「 13 」
Ya habían pasado dos semanas.
Dos semanas en las que Jung Kook se vio envuelto en muchos interrogatorios, ya que descubrieron que, efectivamente y como se sospechaba, Yoon Gi había sido avisado con varios minutos de anticipación de lo que ocurriría con él. Por supuesto, el omega no sabía absolutamente nada sobre los motivos que llevaron a esas personas a hacer eso, y el detective pudo deducir que estaba diciendo la verdad porque siempre se mostraba asustado de estar involucrado, sin saber, en algo que puso —o pone— en riesgo su vida.
Dos semanas en las que todos esperaban alguna noticia de que Yoon Gi ya había despertado. Jung Kook, Yong Sun y Kyu Young solían turnarse para estar con él, por si llegase a despertar, y Nam Joon junto a Ho Seok iban de vez en cuando por si había buenas noticias.
Una de esas dos semanas, en el que justamente era el turno de Jung Kook, Min Joo Byul apareció en el hospital; este se enteró, al parecer, porque Kyu Young habló con él para pedirle que evitara que alguien de la prensa se entere.
—¿Todavía tiene el descaro de venir? —Le reprochó el omega, sin una pizca de miedo.
—¿Descaro? Te recuerdo que es mi hijo, y está bastante grave...
—Y sabe perfectamente que es por su culpa.
—¿Ahora que estás parloteando?
—No sé si en verdad es usted quien mandó a alguien para atropellarme para que, en lugar de que Yoon Gi esté en esa cama, estuviera yo; pero para mí es el más grande sospechoso en todo esto, ya que no quería que nadie se enterara de eso —por lo que también Jung Kook no le avisó a nadie, para evitar alarmar a las personas—.
—Hice una promesa ese día; seré todo lo que tú quieras, pero nunca rompo una promesa.
—¿Y qué casualidad que todo ocurrió después de que yo haya salido de su edificio, no es así?
—Créeme, igual estoy intrigado con todo esto.
—Con todo respeto, no se venga a hacer el idiota conmigo —Joo Byul había gruñido con fastidio.
—He venido a ver a mi hijo, no a discutir contigo —y lo hizo a un lado con una de sus manos, pasando a la habitación donde se encontraba Yoon Gi.
Dos semanas en las que se había estado preguntando: ¿por qué él presidente Min tenia marcas en su cuello y parte de sus manos, como si fueran rasguños? Ya que, aquel día sin querer, y al tenerlo tan cerca, había notado que tenia como zarpazos en esas áreas, y se notaban bastante recientes, cabe recalcar.
Dos semanas en las que, también, estuvo tratando de olvidar que le gustaba Yoon Gi y enfocarse mejor en salir a conocer a otros chicos cuando su mejor amigo se recupere. Por el momento no le interesa estar al pendiente de otra cosa que no sea la salud de Yoon Gi, ya después planea hacer lo que tuvo que haber hecho en su adolescencia: conocer chicos y enamorarse de alguien más que no sea aquel alfa.
Dos semanas en las que tuvo que tener la compañía de Nam Joon todos los días en su oficina, y en todas partes a las que se dirigía que no fueran el interior de su casa, ya que quería asegurarse de que nadie más quisiera atentar en contra del omega. Algo le decía que lo habían hecho porque aquel día estaba solo —cosa que no era muy común—, así que, mientras tuviera a alguien a su lado, seguro no pasaba nada.
Dos semanas en las que tuvo que hablar sobre muchas cosas con su hermano, Seok Jin; entre ellas aclarando lo del matrimonio, aunque no le dijo que era falso, ya que dentro de poco prácticamente todo el mundo sabría que rompieron su compromiso y se ahorraría el tener que contar todo lo que los llevó a hacer eso. Era más fácil para él.
—Te noto diferente, Jung Kook —le dijo Nam Joon, dejando un poco su computadora donde trabajaba a distancia.
—Diferente, ¿cómo? —Pregunta el omega, revisando su agenda para revisar cuantas consultas le faltaban aquel día.
