Relatos de un Príncipe Bohemio llegó a 1K muchísimas gracias

La temporada de Dulce Jinnie estaba favorable, las rosas habían crecido con fulgor, pero Tae Hyung tenía la teoría de que su amor por la jardinería y el amor que sentía al cuidarlas les daba ese brillo especial con el que presumían al crecer.

—Está aquí el príncipe más hermoso —comentó Seok Jin tomándolo de la cintura mientras el menor estaba en el rosal.

—Jinnie... —murmuró al darse la vuelta y quedar frente a su amado—. Anhelaba tu llegada.

—Yo también mi príncipe, deseaba ver tus bellos ojos.

—Aún no me acostumbro a que me veas así...

—Pero te ves muy hermoso, es... es...—murmuró al sentir la nariz del mayor rozar la suya, pero Min aclaró su garganta acercándose a los príncipes.

—¿Qué hacen señoritos? —preguntó al quedar frente a ellos—. ¿Comparten un secreto?

—Señor Min... no ocurría nada —balbuceó Tae Hyung.

—Debí imaginarlo, porque, aunque saben que pueden casarse, no está permitido nada romántico entre ustedes.

—Lo sabemos señor Min —habló Seok Jin—. Solo estaba saludando al príncipe.

—Perfecto, es bueno recordarlo. Iré a traer la merienda ¿Dónde prefieren comer?

—En la mesa bajo el árbol, hace mucho calor —habló Tae Hyung—. Lo esperamos ahí, muchas gracias —el lacayo asintió y se devolvió al palacio. Los príncipes caminaron con prisa hasta llegar a las bancas bajo los árboles, pero claro, se quedaron detrás de uno para su beso de bienvenida.

—Aunque sea tan furtivo... adoro besarte —murmuró Seok Jin sobre los labios del menor—. La última vez que nos vimos... no he dejado de pensar en nuestro último beso ¿Sabes? Porque... ¿Qué dijiste antes de dármelo?

—Que te amo —murmuró sobre la oreja del príncipe Seok Jin—. Fue eso —rió un poco avergonzado.

—Te amo también —respondió abrazándolo—. Toda la vida te he amado —Tae Hyung sonrió con sus mejillas sonrojadas sobre el pecho del mayor que lo acariciaba suavemente.Habían transcurrido tres semanas desde que se había enterado de sus ojos Circulus. Estaba tan enamorado como para ocultarlo, pero sabía que las escenas amorosas estaban prohibidas para los dos—. Mira esos ojitos como brillan ¿Estás amándome? —Tae Hyung lo empujó con suavidad antes de tapar su rostro.

—¡Me sonrojas! Cielos...

—No te cubras, adoro mirarte—lo tomó de las manos para apartarlas de su rostro—. Eres sin duda el más lindo de los atardeceres.

—Jin... —murmuró totalmente sonrojado al ver la cercanía del mayor una vez más, compartieron de un pequeño beso antes de escuchar a Min llamarles. Salieron detrás del árbol para quedar frente a la mesa.

—¿Qué hacían por ahí?

—Estábamos... mirando las hormigas.

—¿Hormigas? —preguntó dudando.

—Sí... ehh, porque son increíbles, son...

—Distintas —comentó Seok Jin—, tienen una obra de ingeniería maravillosa y... ahh... perdurable en la cual trabajar, ¿no príncipe Tae Hyung?

—Por supuesto —ambos tomaron asiento con las mejillas sonrojadas, Min dejó la bandeja sobre la mesa y los miró con los ojos entrecerrados.

—Por supuesto —mencionó de forma desconfiada—. Creo que un escritor dijo algo parecido, pero quien sabe, solo soy un lacayo al cual le mienten. Príncipes, acepto que se amen, pero las expresiones amorosas están prohibidas.

—Lo sentimos —dijeron al unísono muy apenados.

—Madre mía, y fue Fiódor Dostoyevski quien dijo eso de las hormigas —le acusó antes de irse. Los dos al ver a Min lejos de ellos rieron avergonzados.

—Cielos, creí que me colgaría como estandarte...

—Ni lo menciones... él me da un poco de miedo cuando está enfadado, es muy tierno, pero enfadado no es nada agradable.

