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Capítulo 9|𝐁𝐔𝐒𝐀́𝐍


Jungkook escuchaba como su madre seguía hablando de su ex novia, sin importarle lo que había dicho su padre y la incomodidad de este.

—Es que enserio no entiendo, no tiene mucho que lo dejaron y aún así te invitó en plan de amigos a su fiesta compromiso, ¿en verdad? —Jungkook asintió frustrado.

—Mamá...

—¡Ya! Me callo. —hizo un ademán simulando tener un cierre en la boca para quedarse callada. —Pero eso no quita que fue un error que la dejaras, ella era la novia ideal.

Jungkook suspiro, pasando su mano por el rostro, aguantando las ganas de irse de ahí o mencionar alguna grosería.

Quería dejar de escuchar los reproches de su fallida relación, estaba claro que tal vez fue un poco sutil el dejar a la deriva su relación, sin una pizca de arrepentimiento, pero era tanta la monotonía de aquel noviazgo que lo tenía cansado.

Ni siquiera podía ser atento con ella, mostrar interés o ser romántico como deseaba la fémina.

Lamentablemente él no le nacía hacer eso con ella.

—En algo si tiene razón tu madre, Jungkook, el error de romper su relación puede causar otro aún más grande, porque aparte de ser tu ex novia, es accionista de la empresa, así que, por muy pesado que sea, si es necesario que vayas y cuente con tu apoyo en ese matrimonio.

—Bien, si me disculpan, tengo que ir a arreglarme a la fiesta, voy un poco tarde, permiso.

El pelinegro les dió una sonrisa forzada y fue directo a su casa.

[...]

Edah miraba entusiasmada los apartados del avión, estaba feliz de ayudar a su amiga a la vez que sentía terror por no hacer bien lo que se le indicaba.

Escuchaba atentamente las indicaciones que le decía la sobrecargo, mientras asentía cada vez que le preguntaba si estaba de acuerdo o tenía alguna duda.

Tocaba las partes del avión y era algo que le sorprendía, jamás había subido a uno, o más bien, no recordaba si de pequeña sus padres subieron con ella a uno.

—Este avión será hospedado por un empresario, por favor, se atenta con él y cumple con lo que se te pide, ¿de acuerdo?—menciona la sobrecargo, llamando la atención de Edah.

—Si, no se preocupe.

—Bien, estaré al pendiente. Disfruta del viaje.

La castaña asintió y se quedó en el lugar donde esperaría su llamado, ya que el asiento del pasajero a quién atendería tenía el botón requerido para poder pedir el servicio de la azafata.

Observó el lugar de aquel hombre que e había mencionado la mujer y su mejor amiga, así que tomó una pequeña charola para colocar la fruta que estaba en el plato de porcelana, colocando los cubierto y una servilleta a un lado.

Caminó segura, sin ningún miedo hasta que sintió como si un agujero se abriera en su estómago, deseaba que esto fuera una pesadilla y despertara.

En estos momentos detestaba haber sido bondadosa, pero no podía creer que el hombre a quien tenía que atender era el mismísimo Jeon Jungkook, el responsable de que su vida fuera una mierda con ella.

Así que sin pensarlo un poco y con cautela, dejó el plato sobre la pequeña mesa sin que fuera vista por Jungkook quien leía un periodico.

Al dejar la charola, corrió hacia su lugar, temiendo a ser vista por él.

—Que no me vea, que no me vea.

Se repetía así misma a la vez que asomaba su cabeza para ver si el pelinegro no volteaba y para su suerte, lo había hecho.

Incluso la llamaba, ya que él se había extrañado por el comportamiento de la azafata y que no se presentara o fuera cortéz.

—¡Oye! —exclamó este, sin embargo, no recibió respuesta alguna.

Decidió que era mejor ir a ver, detestaba que la gente fuera así con él, así que se acercó a la pequeña cabina y abrió la cortina.

Ahí estaba Edah, su respiración estaba acelerada, su claustrofobia junto a los nervios del momento la tenían hostigada.

—Tú... —susurró Jeon, sin fijarse realmente lo que estaba pasándole a la fémina. —¿Ahora eres azafata?