—No sé cómo explicarlo, pero te veo más... ¿brillante? Que hace dos semanas cuando estabas bañándote en lágrimas. No te veía así desde la universidad, y me sorprende bastante —Jung Kook sonríe mientras suspira y ve a su amigo sentado en uno de los sofás lejanos que tiene en su consultorio.
—Bueno, creo que eso es porque mi lobo al fin está recapacitando, y yo también; así que, si ambos estamos de los mismos ánimos, supongo que reflejo todo lo que mi alma siente —Nam Joon sonríe.
—En verdad no entiendo cómo le haces, pero es muy lindo de tu parte querer reinventarte con tal de ver a tus amigos felices.
—Si ellos son felices, yo lo seré el doble.
—Incluso parece que te has olvidado que Yoon Gi sigue en coma —la sonrisa del menor decae un poco.
—No es que se me haya olvidado, Nam; sino, más bien, es porque tengo esperanzas de que algún día de estos despierte. Seok Jin me ha dicho que seguramente por esta semana pueda despertar, y yo confío en él.
—Ambos somos médicos y sabemos que eso del coma no es algo que puedas predecir cuando acaba como una gripe. Es bastante complicado de saber cuánto dura alguien así y...
—Acabas de joder todas mis esperanzas —se queja Jung Kook—. Obviamente sé todo eso, pero por un momento quise olvidarlo.
—Ups.
Al término de su jornada laboral, Nam acompaña a Jung Kook al hospital donde Yoon Gi se encontraba internado, ya que sabe que ese día le toca estar a Jung Kook por la tarde-noche. Mientras que el omega menor conducía hacia el hospital, Nam Joon, con una sonrisa linda en sus labios, un sonrojo en sus mejillas y un brillo especial en sus ojos veía su teléfono mientras escribía algunas cosas, y por el sonido que emanaba del aparato, pudo deducir que estaba hablando con alguien por mensajes.
—¿Con quien hablas? —Pregunta Jung Kook, curioso, ganándose una rápida mirada de Nam Joon.
—Oh... con nadie en especial —al escuchar que recibe otro mensaje, nuevamente sonríe mientras ve la pantalla y escribe un par de cosas luego.
Aprovechando que se detuvieron en un semáforo rojo, Jung Kook asomó como pudo su cabeza para leer rápidamente el contacto con el que hablaba su amigo, y grande fue su sorpresa al ver que se trataba de Ho Seok.
—¿Así que ahora sales con Ho Seok? —Aquella pregunta logra sobresaltar a Nam Joon.
—¿Ah? ¿Qué? ¿Por qué piensas eso? —Bufa, sintiendo sus mejillas enrojecer—. Claro que no, simplemente hablamos en plan de amigos.
—Ajá, y por eso miras como baboso enamorado la pantalla del teléfono mientras contestas sus mensajes.
—Eso no quiere decir nada, Jung Kook.
—¿Se te olvida quien soy y que he hecho durante mucho tiempo con mis sentimientos, Nam? A mí no me puedes engañar —sonríe de lado—. Además, no me molestaría de ser así. Al contrario, me alegraría mucho por ustedes. Hobi se merecen a alguien que lo sepa valorar como merece, y tú mereces recibir amor por parte de alguien que no sea necesariamente un amigo —ahora es el otro quien sonríe.
—Es que no quería decir nada hasta aclarar un poco mis sentimientos. Ahora mismo estoy un poco confundido, y solo llevamos dos semanas de conocernos —Jung Kook asiente.
—Te entiendo —y poco después, suelta una carcajada—. ¿Qué carajos tengo yo que, cada persona a la que le presento otra, las he hecho pareja? —Murmura para sí mismo, riéndose en bajo después, sintiéndose todo un cupido.
Al llegar al ya tan familiar hospital, suben por el elevador hasta el piso donde Yoon Gi se encontraba, pero ya no saben ni qué hacer al darse cuenta del caos que hay al adentrarse cada vez más al lugar.
—Noona, ¿qué pasa? —Pregunta Jung Kook a Yong Sun, pues la chica era quien se había quedado esa mañana, y ahora parecía asustada y angustiada.
A la habitación donde Yoon Gi estaba entran y salen demasiados enfermeros, la cosa empeora al ver que uno lleva un desfribilador consigo.