—Pero tiene un punto, no podemos besarnos.

—No... donde no pueda vernos es legal. Podemos hacerlo en el lago.

—Ahora que sabe nuestros sentimientos dudo mucho que nos permita ir a solas.

—Quizá no... pero si hablamos con él... nos lo permita. Intentaré que así sea, pero cambiando el tema ¿Cómo son las clases para convertirse en rey?

—Aburridas... cielos, solo han pasado un par de semanas y en verdad es aburrido, pero si no las cumplo... aunque nos casemos no podría ser rey.

—Ciertamente ¿Puedes creer que seremos reyes? Me siento muy emocionado.

—Yo también, daré todo de mí para ser un buen rey, me dedicaré a los cincos años de entrenamiento y luego... nos casaremos, seremos reyes... es muy increíble —el menor asintió tomando un pedazo de fruta.

El periodo de entrenamiento para proceder al trono era largo, a su causa Seok Jin ahora pasaba menos tiempo en el palacio por sus deberes, pero a Tae Hyung no le molestaba esperar, porque cada encuentro era con deseo por verse, por escucharse y sentirse, que cuando llegaba el día, era uno de los mejores.

Para la mañana siguiente, Tae Hyung se presentó en Hostelzen para la cosecha de calabazas, por supuesto no fue solo, Min lo acompañó. No le disgustaba para nada, era muy consciente de que es su protector y sabía además que el mayor lo amaba mucho y siempre velaba por su bienestar.

Durante la cosecha, los dos estuvieron juntos todo el tiempo, pero se comportaron muy bien frente a todos los presentes, absolutamente nadie de afuera podía saber su romance, eso era sumamente peligroso. Min estuvo muy satisfecho con eso, creyó que tendría algún problema, pero los príncipes se comportaron como los benévolos aliados vecinos que eran, es decir, ayudar en eventos importantes como el resto de príncipes que llegaron para la cosecha de calabaza que eran Reinos vecinos de Hostelzen.

Cuanto tuvieron la oportunidad de quedar a solas, aprovecharon para mirar la preparación de un pastel de calabaza muy famoso en Hostelzen. Seok Jin quería que su amado príncipe lo probara antes que todos, porque era su primera vez viendo la preparación. Se habían ido a escondidas a la cocina, años anteriores no tuvieron la oportunidad.

Seok Jin le dio una cucharada del pastel y no pudo evitar mostrar satisfacción por su sabor —Santo cielos, es muy delicioso —los cocineros agradecieron al hacer una reverencia—. Son de lo mejor —mencionó feliz saliéndose un poco del protocolo, pero no iba a mentirles, el pastel era delicioso.

Una vez comieron del pastel, salieron a los jardines que permanecían en la parte de atrás del palacio. A Seok Jin le cultivaban Dulce Jinnie, aunque él las llamaba Dulce Taenie.

Estaban por ahí compartiendo un pequeño beso mientras visitaban el jardín, usualmente Seok Jin solo iba al jardín para mirar las rosas, porque nunca le permitían bajar. Pero ahora nadie los estaba viendo ni vigilando y el Señor Min estaba platicando con el Rey Chan Yeol y ya ni se percató que los príncipes se fueron de su lado.

El rey Chan Yeol sabía del contrato con Zelendia sobre el matrimonio arreglado del segundo príncipe, le servía perfecto. Además que le agradaba el señor Min y para al Rey Chan Yeol no era un simple lacayo, él siempre tuvo la duda si el hombre pelinegro era amante e incluso ya el consorte del rey Ji Min.

Recuerda que alguna vez los vio mirarse con mucho cariño, pero solo era una especulación, por supuesto, eso estaba muy mal visto y aunque fuera la verdad nadie podía saberlo.

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Petición.

A veces creo que el señor Min me cuida de más, he crecido... no soy aquel niño que subía a los árboles... bueno, aún me subo a los árboles... pero me refiero a que él cree que sigo siendo un niño, y ya soy un hombre.

Uno que quiere tener permiso para besar...
Madre mía.

Firmo yo.
Sin ningún tipo de formalidad, porque este papel irá directo al basurero...

Muchas gracias por leer 😁❤
-: ✧ :-゜・．FairyWinB