu Young a Yoon Gi cuando se pone a su lado.

—Si podemos llamarlo así —le responde, así que la omega entiende que fue por él que hace unas horas tuvo que ir al aeropuerto.

Entre forcejeos, Deok Hwa logra quitarle el arma a Mi Kyung, tirándola lejos.

—¡¿CÓMO TE ATRE...?! —Mi Kyung ni siquiera puede terminar su frase cuando el otro omega ya había estrellado con fuerza su palma en su majilla, dejando una gran marca en su rostro.

—¡Ve a terapia, maldita loca! —Exclama Deok Hwa, dispuesto a darle otro golpe, solo que Yoon Gi lo toma por los brazos para alejarlo, pataleando en el proceso porque sentía que merecía otro golpe—. ¡A ver si así tu cerebro se acomoda tantito! —Es lo único que le escupe, para luego volverse hacia su hijo y mirarlo con semblante preocupado—. ¿A caso te gusta verme angustiado?

—No, claro que no —le responde Yoon Gi.

—¡Entonces ¿por qué no hiciste nada?! —Le reclama, pegándole en el pecho—. Sé que es una omega, pero mínimo algo le hubieras hecho para... —detiene bruscamente sus palabras cuando su mirada capta al alfa que no había visto en más de treinta años, sintiendo algo en su pecho, como la primera vez que lo vio.

No puede evitar bajar la mirada, escondiéndose en el pecho de su hijo para ocultarse de la mirada de Joo Byul.

Nuevamente, se escuchan unas llantas rechinar en el suelo al estar llegando algunos cuantos autos al lugar.

—¡Al fin llegan! —No evita exclamar Kyu Young, pues no debía ser tan inteligente para saber que se trataba del detective junto a la policía.

—Tuvimos unos cuantos percances —se excusa el detective mientras se acerca con unos cuantos hombres detrás, directo a Mi Kyung—. Señora Park, queda arrestada por intento de homicidio y robarle millones a diversas subsidiarias de Min Group —toma las muñecas de la omega para ponerle unas esposas, a lo que ella parece indignada.

—¿Perdón? —Dice Mi Kyung, y luego ríe—. Debe haber un error...

—¿En serio? —Kyu Young interfiere, mientras saca el teléfono que traía en el bolsillo de su abrigo y le muestra la pantalla—. He estado grabando todo en audio desde que llegué; incluso si es poco, con la declaración de Jung Kook y la de papá será suficiente para que te hundas en la cárcel, y de paso te lleven a un psiquiatra.

—Kyu Young... tú... —murmura—. ¿Es en serio? ¿Estás traicionando a tu propia madre?

—Que seas mi madre no impide que me dé cuenta que todo lo que haces está mal. Lo peor es que con las investigaciones que faltan seguramente hallarán más delitos que has cometido... me da vergüenza ser tu hija —Mi Kyung la mira sin poder creerlo.

—Y nada más para aclarar, los "problemas" no empezaron desde que Deok Hwa comenzó a estar con Joo Byul —dice Jung Kook mientras se acerca a la mujer antes de que se la lleven—. Empezaron con usted y toda la mierda que hizo.

Mi Kyung comienza a ladrar un montón de cosas contra todos los que estaban ahí, diciendo algo como que volvería y que acabará con todos, y cuando entra a la patrulla su voz parece apagarse.

Jung Kook sin poder esperar más va hasta donde Yoon Gi y lo abraza, ya que hace poco no pudo hacerlo. Esconde su rostro en su cuello, para oler y tratar de tranquilizarse con el aroma de su alfa. El mayor lo nota, y comienza a sacar feromonas tranquilizadoras, haciendo gran efecto en el omega.

—En serio pensé que iba a dispararte —le susurra—. Iba a hacer algo, pero... vi a Deok Hwa acercarse y no entendí lo que estaba pasando, así que quede como asombrado en mi lugar —se aleja un poco de Yoon Gi para ver al omega—. Cierto, ¿qué hace aquí?

—Yoonie me pidió que viniera tan pronto pudiera —responde, encogiéndose de hombros—. Tampoco sé qué hago aquí.