—Ha-hace unos tres minutos que Yoon Gi dio señales de estar recuperando el conocimiento, así que le hablé a una enfermera para que estuviera al tanto, pero esta se alarmó cuando aquel aparato al que esta conectado Yoon comenzó a sonar así como cuando uno se está muriendo —no sabía cómo explicarlo, y estando así de asustada toda su mente estaba perdida—. Entonces le habló a tu hermano, y me pidió salir de la habitación, y fue cuando todo se volvió un caos.
Jung Kook sintió un nudo en la garganta al escuchar eso, preocupándose demasiado, al igual que el omega a su lado, sintiendo ganas de llorar de repente.
Luego de un par de minutos que parecieron décadas, estando pacientes por noticias en la sala de espera, Seok Jin se aparece frente a ellos y ni siquiera tiene que nombrarlos para que se acerquen cuando ya están pisándole la punta de sus zapatos.
—Ve al punto, hyung. Por favor —dice Jung Kook, quien hace unos segundos estaba llorando de solo pensar que algo le pudo haber pasado a Yoon Gi, ya que en serio habían tardado bastante y no pensaba que era por cosas buenas.
—Después de haber hecho todo lo que estaba en nuestro alcance, les puedo decir que, finalmente, Yoon Gi ha despertado y, luego de tantos chequeos y demás, se encuentra totalmente estable —y los tres sienten un alivio abrazador abordarlos luego de haber pensado lo peo.
—¿Podemos pasar a verlo? —Pregunta Yong Sun.
—Ese es otro punto a parte que quería tocar —mira directamente a los ojos de su hermano menor—. Lo primero que dijo al despertar fue tu nombre, y no ha parado de decir que quiere verte. Será mejor que vayas con él ahora antes de que pueda causar un escándalo innecesario.
Debe admitirlo, se sintió algo abrumado por escuchar aquello, e incluso miro a la beta, pero esta, de nueva cuenta, no se demostró afectada. Simplemente le dijo que vaya, y que luego de que él saliera, entraría ella, que mientras le avisarían a Kyu Young de lo sucedido. Jung Kook se limito a asentir mientras se alejaba de ellos.
Entró a la habitación ya tan conocida, su mirada captando al chico que estaba en la cama, que al parecer estaba discutiendo con la enfermera que se encontraba ahí dentro con él.
—Necesito que trate de tranquilizarse —pide la enfermera.
—Yo lo único que necesito es... —pero se calla cuando ve a la persona que estaba buscando parada en la puerta—. Jung Kookie —susurra, queriendo levantarse de la cama, pero el omega rápidamente se acerca hasta donde se encuentra para evitar que lo hiciera, tomándolo de la cintura.
—No creo que sea lo mejor que te levantes —murmura Jung Kook, queriendo echarse a llorar por volver a escuchar la voz de Yoon Gi y también ver sus lindos ojos.
—Estaba preocupado por ti —su voz se escuchaba ronca, y forzada incluso, ya que le dolía la cabeza como si estuvieran enterrándole mil dagas; a pesar de todo eso, Yoon Gi iba a seguir hablando.
Ahueca una de las mejillas de Jung Kook, ya que lo tiene bastante cerca, pues el omega decidió sentarse en la cama cuando evitó que se levantara. Acaricia su pómulo, notando que el menor tenía leves bolsas debajo de sus preciosos ojos, sintiéndose culpable de ello.
—Es estúpido que estuvieras preocupado por mí cuando tú eres quien más grave salió de todo esto —murmura Jung Kook.
—Eso no es impedimento de que me preocupe por ti —y, como puede, abraza al omega con el brazo que tiene sano, este escondiéndose entre el hueco que quedó en su cuello, deleitándose con su aroma, sus brazos estrujando el torso.
Le era muy reconfortante sentirlo nuevamente así de cerca; en verdad había extrañado la calidez que sus brazos le proporcionan.
—Estuviste en coma por dos semanas —solloza Jung Kook, rompiéndose en lágrimas—. Por un segundo pensé que te perdería para siempre si no despertabas antes del primer mes, y lo primero que me dices es que estabas preocupado por mí —se ríe—. En serio eres un alfa idiota.