—Yo...

La castaña no podía formular palabra, sentía que le faltaba aire y estar encerrada así en plena altura con él, no le ayudaba en nada.

Jungkook comprendió rápido la situación, así que se agachó a la altura de ella y pidió permiso para tomar sus manos y poder tranqulizarla.

—Respira, cuenta hasta tres, tranquila. —este la miraba calmado, tratando de transmitirle lo mismo, masajeando sus delgadas manos.

Edah asentía y para su sorpresa, la calidez de Jungkook la estaba tranquilizando.

—Eso es. —comentó Jeon, dándole una cálida sonrisa.—Ven, siéntate aquí.

Hizo que se levantara y pudiera sentarse a donde anteriormente se encontraba, dejándola cerca de la ventanilla, para que pudiera sentirse un poco mejor.

—Gracias. —mencionó leve la fémina.

Jungkook tan sólo asintió y se sentó a lado de ella para después tomar el cinturón de seguridad y abrocharlo, logrando una cercanía entre sus rostros.

Edah no pudo evitar oler el aroma que emanaba llegando a cautivarla, sus ojos se cerraron por un momento sin llegar a notar la mirada de Jungkook sobre sus labios.

Este inmediatamente reaccionó y se alejó un poco, abrochando su cinturón, volteó a verla y rió.

—Que coincidencia trae la vida, ahora no te bastó con rallarme el auto y esposarme, sino que ahora te encuentro en el mismo avión. —comentó divertido, tratando de calmar la tensión de ambos. —No dudo que quieras estrellar el avión, ya que hace unos días me dejaste en claro el odio que me tienes.

—No lo dudes. —respondió ella con una dulce sonrisa. —Aunque no lo creas, no estoy aquí por tí, lo hice por mi amiga y no sabes cuanto me arrepiento.

—Entiendo...

—Además, es una de las millones de posibilidades el verte aquí.

—En realidad sólo 50, no todos los arquitectos pueden alquilar un avión como yo.

—Eso pensé. —exclamó ella, decidiendo ignorarlo para ver por la ventana el paisaje de la ciudad.

Jungkook no dejó de observarla, no podía creer que fuera tan hermosa y sencilla. Jamás había encontrado una mujer así, mucho menos que no se fijara en él como una presa fácil para enredarse en sus sábanas.

Aquella jovencita era distinta.

[...]

El avión había llegado a su destino, ambos bajaron del avión para tomar un rumbo distinto.

Edah miraba a su alrededor, no sabía en que lugar estaba así que se acercó a Jungkook quien se acomodaba las mangas de su camisa.

—Mmm, oye ¿sabes en dónde estamos? —preguntó.

—En Busán.

Ella asintió y volvió a donde estaba, dejando confundido al pelinegro. Maldecía internamente a su amiga por no decirle a que lugar iría.

Jungkook se preguntó si era bueno dejarla sola, así que se acercó a ella para preguntarle si iria un lugar o se quedaría en el avión.

—¿No quieres venir conmigo?, digo, ya nadie estará aquí.

—No se preocupe, pasearé por aquí.

—Este solo es una autopista, no hay nada que ver. —-comentó divertido. —¿Segura que quiere quedarse?

—No quiero ir a un lugar donde este usted, así que gracias por su oferta.

—Entiendo, está por oscurecer así que cuídese mucho.

La castaña dudó internamente, no sabía si era buena idea aceptar e ir con él a solas, aunque no lo estarían completamente ya que este llevaría a su chófer.

Jungkook caminó hacia su coche pero paró inmediatamente cuando eescuchó la voz de Edah.

—¡Espere! Está bien, iré con usted.

Este asintió y ambos subieron al auto rumbo a la fiesta de compromiso de su ex novia, sin pensar que ahí iniciarían una nueva relación que en el futuro les beneficiaría.


Maratón 2/2



¡Hola! Espero se encuentren bien y tengan un lindo día.

Les traje un mini maratón pero igual iré actualizando este fin de semana, espero les guste el capítulo.

Se viene lo bueno y con decir esto es que ambos tendrán una interacción demasiado cercana.

Nos leemos pronto 😗.

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