—Respecto a eso... —toma a su madre de la muñeca, comenzando a caminar en dirección a Joo Byul.

—Yoon, ¿qué estás haciendo? —Susurra entre dientes el omega, mientras forcejea un poco porque puede imaginarse lo que su hijo trata de hacer.

Pone a sus padres frente a frente, aunque Deok Hwa bajando la cabeza por mero instinto, avergonzado.

—Necesito que ustedes dos hablen. No me importa lo que digan, dejen su orgullo de lado y hablen; sé que lo necesitan —le dice Yoon Gi, alejándose después, Deok Hwa queriendo decirle algo.

—¿Crees que sea buena idea? —Le pregunta su hermana. Yoon Gi asiente y responde:

—Observa la magia.

Jung Kook tampoco estaba tan seguro de lo que Yoon Gi quiere hacer, ni el porqué, pero se limita a observar.

—No sé por qué Yoon Gi pide que hablemos, pero si eso quiere... —suspira y se arma de valor para levantar la mirada y encarar al alfa con una seguridad que en ese momento no tenía del todo—. Hola, señor Min. Me alegra saber que se encuentra bien y que ha cuidado lo mejor que puede de mi hijo en estos años. Aunque lamento lo de su... —detiene sus palabras para soltar un chillido de sorpresa en cuento siente las manos de Joo Byul ahuecar sus mejillas; toda la seguridad que había logrado tener se esfumó en ese instante, teniendo miedo de repente.

—De-Deok Hwa... —susurra, una pequeña sonrisa apareciendo en sus labios—. Deokie... —su sonrisa se ensancha, sintiendo algo cálido en su pecho que hace años pensó que había muerto para él; algo que igual está ocurriendo con el omega, que de repente tiene ganas de llorar al escuchar cómo es llamado por el que alguna vez fue su alfa—. Tantos años sin vernos y... sigues igual de precioso que siempre —comienza a acariciar con sus pulgares los pómulos, con tanta suavidad que llega a sorprender al omega, y a los otros tres que estaban viendo.

—Jo-Joo Byul... ¿qué...? —No puede terminar de hablar, de nueva cuenta; esta vez al estar más que sorprendido de ver como los ojos del alfa comienzan a iluminarse de rojo, su lobo despertando luego de un muy largo sueño, al igual que el de Deok Hwa, ya que él mismo pudo sentir como sus ojos se iluminaban de ese amarillo que pensó que nunca volvería a ver, y a su lobo comenzar a saltar en su interior luego de años sin sentirlo un poco.

Y luego, la magia de la que Yoon Gi hablaba ocurre: ambos pares de ojos se iluminan de un muy fuerte color naranja, y las feromonas que pensaban que habían desaparecido de ellos vuelven a ser expulsadas de su cuerpo.

—Te extrañé tanto... —ya no le importaba si ya no lucía como el alfa duro que todos conocen, ante Deok Hwa siempre actuará como un cachorro cariñoso. Tampoco puede evitar romperse de a poco, soltando un par de lágrimas—. Perdóname —solloza—. Perdón por haberte abandonado... yo no quería... pero no tenía opción... de no haberte dejado los habría perdido a ti y a Yoon Gi y... yo no podría soportar eso... no soy tan fuerte. Ni siquiera sé cómo sobreviví tantos años sin tomar el primer vuelo a Daegu para verte...

—No vengas con esas excusas ahora... —pide Deok Hwa, llorando por el dolor que siente en su pecho.

—No me quisiera meter en esto, pero lo que dice el presidente Min es cierto —dice Jung Kook desde su lugar—. Mi Kyung me dijo que, como a mí, le hizo lo mismo a usted antes de que el presidente lo dejara. Solo que despertó hasta el día siguiente y por eso no lo recuerda.

—¿En serio? —El omega parecía sorprendido. Joo Byul asiente.

