───୨ৎ 𝒄𝒉𝒂𝒑𝒕𝒆𝒓 𝒐𝒏𝒆
꒰ CAPÍTULO UNO ꒱
❪ ❛ endless road ❜ ❫
❝ Singing, "Love is forever and ever"
Well, I guess that was true❞
— 2002; Anne-Marie
✶ 𝐒𝐔𝐌𝐌𝐄𝐑 𝐎𝐅 𝟐𝟎𝟏𝟕 ❪ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐋𝐀𝐊𝐄 ❫
Cambios, sueños y metas son constantes e importantes en nuestras vidas, pero a veces olvidamos que pueden cambiar según las etapas que atravesamos. Quizás tú ya viviste algunas y te quedan muchas más, o tal vez las estás viviendo en este momento. Jade Butterfield las vivió hace años en su propia película, y ahora era el turno de Ally Hayes.
Varias personas afirman que los últimos años fueron fugaces, y así es como Anneliese lo sintió. Todos sus compañeros estaban en la universidad, trabajando o se habían mudado a otro país. En cambio, ella... Ella la pasó encerrada en su cuarto con intentos fallidos de vlogs y millones de libros por leer, hasta el punto de aburrirse incluso de leer demasiado. Su vida se volvió un bucle sin pausa y, aunque ya se había acostumbrado a ese ritmo, una parte de ella no quería vivir supeditada a la rutina.
Siendo transparentes, Ally amaba el verano. Tal vez algunas veces se quejaba de sudar mucho o de los dolores de cabeza intensos que le provocaba el bochorno, pero para ella era la mejor época del año. Todos volvían en vacaciones, era la temporada perfecta para comer helado y crear memorias. Sin embargo, este verano no sería como los otros, sino el verano. Lo más importante era que serían sus últimas vacaciones antes de que Ally iniciara su primer año de universidad, y por supuesto, nada era mejor que reencontrarse con esas amigas a las que no había visto en casi todo el año.
—¡Creo que está ahí! Misma cabellera roja —señaló Elizabeth Briar, una de las mejores amigas de Ally—. Espera, no, no es ella.
—Entiendo que están emocionadas, pero ¿podrían bajar un poquito los gritos? Sigo muerta después del turno de ayer —comentó Harper, la prima de Ally.
—Eso pasa cuando no tomas tu respectivo café con leche matutino y tu querida amiga olvida su permiso de conducir en la universidad —agregó Anneliese, cruzada de brazos y sosteniendo un vaso de café en la mano.
—Un error lo comete cualquiera —se defendió Lizzy.
—¿Un error que cometiste dos veces? Cuando regresaste por Acción de Gracias también lo dejaste en tu dormitorio.
—Tú también podrías conducir —respondió a la defensiva. Harper, al observarlas, rodó los ojos y negó con la cabeza.
—Tampoco pidas milagros —contestó la rubia mayor.
—Soy una buena conductora, solo dejé mi auto porque no estaba funcionando bien.
—No volé casi seis horas para verlas pelear. Supongo que no les daré sus regalos... y descuida, Harps, que también traje uno para ti.
—¡Mia! ¡Estás aquí! —exclamó Ally, corriendo a abrazarla fuertemente. Vaya, en serio las había extrañado. Lizzy apenas había llegado el día anterior.
—Mi rojita favorita, no iba a durar otro día más sin Ally, ya era hora de que volvieras —dijo Lizzy acercándose.
—Yo también las extrañé, pero ¿saben qué extrañé más? Un buen desayuno, así que andando.
Poco antes de graduarse, Margot les habló sobre una universidad situada en Toronto, Canadá. La manera en que sus ojos se iluminaron al hablar del campus, las actividades y todas las novedades de su carrera les hizo entender que no era solo una conversación para compartir lo que había encontrado, sino una decisión que ni ella misma sabía que ya había tomado. Por lo que Anneliese había visto en fotos y videollamadas, Mia la estaba pasando más que bien.
Era obvio que, tras terminar la escuela, no vería a sus amigas tan seguido, e incluso se alejarían de ella porque tenían otros temas en los que enfocarse. Eso, Ally lo tenía por seguro. Pero lo que no sabía era lo mucho que sentiría esa lejanía en su vida. Nunca les dijo nada al respecto; tampoco es que hablara con las chicas todos los días. Hubo veces en las que no hablaba con Briar por uno o dos meses, o en las que sus llamadas con Mia duraban menos de cinco minutos.
—Sra. H, sus panqueques de arándanos están deliciosos —dice Sutton con una enorme sonrisa.