Yoon Gi aleja un poco a Jung Kook para poder mirarlo a los ojos, los del menor estando llenos de lágrimas.
Fue justo ahí cuando sucedió.
Los ojos del alfa se iluminaron de aquel hermoso rojo rubí que caracteriza a su lobo, y al omega le ocurrió lo mismo, sus ojos brillando en ese bello color azul zafiro —ya que, últimamente, no ocupaba mucho sus lentes de contacto—, para pocos segundos después, ambos cambiarse a ser un precioso color violeta con un resplandor grandioso, que en un inicio logró asustarlos por tan repentino cambio que ninguno de los dos había visto en el contrario, porque era muy obvio que ninguno se daba cuenta de lo que en verdad estaba pasando, ni de lo que sus lobos estaban provocando.
—Te extrañé demasiado —susurra Jung Kook, perdido en los ojos contrarios.
—Yo extrañé mucho tus ojitos de bambi.
Y sin saber exactamente qué estaba haciendo, Yoon Gi agarra de la nuca al menor para acercarlo a su rostro y probar sus labios, Jung Kook muy erróneamente siguiendo el beso; pero ambos lo sentían tan necesario. Hasta ese punto, se dan cuenta de lo perfecto que encajan sus labios, como si ambos hubieran sido hechos para besar a los otros. Se sentía bien volver a sentirse así; ambos lo habían extrañado con locura.
Cuando el beso estaba pasando a más, donde sus lenguas ya estaban atacando la contraria, alguien abre la puerta, haciendo que ambos soltaran un respingo y se separaran para volverse hacia la puerta, viendo a Yong Sun parada en la puerta.
Ambos la miran entre sorprendidos y aterrados, pero la mirada de la beta era totalmente indescifrable, como casi siempre últimamente. Los miraba uno a otro repetidas veces, pues nota algo particular en sus ojos, sin moverse un solo segundo de la puerta.
—Solar...
—¡Qué alivio que ya has despertado! —Exclama la chica, como si nada y con una sonrisa en sus labios, acercándose a donde está Yoon Gi y abrazarlo, el gesto siendo devuelto, aunque con algo de duda.
Debe admitirlo, le sorprendía que a su novia no le haya molestado, o algo parecido, verlo besarse con otra persona, más no hizo comentario alguno, ya que por algo Yong Sun omitió cualquier reclamo o hizo como si no hubiese visto nada.
—¿Te sientes bien? —Le pregunta la chica, a lo que el alfa niega con la cabeza, sintiendo ese dolor que no lo abandonaba mucho más fuerte.
—Siento que la cabeza me va a explotar —murmura.
—Entiendo, tu cabeza sufrió bastantes cosas con el golpe —sonríe de lado.
—¿En serio estuve dos semanas en coma? —Pregunta, incrédulo y a la vez angustiado.
—Sí, pero ahora es lo de menos porque ya has despertado.
Y como no quería parecer un estorbo, Jung Kook sale de la habitación, más para poder pensar en lo que había pasado que por otra cosa, en realidad.
Estaba bastante confundido por eso de los ojos violetas, y tenía miedo de que sea lo que está pensando.
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A la hora y media, más o menos, Yong Sun tuvo que irse a su trabajo y Nam tenía que irse a casa, por lo que abandonaron el hospital justo cuando Kyu Young hizo acto de presencia, siendo lo primero que hace entrar a la habitación donde estaba su hermano junto a Jung Kook, donde comentó todo lo que había hecho esas últimas semanas.
—¿Y qué han averiguado? —Pregunta Yoon Gi.
—Prácticamente nada, aún —responde Kyu Young—. Te llamaron de un teléfono desechable, así que nunca pudieron localizarlo. Han estado buscando el auto, pero igual ha sido difícil porque es un automóvil descontinuado, así que no muchos lo tienen. También han tratado de averiguar algo con las otras CCTV que grabaron la huida del auto, pero hay algún punto en el que desaparece por completo, así que, quien sea que haya querido hacer eso, lo planeó tan meticulosamente bien. Literal, pensó en todo.