—Me mandó unas fotos con su asistente donde estabas inconsciente en una silla muy cerca de caer al vacío —dice el alfa—. En ese momento tuve miedo, porque antes no había creído las amenazas de Mi Kyung; pero ya te tenía entre manos y tampoco podía denunciarla porque mi mamá seguramente se iba a interponer. Así que accedí a dejarte con tal de que te dejaran en paz, porque era mejor que estuvieras lejos de mí a que nos quedáramos juntos y que alguna desgracia te pasara —como puede, limpia las lágrimas que caen y empapan las sonrojadas mejillas

—¡¿Y por qué no me dijiste nada en su momento, alfa idiota?! —Exclama, golpeando su pecho con el puño—. Pudiste explicarme mejor las cosas y no habríamos terminado así...

—No pude hacerlo. El día en que terminé contigo, Mi Kyung me acompaño y estaba viendo todo de lejos; era riesgoso quedarme hablar mucho tiempo contigo, a pesar de que eso quería ya que en serio tenía miedo de perderte porque en serio te amaba demasiado —excusa, sintiéndose mal—. Incluso... puedo decir sin temor... que aún te sigo amando.

—¿Después de tanto?

—Tampoco es como si te pudiera olvidar del todo; veo a Yoon Gi casi todos los días, y él sacó tus ojos gatunos y tus bellos labios —no puede evitar tocar esas zonas de su rostro—. Además, no había un día en que no pensara en ti, aunque intentara no hacerlo. Ahora mi lobo despertó y comenzó a hacerlo con solo verte... es muy evidente que aún sigo sintiendo algo por ti, e igual de fuerte que hace treinta años.

Primero —y como puede—, Deok Hwa levanta su mano y le da un golpe en la cabeza, del cual Joo Byul se queja. Luego, ya no logrando contenerse otro segundo más, levanta los brazos hasta lograr enrollarlos en el cuello del alfa, atrayéndolo lentamente, justo cuando el mayor pensaba quejarse por el golpe.

—Sólo bésame y ya —le susurra, para luego ocasionar que sus labios queden juntos, sintiendo exactamente lo mismo que hace años cuando lo hacían a diario.

Ahí, Yoon Gi reacciona y pone sus brazos sobre los hombros de los omegas a su lado, pues al estar en medio era mucho más fácil.

—Hay que darles un poco de espacio —murmura, a lo que ambos omegas entienden y deciden girar junto a él, caminando lejos para darles de ese espacio que habla Yoon Gi.

—¿Estás llorando? —Pregunta de repente Jung Kook, a lo que el alfa de inmediato niega.

—Claro que no —le responde.

—Mentiroso —sisea Kyu Young.

—¿Esto es lo que querías lograr al hacerlos hablar?

—No exactamente. No pensé que fuera a pasar... eso. Nunca me pasó por la cabeza, pero tampoco me molesta. Mínimo ambos han aceptado que sí tenían sentimientos por el otro, así que estoy bien con eso —se encoge de hombros.

—Y... ¿qué se supone que debemos hacer ahora?

—Ir a la comisaría a declarar en contra de Mi Kyung antes de que haga una jugada y salga libre —responde Kyu Young.

—Y a ellos, ¿simplemente los dejaremos solos? —Ve por el rabillo del ojo hacia atrás—. Digo... no se vayan a atragantar o algo —Yoon Gi ríe en bajo.

—No se han visto en treinta años, es comprensible —se encoge de hombros, y luego se acerca a la oreja de Jung Kook para susurrar—. Además, no eres nadie para quejarte de eso, amor —Jung Kook siente sus mejillas calientes.

—Ugh... en momentos como estos odio estar soltera —no puede evitar comentar la omega, rodando los ojos y haciendo una mueca.

Jung Kook logra abochornarse y se trata de esconder en el pecho del alfa que tanto ama, sintiéndose nuevamente a salvo así, más cuando Yoon Gi —igual que hace rato— saca sus feromonas tranquilizadoras. Simplemente amaba eso y cada pequeño gesto que él tenía con su persona, aunque tuvo que esperar tanto para que fuera en extremo cariñoso.

Yoon Gi siempre sería su lugar seguro, estaba muy convencido de ello a ese punto.

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