—Me alegra que te gusten, Mia. Sé que son tus favoritos —contesta Madeleine Hayes.
—En serio espero que no los estemos incomodando al quedarnos en su casa durante el verano —Lizzy se pasa un mechón de cabello detrás de la oreja.
—No digan eso, chicas. Sus padres están fuera de la ciudad, y no sería bueno que se queden solas. Además, extrañaba tenerlas por aquí. Los cuartos ya están listos.
—¡Cierto! Aún tengo cosas por desempacar.
—Y yo tengo dos maletas enteras sin abrir. Será mejor que empiece.
—Ally, cariño, olvidé decirte que los adornos que encargamos ya están listos. ¿Puedes ir a recogerlos? Quiero que todo esté perfecto para tu cumpleaños.
—Seguro, mamá. Igual mi auto ya debe estar listo.
—Solo porque no lo usaste por un día no significa que funcione —interviene Madeleine con una mirada seria.
—Lenny dijo que tenía que dejarlo descansar.
—Lenny es un idiota y todos lo saben —suspira su prima.
—¡Harper! Ya hablamos de esa linda boquita —señala Madeleine.
—Solo digo la verdad. Él no sabe lo que hace, solo finge por dinero. ¿Recuerdas la camioneta negra que tenía mi padre? Lenny le destrozó el motor.
—Lo que tú digas, Harps. Yo me voy —dice Ally, agarrando sus llaves y su cartera antes de salir de la casa.
⋆✴︎˚。⋆
Mientras la vida de Ally se convirtió en una rutina desde el año anterior, la de Charlie había sido la misma desde hace más de cuatro años, y no tenía quejas al respecto, dado que creía que estaba justo donde debía estar.
Tal vez el chico Bushnell no fue el típico chico popular en la escuela, pero tampoco era un rechazado ni antisocial. De hecho, conocía muy bien a varios y disfrutaba estar siempre en compañía de un grupo de personas, no importaba si no los conocía. Para Charlie no había placer más grande que el hecho de conocer y aprender cosas nuevas sobre los demás.
—Hijo, deberías ir a casa, ya trabajaste demasiado y puedo notar que estás cansado —dijo Ryan Bushnell. No era como muchos padres con sus hijos varones, distantes, duros y sin sentimientos. Al contrario, trataba siempre de mostrarse real.
—Lo sé, pero no quiero dejarte cuando aún hay trabajo por terminar.
—Lo que queda no es mucho, ve a casa. Yo iré en un rato más, no demoraré.
—Bien, pero solo si llevas pizza. Es noche de películas —pidió el chico de rulos, y él asintió—. ¡Eres el mejor! ¡Te quiero! —gritó, corriendo hacia su vehículo, y cielos, su papá tenía razón, estaba cansado.
Ser hijo único tiene sus pros y contras. Por un lado, toda la atención cae sobre ti, pero por el otro, sientes esa presión constante porque no tienes a nadie más a quien echarle la culpa. Cuando la madre de Charlie se fue de casa, él apenas tenía 14 años, y esa partida lo dejó con muchas preguntas sin respuestas. Su padre intentó que no pensara en ello, llevándolo al taller para que lo ayudara. El menor nunca se quejó de eso, ya que sí le gustaba reparar cosas. Pero a veces se cuestionaba por qué, si era tan bueno en eso, no podía arreglarse a sí mismo. Tal vez fue ese instinto reparador el que lo hizo detenerse a medio camino cuando observó un auto estacionado, con una chica de cabellera negra tratando de llamar a alguien.
—¡Lenny en serio es un idiota! ¡Mierda! —exclamó ella con frustración y enojo. Al llegar a donde se encontraba, supo que se trataba de la chica de la que tenía un crush desde pequeño, la gran Anneliese Hayes.
—¿Puedo ayudarte? Creo que necesitas ayuda —dijo una voz masculina, áspera, que la exaltó un poco.
—¡Charlie! ¡Cielos, me asustaste! Lo siento —apartó el teléfono de su rostro—. He tenido problemas con mi auto los últimos días. Lo llevé a Lenny y me dijo que solo tenía que dejarlo de usar por un día y que estaría bien, ¡pero ahora ya no avanza!
—Sí, bueno. Tienes que saber que, en cuanto a mecánica, el tipo es un idiota —abrió el capó del auto y comenzó a examinarlo—. No es nada grave, pero lo que necesita es un buen mantenimiento. Hay mucho polvo en el motor y eso puede causar fallas en el sistema. Para tu buena suerte, mi padre sabe hacerlo. Lo llamaré y le diré que traiga la grúa. Puedes recogerlo mañana.