—Si quieren entrevistarme, no creo que ganen nada. No sé quien me llamó, porque utilizó algo para distorsionar su voz, así que igual será difícil por eso —suspira—. Aunque... debo admitir que la forma en que se rió me pareció algo familiar; como si antes la hubiera escuchado.
—¿Y te quieres guiar por la forma en que se ríe? Muchas personas se pueden reír igual...
—De hecho, creo que cada quien tiene una forma distinta de reírse que los caracteriza; porque recuerdo que cuando conocí al hermano de Jung Kook, este se reía como si fuera un limpiaparabrisas, y la verdad nunca he escuchado a nadie reír exactamente igual —Jung Kook ríe en bajo por lo que escuchó, pero no hace comentario alguno.
—Si te pones en ese plan, ambos conocemos a alguien que tiene una forma de reírse bastante característica que conoceríamos en cualquier lado —dice la omega, y Yoon Gi la mira como si acabase de decir la cosa más estupenda del mundo—. ¿Acaso crees que...?
—Puede que sea así.
—Pero no creo...
—Sabes cómo es.
—Tienes razón, pero...
—No pierden nada investigando.
—¿No crees que...?
—Me encargaré de él después.
—¿Y que sí...?
—Pensaremos en alguien más, entonces.
Al término de esa rara conversación, en la que Jung Kook solo se la pasó viendo uno a otro por cada que hablaban, quedó más confundido que antes.
—¿Qué mierda fue eso? —No puede evitar decir.
—Nada interesante, Kookie —responde Kyu Young—. Solo que ya tenemos a nuestro principal sospechoso y, aunque me duela admitirlo, puede que sí sea la persona que pensamos.
—¿Quién exactamente?
—Lo sabrás pronto, mientras tengo que hacer una llamada —y sale de la habitación, dejando a los chicos adentro nuevamente solos.
Raramente, el silencio que se formó entre ellos era uno bastante incómodo.
Tampoco podían culparlos, prácticamente se besaron porque hubo algo ahí que los llevó a hacerlo. No estaban del todo consientes, simplemente siguieron sus impulsos.
Y luego eso de los ojos violetas no podía abandonar la mente de ninguno.
—Creo que tengo que hablar contigo sobre algo, y darte una pequeña explicación de porqué estaba ahí cuando ocurrió todo esto —murmura Jung Kook, ganándose la mirada de Yoon Gi—. Ese día estaba cerca del edificio de Min Group porque fui a hablar con tu padre sobre... todo.
—¿Qué...?
—Antes de que te enojes, quiero darte una explicación y mi versión de todo —suspira—. Fui porque ya no soporto esto, Yoon. Ya no quiero mentir más a las personas, y tampoco me gusta todo lo que haces. Hablé con él respecto a que te dejara ser libre si es que yo rompía el compromiso, lo cual aceptó. No le conté que fue un plan tuyo, simplemente dije lo que, creo, tú tuviste que haberle dicho desde hace mucho.
—Gracias por recordarme que soy un cobarde.
—No quería utilizar esas palabras, pero como tú mismo lo dijiste, no pienso contradecirte —Yoon Gi rueda los ojos y bufa—. Así que ya no tenemos que fingir ser futuros esposos porque se acabó. Y también espero que se lo aclares a los medios, te lo agradecería mucho si lo haces.
Yoon Gi ríe un poco, ahora sin ver a Jung Kook, mientras asiente.
—Te entiendo, aunque no muy bien —murmura—. En un inicio no parecías afectado, y ahora si perece que lo estás.
—Siempre me afectó todo esto —confiesa—. Incluso mucho antes de empezar el falso compromiso —el alfa lo mira con curiosidad, pero tiene que bajar la mirada por la vergüenza que de repente siente.
—¿Ahora de qué me hablas?
El omega debe contar hasta diez para preparar lo que dirá, porque siente que ese es el momento en que debe confesar todo; porque antes estuvo a punto de perderlo y nunca le dijo lo que en verdad siente, lo que le hacia tener un mal sabor de boca.
