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¿En qué momento había mentido tanto?

Valerie estaba segura de que algún día se hundiría con sus mentiras; cada vez eran más. Ahora se dirigía al viejo teatro para encontrarse con sus compañeros de detención y hablar sobre lo que Addy había escuchado.

Se suponía que pasaría la noche en casa de Camille, pero tuvo que cancelar y usar como excusa una supuesta intoxicación con la comida. Claro, no se lo dijo a sus padres, quienes aún creían que estaba con su mejor amiga.

¡Qué manera tan encantadora de terminar el día!

—Llegas tarde —dijo Bronwyn al ver a Nate—. Y tú fuiste quien nos hizo venir.

—Es su especialidad —murmuró Valerie.

—¿Cómo sabías de este lugar? —preguntó Adelaide.

—Mi mamá trabajaba en el puesto de comida. Dejaba la puerta trasera abierta y yo entraba a escondidas para ver todos los clásicos. Los mejores días.

—Conmovedor, pero ¿qué hacemos aquí? —preguntó Cooper.

—Porque Addy tiene razón —intervino Rojas—. No pueden vernos juntos. La policía cree que trabajamos en equipo, eso dijiste, ¿no? —miró a la rubia.

—Sí, escuché a la policía hablando con la mamá de Val y Simon, en la cocina.

¿Su madre sospechaba que había matado a su hermano? ¿Tan lejos había llegado todo esto?

—Si de algo estamos seguros, es de que no estamos trabajando juntos —añadió Nate.

—En eso sí estamos de acuerdo.

—Sí, pero ¿y si la única forma de salir de esto es unirnos ahora?

—¿Y por qué deberíamos confiar en ti? —refutó Clay a Bronwyn.

—Lamento decirlo, pero apoyo a Cooper en esto —opinó Valerie—. Sí los conozco, pero nunca tuve algún tipo de relación con ustedes. ¿Por qué deberíamos confiar?

—De acuerdo, no he sido del todo honesta con ustedes —admitió Bronwyn—. Una de las publicaciones iba a ser sobre mí. O eso creo.

—¿Qué hiciste?

—Bueno, yo... no estoy lista para confesarme.

—Entonces tenías un motivo, pero yo no. Ninguna de las pistas hablaba de mí —dijo Cooper—. No importa lo que digan los demás —negó.

—Ya me disculpé —respondió Addy—. Temía que Jake dudara de mí y preguntara. Yo solo quería...

—¿Hiciste algo?

—No.

—¿Entonces de qué tenías miedo?

—De que su estúpido novio dudara de ella —intervino Nate.

—¿Le dijiste a mi amigo "estúpido"? —preguntó Cooper.

—Sí, perdón, no es como si los futbolistas fueran violentos ni nada.

—¡No metas a Jake en esto! —lo regañó Prentiss.

"Es como hablar con niños de preescolar", pensó Valerie. Era agotador tratar de mantener una conversación con ellos.

—Intento ayudarte.

—Pues no, ¿ok? Sí lo engañé. Me preguntó y mentí —confesó Addy—. Habíamos terminado. Creí que ya no me amaba. Se fue a ese viaje a Grecia todo el verano, no me contestaba, pero siempre subía historias. ¿Qué podía pensar? —sollozó—. Estaba ebria, triste, enojada, y TJ estaba ahí. Ahora terminaré sola y como sospechosa porque sí tengo un motivo.

Cooper se acercó y la abrazó.

—Oye, solo es un motivo si la gente lo sabe, y nadie lo sabe. Ese secreto murió con Simon, ¿ok? —dijo Nate.

—Porque alguien lo mató y quiere culparnos.

—Y quien sea, pagará por lo que le hizo a mi hermano y por lo que nos está haciendo pasar —dijo Valerie, con los ojos llenos de lágrimas.

—¿En serio creen que Avery robó la computadora? Dudo que sepa usarla.

—No sé quién lo hizo, pero el responsable odiaba a Simon —respondió Bronwyn.

—Muchos lo odiaban.

—Sí, pero ¿quién nos odia a nosotros?

La vida era como una montaña rusa: un minuto estás en la cima del mundo y al siguiente, te desplomas. Eso era justo lo que Valerie sentía. Los últimos días habían sido una locura, con demasiada información por procesar.