—Bien, entonces llamaré un taxi o le dará un ataque a mi madre si no vuelvo —avisó antes de buscar un aplicativo.
—Puedo llevarte, Ally, solo si quieres. Igual tenemos que esperar a que llegue mi padre. Ya le mandé un mensaje y está viniendo.
—Seguro, gracias, Charlie. Te debo una —sonrió algo nerviosa. A pesar de haber estudiado juntos desde niños, se dio cuenta de que no sabía mucho sobre él, aparte de lo que el pueblo decía y comentaba. Pero Charlie no parecía ser el tipo de chico que pudiera ser considerado un "bad boy" o el que está con muchas chicas. De hecho, no recuerda haberlo visto con alguien en la escuela... o bueno, sí, pero todos sabían que Rebeca Sanders era un caso muy aparte y diferente.
Unos minutos después, el Sr. Bushnell apareció y llevó el auto de Ally a su taller, lo que Charlie tomó como señal para llevar a la chica a su hogar. No tenían mucho de qué hablar; nunca fueron amigos, pero el chico de los rulos pensó que era la oportunidad perfecta para conocer a la persona que siempre había admirado de lejos.
—Entonces, ¿qué planes para el verano? —trató de romper el silencio incómodo.
—Lizzy y Mia se están quedando conmigo, así que planeo estar con ellas y hacer el tipo de cosas que no hicimos en secundaria —comentó con cierta emoción en su voz, y Charlie, al notarlo, sonrió.
—¿Algo así como un bucket list?
—De hecho, es exactamente lo que hice. Una vez termine el verano, estudiaré Economía y Gestión en la universidad de Oxford —dijo con cierta melancolía.
—Para ser una persona que disfruta mucho del verano, Inglaterra no parece ser exactamente el lugar perfecto para vivir —rió, mirándola de reojo.
—¡Lo sé! Yo tampoco me imaginé vivir ahí algún día. Mi padre siempre me contó sobre su experiencia y la cantidad de personas que conoció, y no sé, eso me inspiró mucho a seguir sus pasos. Quizás sea la oportunidad perfecta para intentar algo nuevo y salir de mi zona de confort.
—Creo que es bueno retarnos a hacer todo lo que nos retiene e impide que veamos el mundo como es. Quién sabe, tal vez inicies una revolución en Oxford —bromeó, y ambos rieron. —Ya estamos aquí —dijo, estacionándose frente a su casa.
—Gracias por traerme y también por decirle a tu papá que arregle mi auto —mencionó al salir de la camioneta.
—No es nada, y lo digo en serio.
—Sé que es raro decirte esto, ya que no hablamos mucho, pero ¿quisieras venir a mi fiesta de cumpleaños? Será el viernes por la noche —preguntó nerviosa, moviendo sus manos—. Mis papás me dijeron que invitara a todos mis amigos, pero resulta que solo tengo dos amigas y no hablo con nadie más. Así que, si quieres, puedes ir e invitar a algunas personas.
—Creo que suena divertido, por supuesto. Nos vemos mañana —se despidió, y tras verla entrar a su casa, decidió irse. Inesperadamente, negó con la cabeza y sonrió al sentirse un completo estúpido.
Sin embargo, esto no se comparaba a lo que le esperaba a Anneliese cuando cruzó la puerta. Dos pares de ojos la observaron con gran curiosidad, con unas bolsas de papas en mano.
—¿Quién era ese y por qué luce como Charlie Ray Bushnell, aka el chico que ha estado perdidamente enamorado de ti desde siempre? —interrogó Lizzy.
—Buenas tardes para ustedes también. Tal vez, si nos sentamos, pueda explicarles todo lo que pasó.
Ally estaba agradecida por las amigas que tenía en su vida. Sí, el año pasado fue duro, pero aprovecharía cada minuto que tuviera con ellas antes de irse a la universidad. Y bueno, Charlie solo había aparecido en su camino literalmente por imprevisto; no significaba nada, tal vez sería una razón para conocerlo de verdad.
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holi holi holi, primer capítulo! espero que para los que vieron la peli de Endless Love hayan notado algunas referencias, si biene ste libro está inspirado y ligeramente basado en la película de 2014, hay cosas en las que me tomé la libertad de agregar o cambiar.
este es como un universo alterno, así que es por eso que charlie no es actor y los nombres de sus padres no son los mismos que en la vida real.
espero que hayan disfrutado mucho, recuerden votar y comentar ♡♡
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© starcline
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