—Quiero que me prometas que, después de lo que diré, nada entre nosotros va a cambiar —susurra.
—Me estás comenzando a asustar, Kookie. Cuando me confesarte que eres gay, dijiste exactamente lo mismo, y aún seguimos siendo amigos...
—Esto es algo un poco más grave que eso, y más serio —levanta la cabeza para mirar los ojos contrarios.
Luego de un par de segundos donde solo estaban intercambiando miradas, suelta:
—Yoonie, me gustas —y de la nada, siente un peso menos encima—. No sé exactamente cuando comenzó, pero sé que llevo muchísimo tiempo enamorado de ti. Nunca tuve el valor suficiente para decírtelo porque sabía que me rechazarías, ya que me dijiste que no te interesaban los omegas, y tampoco los hombres en general; y como empezaste formalmente una relación con Yong Sun, los dejé ser porque tampoco quería estar de amigo tóxico que te reprochara a cada rato que me habías cambiado por tu novia; no es mi estilo, y sinceramente creo que nadie debería hacerlo. Empezar esto del compromiso claramente me hizo daño, más porque mi lobo creyó que todo era real y yo sabía que no. Era estar peleándome a cada rato con él para que entendiera, y toqué fondo hace dos semanas... por eso decidí terminar con esto; decidí ser completamente valiente a partir de ese momento.
En realidad, no era como si esperaba una respuesta inmediata por parte del otro, pero ahora le preocupaba no escuchar nada viniendo de su parte. Por su rostro, puede notar que está analizando las cosas.
—Y si ahora te preocupa eso, quiero que te relajes. Me he empeñado a hacer desaparecer mi enamoramiento hacia ti, aunque me tome mucho tiempo. Quiero que seas feliz con Yong Sun; quiero que hagas tu vida como siempre has querido. También quiero seguir siendo tu amigo, porque pienso conocer a otros chicos y, aunque no sea pronto, que pueda enamorarme de alguno —se encoge de hombros mientras sonríe de lado—. Aunque siempre tendrás el puesto de mi primer amor, por lo cual eres especial para mí; pero siempre has sido mi persona especial, porque eres mi mejor amigo por sobre todo, y tengo miedo de perderte por eso.
Pero todo se fue a la basura cuando Yoon Gi nuevamente lo vio a los ojos, ese púrpura apareciendo en estos, y sin saberlo completamente, también estaba en los suyos.
El alfa parpadea un par de veces hasta lograr controlarse, sacudiendo con ligereza su cabeza punzante.
—Debo admitirlo, estoy algo abrumado por lo que has dicho —murmura, sintiendo como su lobo estaba saltado, como contento; nunca antes lo había sentido de esa manera, y le preocupaba—. Pero está bien, aunque igual me molesta que no me lo hayas dicho antes, agradezco que al fin hayas sido honesto conmigo. Sé cómo puede llegar a ser eso de tener un amor secreto que tenga a una persona más a su lado, y seguramente no la pasaste bien.
—Eso ya no es importante ahora. De todas formas ya lo superé —se encoge de hombros—. Seguiremos siendo amigos, ¿cierto?
Yoon Gi se ríe, muy en bajo, asintiendo después.
—Claro que sí —dice, para luego extender su brazo y con su mano hacerle señas a Jung Kook para que se acerque a donde está—. Ven acá, omega idiota.
—¡Oye! Se supone que tú eres el alfa idiota —dice divertido, mientras se levanta y se sienta junto a Yoon Gi en la cama, este poniendo su brazo alrededor de su cintura para lograr tumbarlo sobre su torso y poder abrazarlo.
—Pero tú igual eres un idiota por haber ocultado eso por mucho tiempo —le susurra, Jung Kook sólo ríe, mientras corresponde al abrazo.
—¿Y no te sientes incómodo abrazándome ahora que sabes todo eso?
—Claro que no. Siempre me ha gustado abrazarte, y lo que me dijiste no cambia nada —como puede, besa la sien de Jung Kook—. Te quiero mucho, Kookie.
—Yo también, Yoonie —y besa la parte baja de su mejilla, haciendo que ambos sonrían después.
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