Lamentablemente, los sospechosos no eran solo ellos, sino todo Bayview. Simon se había dedicado a exponer los secretos más oscuros de las personas, dejando tras de sí una lista interminable de enemigos. Tal vez, si Valerie no se hubiera apartado de él, AboutThat nunca habría existido y nadie odiaría tanto a su mellizo como para matarlo. La idea le revolvía el estómago.

—¿Por qué no te quedas en mi casa esta noche? —preguntó Addy a Valerie—. Dijiste que le mentiste a tus padres y a Camille.

—Gracias, pero no creo ser la persona favorita de tu madre ahora mismo.

—Créeme, mamá te adora. Además, siempre llega tarde y mañana tiene una reunión temprano. Ni notará que te quedaste.

—Está bien, acepto.

🩸⛓

Adelaide Prentiss siempre le pareció alguien agradable, y cuando se unió a las porristas, pudo confirmarlo. Pero las cosas cambiaron cuando empezó a salir con Jake. No es que Val odiara al chico, pero Addy estaba siempre pegada a él, dejándole tomar el control de cada aspecto de su vida. Por eso, nunca tuvo la oportunidad de conocerla realmente, y esta parecía una buena oportunidad para hacerlo.

—Bien, ¿caramelos de fresa o de yogurt?

—Fresa, sin dudarlo. ¡Dios! Los de yogurt no deberían existir, saben horrible.

—¡Eso mismo pienso! —exclamó Prentiss, y ambas rieron—. Continuemos, ¿película favorita?

—Orgullo y Prejuicio. Lloro cada vez que la veo, me transmite demasiadas emociones.

—¿Me matarías si te dijera que nunca la he visto?

—No te creo.

—Hablo en serio.

—En ese caso, tenemos que planear un día para verla. Eso tiene que cambiar —sugirió Val, y Addy asintió—. Acabarás amándola como yo.

Se quedaron observando el techo por unos minutos, hasta que Adelaide rompió el silencio.

—Si alguien te hubiera hecho lo que yo le hice a Jake, ¿lo odiarías?

—¿Honestamente? Sí. Creo que la infidelidad no tiene justificación. Pero él te hizo pensar que habían terminado; te sentiste mal, te embriagaste, viste a TJ y caíste. Tu cabeza te decía que lo hicieras sufrir por cómo te estaba haciendo sentir. Y aunque eso no tenga perdón, sé que, si la situación hubiera sido diferente, jamás lo habrías engañado.

—TJ es un buen chico y merece a una buena chica. Si nunca hubiera conocido a Jake, él sería el chico del que me enamoraría.

Valerie pensó en Camille. Su mejor amiga estaba profundamente enamorada de TJ, incluso desde antes de que empezara a salir con Vanessa. Camille merecía ser feliz, pero el chico no conocía las increíbles cualidades de la chica Martin. Serían una pareja hermosa.

—¿Alguna vez te has enamorado de verdad?

—Sí, una vez, y fue lo mejor que me pudo pasar —respondió Val, pensando en cierto chico alto y rubio.

—¿Qué pasó?

—Mi madre, eso pasó —respondió rápidamente—. Cada vez que algo me hace feliz, ella se encarga de destruirlo. Ser una Kelleher no es tan bonito como todos piensan.

—¿Cuál es su nombre? —preguntó Addy, curiosa.

—Buen intento, cariño. Algún día te lo diré, pero no será hoy, lo siento.

Nate... Nate... Nate...

Cielos, extrañaba su presencia, sus conversaciones y despertar a su lado cada vez que podían. Pero, sobre todo, extrañaba la manera en que él la amaba.

Ambos habían visto algo en el otro que nadie más. Más allá de la estúpida página de su hermano, los rumores y los malditos estándares, Nate Macauley fue la primera persona que la vio realmente, que se tomó el tiempo de conocer cada parte de ella. Hasta el punto de que podía ser vulnerable frente a él sin miedo a ser juzgada.

El rubio se encargó de secar cada lágrima y besar cada imperfección que ella veía en su cuerpo.

La verdad era que nadie la llegaría a amar como él. Y daría todo por estar otra vez a su lado.

AboutThat

¿No odian el suspenso? Simon tal vez los dejó esperando, pero hacerlos esperar para la gran revelación no es mi estilo. 

Parece que Addy Prentiss tampoco es muy paciente, ya que no esperó ni una semana para encontrar otros brazos mientras Jake estaba en Grecia este verano.

Ahhh, mucho mejor ¿el suspenso no los estaba matando?

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